Magaly Alejandra Orenday Tapia1 y Evangelina Tapia Tovar2
Palabras clave: competencias ciudadanas; estudiantes universitarios; participación ciudadana; tipos de participación ciudadana.
En la sociedad actual es importante conocer la forma en cómo participan sus ciudadanos, desde cómo se involucran en la elección de sus representantes hasta las acciones que realizan para el
mejoramiento de su entorno; esto es un reflejo del tipo de participación que ejercen. Es necesario realizar investigaciones sobre los tipos de participación ciudadana, en especial, de los jóvenes, pues es imperativo que los próximos tomadores de decisiones comiencen a actuar y a exigir una buena gobernanza que permita sentar las bases para una auténtica democracia.
Con el fin de aportar elementos al respecto, se presentan resultados parciales derivados de la tesis, Participación Ciudadana de estudiantes universitarios, para obtener el grado de maestría en Investigación Educativa. Dichos resultados mostrarán cómo algunos factores personales, familiares, escolares y socioeconómicos de los estudiantes de pregrado de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, están asociados a los cuatro tipos de participación ciudadana propuestos por Vergara-Lope y Hevia (2012) que son la participación cívica, la electoral, la asociativa y la opinativa; así como conocer el tipo de participación ciudadana que más ejercen los estudiantes.
La información fue obtenida a través de un cuestionario estructurado, el cual fue aplicado a una muestra de 450 estudiantes de pregrado de 17 carreras de todos los centros académicos de la universidad. El análisis de datos fue de tipo cuantitativo, a partir de técnicas de la estadística descriptiva y asociativa.
Los resultados presentados mostrarán un panorama general del grado de participación ciudadana de los jóvenes universitarios, así como las formas en como la ejercen.
La educación ha tenido como aspiración el desarrollo integral del estudiante; así se plasma en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en la Ley General de la Educación; la educación es un proceso para la adquisición de valores, actitudes, aptitudes y emociones; su desarrollo permitirá al hombre reflexionar sobre sí mismo y sobre su comunidad, y esta reflexión propiciará un desarrollo social (Quiroz y Mesa, 2011).
Orientado por estos objetivos, en 1996 Delors propone “Los Pilares de la Educación”: Aprender a hacer, Aprender a ser, Aprender a convivir y Aprender a conocer; de esta manera supone una formación integral de los estudiantes, los cuales deben desarrollar habilidades, actitudes y valores que les permitan vivir en el país como personas críticas y responsables de su entorno.
Uno de los propósitos de la educación integral es la formación ciudadana (FC). Por lo que de acuerdo a Delors (1996) y su propuesta el desarrollo de una FC se logra a través de los pilares Aprender a vivir y Aprender a ser.
De acuerdo con Beltrán (2004) la educación debe conocer los problemas que las sociedades sufren, pero también debe proponer soluciones; la educación no se trata meramente de conocimientos, se trata de acciones, por lo que la educación debe ser activa.
Las reformas educativas que han tenido lugar en México contemplan también la formación de los jóvenes como futuros ciudadanos, pues existen las condiciones y espacios para que los educandos, particularmente los jóvenes, desarrollen capacidades que los lleven a ser ciudadanos conscientes y activos en su papel de construir una sociedad incluyente, equitativa, justa y legal.
Sin embargo, en nuestra sociedad prevalece un pragmatismo que ha generado una cultura consumista e individualista, donde el poder económico, el placer y el control, se convierten en el motor de las decisiones, en un estilo de vida inmediatista, egocéntrico e irreflexivo. En este contexto, la formación integral es vista como “pasada de moda” y la reflexión que ella promueve, pérdida de tiempo. La acelerada vida, en que la mayoría estamos inmersos, no permite reconocernos ni mirar a los demás.
La modernización, ligada a la globalización y el consumismo, provoca que los jóvenes se preocupen más por lo que tienen que por lo que son. Los más privilegiados, quienes se benefician de ella, tales como personas de alto nivel socioeconómico y mayor nivel educativo, se polarizan para ser diferentes. Los marginados, invisibles y sin un papel protagónico, carecen de dinero y de oportunidades para sobresalir en una sociedad donde la preocupación más grande es saber quién tiene más.
El individuo se preocupa únicamente por cubrir sus propias necesidades y por cumplir sus propios deseos; “en este contexto emerge un fuerte sentimiento de hedonismo-individualismo irresponsable desde el cual se comprende la existencia personal y comunitaria como provisional, transitoria y con una fecha de caducidad bastante corta” (García del Dujo y Mínguez, 2011: 265), por lo que todo esto resulta en violencia e indiferencia por el gobierno, por la comunidad, por la familia y por ciertas instituciones.
