José Alfredo López Jiménez1 y Jesús Abidán Ramos Salas2
Palabras clave: lengua tsotsil; educación intercultural; enseñanza aprendizaje del tsotsil
Ante los nuevos contextos globales en el que vivimos, donde la identidad de los sujetos parecieran diluirse en medio de los procesos homogeneizantes determinados por los mercados y modelos sociales capitalistas, muchas de las poblaciones llamadas “minorías”, han jugado un
1 Maestro en Lingüística Indoamericana, Estudiante del Doctorado en Estudios Regionales de la UNACH, con líneas de investigación sobre lengua y literatura tsotsil y educación intercultural. Correo electrónico: joalf79@hotmail.com 2 Doctor en Nuevas Tecnologías en Comunicación, adscrito a la Facultad de Humanidades Campus VI y docente del doctorado en Estudios Regionales, con líneas de investigación sobre comunicación audiovisual, pedagogías emergentes, cibercultura y comunicación digital. Correo electrónico: jabidan@gmail.com.
papel importante por hacerle frente a este sistema global. Por un lado, es evidente que este sistema traspasa estructuras sociales y fronteras culturales “amenazando” consumos, valores y prácticas sociales “propias”; sin embargo, se presenta una contraparte en resistencia representada por grupos sociales que siguen defendiendo “lo propio” para no perder su identidad. Estos grupos sociales que resisten y reivindican lo propio, hacen de una sociedad plural y diversa como la de México, en particular, la de Chiapas que se distingue por su diversidad cultural y lingüística.
Por ello, explicar la identidad de los sujetos en estos contextos plurales, como el caso de la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH), resulta un reto para el investigador y para las disciplinas sociales, porque no basta abordarla desde una sola mirada, pues implica para el investigador un estudio regional bajo enfoques y contextos particulares que permitan entender al sujeto como producto de un constructo social. La UNICH desde su creación, ha sido un punto de encuentro de culturas y lenguas, confluencia de cosmovisiones, convergencia de conocimientos locales y científicos, es un espacio de interacción por sujetos provenientes de diferentes culturas, experiencias vividas y habitus particulares, que hacen de la Universidad un espacio social y simbólico (Bourdieu, 1997) bastante sui géneris, que ante este contexto plural, se presentan complejidades para ser abordadas desde diferentes disciplinas como la sociología, la antropología y la lingüística. En este espacio intercultural se pretende analizar en específico, cómo se presentan las identidades regionales de los tsotsiles dentro de este espacio intercultural, qué complejidades se presentan, y ante esta diversidad, cómo repercute en un espacio académico, sobre todo en el contexto pedagógico, particularmente en la enseñanza aprendizaje de esta lengua.
Con la finalidad de acotar algunos conceptos relevantes que permitan guiar la temática de análisis, se irá enunciando cada uno de ellos, además de considerar las relaciones teóricas que los soportan. Como un primer concepto a considerar, tiene que ver con la palabra identidad. Este concepto se ha abordado desde diferentes disciplinas, como la psicología, la antropología y la sociología. Desde el campo psicológico, para Mercado y Hernández (2010), señalan que
El término identidad se incorporó al campo de las ciencias sociales a partir de las obras del psicoanalista austriaco Erick Erickson, (…) [quien] concibe a la identidad, como “un sentimiento de mismidad y continuidad que experimenta un individuo en cuanto tal (Erickson, 1977: 586); lo que se traduce en la percepción que tiene el individuo de sí mismo y que surge cuando se pregunta ¿quién soy? (Mercado y Hernández, 2010: 231).
