Procesos migratorios en México
Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes
Procesos migratorios en México
nuevos rostros, mismas dinámicas
Informe 2018
Introducción
Como ha sucedido en los últimos seis años, este Informe ha sido elaborado con base en los esfuerzos cotidianos que realizan las personas que colaboran en las casas, comedores, estancias, albergues y organizaciones integrantes de la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (REDODEM); particularmente aquellos referentes a la aplicación de entrevistas a las personas en situación de movilidad que acudieron a dichos espacios para recibir algún tipo de apoyo durante el año previo en que se presenta el mismo. A modo de introducción, en las siguientes páginas daremos a conocer algunos de los objetivos, lineamientos metodológicos y éticos, y contenidos del Informe 2018.
La REDODEM es una red de 23 casas, come- dores, estancias, albergues y organizaciones con presencia en 13 estados de la República Mexicana que brindan distintos tipos de acompañamiento –humanitario, jurídico, psicológico y médico– a personas en situación de movilidad.[1] Esta distribución geográfica no sólo brinda a la Red una enorme riqueza en términos de diversidad de espacios que le conforman y experiencias de acompañamiento, sino que, además, le presenta retos de articulación y, en el caso de los Informes que elabora, de análisis e interpretación de la información que recopila y da a conocer.
Como expusimos en el anterior Informe 2017, los perfiles de quienes asisten a los espacios que conforman la Red y los flujos de movilidad de los cuales participan se han diversificado y complejizado. Fue precisamente esta situación la que nos llevó al desarrollo de un cuestiona- rio que nos permitiese captar la diversidad y complejidad de aquellos perfiles de movilidad que circulan por México. De igual manera, nos ayudó a reconocer el creciente número de personas que decidieron salir de sus lugares de origen por motivos de violencia. En este sentido, desde el año pasado, además de preguntas sobre el historial de deportación, el cuestionario que la Red ha desarrollado incluye un apartado con preguntas destinadas a detectar a aquellas personas en situación de movilidad sujetas de protección internacional. No obstante, con la realización de ciertos cruces de información, tales adecuaciones también nos brindan la posibilidad de detectar flujos de movilidad que han sido definidos como migración interna laboral y desplazamiento interno forzado.
En este sentido, y continuando con los esfuerzos de años anteriores, el primer objetivo de este Informe es el de visibilizar la diversidad de personas y flujos de movilidad que convergen en los espacios que conforman la Red, independientemente de la representatividad estadística que posean. Así, quien lea este documento encontrará información referente a flujos de movilidad que ya habían sido abordados plenamente en otros informes de la Red y otros datos no abordados, estos últimos particularmente compuestos por personas con historial de deportación, así como por aquellas que se desplazan al interior de México, quienes, por cuestiones de representatividad estadística, escalas de análisis y definiciones jurídicas, no habían sido incorporados plenamente en otros informes. Si bien, en el Informe REDODEM 2017 la Red trabajó bajo el supuesto de que los perfiles de las personas en situación de movilidad y las características de los flujos de los cuales participan cambian dependiendo de las regiones en que se encuentran, para el Informe de este año decidimos poner en el centro de la ecuación a las personas en situación de movilidad y, a partir de ellas, en caso de ser pertinente, regionalizar la información. Es decir, invertimos la ecuación.
La apuesta de la Red en este sentido es clara: sí, la representatividad estadística es importante, no obstante, en la realidad ésta no define ni los espacios de trabajo, ni los acompañamientos que son necesarios, ni mucho menos determina los perfiles de las personas en situación de movilidad y los flujos de los que participan. Por ejemplo, México siempre ha sido un escenario de salida, tránsito y llegada de personas en situación de movilidad; aunque, si bien en distintas cuantías y con diversas intensidades, las personas que acuden a nuestros espacios tienen intereses diversos, algunas llegan deseando asentarse, otras seguir su camino, algunas regresando de un viaje que no resultó como esperaban, otras buscando un respiro en lo que deciden qué hacer con sus vidas, etcétera. En otras palabras, las categorías analíticas, muchas de ellas desarrolladas bajo las necesidades e intereses de los Estados, no aplican cabalmente a las personas que acuden a nuestros espacios ni al acompañamiento que les brindamos cotidianamente.
Siguiendo muy de cerca lo expresado en el párrafo anterior, este año la Red apostó por dejar de adjetivar a las personas en situación de movilidad. En primer lugar, porque para quienes las acompañamos las personas son primeramente eso, personas que requieren de nuestro apoyo. Y también, porque los adjetivos que les imponemos resultan insuficientes en la definición de los flujos de movilidad de los cuales participan y los perfiles que presentan. Por ejemplo, una persona nacida en Honduras que deje su lugar de origen para dirigirse a Estados Unidos será definida como emigrante por este gobierno; como transmigrante por parte de aquellos de Guatemala, El Salvador, y México; y, como inmigrante por aquél de Estados Unidos; si dicha persona cambia de planes o las circunstancias la obligan a hacerlo, entonces se convertirá en deportada, expulsada o retornada dependiendo de quién la vea y cómo decida nombrarla. Más aún, quienes les acompañamos nos preguntamos: ¿En qué momento una persona que sufre un proceso de deportación deja de ser migrante y se convierte en deportada? Y, ¿en qué momento una persona deportada deja de serlo y se convierte en vagabunda por vivir en la calle o en adicta por consumir sustancias?