Cansino (2012), sostiene que la sociedad vive un tiempo en donde se goza de más
conocimiento que en ninguna otra época y, sin embargo, este conocimiento no es suficiente o adecuado para no causar daño entre sí ni para evitarlo. Pogrebinschi (2012) sostiene que hoy en día no sólo la sociedad misma se encuentra en crisis, también la política y la participación ciudadana. Dicha crisis es vista como una reconfiguración del sistema pues se buscan distintas formas de participación que vayan más allá de la emisión del voto electoral.
Existen dos posturas muy radicales sobre la participación ciudadana de los jóvenes. Algunos estudios exponen que los jóvenes son apáticos hacia la política y se manifiestan renuentes a participar en acciones que mejoren su entorno, así lo muestra la Encuesta Nacional sobre la Cultura de la Legalidad, realizada en 1998.
Con los datos de la Encuesta, Elizondo (2000) reporta que el 59% de los mexicanos señalan no creer en la justicia; el 39% considera que la vía más fácil y conveniente para arreglar un problema es por medio de actos corruptos y el 32% señala que corromper las leyes no es tan malo, puesto que lo malo es ser sorprendido. Por otro lado, el 43% de los encuestados cree que para obtener un puesto en el gobierno es necesario ser corrupto. Sin duda estas comprensiones no favorecen la participación en otros aspectos de la vida democrática del país. Desafortunadamente, este desencanto no es un problema exclusivo de la juventud, pues se puede apreciar en infinidad de situaciones que se trata de un problema que afecta a toda la sociedad; la diferencia radica en que los jóvenes hacen más visible su desinterés (Aguilar, 2011).
Otros estudios establecen que sí hay participación ciudadana pero que las formas de participación van cambiando a lo largo del tiempo y de las generaciones. Los jóvenes contemporáneos buscar nuevos caminos para abordar viejos problemas; las redes sociales y las nuevas tecnologías se convierten en los lugares comunes, donde las reuniones de jóvenes son virtuales.
Sin embargo, de acuerdo a Ocampo-Banda (2008), en la actualidad los jóvenes muestran más desconfianza hacia los partidos políticos y el gobierno que los adultos; están convencidos de que nada cambiará, pues los problemas sociales y económicos en el país no sólo continúan, sino también se han incrementado en los últimos años. La crítica mirada de los jóvenes observa que el gobierno hace poco o nada para combatir los problemas. Por desgracia, esta apatía no viene de la
nada, los gobiernos hacen poco para acercase a los jóvenes y hacerlos participar a través de políticas que promuevan una sociedad incluyente.
Para que la participación ciudadana se logre, se requiere desarrollar actitudes, reflexiones y habilidades entre los ciudadanos con el fin de que conozcan sus necesidades individuales y sociales, es por ello que podemos hablar de competencias ciudadanas.
Las competencias ciudadanas se definen como un conjunto de conocimientos y habilidades cognitivas, emocionales y comunicativas que, articulados entre sí, hacen posible que el ciudadano actúe de manera constructiva en la sociedad democrática (Ministerio de Educación Nacional (MEN, 2004). Su propósito es que los ciudadanos sean capaces de ejercer sus derechos y obligaciones, fortaleciendo su ciudadanía (MEN, 2011).
Una característica de este tipo de competencias es que no se enseñan en un punto específico de la vida escolar, familiar o social sino que su aprendizaje tiene lugar a lo largo de la vida.
Las competencias ciudadanas no son lo mismo que la participación ciudadana, pero contribuyen a ella. De acuerdo al Instituto Federal Electoral (IFE) (2014), la participación ciudadana se refiere a toda acción en la cual intervienen personas pertenecientes a una comunidad (localidad, municipio, estado o país) para la toma de decisiones de la vida social.
Debido a que el tema de la participación ciudadana es muy amplio, se tomó en consideración la propuesta de Vergara-Lope y Hevia (2012), quienes proponen una participación integral. La participación ciudadana puede desarrollarse en varios campos y aspectos, por lo que se hace necesario proponer dimensiones analíticas para su estudio. A continuación, se presentan dichas dimensiones:
Dimensión electoral, se refiere al derecho político de votar y ser votado de aquellos ciudadanos mayores de dieciocho años que cumplen con los requisitos legales para hacerlo o para participar en la organización de las elecciones.
Dimensión opinativa, se refiere al acto de externar puntos de vista o creencias sobre
servicios, programas, instituciones, personas, etcétera en el espacio público.
Dimensión asociativa, se refiere a la afiliación de los ciudadanos a grupos sociales con el fin de compartir actividades o intereses de forma no lucrativa.
Dimensión cívica, atiende el comportamiento respetuoso del ciudadano para con las normas de convivencia pública.
Existen factores que influyen positiva o negativamente en el ejercicio de la participación ciudadana; uno de estos factores es el grado de conocimiento de los derechos humanos, de acuerdo a la Coordinación de Educación Ciudadana del MCD (s/a), porque si los ciudadanos no conocen lo que valen como seres humanos y como ciudadanos, estos no podrán exigir lo que por derecho tienen permitido.