Resulta interesante que es a partir de esta reflexión individual y subjetiva que el sujeto busca entender su pertenencia ante un grupo social y a diferenciarse ante los otros que son diferentes,
el autoconocimiento implica reconocerse como miembro de un grupo; lo cual, a su vez, le permite diferenciarse de los miembros de otros grupos. Por ello, el concepto de identidad aparece relacionado con el individuo, siendo las perspectivas filosófica y psicológica las que predominan en los primeros trabajos sobre identidad social. (Ibídem)
En cuanto a la definición de la identidad en otros campos disciplinares, subrayan en lo que es peculiar, lo característico o particular de un contexto cultural y social conformado por los sujetos. De esta forma, la sociología y la antropología, plantean lo siguiente:
En sociología, la identidad colectiva se concibe como el componente que articula y da consistencia a los movimientos sociales en los trabajos de Alain Touraine y Alberto Melucci; como un elemento de la acción comunicativa en Jürgen Habermas, y como un atributo de los actores sociales en Gilberto Giménez. En antropología, la identidad colectiva ha sido uno de los ejes centrales de investigación, primero bajo el enfoque esencialista, según el cual la identidad es un conjunto de propiedades y atributos característicos de un grupo en los trabajos de Judith Friedlander y George De Vos. Después, desde una perspectiva dinámica, la identidad colectiva se construye en un contexto histórico particular, a lo largo de un proceso de interacción, donde los sujetos reelaboran los elementos culturales del grupo. (Mercado y Hernández, 2010: 231-232)
Desde estas disciplinas, la identidad de los sujetos quedan enmarcados desde los constructos sociales, en donde la identidad social como lo señalan Mercado y Hernández (2010) “es producto del binomio pertenencia-comparación que implica dos distinciones, aquella en la cual el grupo se autodefine a partir de las características que los hacen comunes y la que resulta de sus diferencias con los otros” (p. 233). Para Giménez (2007), “esta inclusión supone, desde luego, la asunción de algún rol dentro de la colectividad considerada, pero implica sobre todo compartir el complejo simbólico-cultural que la define y que funge como emblema de la misma” (p. 131).
Con estas consideraciones, es preciso señalar que el sujeto, como parte de una cultura, adquiere una identidad, que como señala Giménez (2007) esta se entiende como
el conjunto de repertorios culturales interiorizados (representaciones, valores, símbolos...) a través de los cuales los actores sociales (individuales o colectivos) se reconocen entre sí, demarcan simbólicamente sus fronteras y se distinguen de los demás actores en una situación determinada, todo ello en contextos históricamente específicos y socialmente estructurados (Giménez, 2007: 272).
Con este breve recorrido en torno al concepto de identidad visto desde diferentes disciplinas, la antropología y la sociología serán las que irán demarcando los límites para los fines que se persiguen en este análisis.
Otro concepto importante es el de lengua, que será considerado desde dos perspectivas: una desde lo antropológico y social, y la otra desde lo lingüístico.
En cuanto a la primera, se abordará particularmente el análisis de la identidad de los sujetos desde un elemento en común que los caracteriza: la lengua. Ésta también es parte de una identidad social, tal como Serrano (2004) lo señala:
la lengua funciona como vehículo de identidad entre miembros de un grupo y como diferenciador de este grupo ante los demás. Las identidades local, referencial y regional, definidas por Villena, constituyen un continuo: “los individuos se extienden y se mueven a lo largo de dicho continuo definiendo en todo momento su identidad social a través del
uso lingüístico (Serrano, 2004: 109).
De esta manera, el rasgo particular de los sujetos que serán abordados en este análisis serán los hablantes de la lengua tsotsil como un elemento identitario social, y que sin duda, antropológicamente estará relacionado con el concepto de cultura.
En cuanto a la perspectiva lingüística, cobrará relevancia al momento de hacer distinción entre la forma particular del habla de estos sujetos sociales que también es un elemento identitario, por lo que se recurrirá a describir algunos aspectos estructurales de la lengua para evidenciar los contrastes lingüísticos, y cómo estos contrastes repercuten en el entorno académico, sobre todo, las complejidades que representan en el aprendizaje de esta lengua. Dado que la identidad y la lengua tendrán un punto de convergencia en un problema de enseñanza- aprendizaje, estos últimos conceptos tendrán que ser abordados desde lo pedagógico, específicamente sobre enfoques y métodos de enseñanza de las lenguas.
