Lucelly Carolina Burgos Suarez1 y Lorena Evangelina Porras Suarez2
Palabras clave: Población Económicamente activa; educación superior; genero; mercado laboral.
La educación contribuye al enriquecimiento de los valores de los individuos, de sus expectativas y motivaciones para alcanzar mejores niveles de vida y bienestar. Asegurar condiciones de igualdad de oportunidades en todos los niveles de educación se considera un elemento de cambio social que repercute no solo en beneficio de las propias mujeres, sino también de sus hijos, de su familia y de la comunidad.
Numerosos estudios muestran que, con mayores niveles de educación, las mujeres
disminuyen su fecundidad, mejoran su salud reproductiva, incrementan su productividad y nivel de ingresos y desarrollan un mayor grado de libertad y poder sobre su vida, con la consecuente posibilidad de tomar mejores decisiones sobre su bienestar (Parker y Pederzini, 1998).
En nuestro país, el artículo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece como obligatoria la educación primaria y secundaria, de ahí que el Sistema Educativo Nacional considere el acceso universal a estos niveles educativos y el mejoramiento en la calidad de la educación. Particularmente, la política educativa en México, atendiendo a la fracción II del artículo tercero constitucional, busca contribuir al mejoramiento de la convivencia humana evitando la discriminación de sexos.
En los últimos años, el crecimiento de la cobertura de atención educativa de hombres y mujeres ha logrado reducir la desigualdad entre ambos sexos. No obstante, todavía se observan notables diferencias. A la Secretaría de Educación Pública, le correspondió dirigir la elaboración del Programa Sectorial de Educación (PSE) a partir de la meta nacional “México con Educación de Calidad” y de todas las líneas de acción transversales que le corresponden a dicho sector.
Con el propósito de elevar la calidad de la educación con equidad, el PSE se fundamenta en el artículo 3° Constitucional y en la reforma Educativa que modifico la Ley General de Educación; y creó las leyes generales del Servicio Profesional Docente y la del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y en las leyes generales de Igualdad entre Mujeres y Hombres, y la de Acceso de la Mujeres a una vida libre de violencia en distintos instrumentos internacionales.
El desarrollo humano tiene como objetivo, la ampliación de las capacidades y oportunidades de elección de las personas y, por consiguiente, la educación juega un papel clave en este proceso. En la actualidad, la brecha educativa no solo es la mayor diferencia que separa a los países avanzados de los menos desarrollados, sino que también explica una mayor parte de la variación observada en otros componentes del desarrollo humano.
La influencia de la educación es más fuerte sobre variables de acceso al desarrollo de las capacidades mínimas por parte de colectivos tradicionalmente excluidos como las mujeres y las minorías étnicas. En este nivel, la educación supone el empoderamiento de los que acceden a ella, porque proporciona una base mínima que permite a las personas desarrollar aquellas capacidades que valore. En este sentido, la educación pasaría a estar ligada a la adquisición de conocimientos
para el desarrollo personal y laboral, y por lo tanto a la disminución de la pobreza (Castillo,2001). Las disparidades económicas entre ricos y pobres aumentan cada año, el desempleo y el subempleo han alcanzado proporciones preocupantes, ya que las personas con algún nivel de
escolaridad engrosan cada vez más las filas de los desempleados.
Hay que puntualizar, que las esperanzas cifradas en la expansión cuantitativa de las oportunidades educativas han sido muy exageradas y en muchos casos falsas, tales como mayor crecimiento económico, mejores niveles de vida y mejores oportunidades generalizadas de empleo para toda la población. (Todaro,1982).
El objetivo de estudiar el mercado de trabajo calificado se debe, en particular, a que la educación superior aumenta la probabilidad de acceso a ocupaciones de mayor prestigio, cargos más altos y la participación femenina crece, aumenta el número de mujeres ocupadas con nivel superior, pero todavía no existe reconocimiento de su participación en la actividad económica, no hay aumento significativo de mujeres en posiciones jerárquicas altas ni en puestos de decisión como tampoco se observan grandes cambios en la reducción de la desigualdad salarial.
