Maritza Morales Sánchez1
Palabras clave: elección de carrera; construcción de género; familia; educación
En México la familia, reconocida como la institución social más importante, que representa un símbolo especial, a través de ellas se generan y transmiten conocimientos, valores y significados que sirven para la integración de toda persona a las demás instituciones sociales (educativa, política, económica y religiosa). En ella forjan su identidad y personalidad, se forman como personas capaces de razonar y tomar decisiones que servirán en un futuro.
Todo ser humano proviene de una estructura familiar, social y cultural que limita la capacidad de tomar decisiones. Esto quiere decir, que estas no son totalmente autónomas sino que nuestro contexto familiar y cultural siempre influirá en esas decisiones, cuando de esto se trata, sobretodo siendo de las más importantes en la vida en edad adolescente se suele recurrir a la opinión de los padres y en ocasiones a otros integrantes de la familia, amigos, maestros, etc. Una de las decisiones más importantes que se debe hacer en esa edad es la elección de carrera profesional. Esta no es del todo independiente pues en más de una ocasión el contexto más cercano influyó. Se siguen patrones o se crean nuevos, se siguen tradiciones o se rompen con ellas.
El objetivo del presente trabajo es presentar el análisis de las relaciones existentes entre las construcciones de género, familia y elección vocacional de los estudiantes de nivel superior en la Universidad Autónoma de Tlaxcala, a través de la comunicación entre los integrantes de cada familia, tomando como elemento principal la construcción de género en las dinámicas familiares.
La convivencia cotidiana en su mayoría con mujeres tanto en la licenciatura en Ciencias de la Familia como en Educación Especial y Atención Integral al Adulto Mayor, que ofrece la Facultad de Ciencias para el Desarrollo Humano (FCDH) fue el motivo para realizar esta investigación. Esto planteó la necesidad de examinar las razones por las cuales hay un mayor índice de mujeres y menor índice de hombres. Por otra parte, en dicha universidad existen licenciaturas en las cuales la mayoría de su población estudiantil son hombres, tal es el caso de las ingenierías pertenecientes a la Facultad de Ciencias Básicas Ingeniería y Tecnología (FCBIT), lo que representa un caso contrario a la FCDH.
También se examina la razón por la cual la mayoría de las mujeres eligen profesiones dedicadas al cuidado o “típicamente” femeninas y por qué los hombres prefieren las carreras relacionadas con la producción o “típicamente” masculinas partiendo desde el papel que juegan las familias en la construcción de género, las expectativas que tienen respecto al futuro de los estudiantes y cuál es su respuesta ante la elección final, todo en voz y percepción de los jóvenes universitarios.
Estudiantes de Ciencias Básicas, Ingeniería y Tecnología, UAT (Otoño 2014)
Estudiantes de la FCDH, UAT (Otoño 2014)
Hombres Mujeres Hombres Mujeres
Fuente: Elaboración propia a partir de datos proporcionados por el Departamento de Diseño y Análisis estadístico de la UAT. (2015)
Se utilizó metodología cualitativa para su análisis, entrevista estructurada y semiestructurada a profundidad y observación participante en algunos hogares o escuelas. Participaron para esta investigación 2 hombres y 4 mujeres estudiantes de la licenciatura en Ciencias de la Familia perteneciente a la FCDH y 2 mujeres y 4 hombres estudiantes de las licenciaturas de Ingeniería Química (IQ), Ingeniería en Computación (IC), Ingeniera Mecánica y Sistemas Electrónicos (IMSE), pertenecientes a la FCBIT. El rango de edad de los estudiantes es entre los 18 y 25 años, pertenecientes al estado de Tlaxcala.
El desarrollo de la elección vocacional es el proceso por el cual todo joven o persona a ingresar al nivel superior pasa, ya sea que su decisión sea clara y segura o sea incierta y necesite ayuda para saber o reconocer sus habilidades. Es importante que la persona se sienta segura de su elección; ya que entre otros motivos puede ocasionar frustración respecto a lo que está estudiando, deserción o ausentismo escolar o el que salga de una carrera para elegir otra y de nuevo dejarla y entrar en otra.