Con la finalidad de enriquecer este análisis a partir de otras epistemologías, otros conocimientos y taxonomías para la comprensión de la problemática, se plantea también la discusión de conceptos desde la lengua tsotsil, tales como bats’i vinik-ants “hombres-mujeres verdaderos”, jchi’iltaktik ó jchi’ilaktik “nuestros compañeros, paisanos” y bats’i k’op “palabra verdadera” que de alguna forma son conceptos que permitirán entender el “reconocimiento del otro” para la conformación de una identidad social. Es decir, ¿quiénes son bats’i vinik ants para los tsotsiles? ¿a quiénes reconocen como jchi’iltaktik ó jchi’ilaktik? ¿quiénes sí, y quiénes no hablan bats’i k’op? Conceptos que sin duda permitirán entender los límites identitarios de los propios tsotsiles, porque justamente se trata de entender la dimensión de cómo se autodefinen los propios hablantes de esta lengua, y no etiquetarlos con conceptos que son ajenos a ellos.
La Universidad Intercultural de Chiapas es un punto de encuentro de culturas y lenguas, una sede en donde el uso del espacio provee un escenario de interacción, copresencia de individuos o agentes (Giddens, 1995) portadoras de lenguas y culturas distintas, elementos que han provisto a la Universidad de una naturaleza peculiar y compleja. La comunidad Universitaria de la UNICH se conforma de sujetos (directivos, administrativos, académicos y estudiantes) provenientes de
diferentes culturas, experiencias vividas y habitus particulares que hacen de la Universidad un espacio social y simbólico (Bourdieu, 1997).
Un ejemplo muy ilustrativo de estos habitus que se puede observar en la Universidad, sólo por mencionar alguno de ellos, es la celebración del día de muertos en donde se aprecia la diversidad. Estos habitus “son principios generadores de prácticas distintas y distintivas;… pero también son esquemas clasificatorios, principios de clasificación, principios de visión y de división, aficiones, diferentes” (Bourdieu, 1997: 20).
Al ser la Universidad un espacio intercultural, permite dentro de esta complejidad, realizar un amplio campo de investigaciones epistemológicas, culturales, lingüísticas, así como entre otras de mucha relevancia para un estudio regional interdisciplinar que permita analizar estas complejidades que se presentan en dicha Universidad y comprender una parte de la naturaleza de esta realidad social.
Con lo antes expuesto, interesa abordar en esta diversidad algo que es inherente al sujeto: la identidad. Giménez (2007) señala, que:
el concepto de identidad es uno de esos conceptos de encrucijada hacia donde converge una gran parte de las categorías centrales de la sociología, como cultura, normas, valores, estatus, socialización, educación, roles, clase social, territorio / región, su conjunto, etnicidad, género, medios, etc. (Giménez, 2007: 53-54)
Pero se abordará particularmente el análisis de la identidad en los hablantes del tsotsil ya que como se señaló en apartados anteriores, la lengua también es parte de la identidad.
El bats’i k’op o la lengua maya tsotsil sigue siendo instrumento de comunicación en varias comunidades indígenas de Chiapas, y en algunas ciudades como la de San Cristóbal que además, ya se considera un municipio indígena. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la lengua tsotsil es la segunda lengua con mayor número de hablantes en el Estado de Chiapas, de las doce que son reconocidas, como son: tseltal, tsotsil, tojolabal, ch’ol, mam, chuj, q’anjobal, kakchiquel, mochó, lacandón, jacalteco y zoque. La lengua tsotsil reporta 429,168
hablantes de 3 años y más (INEGI, 2010). Según el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI, 2017), el tsotsil cuenta con siete variantes, las siguientes: tsotsil del este alto, tsotsil del noroeste, tsotsil del norte bajo, tsotsil del centro, tsotsil del este bajo, tsotsil del norte alto y tsotsil de los Altos. Hasta hoy día, no existe una variante estándar, salvo la Normalización de escritura de la lengua tsotsil publicada por el INALI (2011), por lo que estas variantes lingüísticas predominan en la Universidad Intercultural de Chiapas y esto sea parte de las complejidades para la enseñanza-aprendizaje de esta lengua, sobre todo para los que la adquieren como segunda lengua.
