XI Congreso Latinoamericano de Sociología Rural

XI CONGRESO LATINOAMERICANO DE SOCIOLOGÍA RURAL

OAXACA, MÉXICO, 27 DE NOVIEMBRE A 2 DE DICIEMBRE DE 2022

Los proyectos del agro para las sociedades latinoamericanas en el contexto de la pandemia: coaliciones, conflictos socioterritoriales y resistencias

Se extiende el plazo hasta el 30 de abril

La Asociación Latinoamericana de Sociología Rural (ALASRU) convoca a los y las académicas interesadas en la problemática de las ruralidades a participar en el próximo Congreso ALASRU2022 que se llevará a cabo en la ciudad de Oaxaca , capital del estado de Oaxaca, México, del 27 de noviembre al 2 de diciembre del 2022 , con el propósito de abordar y debatir críticamente, con apertura y respeto a la diversidad y pluralidad teórico-metodológica, futuros imaginables para América Latina en el marco de la pandemia; retomando las grandes líneas del congreso 2018, en el cual se debatieron las convergencias, disputas y alternativas en un contexto de revitalización del papel de las economías agrarias. Se podrán presentar contribuciones en formato de Ponencia en alguno de los 21 Grupos de Trabajo (GT), así como propuestas para Mesas Redondas sobre temas no incluidos en los GT.

La pandemia causada por el virus SARS-CoV-2 (Covid-19) es una de las mayores tragedias sociales contemporáneas que afecta de formas inimaginables la vida de todas las personas. Los estudios rurales se han enfocado en los cambios que la crisis ha desencadenado en la organización de los sistemas productivos, agroalimentarios y, de manera amplia, en los mundos rurales cuyos efectos a largo plazo tardarán en conocerse. Diversas evidencias de cambio en las prácticas de producción y consumo, en las formas de sociabilidad y en las relaciones humanidad-naturaleza, irrumpen por todas partes, pero éstas no apuntan hacia la misma dirección; mientras que algunos análisis destacan ejemplos de transición hacia sistemas alimentarios y productivos más sostenibles y saludables, ante un mundo rural más integrado con el urbano; otros señalan la aceleración de prácticas extractivistas, de expropiación y despojo de los recursos naturales, masificación del mono-cultivo agrícola y desconexión entre el campo y la ciudad.

América Latina es una de las regiones más impactadas por la pandemia y, desde múltiples miradas, está directamente asociada con las crisis sociales, económicas y políticas que afectan y agravan exponencialmente las condiciones de vida de la población. En el último Congreso de ALASRU (2018) la incidencia de la derecha conservadora impactó a quienes investigamos estos temas y aún hoy nos afecta la imagen incierta del mosaico político en que se ha convertido América Latina, donde parece mucho más difícil avizorar hacia dónde se dirige la región. Entre los debates que están en la agenda actual, dos cuestiones son centrales: por un lado, la reestructuración de procesos, espacios de integración y cooperación (tales como CELAC, UNASUR y MERCOSUR); por otro, el tema de los acuerdos comerciales y la relación de la región con China, Estados Unidos y Europa.

Entre la comunidad académica, las incertidumbres frente al campo político prevalecen ya que se observa la construcción de una nueva coalición política —en muchos países se define como “el agro” o el “agronegocio” —que ha buscado consolidarse como portadora no sólo de un modelo de agricultura para la región (basado en el extractivismo y la destrucción de los recursos naturales), sino también de un proyecto de sociedad “deseable”. Por ello, ha implementado estrategias más o menos agresivas para deslegitimar las críticas (especialmente la ambiental) y apropiarse del discurso ecologista, buscando crear en la sociedad una imagen positiva del motor de las economías nacionales. Estas estrategias involucran movimientos políticos y científicos que buscan deslegitimar las diversas críticas planteadas y pretenden demostrar que este “agro” / “agronegocio” es un sector moderno e innovador que puede convertirse en un pilar del progreso latinoamericano.

Desde una perspectiva crítica, esta imagen es una nueva ficción política y científica, lo que no significa, sin embargo, que no tenga efectos reales sobre los cambios que se están produciendo en el sistema agroalimentario, productivo y en los espacios rurales. Como se sabe, los procesos de financiación son impulsados con fuerte respaldo debido a estas expectativas ficticias. En efecto, la fuerte influencia del capital financiero (en la dinámica agraria y acaparamiento de tierras, en los mercados de commodities y en las empresas del sector agroalimentario) responden a esta nueva imagen del “agro” y a los acuerdos comerciales con China, Estados Unidos y Europa que actúan como elementos centrales en la creación de mecanismos institucionales para viabilizar tales fenómenos.

Varios movimientos rurales y urbanos con críticas a este proceso han surgido; por otro lado, la clásica disputa agraria por la tierra y las luchas de las comunidades indígenas han sido cada vez más agudas frente al intenso ritmo de despojo y expoliación de territorios, culturas y recursos. La creciente interacción y articulación con movimientos feministas y ecologistas, han contribuido a revitalizar y ampliar los análisis de la cuestión agraria clásica; también han integrado temas vinculados a la relación entre el modelo de agricultura, la crisis ecológica y el cambio climático, los conflictos y relaciones de poder en torno a la apropiación y transformación de la naturaleza, así como la segmentación por género, raza y el carácter móvil de la explotación del trabajo tanto productivo como reproductivo. Desde estas agendas, el tema de las alternativas adquiere una renovada centralidad, tal como enuncian diversas iniciativas y luchas por la agroecología y la soberanía alimentaria. Con interfaces en estos mismos temas, la mirada de movimientos urbanos centrados en las agendas alimentarias también ha fomentado la construcción de alternativas. Sin embargo, aún no está claro cuál es el potencial de estos contra-movimientos para construir proyectos alternos para el mundo rural y la sociedad en su conjunto. Entre los desafíos que se plantean, está la urgencia de los estados nacionales ante la crisis económica, social y sanitaria agudizada por la pandemia que, en muchos países, puede fortalecer la capacidad de los sectores dominantes de las cadenas exportadoras de commodities primarios para erigirse, como en otros momentos, en los “motores” de la recuperación.

En este contexto, la convocatoria al Congreso de ALASRU 2022 retoma las grandes líneas del llevado a cabo en 2018, en el cual se debatieron las convergencias, disputas y alternativas en un contexto de revitalización del papel de las economías agrarias. De este modo, convocamos a los y las científicas sociales a participar en el próximo Congreso ALASRU 2022 que se llevará a cabo en México y que tiene como propósito abordar y debatir críticamente, con apertura y respeto a la diversidad y pluralidad teórico-metodológica, futuros imaginables para América Latina en el marco de la pandemia.

Para facilitar la participación, se han diseñado 21 Grupos de Trabajo (GT) que recogen los principales ejes del debate y que ponemos a disposición para presentar sus contribuciones y avances de investigación.

Grupos de Trabajo (GT)