Rendón (2006), en Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) (2006), agrega que la desigualdad social influye para que los ciudadanos no participen, porque muchas veces el lenguaje y el discurso de la política no permite el completo entendimiento de lo que el gobierno o los representantes de partidos políticos prometen, es por ello que muchas personas prefieren abstenerse de votar o de participar.
La confianza en las instituciones, en el gobierno y en las instancias públicas juega un papel crucial en la participación ciudadana; García (2006) en CESOP (2006) retoma de la Secretaria de Gobernación (SEGOB) (2012) la Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas, la cual muestra que, de manera general, los mexicanos no conocen de manera profunda a las instituciones públicas y a las del gobierno; sin embargo, lo alarmante es que los resultados muestran que la mayoría de los mexicanos ve de manera negativa estas instancias.
Es importante que el gobierno se preocupe por cambiar la imagen negativa que los ciudadanos tienen de él, porque así la confianza en las instituciones gubernamentales sería más alta y los ciudadanos verdaderamente velarán por el mejoramiento de su país, pero poco o nada se ha hecho para lograrlo.
Otro factor importante es la personalidad que cada ciudadano posee. Si el ciudadano tiene por interés personal la política, este se inclinará a conocer asuntos relacionados con la vida
pública y, a su vez, se acercará o afiliará a instancias, instituciones o partidos que él considere, vale la pena apoyar o formar parte de ellos.
El nivel socioeconómico también puede ser un factor indirecto que influya sobre la participación ciudadana, pues, si el ciudadano posee un automóvil o algún otro medio de transporte propio, le será más fácil asistir a eventos tales como mítines, juntas de vecinos, e incluso, asistir a eventos de beneficencia o de ayuda; a su vez, si el ciudadano cuenta con el capital cultural y económico puede darse el “lujo” de asistir a actividades culturales, religiosas, deportivas, políticas, entre otras.
Se ha observado también que, a mayor nivel escolar mayor participación ciudadana, porque los valores relacionados con la participación ciudadana, tales como respeto, pensamiento abstracto, crítica y tolerancia se desarrollan en la escuela (Rosenstone y Hansen, 1994).
La edad también forma parte fundamental de la participación ciudadana pues, a partir de las experiencias y a lo largo de los años es que los ciudadanos aprenden a escuchar y hacerse escuchar (Rosenstone y Hansen, 1994).
De acuerdo con el Instituto Federal Electoral (IFE 2014), las mujeres son quienes más ejercen su derecho al voto electoral; un ejemplo de ello son los datos de participación de la elección del 2012, el 66.08% fue de mujeres, mientras que se llegó apenas al 57.77% de la participación masculina; esto puede explicarse por el aumento de la población femenina en el país, así como por el aumento de la población femenina en la toma de las decisiones de la nación.
Hoy, más que nunca, la mujer se hace escuchar y busca alternativas para lograr la libertad y la tolerancia; también para hacer valer sus derechos. En la actualidad muchas mujeres ocupan cargos de gobierno, relacionados con los programas de mejoramiento social.
Sin embargo, cuando se habla de participación ciudadana no siempre se discute sobre los mismos factores, influyendo una y otra vez. Las personas no siempre participan, pues de acuerdo a Rosenstone y Hansen (1994) las personas actúan de acuerdo a la importancia que tengan algunos eventos específicos, de su vida diaria, tales como partidos de futbol, concursos de belleza, conciertos, lluvia o frío, el partido político que se encuentre en ese momento en el poder y el que haya salido previamente, la economía del país, entre otros factores.
México necesita ciudadanos que verdaderamente se ocupen de su país, que no sólo conozcan los problemas de su entorno, sino que propongan iniciativas que permitan el
mejoramiento de su realidad social y natural. Por ello, se hace necesario realizar estudios que permitan conocer la situación de la participación ciudadana, especialmente de los jóvenes y los niños; es imperante conocer a profundidad el problema, para impulsar políticas y programas que contribuyan a fortalecer una cultura ciudadana, especialmente si ella se dirige a las nuevas generaciones.
Esta ponencia presenta resultados parciales de una investigación en proceso que se titula “Participación ciudadana de estudiantes universitarios”, la cual se realiza para obtener el grado de Maestría en Investigación Educativa.
La investigación de la que se deriva este trabajo tiene el objetivo de conocer el grado de participación ciudadana de los estudiantes de la Universidad Autónoma de Aguascalientes y las características de ella, esto es, cuáles de los tipos de participación ciudadana propuestos por Vergara-Lope y Hevia (2012) desarrollan; también si existe relación entre las variables sociodemográficas, escolares y familiares con el tipo de participación ciudadana que ejercen. El trabajo presenta algunos resultados parciales sobre esta investigación cuantitativa, para la que se obtuvo información de los estudiantes a través de un cuestionario estructurado, elaborado para este propósito.