En esta Universidad, aprender una lengua indígena u originaria es parte de su misión institucional:
sobre la base del modelo educativo intercultural forma profesionistas de calidad, con valores, compromiso social y dominio de lenguas originarias de la entidad, a partir de la integración de conocimientos de los pueblos originarios y científicos para contribuir a la construcción de una sociedad con mejor calidad de vida. (UNICH-PIDE, 2013-2018)
De esta manera, la Universidad atiende una población estudiantil mixta, tanto estudiantes que provienen en su mayoría de comunidades indígenas hablantes de algunas de las lenguas indígenas de Chiapas, sobresaliendo la lengua tseltal y tsotsil, así como estudiantes que no son indígenas hablantes del castellano. Cada año ingresan y egresan generaciones de estudiantes en diversas carreras como: Lengua y cultura, Desarrollo Sustentable, Turismo Alternativo, Comunicación Intercultural, así como de dos carreras de reciente creación, Derecho Intercultural y Medicina Intercultural. En todas estas carreras se imparte una materia transversal que es el dominio de la de lengua originaria, por lo que la enseñanza de las lenguas indígenas u originarias, en este caso el tsotsil o bats’i k’op, contempla dos tipos de estudiantes: a) Para los hispanohablantes que aprenden el tsotsil como segunda lengua en donde tienen que desarrollar las cuatro habilidades: escuchar, hablar, escribir y leer; y b) Para los nativo hablantes de la lengua tsotsil que deben desarrollar dos habilidades: leer y escribir “correctamente”.
Para los fines que se persiguen en este análisis, se enfocará en los hablantes de la lengua maya tsotsil o bats’i k’op. Los hablantes de esta lengua son provenientes de distintas localidades
con características lingüísticas y culturales particulares que les permite determinar su identidad. Por ello, en esta investigación interesa analizar y explicar cómo se reconoce la identidad de los sujetos en este espacio educativo intercultural y cómo se adhieren y se circunscriben dentro de una colectividad, para finalmente comprender cómo esta diversidad de identidades de los tsotsiles a través de las variantes lingüísticas repercute en términos pedagógicos.
Aunque el Modelo Educativo Intercultural y las Universidad Interculturales hacen énfasis en la formación de jóvenes indígenas, –como si los indígenas fueran los únicos que son sujetos a este modelo, cuando debería ser también para los no indígenas– lo cierto es que desde la creación de la Universidad Intercultural de Chiapas, ha dado formación académica a indígenas y no indígenas.
Muchos de los estudiantes tsotsiles provienen de comunidades indígenas con altos índices de marginación, en donde la pobreza ha sido como la característica común, por lo que algunos jóvenes traen consigo una carga histórica de discriminación, que al relacionar su identidad indígena con estas condiciones sociales deplorables, tienden a rechazar su origen (León Trujillo, 1999). A pesar de que la UNICH es un espacio creado para estos jóvenes indígenas en donde deberían demostrar orgullo por su origen, algunos, por el desconocimiento de sus raíces culturales y de las problemáticas estructurales de su condición social, tienden a rechazarlo. Algunos por el contrario, enfatizan más en valorar lo propio.
