Vínculos. Sociología, análisis y opinión. Año 6, núm. 11

Universidad de Guadalajara, Departamento de Sociología de la División de Estudios Políticos y Sociales del CUCSH

Vínculos. Sociología, análisis y opinión
Año 6, núm. 11

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Editorial

La práctica del comer es ancestral y su conocimiento es vernáculo. Es hasta principios del siglo XX que la biomedicina monopolizó el saber de esta práctica mediante el concepto de alimentación o dieta con apoyo del primer régimen alimentario surgido en Reino Unido hacia 1870. Después, ya en el siglo XX, con la modernización de la agricultura y la fabricación del hambre en el mundo, así como la imposición de alto consumo de proteína animal y “la revolución del supermercado”, se consolidaron los actuales imperios alimentarios. Estos, son complejos empresariales, estatales y militares, cuyos aparatos industriales, ideológicos, tecnológicos y políticos, mantienen un control sobre lo que comemos a partir de cuatro ofensivas: a) guerra contra la subsistencia campesina; b) centralización de un régimen alimenticio en las grandes industrias de la agricultura, procesamiento y comercialización de alimentos; c) imposición simbólica de los objetos de consumo; y d) la desconexión de la producción y consumo de alimentos de las especificidades de estos, por ejemplo, descontextualizar los ecosistemas de donde fueron sustraídos e ignorando el sufrimiento a gran escala de los animales confinados en las industrias ganaderas.

Comparado con las ciencias de la alimentación nacidas en 1931 o las disciplinas de la nutrición o la dietología creadas en esa misma década, las ciencias sociales han reaccionado tarde al tema de la alimentación, Por lo regular, en los estudios sociales dedicados al tema suele citarse a Harriet Friedmann y Philip McMichael quienes hacia finales de los ochenta, acuñaron el concepto de régimen alimentario en el marco de la re-estructuración agroalimentaria a escala global que enfrentaban los estados nación. Poco se cita a Frances Moore Lappé y Joseph Collins quienes una década antes, habían planteado el problema del comer como punto de discusión propio de las ciencias sociales y las humanidades.

Por fortuna, desde los años noventa del siglo XX, hasta el actual milenio, el comer y la alimentación como problemas de las ciencias sociales ya es tema de interés para quienes practican estas disciplinas. En este nuevo número de Vínculos. Sociología, Análisis y Opinión, presentamos una muestra de distintos abordajes sobre lo que podríamos denominar estudios sociales sobre la alimentación. En efecto, en la sección de Debate e Investigación, Jesús Manuel Escobedo de Luna analiza en su artículo Impacto del ingreso del Programa Bienestar para Adultos Mayores en el hambre de los deciles más pobres de México en el año 2022, los problemas de hambre en los hogares de la mitad más pobre de México que cuentan con por lo menos una persona mayor de 65 años y que obtuvieron ingresos de transferencias de dicho programa. Concluye que la mayor parte de esos hogares, a pesar del apoyo recibido, padece algún tipo de problema para alimentarse y cerca de un 20% en el decil más pobre, tienen problemas graves de alimentación.

En Comer o no comer: género, tipologías y prácticas alimentarias de mujeres con gordura, Maribel Núñez Rodríguez presenta un trabajo etnográfico realizado en la Ciudad Juárez durante los años 2018 y 2019 con dos grupos contrastantes: Tragones Anónimos (TA) y Activistas contra la gordofobia. Su objetivo es obtener información sobre estas distintas experiencias de alimentarse y entender cómo influyen las interacciones en la conformación de una subjetividad edificada desde la corporalidad gorda. Por su parte, Sabina Victoria García Zúñiga y María del Rosario Ayala Carrillo, quienes escriben Prácticas alimentarias tradicionales indígenas: resistencias y luchas ante los imperios alimentarios, reflexionan sobre la resistencia de las comunidades locales en cuanto a sus prácticas alimentarias tradicionales lideradas por mujeres. Sostienen que la preservación de la diversidad alimentaria y cultural, así como la producción, el procesamiento y el consumo de alimentos tradicionales, es un acto político significativo frente a la homogeneización impuesta por el sistema alimentario industrial.

En esta misma perspectiva, el artículo de Sandra Ramírez-García y Martha Elena Nava-Tablada, postula que, la educación alimentaria no sólo debe orientarse al aprendizaje sobre nutrición, sino cuestionar las relaciones que atraviesan la alimentación personal y motivar la imaginación para reordenar políticamente la cotidianidad de comer. De ahí el título del trabajo: Cocinando alternativas: repensar la educación alimentaria desde el espacio social. Por su parte Gabriela Patricia González del Ángel e Israel G. Ozuna García en Las cocinas periurbanas y su valor como territorios de resistencia cultural ante la modernidad culinaria neoliberal presentan una reflexión sobre la importancia de los habitantes de las periferias urbanas, en este caso, de la Zona Metropolitana de Querétaro, quienes en su búsqueda por producir y transformar alimentos en comida nutritiva, culturalmente pertinente y económica accesible, logran resistir a la creciente invasión de productos ultraprocesados en sus localidades.

Axel Elías Jiménez escribe ¿Gastronacionalismos en diálogo o en contienda? Oferta de comida venezolana en la Ciudad de México durante el siglo XXI. Cuestiona los discursos de amabilidad y amistad mexicana que se suelen repetir con respecto a las personas en estado migratorio, pues, al menos en el campo del gastronacionalismo, las jerarquías asumidas en las campañas que favorecen el gastronacionalismo mexicano, repercuten de manera poco receptiva en comunidades no identificadas con México. Por último, en Devorar y ser devorados: sociología de la alimentación y su crítica post-capitalista en el arte, Álvaro Eduardo Fernández Melchor analiza cuatro obras de arte con la finalidad de abrir interrogantes que reflejen la contingencia inherente al arte contemporáneo, en lo referente a la relación entre alimentación, consumo y explotación en el contexto globalizado.

Por lo que respecta a las secciones Escritos de Frontera, Lecturas y Reseña, quienes lean el número, se encontrarán una miscelánea de tópicos de sumo interés, relativos a la energía, desastres naturales, cine y un informe crítico sobre los imperios alimentarios.

El director

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