La muestra del estudio se integró por 550 estudiantes de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, pertenecientes a los últimos semestres de las carreras de Derecho, Sociología, Ciencias Políticas y Administración Pública, Medicina Veterinaria y Zootecnia, Diseño de Modas en Indumentaria y Textiles, Ingeniería Civil, Biotecnología, Ingeniería en Electrónica, Matemáticas Aplicadas, Terapia Física, Nutrición, Logística Empresarial, Administración de Empresas, Mercadotecnia, Ingeniería en Robótica, Ingeniería en Energías Renovables y Artes Escénicas: Actuación.
Para establecer el tamaño y cuotas de la muestra, se tomó en consideración el total de centros académicos que hay en la institución, que son diez. Luego, se decidió seleccionar por conveniencia las carreras que dentro de su plan de estudios llevaran cursos relacionados con la participación ciudadana, entre los que se destacaron carreras adscritas al Centro de Ciencias Sociales y Humanidades (CCSyH): Derecho, Sociología y Ciencias Políticas y Administración
Pública; estos tres programas educativos constituyen el 0.25% del centro. Por lo anterior se estableció como criterio seleccionar este mismo porcentaje de carreras en los centros restantes (muestreo estratificado proporcional). La selección de las carreras de los otros centros se realizó de forma aleatoria, porque una vez seleccionado el número de carreras por centro, estas se seleccionaron al azar, por un procedimiento aleatorio simple.
Es importante mencionar que se eligió a estudiantes de los últimos semestres con el fin de considerar el factor edad presentado por Rosenstone y Hansen (1994), quienes afirman que a mayor edad existe una mayor participación ciudadana. A su vez, los estudiantes avanzados son los más próximos a insertarse en el campo laboral, por lo que se espera ejerzan una mayor participación ciudadana, que se preocupen por mejorar su entorno ya que cuentan con mayor información sobre las problemáticas sociales y porque cuentan con la experiencia suficiente para poner en práctica dicha participación.
Un aspecto más, para la elección de estudiantes de los últimos semestres, fue que ellos han recibido la mayor cantidad de conocimientos que el sistema educativo les proporcionó a lo largo de su vida académica.
La Figura1 muestra las carreras seleccionadas y el porcentaje de estudiantes que integran la muestra, según la carrera.
Fuente: Datos del cuestionario
Se utilizó un cuestionario estructurado como técnica de obtención de información, titulado “Participación ciudadana de los estudiantes universitarios”. Para la elaboración de dicho cuestionario se retomó la tipología propuesta por Vergara-Lope y Hevia (2012).
El cuestionario está dividido en seis bloques con un total de 121 preguntas. El bloque uno contiene 9 preguntas sobre los datos personales de los encuestados; el bloque dos contiene 12 preguntas referidas a los datos familiares; el bloque tres responde a la dimensión electoral, el cual consta de 20 preguntas; el bloque cuatro se refiere a la participación opinativa, el cual contiene 45 preguntas; el bloque cinco está dedicado a la participación asociativa y contiene 13 preguntas; y el último bloque está referido a la participación cívica, con 22 preguntas.
Características de los estudiantes que integraron la muestra
Como se estableció en el apartado previo, la muestra fue seleccionada con estudiantes de últimos semestres, por lo que el rango de las edades de estos fue de 18 hasta 24 y más años, y fueron agrupados en tres bloques: de 18 a 20 años, el 3%; de 21 a 23 años, el 76%; de 24 a más años, el 21%. Con respecto al sexo de los encuestados, el 58.4% de ellos fueron mujeres y el 41.6% hombres.
Debido a que era de interés conocer si la participación ciudadana era afectada por el trabajo, se les preguntó a los estudiantes si trabajaban o no y cuantas horas lo hacían; los resultados mostraron que el 40% de los estudiantes no trabaja, y el 60% sí lo hace. En cuanto al número de horas trabajadas, a la semana, el 8% trabaja de 1 a 10 horas, el 9% de 11 a 20 horas, el 14.9% de 21 a 30 horas, el 8% trabaja 30 horas o más.
Relacionado con lo anterior, se buscaba conocer quién era la persona encargada de pagar los estudios de los estudiantes, y los resultados muestran que la mayoría de los estudiantes recibe este apoyo de sus padres (64.6%), una beca (7.8%), algún familiar (1.1%) y el 14.5% de los estudiantes, pagan ellos mismos sus estudios.
La universidad en donde se realizó el trabajo de campo es de corte humanista, por lo que se valoró como importante conocer si existieron materias dentro de su plan de estudios relacionadas con la participación ciudadana; con ello, se esperaría podría aumentar la
participación, a lo que 54.7% de los estudiantes respondieron no haber llevado, ni llevar en ese momento, materias relacionadas con la participación ciudadana; por otro lado, 43.7% respondió que sí ha llevado o lleva materias de este tipo. Las materias mencionadas fueron Ética profesional y Derecho electoral.