Por otro lado, existe también entre la población estudiantil de la UNICH, jóvenes indígenas urbanos. Mucha de esta población indígena se encuentra asentada en zonas urbanas como en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, quienes fueron desplazados de sus localidades de origen por conflictos religiosos (López Meza, 2002; García Aguilar et. al., 2005), por cuestiones políticas y sociales fundamentalmente, pero muchos jóvenes también son descendientes de profesores indígenas bilingües que salieron de sus comunidades de origen y se fueron estableciendo en las urbes. Algunos ya no tienen relación alguna con la comunidad de origen de sus padres. En algunos, la lengua y su indumentaria siguen siendo parte de su identidad en estos espacios urbanos, pero muchos jóvenes y niños ya no. En ellos se presentan y asumen otras identidades, que se pueden observar a partir de sus prácticas culturales. Otros no sienten
pertenencia cultural ni social en lo urbano ni en lo rural. Otros en cambio, los jóvenes que provienen de los pueblos, y el tener contacto con la urbe, experimentan choques culturales que les ha forjado una identidad nueva, en la que convergen elementos de su cultura ancestral y elementos de la nueva cultura urbana. Es decir, presentan otras complejidades identitarias que los manifiestan de distinta forma, algunos desde la música, como el rock tsotsil, la literatura, los medios audiovisuales, así como otras manifestaciones artístico-culturales que sin duda, son fenómenos sociales poco abordados, y que merecen ser planteados en los espacios académicos para comprender estas “nuevas identidades”, por ello el interés por abordar esta temática que emergen en estos espacios interculturales.
Para abordar el tema de las identidades en los hablantes del tsotsil de la Universidad Intercultural de Chiapas y tratándose de un estudio regional, es necesario partir del concepto teórico de región para luego delimitarla a nivel macro y micro. Así entonces, a nivel macro se partirá desde una región funcional (una región plan) que permite ubicar territorialmente a los hablantes del tsotsil; y como segundo paso, a nivel micro, la región simbólica o sede, en donde estos hablantes llegan a un converger en un determinado espacio y tiempo.
Antes de pasar a describir las regiones macro y micro de esta investigación, es necesario detenerse a precisar el término de región, ya que muchos de los conceptos que se tienen en el habla de uso cotidiano, son apropiados en el léxico sin conocer su etimología. Dentro de los campos disciplinares, el concepto de región ligado al concepto de espacio se ha venido discutiendo históricamente desde la filosofía, la geografía y la economía (Hiernaux N. y Lindon, 1993), que en cada una de estas disciplinas han definido el espacio o la región dependiendo de sus fines.
La falta de una definición única y concreta, se debe a que la palabra región es polisémica,
‘región’ puede referirse tanto a la interacción espacial, a la geografía económica, a la jurisdicción institucional o gubernamental, así como a las características sociales o culturales. Y cualquiera que sea el significado que se le atribuya al concepto, de algún modo siempre parece ser una referencia a algún aspecto de territorio” (Van Langenhove,
en Alzugaray, 2009: 3).
Tavares considera que,
Etimológicamente hablando, ‘región’ deriva del vocablo latino regio que se refiere a un área administrativa o una amplia área geográfica distinguida por rasgos similares. Si hurgamos más profundamente también podemos encontrar que la voz latina que originó a regio fue regere, que significa ‘dirigir, gobernar’. La historia nos dice por consiguiente que ‘región’ no sólo tiene una connotación geográfica sino también política (Rodrigo Tavares, en Alzugaray, 2009: 5-6).
Sin embargo, a pesar de este concepto polisémico de región, los estudios regionales se han venido realizando en diversas disciplinas, desde las ciencias naturales como en las sociales. Ramírez (2007) señala que: “en la evolución de la geografía humana, el paradigma regional se ha insertado de diferentes maneras en las discusiones y los desarrollos epistemológicos y teóricos que la han caracterizado” (p.117).
Es importante señalar que el estudio de las identidades de los hablantes del tsotsil pertenecen a un contexto social en específico, y forman parte de región en el que se autoadscriben, porque los individuos son producto de un constructo social, en donde el sujeto es moldeado por la región a partir de la socialización, adquiriendo códigos culturales que luego las asume como elementos identitarios ligados a estas regiones.