La educación ha sido uno de los factores que tradicionalmente ha demostrado desigualdad entre hombres y mujeres. Al iniciar el siglo XX se produce un cambio importante en la sociedad, como consecuencia del ingreso y posterior egreso de mujeres en las universidades públicas, con el paso de los años el índice de mujeres matriculadas en las universidades de la región fue en aumento, al punto en que algunas instituciones de educación superior, presentaron un número mayor en la matricula femenina frente a la matricula masculina, a este incremento se le conoce como “feminización” de la educación superior; sin embargo, esto no implica un panorama de igualdad entre hombres y mujeres en su participación en el ámbito laboral (Hernández, 2009). La feminización está vinculada al aumento durante la década de los setenta del número de instituciones de educación superior, sobre todo privadas y al hecho de que las Universidades Publicas ampliaron su cupo de ingreso.
Diversos estudios muestran que los recursos humanos con mayor calificación incrementan la productividad y los valores que promueven el desarrollo de la sociedad; esto implica que la educación no solo beneficia el ámbito laboral, sino también a la sociedad; no obstante, el
desempleo de los egresados universitarios es una realidad, pero también es cierto que los individuos consideran que es más fácil enfrentar el mercado de trabajo con estudios que sin ellos y con mayores posibilidades de mejores puestos laborales (Rangel 2000).
Al hablar de mercado de trabajo, las cuestiones de oferta y demanda son ineludibles, se han generado varios enfoques de análisis, siendo uno de los más reconocidos el de la teoría neoclásica. Este enfoque nos presenta las variables que intervienen en el acomodo de las fuerzas del mercado y también considera que el trabajador elige entre una renta producida por trabajo y el tiempo de ocio (Tohara,1983).
El marco neoclásico ha destacado la teoría del capital humano, la cual parte del supuesto de que cada individuo acude al mercado de trabajo con un acervo de conocimientos y experiencias. La inversión en tiempo y esfuerzo en educación repercutirá en la inserción de los individuos en el mercado de trabajo (Becker, 1983). La educación es un elemento básico para la inserción laboral pero no garantiza que el individuo obtenga un empleo con su nivel de estudios; bajo estas condiciones el mercado laboral esta segmentado con otras características tales como el sexo, la raza y la clase social.
La teoría del capital humano parte desde una perspectiva exclusiva del mercado, es decir, no plantea la presencia de diferencias sustanciales con respecto a cualquier otro proceso de intercambio mercantil de bienes y servicios, por lo cual el aspecto básico en la estructura del mercado es la equiparación entre el salario y el producto marginal del trabajador, en donde la diferencia en los salarios responde a desigualdades en los niveles de productividad del trabajo. El interés individual es el que motiva las decisiones de los hombres en el mercado capitalista, de tal manera que la educación representa una inversión y sus resultados se consideran como una forma de capital. (Schultz, 1962).
La teoría de la asignación del tiempo y las decisiones de reproducción biológica y matrimonio (Becker,1985) plantea que la familia representa una unidad de consumo y una unidad de producción dentro del tiempo laboral, mientras que las actividades domésticas se dan en el tiempo no laboral. Esta teoría remarca la división de roles entre géneros y la desventaja de las mujeres a la acumulación del capital humano para el mercado de trabajo y optar por la maternidad.
Para efecto de este análisis, se empleó la metodología cuantitativa utilizando la información del Instituto Nacional de Geografía (INEGI) y la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, correspondientes al año 2010 y 2016, cuarto trimestre de cada año. Cabe mencionar que, ante la diversidad de resultados, estas son las fuentes que se reportan como oficiales.
Crecimiento de la oferta de trabajo femenino en Yucatán
La población económicamente activa (PEA) está constituida por las personas de 12 años y más en edad, que participan en la producción de bienes y servicios económicos o que buscan trabajo (INEGI,2004).
En 2010 el estado contaba con un poco más de 350 mil mujeres económicamente activas, lo que representa el 38.6% del total de la P.E.A. y en el 2016 ascendió a 40.3%, mientras que la de los hombres disminuyo 1.7 puntos porcentuales en este mismo periodo, lo cual reafirma la tendencia en aumento de la inclusión de la mujer en el ámbito laboral y, por consiguiente, en la economía. (ver figura 1)
Figura 1. Porcentaje de la población económicamente activa por sexo en Yucatán 2010 y 2016.