Uno de los factores indirectos que puede incidir en la participación ciudadana es el papel que juega la familia, particularmente la cuestión educativa y económica, por lo que se empleó la regla AMAI para conocer el nivel socioeconómico y educativo de los padres.
En el caso del nivel socioeconómico se observan diferencias mínimas entre los tipos de participación y el nivel socioeconómico, esto se puede observar en la Tabla 2.
NSE | Electoral | Opinativa | Asociativa | Cívica |
"C" | 5.396 | 1.379 | 0.027 | 4.684 |
"D+" | 5.046 | 1.358 | 0.114 | 4.621 |
"C+" | 5.200 | 1.314 | 0.021 | 4.799 |
"D" | 3.482 | 1.777 | 0.000 | 4.937 |
"A/B" | 5.948 | 0.771 | 0.000 | 4.164 |
Fuente: elaboración propia
Como señalaban Rosestone y Hansen (1994), los estudiantes que tienen un alto nivel socioeconómico son los que más participan en actividades ciudadanas, pues estos pueden darse el lujo de hacerlo; sin embargo, de acuerdo a los autores, esto se da en el caso de la participación asociativa y electoral, pero, en este estudio, se muestra que son los estudiantes de bajo nivel los que más participan de manera asociativa; por otro lado, esto sí se refleja en que todos los estudiantes que ejercen una mayor participación electoral. Aún con estos resultados, las diferencias no son lo suficientemente significativas, por lo que podemos decir que el nivel socioeconómico no es un factor que influya en la participación ciudadana de los estudiantes, puesto que su comportamiento es semejante, independientemente del nivel socioeconómico al que pertenezcan.
Para conocer el tipo de participación ciudadana que más se ejerce se realizó un índice; en la Tabla 3 se muestran los resultados de este.
Tipo de participación | Electoral | Opinativa | Asociativa | Cívica |
Promedios | 5.26 | 1.30 | 0.04 | 4.68 |
Máximo | 8.75 | 7.68 | 3.08 | 9.32 |
Mínimo | 0.00 | 0.00 | 0.00 | 0.91 |
Des. Estándar | 2.233 | 1.435 | 0.278 | 1.411 |
Fuente: Elaboración propia.
Como se puede observar, en este índice se constata que el tipo de participación que más ejercen los estudiantes universitarios es la electoral (5.26); le sigue la cívica (4.68), luego la opinativa (1.30) y, con un valor muy inferior, la participación asociativa (0.04).
En los datos obtenidos en este trabajo se observa que el tipo de participación ciudadana que más ejercen los estudiantes es la electoral. Esto se puede explicar, en cierta parte, porque las sociedades de hoy en día, específicamente la mexicana, ven el voto electoral como única forma de participación ciudadana (Regil, 2012); el voto es visto por la ciudadanía en general, como algo que puede ser intercambiable por comida, favores o dinero.
Para el indicador del ejercicio del voto, el análisis mostró que los estudiantes votaron más por los actores políticos más cercanos a ellos; para este caso de la muestra en estudio, el actor más lejano fue el presidente de la república, por lo que resultó ser por el que menos votaron, y más por el Consejero Representante de su Centro Académico. La Tabla 4 muestra la información al respecto.
Indicador | % de estudiantes que votaron |
Votar para consejero representante de tu centro | 73.6% |
Votar para gobernador | 73.6% |
Votar para consejero universitario | 72.9% |
Votar para presidente municipal | 72.0% |
Votar para jefe de tu grupo | 71.5% |
Votar para decano de tu centro | 69.9% |
Votar para rector de la UAA | 69.0% |
Votar para diputados estatales | 67.8% |
Votar para diputados federales | 66.9% |
Votar para senadores | 55.6% |
Votar para presidente de la sociedad de alumnos | 55.4% |
Votar para presidente de la república | 52.6% |
Fuente: Elaboración propia
Siguiendo al indicador del ejercicio del voto, también era importante conocer el por qué creían los estudiantes que los ciudadanos acudían votar; las frecuencias más altas corresponden a “obligación” (58.2%), siguiéndole por “esperanza en cambiar la realidad social” (46.7%), “por obtener algún beneficio” (44.6%), “por costumbre familiar” (28.3%), “por derecho civil” (24.4%) y por último, “apoyo a la democracia” (20.9%).
Para conocer el último indicador de esta dimensión, ejercicio del derecho de ser votado, se observa que los jóvenes se postulan, a su vez, a lo más cercano a ellos, en este caso, a grupos escolares (24.4%) y lo más lejano resultaría el grupo político (2.1%) (Ver Tabla 5).
