Historia y memoria de los huracanes
Por Génesis Gatica Porcayo
Ciudad de México. 17 de noviembre de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Durante varios años, el estudio de los fenómenos naturales a nivel mundial ha estado relacionado con las disciplinas científicas propias de la categoría del fenómeno. Sin embargo, el análisis del actuar de la sociedad ante la presencia de un fenómeno natural es un tema poco indagado y tiene como resultado conocer que los desastres naturales tienen también una carga social.
En este sentido, Virginia García Acosta, profesora investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) ha trabajado los últimos 30 años el tema de desastres en la historia de México, lo que la ha llevado a la producción de una compilación de datos que describen el devenir histórico social del país ante la presencia de amenazas naturales y desastres, entre los cuales se encuentra el que lleva por título Historia y memoria de los huracanes: cinco siglos.
“En los últimos 30 años he trabajado en el tema de desastres en la historia de México, después el tema se fue ampliando a desastres en América Latina y otras partes del mundo”, afirmó en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
García Acosta explicó las estrategias adaptativas que la sociedad ha desarrollado para enfrentar tales amenazas a lo largo de 500 años de historia.
Amantes del desastre
En el proyecto se reúnen todos aquellos investigadores interesados en los estudios históricos y multidisciplinarios sobre los fenómenos naturales y desastres, quienes se encargan de realizar el trabajo de recopilación, sistematización, análisis y difusión de la información sobre estos eventos.
Los huracanes y sus efectos asociados en diferentes etapas de la historia de México es el punto principal a estudiar así como mantener un registro de cada evento y tener conocimiento de las estrategias que la sociedad mexicana ha generado ante la presencia de una amenaza natural recurrente.
Inicialmente trabajaron en el tema de sismos, después en los llamados desastres agrícolas en la historia del país, que son básicamente eventos relacionados con amenazas de origen hidrometeorológico como sequías, granizadas, nevadas, huracanes, etcétera.
Fue a raíz de los sismos de 1985 cuando se lanzaron iniciativas para participar desde algunas instituciones, como el CIESAS, en la ocurrencia de estos desastres y fue a partir de ese momento que la doctora García Acosta comenzó a dedicarse a estos temas que fueron ampliándose cada vez más.
De acuerdo con la especialista, los huracanes son una amenaza natural que se presenta desde siempre porque son parte de la variabilidad climática, y bajo la hipótesis de que la sociedad no ha sido pasiva ante la presencia de estos eventos naturales y que se han desarrollado estrategias adaptativas para enfrentarlos, es que surge su interés por recuperar su historia, no solo en el cuándo o dónde ocurrieron, sino su memoria; es decir, qué fue lo que la sociedad hizo ante la presencia recurrente de estas amenazas y su aprendizaje consecuente.
En ambos casos se elaboraron catálogos históricos que incluyen cinco siglos de información de la historia de México. Fue así como el equipo de trabajo se involucró más en el tópico y pudieron identificar ciertos enfoques teórico metodológicos para trabajar dichos temas.
Según Virginia García Acosta, para fortuna de los especialistas, los materiales de archivo en México —que es la fuente básica de obtención de la información de los historiadores—, es muy rica y esto ha permitido recuperar una gran cantidad de información a lo largo de los últimos cinco siglos. México es considerado el único país que cuenta con información escrita para la época prehispánica a partir de los códices.
Red Latinoamericana para prevención de desastres
De acuerdo con la especialista, los desastres no son completamente naturales sino que hay en ellos un componente social muy importante en su ocurrencia que al asociarse con una amenaza natural provoca tales desastres, “como científicos sociales nos ha interesado más lo que ocurre antes y después de la presencia de una amenaza”.
En este contexto fue que el grupo especializado creó en 1992 una red latinoamericana que lleva por nombre Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina.