70 61.4 59.7
60
Porcentaje
50
38.6 40.3
40
30
20
10
0
2010 2016
Años
Hombres Mujeres
Fuente: Figura elaborada por las autoras con datos del INEGI, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2010 y 2016. Los datos corresponden al cuarto trimestre de cada año.
En un estudio realizado por Torres (1998) sobre el empleo femenino en Yucatán y su mayor participación en la Población Económicamente Activa a nivel estatal, puntualizó algunos factores a tan inusitado crecimiento:
Crecimiento experimentado por la ciudad de Mérida.
La capital del estado es una ciudad donde predomina el sector terciario. Su actividad económica se orienta hacia el comercio y los servicios (público y privado), los cuales, en muchas ramas como salud, educación, administración pública, etc. emplean mujeres de manera preferente.
La difícil situación económica por la que atravesó y sigue atravesando el país sobre todo en los últimos años, ha llevado a una caída drástica del salario real y por consiguiente del poder adquisitivo, haciendo necesaria la participación económica de varios miembros de la familia para su sostenimiento.
Es importante destacar la tasa de participación por grupos de edad y sexo que revelan que actualmente la ocupación femenina se ha incrementado en todos los grupos de edad. De igual manera, el patrón de integración en las actividades económicas se modificó, ya que las mujeres presentan las más altas tasas de participación en las edades que abarcan de los 20 años a los 44 años en el 2000, edades en las que la mayoría de las mujeres yucatecas se encuentran casadas. (ver figura 2)
Figura 2. Tasas de participación económica por grupos de edad y sexo en Yucatán, 2000 y 2010.
Tasa de pariticipación
100.00
80.00
60.00
40.00
20.00
0.00
Hombres 2000
Mujeres 2000
12 a 14
15 a 19
20 a 24
25 a 29
30 a 34
35 a 39
40 a 44
45 a 50
50 a 54
55 a 60
60 a 64
65 y más
Hombres 2010
Mujeres 2010
Grupos de edad (años)
Fuente: INEGI. Censo general de Población y Vivienda 2000 y 2010. Tabulados básicos.
En el 2016, las tasas de participación en los rangos de edad mencionado se incrementan considerablemente, lo cual es el reflejo de la tendencia actual de mantener sus puestos de trabajo a pesar del matrimonio y la maternidad. Llama la atención en la actualidad el porcentaje de mujeres mayores de 50 años que continúan económicamente activas.
Situación general del mercado laboral de los profesionistas en Yucatán
La relación entre la oferta y demanda de profesionistas en Yucatán en el periodo comprendido entre 2010 y 2016, tiene como primer aspecto a destacar, la forma como la expansión educativa sigue provocando modificaciones en el perfil educativo de la población ocupada. En este periodo, los cambios más perceptibles, pueden observarse principalmente en la población con estudios de nivel medio superior y superior, cuya participación aumento 5.5 puntos porcentuales del total de la población ocupada, por su parte la participación de los hombres aumento 5.9 puntos porcentuales y la de las mujeres 4.5 puntos porcentuales.
Cuadro 1. Perfil educativo de la población ocupada en Yucatán
Nivel educativo | Total | % | Hombres | % | Mujeres | % |
2010 (Población ocupada) | 884,580 | 100.0 | 545,701 | 100.0 | 338,879 | 100.0 |
Primaria incompleta | 194,538 | 21.90 | 131,451 | 24.08 | 63,087 | 18.62 |
Primaria completa | 180,060 | 20.36 | 111,936 | 20.51 | 68,124 | 20.10 |
Secundaria completa | 273,868 | 30.96 | 164,473 | 30.13 | 109,395 | 32.28 |
Medio superior y superior | 235,832 | 26.66 | 137,559 | 25.20 | 98,273 | 28.99 |
No especificado | 282 | 0.03 | 282 | 0.05 | 0 | 0 |
2016 (Población ocupada) | 1,031,683 | 100.0 | 617,947 | 100.0 | 413,736 | 100.0 |
Primaria incompleta | 180,708 | 17.50 | 109,542 | 17.72 | 71,166 | 17.20 |
Primaria completa | 179,067 | 17.35 | 110,666 | 17.90 | 68,401 | 16.53 |
Secundaria completa | 340,621 | 33.01 | 205,318 | 33.20 | 135,303 | 32.70 |
Medio superior y | 331,105 | 32.09 | 192,239 | 31.10 | 138,866 | 33.56 |
superior | ||||||
No especificado | 182 | 0.01 | 182 | 0.02 | 0 | 0 |
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2010. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2016. Los datos se refieren al cuarto trimestre de cada año.