Si “la identidad de un individuo se define principalmente por el conjunto de sus pertenencias sociales” (Giménez, 2007: 62), los hablantes del tsotsil no pueden ser excluidos de esta lógica de ser parte de un constructo social, y por consiguiente a la adscripción de un territorio, ya que “a través del proceso de socialización los actores individuales interiorizan progresivamente una variedad de elementos simbólicos hasta llegar a adquirir el sentimiento y el estatus de pertenencia socio-territorial” (Giménez, 2007: 132), y de esta manera, un hablante del tsotsil, necesariamente se considerará parte de una región, porque:
La identidad regional –cuya existencia nunca puede presumirse a priori–, se da cuando por lo menos una parte significativa de los habitantes de una región ha logrado incorporar a su propio sistema cultural los símbolos, valores y aspiraciones más profundas de su región (Giménez, 2007: 141).
Para identificar esta región macro de donde provienen los hablantes del tsotsil, se hará uso del término región acuñado por Perraux (citado en Ramírez, 2007) ya que los municipios tradicionales de habla tsotsil, corresponde a una región económica del Estado de Chiapas que es la Región V - Altos Tsotsil-Tseltal.
Mapa 1. Principales municipios tsotsiles
Otro municipio tsotsil que no corresponde a la región anterior, es la de Venustiano Carranza, que corresponde a otra región económica del estado; la región 4 Región IV - De los Llanos.
Una vez identificado la región a nivel macro en relación a los municipios de donde provienen los hablantes, corresponde ahora delimitar una región micro donde los hablantes del tsotsil convergen en un espacio y tiempo determinado en este caso, en la Universidad Intercultural de Chiapas, que bajo el concepto de región simbólica (Bourdieu, 1997) y sede (Giddens, 1995) darán pautas para comprender la identidad de los sujetos en estos espacios de convergencia, como
es el caso de la Universidad Intercultural de Chiapas, que ha sido un espacio de encuentro de los hablantes del tsotsil. Las sedes como Giddens lo define: “denotan el uso del espacio para proveer los escenarios de interacción, y a su vez los escenarios de interacción son esenciales para especificar su contextualidad” (Giddens, 1995: 151). Por ello, en esta investigación se usará el concepto de sede para definir este espacio de encuentros que provee un escenario de diversidad, como lo es la UNICH, para luego contextualizarlo desde la identidad regional de los hablantes del tsotsil que interactúan en este espacio educativo.
Por otro lado, en cuanto a los sujetos de investigación, la Universidad Intercultural de Chiapas es para ellos tan solo un espacio de encuentro, como una región de experiencia vivida por parte de los docentes y alumnos, o como lo plantea (Giménez, 2007), una región socio- cultural, ya que en este caso interesa “la región en cuanto constructo cultural que, aunque frecuentemente imbricada en la región geográfica, económica o geopolítica, o superpuesta a ellas, puede o no coincidir con los límites correspondientes a estas últimas” (Giménez, 2007: 137), toda vez que los sujetos, en este caso hablantes del tsotsil, provienen de distintas comunidades indígenas y de esta forma, “el territorio regional puede fungir también como espacio de distribución de la cultura etnográfica, es decir, de una variedad de instituciones y prácticas simbólicas que, si bien no están ligadas materialmente al territorio como en los casos precedentes, están vinculadas con el mismo en cuanto lugar de origen y área de distribución más densa” (Giménez, 2007: 140).
Estas consideraciones teóricas sobre la región, y sus diversas acepciones, permiten delimitar la región de estudio, como la Universidad Intercultural de Chiapas, para comprender y analizar diversos fenómenos en ella tanto sociales, culturales, lingüísticos y pedagógicos.