Indicador | % de estudiantes que se postulan |
Postularse para representante de algún grupo escolar | 24.4% |
Postularse para represente de algún grupo social-cultural | 9.4% |
Postularse para representante de algún grupo religioso | 6.0% |
Postularse para presidente de algún grupo político | 2.1% |
Fuente: Elaboración propia
En cuanto a los niveles de participación opinativa fueron bajos (1.30) y esto podría estar relacionado con las respuestas dadas por los estudiantes respecto al por qué creían que los ciudadanos no expresaban sus opiniones y/o denuncias: creen que nada cambiará (67.8%), por desconfianza en las instituciones (53.3%), por miedo a las represalias (49.7%) y por desinterés por mejorar el país (32.4%), lo cual, consideramos, está relacionado a la apatía y poca confianza que expresan los jóvenes mexicanos por mejorar el país; pero de acuerdo a Popoca (2011), los jóvenes se están interesando cada vez más por su país.
Es por lo anterior que se les preguntó a los estudiantes el por qué creían que los ciudadanos no expresaban sus opiniones o denuncias sobre los funcionarios de gobierno y las respuestas fueron: creen que nada cambiará (67.4%), por miedo a las represalias (63.4%), para evitar problemas o trámites (59.8%), por desconfianza en las instituciones (50.3%) y por
desinterés por mejorar el país (32.9%).
También, los estudiantes respondieron que los ciudadanos lo hacen para evitar futuras injusticias (58.2%), para sancionar a quienes corresponda (51%), para mejorar el servicio (49%), porque creen que su opinión es importante para el país (28.7%) y por valores/creencias personales (25.5%).
Por otra parte, a pesar de que se dice que los jóvenes son comunicativos y verdaderamente se interesan por su entorno, esto no es visible en este estudio, pues al momento de realizar preguntas sobre si los estudiantes realizan quejas de manera formal por servicios públicos, programas sociales o por funcionarios públicos, los resultados muestran niveles de participación son cercanos a 0.
Con respecto a la dimensión opinativa, se tomó como indicadores a las quejas formales realizadas sobre servicios públicos tales como el agua, la seguridad pública, entre otros; los programas sociales dedicados a los migrantes, a las mujeres, a la capacitación del adulto; instituciones de gobierno como Hacienda, PROFECO, DIF, Centros de Salud, entre otros; el desempeño de funcionarios públicos.
La Tabla 6 muestra el porcentaje de estudiantes que realizan quejas formales sobre los servicios públicos. En los resultados de la Tabla 6 es visible que los estudiantes realizan muy pocas quejas formales; los porcentajes más altos corresponden a las quejas por fugas de agua (11.3%) y las referidas al drenaje y alcantarillado (12.2%).
Indicador | % de los estudiantes que realizan quejas |
Seguridad Pública | 5.5% |
Transporte público | 8.5% |
Alumbrado público | 7.8% |
Recolección de basura | 9.0% |
Fugas de agua | 11.3% |
Drenaje y alcantarillado | 12.2% |
Fuente: Elaboración propia En cuanto a las quejas formales realizadas en torno a los programas sociales, los números
son aún más bajos, teniendo los porcentajes más altos para las quejas realizadas a los programas
dedicados a becas educativas con 5.3% (Ver Tabla 7).
Indicador | % de los estudiantes que realizan quejas |
Dedicados a los adultos mayores | 1.4% |
Dedicados a los indígenas | 1.6% |
Dedicados a la inclusión de los jóvenes | 1.8% |
Dedicados a las mujeres | 1.8% |
Dedicados a migrantes | 2.3% |
Dedicados a la capacitación del adulto | 3.9% |
Dedicados a becas educativas | 5.3% |
Fuente: Elaboración propia.
En cuanto a las quejas formales a instituciones de gobierno la Tabla 8 muestra que el porcentaje mayor corresponde a las quejas emitidas a centros de salud tales como el IMSS o ISSSTE (6.9%).
Indicador | % de los estudiantes que realizan quejas |
Deportivas | 1.6% |
De vivienda | 2.3% |
Hacienda | 2.5% |
Educativa | 2.5% |
Del agua | 3.0% |
PROFECO | 3.4% |
DIF | 3.9% |
Centro de Salud | 6.9% |
Fuente: Elaboración propia
Sobre el desempeño de los funcionarios de las instituciones de gobierno, la Tabla 9 muestra que los números son más bajos en comparación a las quejas emitidas por las instituciones mismas, teniendo que el más alto es, también, sobre el centro de salud con un 4.1%.
Indicador | % de los estudiantes que realizan quejas |
Del agua | 1.1% |
De vivienda | 1.1% |
Hacienda | 2.3% |
DIF | 2.3% |
PROFECO | 2.5% |
Deportiva | 2.8% |
Educativa | 3.0% |
Centro de Salud | 4.1% |
Fuente: Elaboración propia
Con respecto al desempeño de los funcionarios públicos, se muestra que los números oscilan entre el 3.4% (gobernador) y el 5.3% (representante de algún partido político) (Ver Tabla 10).