De acuerdo con el cuadro, del total de la población femenina ocupada con primaria incompleta las mujeres representan el 18.6% en 2010, y con primaria completa el 20%, pero a partir de este momento la escolaridad aumenta la participación laboral de las mujeres, pues con secundaria trabaja el 32.2% y con educación media superior y superior el 28.9%.
Para 2016 aún persisten diferencias por sexo en todos y cada uno de los niveles educativos, respecto a la población ocupada con primaria incompleta y completa, las mujeres representan el 17.2% y el 16.5% respectivamente. Nuevamente se demuestra que las mujeres con más estudios tienen una mayor participación en las actividades económicas, el 32.7% de las mujeres ocupadas tienen secundaría y con educación media superior y superior el 33.5%, aumentando su participación con respecto al 2010. Esta tendencia permite observar que las crisis económicas que se han suscitado, han dado como consecuencia que los hogares son capaces de prescindir cada vez más de las mujeres ante la necesidad económica de aportar ingresos al hogar.
Cuadro 2. Tasa de participación de la población en la actividad económica por nivel de escolaridad en Yucatán.
Nivel de instrucción | 2010 | 2016 | ||||
Total | Hombres | Mujeres | Total | Hombres | Mujeres | |
Yucatán | 63.20 | 79.49 | 48.29 | 64.44 | 80.15 | 49.95 |
Primaria incompleta | 58.36 | 79.87 | 39.48 | 55.55 | 38.52 | 38.52 |
Primaria completa | 63.90 | 75.70 | 40.07 | 59.59 | 77.43 | 43.40 |
Secundaria | 63.95 | 80.89 | 49.79 | 64.13 | 80.22 | 49.38 |
completa | ||||||
Medio superior y superior | 73.44 | 80.83 | 65.40 | 74.52 | 83.24 | 65.15 |
Fuente: Estimaciones propias a partir de INEGI, Encuesta Nacional de Empleo,2000 y Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo,2010. Los datos corresponden al cuarto trimestre de cada año.
A nivel de sexo, la participación de hombres y mujeres en la actividad económica de acuerdo a su nivel de escolaridad, presenta diferencias. En el 2010 los hombres presentan mucha mayor participación en el nivel de educación media superior y superior, con un 80 por ciento, mientras que las mujeres solo participan con el 65 por ciento. En el nivel de secundaria completa los hombres persisten en una mayor participación, 80 por ciento siendo que las mujeres participan con aproximadamente el 50 por ciento en este mismo nivel de escolaridad.
Para el 2016 la participación de los hombres con nivel de escolaridad medio superior y superior presenta los mayores porcentajes al igual que en 2010, y además con un aumento de 2.4 puntos porcentuales, esto debido principalmente a su rol asignado culturalmente de proveedor del hogar.
Las mujeres no presentan mucha variación en su participación en la actividad en el nivel de medio superior y superior. Ante este panorama todo apunta a que, en un futuro, las mayores oportunidades laborales se darán con un mejor perfil educativo.
El comportamiento de la tasa de desocupación por nivel de escolaridad, presenta ciertas características. En Yucatán, la tasa de desocupación esta positivamente correlacionada con la escolaridad, es decir a mayor grado de escolaridad, mayor oportunidad de encontrar un trabajo. De esta forma, la población con bajo nivel de escolaridad encuentra mucha dificultad para ocuparse, como causa principal, así como la baja o inexistente especialidad en alguna rama ocupacional, conjuntamente con el bajo nivel de estudio, lo que disminuye la probabilidad de su contratación.