Con base a lo anterior, se plantean cinco dimensiones o aspectos del problema relacionados entre sí que formarán parte del análisis, éstos abarcan desde lo social, cultural, lingüístico, pedagógico y político-educativo. Lo social, cultural y lingüístico, son los elementos que darán pautas para comprender la identidad regional de los tsotsiles en la Universidad Intercultural de Chiapas, y cómo estas identidades inciden en el contexto pedagógico, sobre todo en la enseñanza aprendizaje de la lengua tsotsil, y dado que la Universidad es una institución académica, que
responde a políticas educativas y a una misión institucional, se analizará también cómo está siendo afectada. Por lo que en términos de análisis regional, éste será de suma relevancia porque dará elementos para comprender cómo en espacios con diversidad identitaria se complejizan otros factores como ya bien se ha señalado.
Al respecto, se ha observado que en la UNICH, el “habla peculiar oral” de los hablantes de esta lengua, lo asumen como un aspecto identitario con miras a legitimar como la única variante “correcta” ante las demás a través de la escritura a falta de una escritura estándar. Estas complejidades se pueden observar también en otros espacios educativos, como en el nivel de Educación Básica al no poder los profesores implementar una metodología de enseñanza en sus propias aulas con los niños por considerar de otra variante los materiales didácticos ofrecidos por la SEP. Por otro lado, muchos de los instructores son autodidactas, y generalmente defienden su forma particular de escribir basados en el habla local de alguna región tsotsil, dificultando así que la lengua no trascienda más allá del uso local, y que en el plano pedagógico, como en la UNICH se complique para establecer alguna metodología de enseñanza aprendizaje por la diversidad de variantes de la lengua.
En cuanto al estudio de las identidades de los hablantes del tsotsil de la Universidad Intercultural de Chiapas, sin duda será imprescindible los planteamientos de Giménez (2007), y para esquematizar las complejidades sociales dentro de una región en específico, se retomarán los planteamientos de Giddens (1995) bajo el concepto de sede, vista como un escenario de interacción, copresencia de individuos o agentes portadoras de lenguas y culturas distintas, como es el espacio de la UNICH.
Por otro lado, en cuando a la enseñanza-aprendizaje de lenguas originarias, en el caso específico de la lengua tsotsil son escasos los estudios, sin embargo, para este análisis, se considerarán dos investigaciones que se han realizado en la Universidad Intercultural de Chiapas. La primera es la de Shilón (2011), una investigación para el grado de Magíster en Educación Intercultural Bilingüe, en donde se realiza un “Análisis de procesos de enseñanza y aprendizaje del tsotsil” bajo el método etnográfico, la segunda es la de González (2017), una investigación para el grado de Doctor en Estudios Regionales en donde se analiza “La región enseñanza de
lenguas originarias (ELO): tsotsil-tseltal como segunda lengua (L2)” bajo el método de investigación-acción. Ambas investigaciones, servirán de referencia para esta investigación, sobre todo porque contextualizan el problema y los factores que inciden en la enseñanza de estas lenguas originarias, por lo que dará pie para proponer, con estas investigaciones previas, un método para eficientar la enseñanza de las mismas.