Mosteiro define la elección de carrera como: “el resultado de un conjunto de condicionantes sociales, así como de esfuerzos, expectativas e intereses personales que confluyen a lo largo de un proceso que se desarrolla en el tiempo y en los lugares en que transcurre la vida de quienes realizan aquella elección.” (Mosteiro, 1997: 306) La elección de una carrera profesional es una tarea que puede resultar complicada para los jóvenes en el sentido de que pueden experimentar presiones de parte de la familia o inseguridad en su elección, o de manera contraria puede resultar una tarea sencilla, pues hoy en día el abanico de ofertas educativas va en aumento, nuevas opciones de estudios profesionales que desafían a las carreras “tradicionales” (derecho, medicina, enfermería, odontología, administración, etc.) pero al mismo tiempo estas carreras tradicionales siguen llenando las aulas, dejando a mucho estudiantes sin la oportunidad de estudiar en la institución de su elección.
A las universidades públicas y privadas en México cada año llegan jóvenes deseosos de entrar al mundo de los adultos, al mundo laboral. Las ofertas educativas prometen un futuro lleno de éxito para sus egresados modificando la malla curricular de sus carreras existentes y al mismo tiempo creando nuevas que beneficiaran al ser humano, a las familias, a la economía del país, a la sociedad en general o al medio ambiente (fauna, ecosistemas, etc.). Es de este modo que la sociedad mexicana ve como una puerta a la mejora personal, económica y social el obtener una carrera universitaria.
Para poder ingresar al nivel superior se deben tomar decisiones que cambiarán el futuro de vida de cada persona. Tomar una decisión es parte importante de la vida cotidiana pues producen cambios que afectarán o mejorarán el presente y futuro. Produce temor el tomar una decisión, supone un cambio en la forma de vida de las personas, incertidumbre del resultado y preocupación de saber si saldrá o no lo que se planeó con dicha decisión. El tomar una buena decisión implica reconocer los intereses personales, investigar y planificar adecuada y anticipadamente para que de este modo se tome la decisión correcta.
Para un adolescente elegir una carrera, es difícil porque está demasiado cerca y a veces encerrado en su individualidad, así mismo, viviendo su interioridad por encima de todas las cosas, una decisión de las oportunidades en función de lo que le ofrece la sociedad, cuando el tiende en ese período a autoanalizarse, a crear un mundo de fantasía. El
adolescente es inseguro, tiene muchas dudas y teme equivocarse. (Vega, 2003: 17)
Cada persona hace un imaginario ante algo de su agrado, se imaginan el lugar en el que podrían trabajar, el sueldo que recibirá y las comodidades que en su vida traerá. Pero a veces las cosas se complican cuando los jóvenes están por realizar dicha elección pues diferentes factores influyen en ella. ¿Hay jóvenes que eligen una carrera sin ser esa la que querían estudiar? ¿Es difícil elegir una carrera? Si bien, en la actualidad entrar a la universidad ya no es tan complicado como hace algunos años; hay factores que intervienen en el proceso de elección de carrera.
La persona que elige, no es un(a) observador(a) neutral capaz de acercarse al objeto (carreras) en forma directa, por cuanto lleva consigo un conjunto de creencias, prácticas, conceptos y normas que pertenecen a su mundo particular y que, finalmente, constituyen el prisma a través del cual desarrolla su proceso de elección. (Meza, 1999: 13)
La familia siendo el primer agente de socialización, está encargada de transmitir las formas de comportamiento, inculca los valores a seguir, creencias y prácticas para así ir formando poco a poco la identidad y personalidad de cada uno de los integrantes. Es de esta manera que entra en juego la construcción de género. Marta Lamas define el género como “aquel conjunto de prácticas, creencias, representaciones y prescripciones sociales que surgen entre los integrantes de un grupo humano en función de una simbolización de la diferencia anatómica entre hombres y mujeres”. (Lamas, 1995: 62) La influencia de los contextos sociales y la cultura son importantes para el desarrollo de los estereotipos de lo femenino y lo masculino adjudicando así una conducta a hombres y mujeres fijando expectativas y comportamientos determinados respecto a lo que se espera de las mujeres y de los hombres.