Cuadro 3. Tasa de desocupación por nivel de escolaridad en Yucatán
Nivel educativo | Total | % | Hombres | % | Mujeres | % |
2010 (Población desocupada) | 23,075 | 100.0 | 11,657 | 100.0 | 11,418 | 100.0 |
Primaria incompleta | 1,538 | 6.66 | 1,046 | 8.97 | 492 | 4.30 |
Primaria completa | 4,792 | 20.76 | 2,553 | 21.90 | 2,239 | 19.60 |
Secundaria completa | 6,739 | 29.20 | 2,415 | 20.71 | 4,324 | 37.87 |
Medio superior y superior | 10,006 | 43.36 | 5,643 | 48.40 | 4,363 | 38.21 |
2016 (Población desocupada) | 19,221 | 100.0 | 9,319 | 100.0 | 9,902 | 100.0 |
Primaria incompleta | 1,163 | 6.05 | 772 | 8.30 | 391 | 3.95 |
Primaria completa | 2,543 | 13.25 | 1,601 | 17.10 | 942 | 9.52 |
Secundaria completa | 6,440 | 33.50 | 2,401 | 25.80 | 4,039 | 40.78 |
Medio superior y superior | 9,075 | 47.20 | 4,545 | 48.80 | 4,530 | 45.75 |
Fuente: Elaboración propia en base de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2010. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2016. Los datos se refieren al cuarto trimestre de cada año (octubre-diciembre)
Las tasas de desocupación muestran que estas se incrementaron en el periodo de análisis, afectando de forma generalizada a toda la población, si bien los más afectados fueron los profesionistas, cuya tasa de desocupación aumento 3.8 puntos porcentuales. Es notable que la variación para los profesionistas masculinos no es significativa, siendo lo contrario para el caso de las mujeres profesionistas, cuya tasa de desocupación aumento 7.5 puntos porcentuales en el mismo periodo evaluado. (cuadro 2), lo cual reafirma la discriminación del género femenino en el mercado laboral,
Parece contradictorio que las cifras demuestran que las personas más instruida, son las que sufren la mayor tasa de desempleo. De esta forma, este fenómeno puede tener su origen en un comportamiento racional diferenciado de las personas, asociado a sus niveles de escolaridad, de
tal forma que las personas con más estudios también tienen mayor capacidad económica para resistir el desempleo, continuando con la búsqueda activa por periodos de tiempo más amplios, sosteniendo de esta manea su resistencia para aceptar subempleos y aumentar la problemática de la informalidad que se ha dado en nuestro país y por consiguiente en nuestro estado.
Existe un resultado adicional con relación a la tasa de desocupación, la tasa esta negativamente correlacionada con la edad, disminuye con el aumento de la edad, esto indica la importancia de la experiencia profesional para reducir las barreras de obtención de empleo para las mujeres (ver cuadro 3).
Cuadro 4. Tasas de desocupación por grupos de edad y género en Yucatán
2010 | 2016 | |||||
Grupos de edad | Total | Hombres | Mujeres | Total | Hombres | Mujeres |
15-19 años | 6.04 | 6.84 | 4.13 | 12.17 | 12.88 | 11.50 |
20-24 años | 4.18 | 4.34 | 3.88 | 27.46 | 20.83 | 33.71 |
25-29 años | 2.76 | 3.17 | 2.25 | 17.64 | 21.46 | 14.04 |
30-34 años | 1.93 | 2.29 | 1.26 | 16.02 | 14.75 | 17.22 |
35-39 años | 1.71 | 2.07 | 1.03 | 10.71 | 11.79 | 9.70 |
40-44 años | 1.70 | 2.13 | 0.88 | 3.04 | 3.11 | 2.96 |
45-49 años | 1.77 | 2.27 | 0.77 | 6.26 | 5.68 | 6.80 |
50-54 años | 1.90 | 2.44 | 0.68 | 5.12 | 7.92 | 2.48 |
55-59 años | 2.0 | 2.45 | 0.68 | 0.80 | 0 | 1.55 |
60-64 años | 1.96 | 2.37 | 0.50 | 0.75 | 1.55 | 0 |
Fuente: Elaboración propia con datos del INEGI. Censo de Población y Vivienda, 2010. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2016. Los datos se refieren al cuarto trimestre del 2016.