Para llegar al análisis, comprensión y explicación de las identidades regionales de los hablantes del tsotsil, se partirá desde la perspectiva epistemológica del construccionismo, ya que esta “dirige su atención hacia el mundo de la intersubjetividad compartida, y la construcción social del significado y el conocimiento, hacia la generación colectiva del significado tal y como se perfila por las convenciones del lenguaje y otros procesos sociales” (Sandín, 2003: 49), toda vez que la identidad regional de un individuo parte de un constructo social, y el hecho de sentirse parte de un grupo y formar parte de ese grupo social tiene que ver con una intersubjetividad compartida que es asumida por el individuo. Para comprender las intersubjetividades de los hablantes del tsotsil, es necesario analizar cómo el sujeto social se reconoce en esta diversidad, y cómo reconoce las identidades regionales de los otros sujetos. Para ello, la teoría del interpretativismo dará las herramientas metodológicas para hacerlo, dado que “la tradición interpretativa defiende la necesidad de comprenderlo interpretativamente” (Sandín, 2003: 58), es decir, se buscará “comprender e interpretar la realidad, los significados, percepciones, intenciones y acciones” (Latorre et al., 1996: 44, citado en Sandín, 2003: 34) de los actores sociales que como sujetos representan un cúmulo cultural que les da identidad. Por otro lado, y no menos importante, también el método hermenéutico permitirá hacer este análisis para comprender al sujeto desde distintas disciplinas, ya que la hermenéutica:
antes que un método para acceder a la realidad, es esencialmente el medio para comprenderla, es la manera por la que podemos conocernos existencialmente como seres humanos. Comprensión e interpretación, no son características especiales de un trabajo disciplinar, ni una metodología específica que pueda ser aplicada para desarrollar el conocimiento. En un sentido netamente existencial, comprender e interpretar pertenecen
al sujeto, forman en él su estructura de ser y existir (Sandín, 2003: 34).
Si se considera además de que “el concepto de identidad es inseparable de la idea de cultura, debido a que las identidades sólo pueden formarse a partir de las diferentes culturas y subculturas a las que se pertenece o en las que se participa” (Giménez, 2007: 54), la teoría interpretativa desde el método hermenéutico posibilitará –a través de los sujetos–, la comprensión de los procesos sociales, culturales y lingüísticos que se presentan en esta comunidad universitaria, ya que como Giménez (2007) lo plantea:
todo análisis cultural tendrá que ser, en primera instancia, un análisis interpretativo que tenga por tarea descifrar códigos, reconstruir significados, “leer’’ los diferentes “textos” de autoexpresión social y “reconocer” los símbolos sociales vigentes. Se trata de una consecuencia obligada de la definición simbólica de la cultura, que desemboca lógicamente en la problemática de una hermenéutica cultural (Giménez, 2007: 317).
En cuanto al análisis propiamente de la enseñanza de las lenguas originarias, se hará uso del método de investigación-acción.
En relación a los observables de este análisis con respecto a las identidades de los hablantes del tsotsil, que finalmente es lo que se pretenderá demostrar de manera documentada, éstas se presentan de distinta forma, algunos son elementos tangibles como la indumentaria tradicional o el uso de textiles que permiten reconocer la procedencia del hablante, o algunas prácticas culturales como la celebración del Día de Muertos, los platillos, entre otros. En el plano lingüístico, la forma particular del habla y del discurso se podrá distinguir por el léxico, la prosodia y entonación propios de alguna región, éstos también permitirán determinar la procedencia de los hablantes.
En cuanto al procedimiento de la recolección, técnicas y análisis de datos, se recurrirá a la entrevista de los actores sociales, docentes y alumnos (hablantes de la lengua tsotsil) que serán previamente focalizados por regiones, según la clasificación de variantes que propone el INALI, para conocer las percepciones y los puntos de vista sobre su identidad regional. Por otro lado, con los alumnos no hablantes de esta lengua, también se recolectarán entrevistas para conocer qué dificultades han tenido para aprender la lengua. Estos datos serán registrados en audio y/o video
mediante entrevistas semiestructuradas. También se hará uso de fotografías, notas de campo y observación directa en contextos particulares que sean de interés relevante para la investigación. Otro registro interesante será de un taller de lectura de textos en tsotsil, mediante el cual se registrarán en materiales auditivos las percepciones que tengan los hablantes sobre estos, que básicamente se les aplicará a los docentes.
Una vez recolectados estos datos, se procederá a su clasificación dependiendo de la información lograda, para luego realizar el análisis de contenido enfocándose a ciertas unidades (Krippendorff, 1997) que servirán finalmente para dar cuenta sobre la identidad de los tsotsiles y las complicaciones pedagógicas que se presentan en esta Universidad Intercultural.
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