Se ha atribuido a los varones ser los principales protagonistas de los avances de la humanidad desde el inicio de la cultura humana, como si hubiesen sido “los sujetos de género masculino”, los únicos y más importantes humanos que tomaban todas las decisiones, tanto en cuando a la satisfacción de la sexualidad, como en la búsqueda de alimentos para sí mismos o para “su familia”: esposa e hijos; los que subordinaban a las
mujeres; los que decidían a dónde ir, qué hacer, qué herramienta fabricar, o a dónde emigrar en busca de regiones más cálidas o con mayor abundancia de alimentos. (García, 2011: 4)
A partir de esto, se puede mencionar que la sociedad va marcando las funciones que a cada persona le corresponde si hablamos de las funciones de trabajo. El trabajo o ámbito laboral dentro de la familia está regido por las tareas que se realizan dentro del hogar; en ella se enmarca el límite entre hombres y mujeres. Éstos están divididos en dos esferas: la esfera de lo público y la esfera de lo privado. Para las mujeres es designado la esfera privada y a los hombres la esfera pública.
El trabajo de la reproducción comprende las actividades destinadas a atender el cuidado del hogar y de la familia. Se le denomina «trabajo de la reproducción» para diferenciarlo del trabajo de la producción (de bienes y servicios), puesto que éste es el único reconocido, económica y socialmente como trabajo, en las sociedades industrializadas (Carrasquer et al, 1998: 96)
Hasta cierto punto las clases sociales no se discriminan en estas tareas, es decir, lo que una mujer de clase alta realiza en su casa es preparar eventos, checar que estos salgan bien, colaborar en actividades de caridad, perfeccionar sus modales, tomar clases de jardinería, repostería, arte, música, e incluso cuidar a los miembros de su familia. Las mujeres de clase media y baja toman la responsabilidad de criar a sus hijos, cuidar a los miembros de su familia y sobretodo la economía familiar. Lo que estas mujeres tienen en común sin importar la clase en la que se encuentren es que interiorizan lo que supuestamente les corresponde. Realizar actividades catalogadas para mujeres, inculcando a sus sucesores dichas actividades.
Mientras que los hombres siempre han ocupado el espacio de la esfera pública, o mejor dicho, la esfera económica, de igual manera hay poca diferencia entre las clases sociales debido a que no cambian el rol determinado. Teniendo poca participación la mujer. De esta manera se observa la existencia de una segregación en los espacios laborales, esto quiere decir:
La distribución desigual de los distintos puestos de trabajo entre los grupos de las sociedades consideradas diferentes, en este caso los hombres y las mujeres. Hay tareas consideradas como propias de los hombres, otras en cambio son consideradas como adecuadas para las mujeres. Sólo una parte de las ocupaciones existentes son consideradas como neutras al género, es decir, que pueden ser desempeñadas indistintamente por hombres o por mujeres.(Rendón, 2003b: s/p)
Es así que, cuando en el hogar ya se ha establecido un patrón de reglas y actividades basadas en género, por consiguiente la toma de decisiones serán de acuerdo en lo ya aprendido. La familia como agente socializador que ha impuesto una brecha de género puede influir de manera directa e indirecta en la elección de carrera de sus integrantes que pasan por este proceso.
Las influencias familiares se ejercen de manera directa e indirecta, a través del deseo de los padres o de las expectativas concretas de que los hijos realicen una determinada profesión; a veces por tradición o por presión se influye en los miembros de la familia, convirtiendo el proceso de elección en una situación de tensión que puede ser la causa de una mala decisión o un factor para el abandono de los estudios o de un bajo rendimiento académico. (Crespo et al, 2007: 30)
La familia es en sí parte importante de cada persona posicionándola muchas veces como la principal fuente de aceptación. De esta manera pasa a ser el primer ambiente inmediato de cada individuo. La familia juega un papel muy importante en la elección vocacional de los jóvenes, ya que influyen de manera directa o indirecta, es decir, ya sea involucrándose en el proceso de elección de carrera como por ejemplo: orientando al joven acerca de qué carreras existen, qué universidades pueden ser una buena opción, si le convendrá dicha opción en un futuro, o en algunos casos que la familia le imponga a la persona seguir el área en común (medicina, derecho, administración, etc) o de manera indirecta que la familia comprometa al joven en actividades extracurriculares, ya sea natación, futbol, danza, ballet; no involucrándose en el proceso de elección de carrera pero animándolo a que estudie una carrera, o depositando en él o ella los sueños truncos de algún integrante de la familia (cuando dejaron de estudiar por criar a los hijos,
por no tener oportunidad de estudiar una carrera, querían estudiar cierta área pero no lo lograron, etc). En este caso se retoma la condición de género como parte de la influencia directa e indirecta. Cuando la familia deja en claro que para ellos es importante esta condición para elegir una carrera, se produce este fenómeno en donde hay licenciaturas con una mayor matrícula de
mujeres y minoría de hombres y viceversa.