El trabajo laboral de la mujer ha sido un punto determinante en los últimos años para complementar el gasto familiar. En el estado de Yucatán, la aparición de las maquiladoras es un claro ejemplo de la incorporación en aumento de la población ocupada femenina, ya que años atrás las alternativas para las mujeres generalmente se reducían a actividades de las consideradas propias para ellas, las cuales casi siempre se relacionaban con el trabajo doméstico y con su papel
de madre, esposa y ama de casa.
También es importante señalar que muchas veces la preferencia de los empresarios por contratar mano de obra femenina es por los bajos salarios que se les paga. En el 2010, el 53.71% de la población ocupada femenina con primaria incompleta tenia ingresos de un salario minino, seguido por el 42.7% de la población ocupada femenina con primaria completa, lo cual lleva a considerar que las mujeres se ocupan laboralmente dentro del esquema de la informalidad, lo cual les permite combinar sus responsabilidades maternas con sus actividades laborales (ver cuadro 5) Las personas con educación superior, tienen mayores probabilidades de acceder a mejores salarios, en el 2010, el 26.2% de la población ocupada femenina percibía ingresos superiores a 3 salarios y hasta 5 salarios mínimos.
Cuadro 5. Porcentaje de la población ocupada por sexo y nivel de instrucción, según nivel de ingresos, 2010 en Yucatán.
Población ocupada | Hasta un S.M % | Más de un S.M y hasta 2 S.M % | Más de 2 y hasta 3 S.M % | Más de 3 y hasta 5 S.M % | Más de 5 S.M % | No recibe ingresos % | No especificado % | |
Yucatán | 884580 | 17.97 | 27.60 | 19.18 | 14.74 | 9.15 | 8.91 | 2.14 |
Primaria incompleta | 194538 | 31.69 | 28.20 | 12.77 | 7.831 | 1.59 | 16.30 | 1.16 |
Primaria completa | 180060 | 24.93 | 31.90 | 19.63 | 8.61 | 3.21 | 9.62 | 1.10 |
Secundaria completa | 273868 | 14.26 | 31.40 | 24.71 | 14.49 | 5.43 | 7.36 | 2.22 |
Medio superior y superior | 235832 | 5.68 | 19.30 | 17.67 | 25.44 | 24.30 | 4.07 | 3.64 |
No especificado | 282 | 53.55 | 46.45 | |||||
Hombres | 545701 | 11.57 | 27.04 | 22.74 | 16.56 | 10.63 | 8.83 | 2.29 |
Primaria incompleta | 131451 | 21.12 | 29.50 | 15.88 | 10.94 | 2.26 | 18.60 | 1.12 |
Primaria completa | 111963 | 14.12 | 32.58 | 26.31 | 11.41 | 4.68 | 8.73 | 1.33 |
Secundaria completa | 164473 | 9.01 | 29.71 | 29.10 | 17.62 | 6.27 | 5.71 | 2.48 |
Medio superior y superior | 137559 | 3.32 | 17.04 | 18.72 | 24.89 | 28.70 | 3.36 | 3.96 |
No especificado | 282 | 53.55 | 46.45 | |||||
Mujeres | 338879 | 28.29 | 28.45 | 13.45 | 11.81 | 6.78 | 9.05 | 1.90 |
Primaria incompleta | 63087 | 53.71 | 25.53 | 6.29 | 1.35 | 0.19 | 11.70 | 1.26 |
Primaria completa | 68124 | 42.70 | 30.84 | 8.65 | 3.99 | 0.80 | 11.10 | 0.74 |
Secundaria completa | 109395 | 22.15 | 34.01 | 18.12 | 9.78 | 4.18 | 9.84 | 1.82 |
Medio superior y superior | 98273 | 8.82 | 22.48 | 16.19 | 26.22 | 18.00 | 5.06 | 3.19 |
No especificado | 0 |
Fuente: Elaboración propia con datos del INEGI, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2010. Los datos se refieren al cuarto trimestre del 2010.