Con la creación de esta red se buscó entender y analizar los desastres sentando las bases de lo que actualmente se conoce como la Gestión de Riesgo donde cada esfuerzo cuenta y se suma a lo que consideran un reto permanente por entender las causas de los riesgos con que convivimos y así tratar de reducirlas.
Para los últimos años del siglo XX la Asamblea General de las Naciones Unidas designó la década de los 90 como el periodo en que la comunidad internacional tendría que prestar especial atención en el formato de cooperación internacional en el tema de desastres naturales, por lo que se designó oficialmente el Decenio Internacional para la reducción de los Desastres Naturales.
“Esa declaración fue importante porque detonó una serie de investigaciones no solo desde las ciencias naturales estudiando los fenómenos naturales como los sismos o huracanes, sino para estudiar desde la perspectiva social y humanística qué es lo que pasa, lo que ha pasado y lo que se debe hacer”, explicó.
La respuesta de la sociedad a través del tiempo
Los registros del trabajo que han hecho se basan en la creación de catálogos que incluyen 500 años o más de información sobre temblores, desastres agrícolas o huracanes y que, de acuerdo con la especialista, no se podrían haber hecho sin la intervención de grupos de estudiantes que ahora son ya profesionales en el tema.
Considera además que de todos los eventos naturales de los que se tienen registro, existen fenómenos que por diferentes circunstancias son más significativos que otros y entre ellos destaca un sismo ocurrido el 7 de abril de 1845 y cuya réplica sucedida el 10 de abril fue particularmente documentado. A pesar de no haber podido ser medido, dada la inexistencia en la época de instrumental para ello, los especialistas estiman que fue un movimiento con una magnitud superior a 8.1 en la escala de Richter.
“Fue un temblor realmente muy fuerte; sin embargo hubo 17 víctimas en total entre los muertos y heridos. Hubo muchos daños materiales pero eso recuerda lo que dijo en su momento el geofísico Cinna Lomnitz: ¿qué es lo que mata, los temblores o los edificios?”.
García Acosta mencionó que la sociedad se ha involucrado de diferentes maneras dependiendo del momento histórico. En la época de la Colonia por ejemplo, era importante la participación de las autoridades eclesiásticas porque había alrededor toda esta creencia —que en algunos lugares sigue vigente— de que los temblores son un castigo divino por el mal comportamiento humano.
Entonces en aquella época era muy común hacer rogativas, procesiones, rezos, misas, etcétera, para tratar de paliar con la intervención divina la magnitud del fenómeno natural y del desastre mismo.
Con el paso del tiempo y por el tipo de desarrollo social y económico que se ha adoptado, ha incrementado la vulnerabilidad de las sociedades y materialmente se han construido riesgos al deforestar, ubicarse en zonas inadecuadas, al erosionar el terreno, con la contaminación. A ello se denomina la “construcción social de riesgos”.
“Con todas estas acciones que ha provocado el hombre ha llevado que ante la presencia de una amenaza natural que antes no provocaba tanto daño ahora sea el objeto de desastres realmente grandes. Antes caía una gota de agua y no pasaba nada y hoy cae una gota de agua y como consecuencia tenemos una gran inundación”, expresó.
El siguiente paso de su trabajo es finalizar el catálogo sobre la historia y memoria de los huracanes en México, donde contarán todo lo realizado, lo que se encontró y la conformación del equipo de trabajo incluyendo los miembros internacionales.
Como consecuencia de este trabajo tienen planeado hacer un proyecto con colegas de diferentes países como parte de una red temática que está financiando el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y que se denomina Red Temática de Estudios Interdisciplinarios sobre Vulnerabilidad, Construcción Social del Riesgo y Amenazas Naturales y Biológicas.
“Una de las grandes satisfacciones es haber abierto una línea de especialización que se llama Estudio histórico social de los desastres de México y América Latina que tiene algunos exponentes en otros países de América Latina», concluyó.
[Texto e imágenes tomadas de Conacyt Prensa]
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