Comunicado Academia Mexicana de Ciencias

A la comunidad científica, A la opinión pública:

La ciencia es una actividad humana extraordinaria que nos permite conocer y entender los secretos del Universo y el funcionamiento del mundo, desde el orden de las partículas elementales hasta la estructura a gran escala del Universo, pasando por la multiplicidad de los seres vivos y la evolución de las culturas y el pensamiento.

Este gran acervo de conocimiento también nos permite atender y resolver los problemas a los que se enfrenta la humanidad. El conocimiento es indispensable para la generación de bienestar social, atención a los problemas de salud, generación de fuentes de energía, combate a la contaminación y al cambio climático, protección de la biodiversidad y los recursos hídricos, mejorar la calidad de la educación, reducir la violencia, combatir la desigualdad social y la pobreza, y muchas otras cosas. Los ejemplos abundan. El desarrollo de vacunas aumentó notablemente la expectativa de vida del ser humano; avances de la medicina hacen que el cáncer de próstata y de mama no sean ya necesariamente mortales; desarrollos tecnológicos como el teléfono celular inteligente, el GPS y la Internet han cambiado nuestra vida cotidiana. Ahora conocemos la importancia de controlar las emisiones de gases tipo invernadero para contender con el cambio climático. El conocimiento científico es nuestra mejor arma para construir un mundo más seguro y saludable, un mundo más ético y justo, con una vida mejor. En resumen, el conocimiento científico constituye un bien público indispensable para la sociedad, y el acceso al mismo debe considerarse un derecho humano fundamental. En este sentido, su importancia no puede ser subestimada pues forma parte integral de la cultura, propicia la capacidad para analizar y modificar el entorno, y contribuye a generar progreso y calidad en prácticamente todas las actividades del ser humano.

Por todo lo anterior, el fortalecimiento de la inversión en educación, así como en ciencia, en tecnología y en innovación (CTI) no es un lujo, sino una verdadera necesidad tan urgente como trascendental; no es un gasto, es una inversión. Promover a la ciencia es promover el bienestar con una mayor justicia social, a través de la generación de empleos de calidad. México tiene el compromiso ineludible de saldar su deuda histórica para abatir la pobreza y el rezago social, además de alcanzar mejores niveles de equidad y bienestar para su población. Incrementar la capacidad de CTI es fundamental para transitar de una economía maquiladora a una economía basada en el conocimiento y la información, que redundará en más y mejores empleos y una mayor competitividad. Ello requiere políticas públicas definidas, de mediano y largo aliento, que estimulen el crecimiento y la fortaleza del sistema de CTI. Hemos tenido avances importantes, pero no a la velocidad que el país lo requiere y con menor celeridad de lo que lo están haciendo otras naciones, incluso en nuestra propia región latinoamericana.

La propuesta plasmada en el documento «Hacia la consolidación y desarrollo de políticas públicas en ciencia, tecnología e Innovación. Objetivo estratégico para una política de Estado 2018-2024», que fue entregado el pasado 22 de agosto al presidente electo, Lic. Andrés Manuel López Obrador, es de un muy amplio consenso. Más de 70 instituciones de investigación científica, innovación, desarrollo tecnológico, ciencias sociales, humanidades y educación superior, cámaras empresariales, sectores de gobierno, centros públicos de investigación, academias y fundaciones -entre ellas la Academia Mexicana de Ciencias- llevamos a cabo una amplia discusión, con un análisis profundo y una visión de largo plazo, sobre la consolidación de políticas públicas de una Agenda Nacional en Ciencia, Tecnología e Innovación, cuya propuesta principal es:

Hacer del conocimiento, la tecnología y la innovación, incluida la innovación social una palanca fundamental para el crecimiento económico sustentable de México, que favorezca el desarrollo humano, posibilite una mayor justicia social, consolide la demacrada y la paz, y fortalezca la soberanía nacional.

El documento propone colocar a la ciencia como una prioridad nacional, con objetivos concretos nacionales y regionales tomando en cuenta las necesidades del país. Propone también estrategias de planeación y evaluación, así como la expansión y fortalecimiento del sistema con un desarrollo de capacidades regionales y una mayor vinculación sociedad -academia-sector productivo. Asimismo, sugiere un marco normativo y de gobierno para el sector, adecuado a sus objetivos, y un financiamiento sostenido que en el corto plazo alcance el 1 por ciento del PIB -como lo estipula la Ley General de Educación en su Artículo 25, y la Ley de Ciencia y Tecnología en su artículo 9 Bis-y en el mediano plazo incrementarlo al promedio de la OCDE (2.4%).

Los presidentes de la Academia Mexicana de Ciencias abajo firmantes, apoyamos decididamente el contenido de dicho documento, y refrendamos el compromiso de nuestra Academia con la nación mexicana, contribuyendo con todo empeño a que México transite hacia una sociedad más justa, y hacia un país más próspero y sustentable.

Ciudad de México, a 21 de octubre de 2018