En el 2016, se percibe un aumento considerable de la población ocupada femenina con primaria incompleta 61.20% y con primaria completa el 45.89%, que ganan un salario mínimo. (ver cuadro 6)
¿Cómo puede ser posible que cerca de la mitad de las mujeres ocupadas reciban hasta un salario mínimo y que estas condiciones de precariedad, en vez de tender a disminuir con el desarrollo de la ciencia y la tecnología empeore? La única respuesta factible es la incapacidad de este sistema para mantener en condiciones decorosas a la fuerza de trabajo (González, 1998).
Las mujeres ocupadas con educación media superior y superior, representan el 22.35% y ganan más de dos salarios y hasta tres salarios mínimos y el 18.59% con este mismo nivel de estudios ganan más de tres y hasta cinco salarios mínimos.
Cuadro 6. Población ocupada por sexo y nivel de instrucción, según nivel de ingresos 2016, en Yucatán
Población ocupada | Hasta un S.M % | Más de un S.M y hasta 2 S.M % | Más de 2 y hasta 3 S.M % | Más de 3 y hasta 5 S.M % | Más de 5 S.M % | No recibe ingresos % | No especificado % | |
Yucatán | 1031683 | 20.68 | 30.60 | 20.15 | 10.91 | 6.15 | 6.38 | 5.12 |
Primaria incompleta | 180708 | 39.95 | 29.70 | 13.06 | 3.32 | 0.52 | 12.10 | 1.39 |
Primaria completa | 179067 | 27.94 | 33.70 | 18.56 | 7.19 | 1.64 | 8.18 | 2.80 |
Secundaria completa | 340621 | 18.77 | 37.60 | 22.09 | 8.15 | 3.27 | 6.02 | 4.08 |
Medio superior y superior | 331105 | 8.22 | 22.30 | 22.84 | 19.90 | 14.60 | 2.64 | 9.49 |
No especificado | 182 | 0 | 100 | 0 | 0 | 0 | 0 | |
Hombres | 617947 | 12.79 | 31.60 | 23.68 | 12.91 | 7.04 | 6.60 | 5.38 |
Primaria incompleta | 109542 | 26.14 | 33.10 | 17.93 | 5.06 | 0.56 | 15.10 | 2.07 |
Primaria completa | 110666 | 16.85 | 34.93 | 23.57 | 10.7 | 2.13 | 8.93 | 2.88 |
Secundaria completa | 205318 | 11.02 | 37.91 | 27.19 | 10.85 | 3.78 | 5.32 | 3.93 |
Medio superior y superior | 192239 | 4.76 | 22.13 | 23.19 | 20.85 | 17.05 | 1.78 | 10.2 |
No especificado | 182 | 0 | 0 | 100 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Mujeres | 413736 | 32.47 | 29.12 | 14.88 | 7.92 | 4.82 | 6.04 | 4.74 |
Primaria incompleta | 71166 | 61.20 | 24.37 | 5.57 | 0.63 | 0.45 | 7.43 | 0.36 |
Primaria completa | 68401 | 45.89 | 31.68 | 10.46 | 1.48 | 0.83 | 6.98 | 2.67 |
Secundaria completa | 135303 | 30.53 | 37.16 | 14.35 | 4.06 | 2.49 | 7.10 | 4.30 |
Medio superior y superior | 138866 | 13.02 | 22.47 | 22.35 | 18.59 | 11.30 | 3.84 | 8.43 |
No especificado | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Fuente: Elaboración propia con datos del INEGI, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2016. Los datos se refieren al cuarto trimestre del 2016.
El patrón de actividades de mujeres y hombres corresponde a una división de trabajo establecida en base a estereotipos de género. Así, tradicionalmente la mujer es la encargada de la crianza de los hijos y de las labores domésticas, mientras que el hombre cumple su rol de proveedor del hogar mediante su participación en el mercado laboral. No obstante, en los últimos años se ha observado mayor flexibilidad y participación en el tipo de labores desempeñadas por mujeres y hombres y ello se manifiesta en el ámbito laboral y escolar.