Esto nos lleva al segundo objetivo de este Informe, reconocer que las personas que acuden a nuestros espacios se encuentran en situación de movilidad, más ésta no las define, ni las definirá, y mucho menos podrá definir sus derechos. Con ello buscamos abonar al cuestionamiento de políticas identitarias que, aunque son positivas, también son, y han sido, suelo fértil para el surgimiento, permanencia y regreso de xenofobias, discriminaciones, exclusiones o inclusiones-condicionadas. En otras palabras, como Red consideramos que nuestra labor de acompañamiento no es poner etiquetas a las personas en situación de movilidad, eso, si acaso, corresponde a los Estados, así como a cierto tipo de academias. Nuestra misión tiene otro sentido: acompañar, en la medida de lo posible, a las personas en aquello que necesiten y a través de los múltiples espacios en que nos localizamos, independientemente de cómo las nombren algunas personas e instituciones.
En este mismo sentido, vale la pena enfatizar que consideramos como esfuerzos en vano los intentos por clasificar los motivos por los cuales salen las personas –motivos económicos, de violencia, ambientales, entre otros–, pues sólo uno se mantiene constante: la esperanza de las personas de que al salir tendrán una mejor vida, para ellas y para aquellas personas que quieren. Así, no sólo es necesario cuestionar la pertinencia de los adjetivos y categorías teóricas con que hemos nombrado a las personas en situación de movilidad, sino además y mucho más apremiante, es menester denunciar cómo éstas han sido usadas por los gobiernos para decidir quiénes sí merecen salir de sus lugares de origen y quiénes no. Especialmente porque estas circunstancias han traído como consecuencia agresiones, sufrimientos, muertes y desapariciones no sólo de quienes salen de sus lugares de origen, sino también de familiares y de otras personas vinculadas a sus vidas.
En este sentido, es importante recalcar que nuestro posicionamiento político seguirá manteniéndose fi y claro: todas las personas tienen derecho a moverse libremente o no hacerlo si así lo desean, tanto si este movimiento implica cruzar una o más fronteras geopolíticas o no. Así, creemos que la función de los Estados no es aquella de decidir quiénes pueden hacerlo y quiénes no, sino la de brindar las condiciones necesarias para que el derecho de las personas a la libre movilidad se dé en condiciones dignas y seguras. Así, el tercer objetivo de este Informe es similar al de años pasados, por un lado, caracterizar sociodemográficamente a las personas en situación de movilidad que acuden a nuestros espacios y, por el otro, dar a conocer las múltiples agresiones que sufren como consecuencia de las políticas migratorias implementadas por los Estados, especialmente el de México.
Si bien, todos los Informes elaborados por la Red han buscado no poner en mayor riesgo la integridad de las personas en situación de movilidad que acompañamos, prestando atención a cuestiones éticas, por ejemplo, al no publicar los datos personales y al preservar el anonimato de las personas a quienes se refiere; en esta ocasión decidimos redoblar esfuerzos para mejorar nuestra atención ante este tipo de cuestiones. En este sentido, buscamos que las personas colaboradoras usaran un lenguaje con perspectiva de género con el fin de evitar, o al menos no contribuir, a la discriminación y/o estigmatización por cuestiones sexo-genéricas. De igual manera, se atendió el uso del lenguaje para evitar otros tipos de discriminación y/o estigmatización, por ejemplo, étnicas y/o etáreas (infantilizaciones), e incluso criminalizaciones relacionadas con la situación de movilidad irregular en que se desplazan la mayoría de las personas a quienes acompañamos.
Desde años atrás, la REDODEM ha reconocido la importancia de que la información presentada en sus Informes sirva no sólo a la Red, sino también a las casas, comedores, estancias, albergues y organizaciones que la integran, de manera independiente. Así, a diferencia de los Informes elaborados en años anteriores, sólo el Capítulo 1 está dirigido casi exclusivamente a realizar un análisis estadístico de las variables que el cuestionario de la Red registra. Mientras que el resto del documento no sólo se ha estructurado de manera distinta, sino que también contiene información diversa.
A modo de introducción temática, el Capítulo 2 busca contextualizar de manera académica, histórica y estructuralmente, los lugares de donde salen las personas en situación de movilidad, así como aquellos a donde se dirigen. Por su parte, los capítulos 3, 4, 5 y 6 retoman las estadísticas como un punto de partida para el análisis y exposición de los retos y oportunidades de acompañamiento que derivan de los múltiples perfiles de las personas en situación de movilidad que acuden a nuestros espacios. Independientemente del perfil de las personas en situación de movilidad, el Capítulo 7 se centra en analizar las estadísticas sobre las agresiones que las personas dijeron haber presenciado o sufrido durante su desplazamiento. Mientras tanto, el Capítulo 8 retoma información de distintas fuentes, incluyendo los 5 Informes de la Red presentados desde el 2013, con el fin de hacer un balance de la política migratoria mexicana implementada durante la administración del expresidente Enrique Peña Nieto. Finalmente, con base en la información presentada a lo largo del documento y a modo de cierre, el Capítulo 9 expone algunas recomendaciones que la Red hace al Estado en materia de movilidad.
Como todos los años, esperamos que la información contenida en este documento sea de utilidad a distintos públicos, tanto académicos como de la sociedad civil y de gobierno, que estén interesados en conocer el acompañamiento que brindamos en cada uno de nuestros espacios, los perfiles de las personas en situación de movilidad que acompañamos y los fl de los cuales participan, así como las agresiones y probables delitos y violaciones a derechos hu- manos de los que son víctimas. Especialmente, esperamos que este documento sea una herramienta para promover y defender los derechos humanos tanto de las personas en situación de movilidad, como de quienes las acompañamos, y con ello contribuir a la esperanza de que un mundo más justo, digno y hospitalario es posible.
[1] Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Coahuila, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Querétaro, San Luis Potosí y Veracruz.
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