Indicador | % de los estudiantes que realizan quejas |
Gobernador | 3.4% |
Presidente de la República | 4.1% |
Diputados federales | 4.4% |
Senadores | 4.6% |
Diputados estatales | 4.6% |
Presidente municipal | 5.1% |
Representante de algún partido político | 5.3% |
Fuente: Elaboración propia
Siguiendo la línea de los funcionarios públicos, en el estudio era de interés conocer cómo expresaban sus opiniones respecto a políticos o partidos políticos; hablar con amigos o familiares sobre el tema tiene un alto porcentaje (26.7%), compartir información por redes sociales (11.3%), llamar por teléfono a medios de comunicación, enviar mensaje de texto a medios de comunicación, un 3.4, 3.0 y repartiendo volantes, 1.6%.
También era de utilidad para nuestra investigación, conocer la opinión de los estudiantes sobre los motivos por los que los ciudadanos expresaban sus opiniones sobre instituciones de
gobierno. La respuesta más elegida por los encuestados fue porque creen que mejorará el servicio (71%), siguiéndole, con una gran diferencia, para evitar futuras injusticias (48.3%), se sancionará a quienes correspondan (37.7%), creen que su opinión es importante para el país (33.6%) y por valores/creencias personales (26.2%).
Por el contrario, se observa que los estudiantes creen que los ciudadanos no expresan sus opiniones sobre las instituciones porque creen que nada cambiará (67.8%) y por la desconfianza en la institución (54.3%) (Ver Tabla 11).
Fuente: Elaboración propia
En el caso de los funcionarios públicos, la mayoría de los estudiantes creen que los ciudadanos expresan su opinión sobre ellos para evitar futuras injusticias (58.2%), porque se sancionará a quien corresponda (51%) y para mejorar el servicio (49%), como últimas opciones seleccionaron porque creen que su opinión es importante para el país (28.7%) y por valores/creencias personales (25.5%).
Por el contrario, los estudiantes creen que los ciudadanos no expresan sus opiniones por distintas razones, porque creen que nada cambiará (67.4%), por miedo a las represalias (63.4%),
por evitar problemas o trámites (59.8%), por desconfianza en la institución (50.3%) y por desinterés en mejorar el país (32.9%).
Respecto a la participación asociativa los niveles también son bajos (0.04) y esto resalta mucho pues, a pesar de que la Encuesta Nacional de la Juventud en 2002 muestra que los jóvenes sí se congregan en asuntos públicos esto no se ve reflejando en esta investigación.
Ahora bien, en el caso de la dimensión asociativa, el indicador era conocer si los estudiantes pertenecian a algún grupo social, y de qué tipo; la Tabla 12 muestra que los estudiantes están afiliados a grupos deportivos en su mayoría, sin embargo, en lo que respecta a la ayuda a su comunidad, los números bajan considerablemente.
Indicador | % de los estudiantes afiliados |
Deportivo | 19.3% |
Religioso | 15.6% |
Artístico | 13.3% |
Que apoye a asilos o casas-hogar | 9.4% |
Que apoye a personas con capacidades diferentes | 9.2% |
Que apoye a comunidades de escasos recursos | 8.0% |
De vecinos | 7.4% |
Que apoye a niños de la calle | 6.9% |
Partido político | 6.2% |
Que apoye a la lucha contra alguna enfermedad | 5.7% |
Que apoye a mujeres vulnerables | 3.7% |
Que apoye ante desastres naturales | 2.3% |
Que apoye a la Cruz Roja | 2.1% |
Fuente: Elaboración propia.
Como se puede observar en las respuestas obtenidas de los estudiantes, es visible que muchos de ellos creen que los ciudadanos no confían en las instituciones, así como ellos mismos afirman no emitir quejas sobre los programas sociales, funcionarios públicos, entre otros, debido a la falta de confianza en las instituciones; esto es importante pues, de acuerdo a García (2006) en CESOP, la confianza en las instituciones es de vital importancia para que los ciudadanos participen en su comunidad y en la elección de sus gobernantes.
En cuanto a las razones por las que los jóvenes creían que los ciudadanos no acudían a
votar, destacan la apatía o desinterés (65.5%) y porque no cree que algo cambiará (63.7%), porque se tiene desconfianza en los candidatos (44.8%), por flojera (47.8%), como forma de protesta (38.4%) y por desinformación sobre la política (34.7%).
En cuanto a la dimensión electoral, al indicador “participar en la organización de elecciones”, era importante no sólo saber si los estudiantes participaban en la organización, sino conocer cómo lo hacían o cómo creían que podían apoyar en esto; de acuerdo a los resultados obtenidos, se pudo identificar que la mayoría de los jóvenes universitarios cree que asitiendo a asambleas juveniles (52%) y organizandolas propiamente (49.2%); como las respuestas menos elegidas se tienen, publicando información en redes sociales (37%), atrayendo a más jóvenes (34.5%), haciendo encuestas (17.2%) y, por último, asisiendo a marchas (9.9%).