Los crecientes niveles de participación de las mujeres en el mercado laboral se asocian con sus mayores logros educativos. La educación ha sido considerada como un factor de empoderamiento de las mujeres a nivel económico y de adquisición de autonomía frente al hombre, ambos factores se traducen en una participación más activa en el proceso de desarrollo y bienestar social e individual. Debe destacarse que, para el caso de los hombres, el nivel educativo es menos que las mujeres en su grado de participación, ello se debe a que, para los hombres, el nivel educativo no es un factor condicionante tan primordial para ingresar al mercado laboral, dado su papel de proveedor principal en el hogar. No obstante, las mujeres profesionistas presentan cada vez más limitadass sus oportunidades laborales, pues una de las formas a través de las cuales pueden contribuir al desarrollo del país, es precisamente mediante el ejercicio de su carrera profesional. En este sentido, una de las causas que debilitan la participación de los profesionistas en el mercado laboral según Muñoz (2006) es de carácter estructural y cuya solución involucra la participación de las instituciones de educación superior, empresas y gobierno.
Becker, G. (1983). El capital humano. Alianza Editorial. España.
Becker, G. (1985) Capital humano, Effort y Division Sexual de Trabajo, Journal of Labor Economics.
Bustos Romero, Olga (2003) Mujeres y educación Superior en México. Recomposición de la matrícula universitaria a favor de las mujeres, repercusiones educativas, económicas y sociales.
Buquet Corleto, Ana (2010); Cooper Jennifer A. Sistemas de indicadores para la equidad de
género en instituciones de educación superior. Editorial, Universidad Nacional Autónoma de México.
Castillo Ramos, Maria Isabel (2001) La participación de la mujer en el desarrollo rural. Editorial, Colección de estudios regionales, México, D.F.
CEDAW (1993) Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.
Fritz, H. y Valdez, T. (2006) Igualdad y equidad de género: aproximación teórico-conceptual. Una herramienta de trabajo para las oficinas y contrapartes del UNFPA, Santiago: EAT, UNFPA.
Gamboa, Susana (2008), ¿Qué es la perspectiva de género y los estudios de género? Publicado en Mujeres en red. El periódico feminista, p.3. Disponible en: http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1395 Consultado en octubre de 2017.
González Marín, Maria Luisa (1998). Los mercados de trabajo femenino. UNAM. México.
Primera edición.
Guzmán Ancona, Josefina (2013). Guzmán Acuña, Teresa; Hernández Limón, Olga. “Mujeres y Universidad. Logros y desafíos”. Ed. Juan Pablos Editor, S.A.
Hernández Vega, Gabriela (2009) Feminización de la matrícula de educación superior en América Latina y el Caribe. Revista de historia de educación latinoamericana. Disponible en: www.redalyc.org/articulo.oa?id=86912384017 Consultado en: Octubre de 2017
Índice de Desarrollo Humano Municipal en México: nueva metodología (2010) Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, México.
INEGI (2000). Estadísticas educativas de Hombres y Mujeres. Aguascalientes. Ags. INEGI (2010) Perfil Sociodemográfico. Censo de Población y Vivienda.
Legarde, Marcela (1999). Develando el género: elementos conceptuales básicos para entender la equidad. San José, Costa Rica. Unión Mundial para la naturaleza, Fundación Arias para la paz y el progreso humano.
Muñoz, C. (2006) Determinantes de la empleabilidad de los jóvenes universitarios y alternativas para promoverla. Papeles de publicación, No. 4.
Parker, Susan y Carla Pederzini (1998) Gender differences in education in México: patterns, trends ando determinants. México.
Paredes Guerrero, Leticia (2013) Hombres y Mujeres en la Universidad Autónoma de Yucatán.
Edit. UADY, Medida, Yucatán.
Plan Estatal de Desarrollo, Yucatán (2012) Consejo Estatal de Planeación de Yucatán. Gobierno del Estado, Mérida, Yucatán.
Rangel Delgado, J.E. and Ivanova Banchera (2000) Educación Superior y Empleo en las economías de la Cuenca del Pacifico.
Rodriguez Gómez, Roberto (1999) Genero y Políticas de educación superior en México. Revista de Estudios de Género. La ventana No.10, Universidad de Guadalajara, Guadalajara.
Schultz (1962) Reflexiones sobre la inversión en el hombre, Journal of Political Economy, vol.
70
Todaro, Michael (1982) Economía para un mundo en desarrollo: introducción a los principios, problemas y políticas para el desarrollo. FCE