De acuerdo con Papadópulos y Radakovich (2003) además de la feminización de la matrícula de la educación superior en América Latina, se observa, en todos los países una tendencia consistente en la superación de algunas de las “barreras intangibles” entre tipos de estudios considerados “femeninos” o “masculinos”. Esto expresa un fenómeno de transición cultural de gran relevancia para la igualación de oportunidades de género en el continente. Sin embargo, persisten en diversos países carreras que constituyen espacios propios de uno u otro género que limitan los márgenes de elección y las condiciones de inserción laboral de las mujeres.
Licenciaturas | Matrícula total de mujeres | Matrícula total de hombres |
Enfermería y obstetricia | 88 | 4 |
Enfermería | 619 | 129 |
Nutrición | 195 | 64 |
Química clínica | 98 | 33 |
Cirujano dentista | 380 | 195 |
Ciencias ambientales | 56 | 27 |
Neuropatía medica | 46 | 26 |
Contaduría pública | 473 | 259 |
Trabajo social | 290 | 50 |
Psicología | 771 | 242 |
Psicología SPM | 21 | 9 |
Psicoterapia | 92 | 32 |
Química industrial | 42 | 24 |
Diseño textil | 83 | 19 |
Lenguas modernas aplicadas | 106 | 62 |
Ciencias de la educación | 537 | 246 |
Comunicación e innovación educativa | 86 | 63 |
Educación especial | 188 | 18 |
Ciencias de la familia | 67 | 9 |
Atención integral al adulto mayor | 17 | 2 |
Fuente: Elaboración propia a partir de información obtenida por DAE, UATX 2015
Licenciatura | Matrícula total de hombres | Matrícula total de mujeres |
Medicina veterinaria y zootecnia | 172 | 79 |
CS. Políticas y administración pública | 235 | 198 |
Ingeniería en computación | 289 | 99 |
Ingeniería mecánica | 83 | 4 |
Sistemas electrónicos | 50 | 6 |
Arquitectura | 257 | 101 |
Diseño automotriz | 35 | 5 |
Fuente: Elaboración propia a partir de información obtenida por DAE, UATX 2015
En las listas anteriores se muestran las licenciaturas que ofrece la Universidad Autónoma de Tlaxcala con mayor presencia de mujeres y mayor presencia de hombres. La mayoría de las carreras en donde hay un número de mujeres están orientadas hacia la atención de servicios públicos, servicios administrativos, humanidades, entre otros, mientras que en las carreras en las que hay mayor número de hombres están basadas en la utilización de fuerza, espacios políticos y uso de matemáticas. En total la universidad ofrece 43 licenciaturas, 20 de ellas (Tabla 1.1) ocupadas en su mayoría por mujeres y sólo 7 de ellas (Tabla 1.2) ocupadas por hombres.
Se observa que existen carreras o áreas de estudio consideradas propiamente “femeninas” pues su desempeño permanece asociado a la extensión de los papeles tradicionales de la mujer en el espacio privado, como el cuidado y atención de personas dependientes y tareas relacionadas con la alimentación, vestimenta, educación básica, salud primaria, relaciones públicas, entre otros. A partir de esto observamos para las mujeres como opciones educativas: Enfermería, Nutrición, Educación Básica y Media (Maestros y Profesores), Ciencias Sociales, pues son relacionadas a roles considerados culturalmente como femeninos y continúan siendo espacios de concentración de la matrícula femenina en la educación superior (Papadópulos y Radakovich, 2003). Las áreas tecnológicas y las ciencias básicas, se perciben aún como espacios masculinos.
Estas áreas continúan concentrando, mayores porcentajes de matriculación masculina a pesar del logro del acceso masivo femenino a la educación superior en los últimos treinta años.
Las dificultades de superación de estas barreras culturales en la inserción de varones y mujeres en la educación superior no son fácilmente superables. Esto quiere decir que la segregación de género en la educación superior, en algunas disciplinas, reproduce y mantiene la desigualdad en el mercado laboral.
Todos los seres humanos tienen una etiqueta invisible, con la cual se carga toda la vida. El ser femenino o masculino, las formas de actuar y hablar, las cosas cotidianas del día a día se hacen de acuerdo a como un hombre o una mujer debe hacerlo.
