La virtualidad como nuevo estilo de vida
Jennifer Alejandra Vera Diego
Sin duda alguna, la pandemia por el virus del COVID-19 fue un completo desequilibrio que causó gran impacto social, económico, político y de salud, tanto en lo individual como en lo global. Todo el mundo sucumbió ante la presencia de lo desconocido, afectando de muchas y diversas maneras a cada individuo de nuestra sociedad. Y, evidentemente, padecer las consecuencias ante aquello para lo que nuestro país no estaba preparado.
La salud también es mental
Hablando desde mi experiencia, durante esta situación, mi salud mental ha decaído en picada conforme pasa el tiempo. Actualmente curso mi primer año de universidad y aprender a través de una pantalla (sin contar los distractores a mi alrededor) se vuelve sumamente difícil y cansino.
Mi vida social se ha vuelto virtual y prácticamente nula. Todos nos hemos volcado al internet y la virtualidad se ha vuelto parte de nuestras vidas, sin convivencia ni contacto personal, causando con ello no solo una sensación solitaria y depresiva, sino también un fuerte desgaste emocional. Todo ello me hace reflexionar, ¿qué puedo hacer ahora ante ello? ¿Existe alguna alternativa?
Ahora mismo nos encontramos en una situación crítica, donde pensar en salir para convivir no es la mejor opción. Sin embargo, ¿por qué no aprovechar la la red virtual para encontrar alternativas de convivencia? Existen muchísimas redes sociales a nuestro alcance, donde se puede mantener contacto con aquellos que quisiéramos ver en persona. Si bien no es lo mismo, por lo menos la sensación de tener alguien que me acompaña durante esta difícil circunstancia hace más llevadera la situación.
Teletrabajo: ¿nueva economía?
Hoy, y más que nunca, el uso de la web se ha convertido en el sustento esencial de muchas personas y familias. Las computadoras se han vuelto nuestra principal herramienta de trabajo y los dispositivos móviles se han convertido en nuestro interlocutor de convivencia diaria.
Muchas personas tuvimos que adaptarnos a esta nueva modalidad a distancia y el home office se volvió parte de nuestra normalidad, pues tenemos que estudiar y/o trabajar con ella. Muchas personas tuvieron que trasladar su trabajo a la web y vender sus productos en línea, convirtiendo al internet en el mayor conductor de comercio del mundo y grandes empresas virtuales se han visto beneficiadas con ello.
Pero es evidente que no muchos corrieron con la misma suerte. Muchas personas, y me atrevo a decir que la mayoría de nuestra gente, se vió desfavorecida. Muchas personas que vivían de sus comercios tuvieron que dejar de vender debido a la caída o nula venta de sus productos, muchos inclusive viven al día con lo poco que se puede ganar en medio de esta fuerte circunstancia.
Como siempre, los más beneficiados son y serán la gente “mejor acomodada”, la gente con privilegios, pero aquellos que viven en la pobreza, empobrecieron más, visualizando la fuerte desigualdad que causa esta situación.
Vida, cambios e innovaciones urbanas
¿Quién pensaría alguna vez que todos llevaríamos cubrebocas como elemento esencial de nuestra vida diaria?
Aún antes de la pandemia era común que en los países asiáticos sus habitantes llevasen una mascarilla para protegerse de la contaminación y los rayos quemadores del sol. Por eso el uso de mascarillas no radicalizó esencialmente la rutina en sus culturas. Sin embargo, es increíble comparar nuestra realidad y la forma en la que drásticamente esto influyó en nuestra sociedad.
Mascarilla, gel antibacterial, desinfectante, 1.5 metros de distancia. Ahora son parte de nosotros y nuestra realidad.
Por eso me cuestiono, ¿qué será de nosotros y nuestra vida cuando todo este embrollo termine? ¿Todo será como antes?
Lo dudo. Ahora somos parte de una “nueva normalidad”, normalidad que ya se hizo de nosotros una costumbre y ya no nos causa extrañeza. No será raro ahora ver a una persona en la calle con cubre bocas sin pensar que tal vez solamente le dio gripe, ni será raro ver cada vez a más personas adentrándose al campo laboral virtual, y ni hablar de los cambios que habrá en la educación a partir de ahora.
Lo bueno de todo esto será que si en un futuro vuelve a ocurrir algo tan fuerte la gente sabrá reaccionar mejor. Con la experiencia previa se podrán manejar y perfeccionar las medidas sanitarias, y se sabrá guiar mejor a las nuevas generaciones que puedan padecerla.
La cultura como re-creación social
Ya hablé con anterioridad la repercusión que tiene esta nueva modalidad en nuestras vidas y cómo nos hemos que tenido que adaptar. Pero es importante mencionar la gravedad de la violencia y cómo alarmantemente ha aumentado durante este periodo.
Demasiadas mujeres trabajan desde casa, algunas más desafortunadas se quedaron sin empleo, o incluso, ahora han tenido que convivir más con sus esposos. Es inquietante ver las noticias sobre las mujeres que reciben violencia dentro de su casa y de sus esposos.
Vivimos en el país con mayor tasa de feminicidios en América Latina y desafortunadamente las circunstancias han llevado a muchísimas mujeres a convivir más tiempo con sus agresores. Esto ha desencadenado una ola inmensa de crímenes de odio hacia muchas mujeres.
Durante este tiempo me cuestioné ¿cómo hacer que estas alarmantes estadísticas paren de subir?
Ahora mismo estamos viviendo la etapa más virtualizada de todos los tiempos. Es importante difundir en todos los medios las cifras de esta alarmante situación. Tenemos a la mano un dispositivo que nos conecta con todo el mundo. Es en demasía importante convertirnos en reporteros de nuestra realidad. Incentivar a las personas a conocer y observar fuera de sus panoramas de privilegio y sembrar la cultura entre nuestra gente.
Gobernanza: anticipar un mejor futuro
Es desalentador ver la desigualdad y egoísmo de los mexicanos con los mexicanos. Muchísimas veces solemos hablar desde nuestra burbuja de privilegios, no solemos asomarnos para observar más allá de nosotros y no nos solidarizamos con el que tenemos al lado.
La importancia de estar unidos ante esta situación ayuda no solamente a solidarizarnos más con otros, sino también ayuda a concientizarnos más sobre la verdadera importancia de esta situación, que es la responsabilidad. Concientizándonos sobre la importancia de nuestra responsabilidad y con ayuda indispensable del gobierno, anticipamos un futuro mejor y más pronto a llegar.
Sin duda el papel del gobierno recae con mayor peso aquí, deberían implementarse mejores medidas de salud y más eficaces. Se debería escuchar la vox populi y trabajar de la mano entre todos, no solamente entre quienes crean leyes y dictaminan palabras. México somos todos, y trabajando en conjunto, con eficiencia y empatía, se logrará un futuro con mejor esperanza.
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