Respecto a la organización de grupos de apoyo a la comunidad, 63.9% de los encuestados opinó que aportando soluciones a los problemas y 56.1%, que interesándose por su entorno, siguiéndole con un 46%, organizando actividades comunales, organizando grupos de apoyo (38.9%), aportando con tiempo personal (33.6%), haciendo encuestas (10.3%) y por último volanteando (6.9%).
En el caso de la participación cívica, se observa que las acciones que más realizan los estudiantes están relacionadas con las reglas de vialidad y las menos realizadas, a las acciones comunales (Ver Tabla 13).
Indicador | % de los estudiantes que realizan la acción |
Respetar los espacios de NO ESTACIONARSE | 81.1% |
Respetar los semáforos | 74.5% |
Depositar la basura en los contenedores de reciclaje de la UAA, de la ciudad o de tu colonia | 66.7% |
Cruzar la calle sólo cuando el semáforo está en rojo | 53.1% |
Utilizar los puentes peatonales para cruzar la calle | 47.8% |
Recoger basura tirada en la calle | 38.4% |
Caminar por el pasto en lugar del camino de concreto de la UAA | 22.5% |
Donar dinero o comida a albergues de animales | 14.9% |
Rescatar animales de la calle | 12.9% |
Ayudar a mujeres embarazadas | 12.9% |
Reportar cuando un animal está siendo maltratado | 18.4% |
Ayudar a animales de la calle con comida o albergue | 17.9% |
Ayudar a personas de la calle con comida, albergue o dinero | 16.6% |
Ayudar a personas mayores a cruzar la calle | 13.3% |
Participar en campañas para adoptar animales | 12.0% |
Asistir a eventos de beneficencia en pro de los animales | 11.3% |
Plantar árboles o huertos | 8.5% |
Donar dinero o comida a albergues o casas - hogar | 8.0% |
Realizar acciones que promuevan el bienestar de tu comunidad. | 6.2% |
Realizar actividades de apoyo en asilos o casas hogar | 6.0% |
Sembrar flores | 7.1% |
Arrancar las flores que ves en la UAA o en parques | 1.8% |
Fuente: Elaboración propia
A pesar de que los autores especialistas en el tema establecen que los jóvenes son agentes participativos y activos, los resultados de nuestra investigación muestran que su participación es muy baja, sin importar el tipo de participación al que nos refiramos. El nivel más alto de participación fue la electoral con 5.26, siguiéndole la participación cívica con 4.68, la opinativa con 1.30 y por último la asociativa con 0.04. Estos resultados resultan contrarios a lo propuesto por autores como Borobia, Kropff y Núñez (2013), pues de acuerdo a estos, la juventud actúa activamente y realiza actividades para expresarse y participar en sociedad.
Con los resultados obtenidos se puede establecer que el tipo de participación ciudadana que más ejercen los estudiantes universitarios es la electoral con un valor de 5.26. Esto salta a la vista puesto que la Encuesta Nacional de la Juventud (2002) la participación menos realizada es la electoral, por otro lado, Aguilar (2011) establece que efectivamente, los jóvenes ejercen muy poco su derecho a votar, esto pudo haber cambiado pues ya en el 2011 Popoca había establecido un aumento de la participación electoral en los jóvenes y que, además de esto, los jóvenes no sólo ejercían su voto, sino también se interesaban más en conocer las necesidades de su país.
Por otro lado, el tipo de participación ciudadana que menos ejercen los jóvenes universitarios es la participación asociativa; esto resulta lejano a la realidad de la Encuesta Nacional de la Juventud realizada en el 2002, en donde los resultados mostraron que uno de cuatro jóvenes participa activamente en alguna organización deportiva o académica, pues de acuerdo a los resultados obtenidos en esta investigación, la participación asociativa resulta tener un nivel de 0.04, en promedio.
En cuanto a los factores que influyen la participación ciudadana de los estudiantes se tomaron en consideración varios aspectos como el sexo, la edad, la situación laboral, carrera que están estudiando, nivel socioeconómico, entre otros; sólo se obtuvo que la carrera, la situación laboral y la persona que paga sus estudios son factores que sí afectan a que los estudiantes ejerzan la participación ciudadana.
Hasta el momento, como se ha mostrado en las páginas anteriores, se tienen resultados preliminares en donde se han identificado los datos generales de la muestra, que nos generan información para los factores que podemos asociar con la participación ciudadana de los jóvenes universitarios. También se ha identificado las formas de manifestación de los 4 tipos de participación ciudadana, mostrando una mayor tendencia hacia la participación electoral y cívica.
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