De acuerdo a las capacidades que se van adquiriendo al mismo tiempo se van ocultando las que no se creen adecuadas de acuerdo al género al que se ha sido designado, es decir, que se educa de acuerdo a lo que para la sociedad es adecuado y conveniente. Las mujeres son educadas para responder a los buenos modales, de manera sensible y siempre dispuesta a aceptar mientras que los hombres son educados para responder a la economía social de manera agresiva, fuerte y decidir sin consentimiento de alguien más. Como menciona García, a mujeres y hombres se les transmite valores distintos, y en consecuencia se produce un desarrollado de capacidades distintas mediante la práctica de roles de género también distintos. (García, 2011: 42) Los roles establecidos en cada integrante en la familia también depende de la concepción genérica, es decir, quien está a cargo, quien aporta económicamente, quien se encarga del cuidado o la crianza de los hijos. A los estudiantes entrevistados se les hizo la pregunta ¿a quién se considera el jefe/a del hogar y por qué?
“Pues sería mi papá pero siempre con opinión de mi mamá, porque el hombre es siempre la cabecera del hogar” (Luz, 22 años, CF)
“Mi papá, porque el aporta económicamente en la casa” (Itzel, 23 años, IM)
“Pues mi mamá porque como es de ella la casa, ella es la que manda ahí, ella da permisos o decide que hacer y qué no hacer” (Josué, 21 años, IMSE)
Cabe mencionar que también depende de la estructura familiar en la que conviven las personas por ejemplo, dos de los estudiantes entrevistados que provienen de familias monoparentales, mientras que la mayoría son de familias extensas o nucleares. Quien está al mando en los hogares son quienes aportan económicamente al hogar o solo por ser hombre como lo menciona una de ellas. Estas relaciones de género comienzan desde el momento de la concepción, se delimita el género por medio del color de la ropa, los juguetes y accesorios, conforme el ser humano va creciendo, va interiorizando y aceptando el género asignado, cuando ya está en una edad en la que puede responder por sí mismo, en el hogar comienzan a repartirse tareas domésticas para poder mantener el lugar. Dichas tareas están fuertemente marcadas no por las habilidades de las personas sino por su condición de género. Es decir a los hombres les corresponden tareas tales como: tirar la basura, cargar el garrafón de agua, lavar el carro, la jardinería, etc. mientras que a las mujeres tareas como: planchar, lavar la ropa, cocinar, barrer, trapear e incluso la asistencia de niños, adultos mayores, personas con alguna discapacidad o enfermos.
“Pues quien hace las tareas del hogar en primer lugar mi mamá, en segundo lugar está mi hermana que es más chica que yo y yo a veces les ayudo” (Jesús, 22 años, CF)
“Por lo general mi mamá y mis hermanas le ayudan, mi hermano antes le ayudaba mucho a mi mamá pero desde que entró a trabajar ya casi no le ayuda” (Fernando, 23, IM)
“Mis obligaciones pues ayudar en lo que se requiera, como barrer, lavar los trastes” Federico, 21 años, CF)
Cuando a los estudiantes entrevistados se les preguntó quiénes realizaban las tareas domésticas dentro de su hogar, respondieron que entre todos lo hacían, quien estaba a cargo era la mamá y los demás integrantes a veces “ayudaban”. Es interesante como los estudiantes mencionan que el trabajo doméstico realizado por los demás que no sea principalmente la mamá se considera como una “ayuda”, afirmando que estas labores son para las mujeres. “responsabilizarse de una tarea significa tener la obligación última de su realización, es decir hacerse cargo de que se cumpla una determinada cosa. Sin embargo, ayudar supone estar libre de
esa responsabilidad final, es prestar cooperación pero no encargarse de su cumplimiento.” (Peña, 2007: 8) esto quiere decir que las tareas del hogar no son una ayuda, sino una responsabilidad de parte de todos quienes integran el hogar.
Es a través de la comunicación familiar en dónde se van interiorizando y significando las conductas, es así como la construcción de género tiene un peso muy fuerte en toda persona.
Para los mexicanos, el significado que le dan a la familia es en un sentido de superioridad, es algo sagrado, en su lista de “prioridades” siempre será el número uno, es por ello que la forma de interactuar entre los integrantes influirá en la construcción de identidad, de pertenencia y aceptación de cada ser humano. Es a través de la comunicación como se reproducen estos significados, aprendizajes y simbolismos culturales respecto a la familia.
Las realidades individuales y familiares se construyen a partir del intercambio de significados y de sentido entre sus integrantes, los que de manera coherente forman un conocimiento que llega a compartirse, moldeando la forma como establecen sus relaciones y organizan el grupo, al igual que las funciones, las normas y las reglas que los rigen y que están igualmente sometidas al interjuego de los actos comunicativos. (Gallego, 2006: 95)
Las relaciones familiares y el tipo de convivencia dependerán de acuerdo al grado de comunicación que tengan los integrantes y sobretodo el significado que cada uno da. Gallego menciona que la asignación de significados puede ser –no intencional- y tiende a estar organizada de acuerdo a patrones comunicativos (Gallego, 2006: 113) para algunas familias puede ser normal el estar en completa comunicación todo el tiempo, para otras el convivir solo a la hora de la comida y tal vez para otras el tener poca convivencia, esto, repito, dependerá de la significación que se cada familia le asigna.
“En general llevamos una buena relación, llevamos un sistema familiar organizado, en fines de semana nos juntamos todos ya que entre semana los horarios varían y en fines de
semana salimos a comer o a desayunar pero siempre juntos.” (Gisela, 20 años, CF) “Pues es como en todas las familias, en las comidas se habla ya después de eso cada quien se va a su cuarto, de vez en cuando se convive” (Josué, 21 años, ISE)
“Pues llevo una buena relación con mi mamá, pues como solo estamos ella y yo nos tenemos uno al otro y ella siempre me apoya en las decisiones que yo tomo” (Oscar, 20 años, IM)
Demuestran esta “naturalización” o “significación” adoptada desde lo ya aprendido desde la infancia. Pero lo que llama la atención de la mayoría de las respuestas obtenidas es que mencionan que la hora de la comida es el momento en el que generalmente conviven y se establece cierta comunicación entre ellos. “La naturaleza recíproca del proceso ha sido mirada como una danza en la que <<los miembros de una familia sincronizan sus pasos, se mueven a ritmos específicos, establecen distancias entre ellos y algunas veces tiran y encojen” (Gallego 2006: 113)
“Pues ellos me dicen que pues si logro terminar la licenciatura, pues mi mamá me va a ayudar tanto económicamente como con mi bebe tal vez para continuar con una maestría o en cuestiones de trabajo ellos están dispuestos a apoyarme” (Andrea, 21 años, CF) “Mmmm nunca me han dicho, creo que ni saben de qué trata mi carrera” (Jimena, 21 años, IM)
“Mi familia tiene altas expectativas sobre mí, el que yo prospere y haga una vida mejor en lo personal conforme a lo que yo estudié.” (Federico, 21 años, CF)
El interés o el desconocimiento hacia el futuro profesional de los hijos es muestra de esa comunicación, demuestra la importancia que la familia tiene respecto a cada uno de sus integrantes. Las familias buscan redes de apoyo para ayudar a los suyos en cualquier situación, eso también es parte de la cercanía que hay. Estas utilizan diversos medios para transmitir sus emociones, pensamientos y conocimientos; el silencio, que puede ser intencional como en los casos en que se dan tiempo los interlocutores para asimilar y codificar sus respuestas, controlarlas, y encontrar la forma de transmitirlas. (Gallego, 2006: 119) la aprobación de las
decisiones por medio de las palabras es el resultado que se espera de parte de las personas con las que se está compartiendo una idea.
“Con quien si la relación no es muy buena es con mi papá porque de repente hay veces que no nos saludamos solo buenos días o buenas tardes y en las noches ya llegue y eso es todo.” (Federico, 21 años, CF)
Los padres son de quienes se espera más esta aceptación, ellos los pilares de las familias y por tanto la comunicación entre padres e hijos/as repercute en la identidad propia así como sentirse parte de un grupo en específico. Por otra parte el diálogo, dice Gallegos, es la forma común en las relaciones familiares, se pueden llegar a acuerdos, solución de peticiones demandas y reclamos, de enseñanza de habilidades y competencias sociales, así como de construcción de identidad. (Gallego, 2006: 119).
“Mi papá es ingeniero civil y cuando yo le dije que me llamaba la atención ingeniería en sistemas electrónicos como que se sintió feliz de que yo estudiara una ingeniería y me dijo que me daba todo su apoyo, mi mamá me dijo que ella me apoyaba en lo que sea que yo decidiera y mis abuelitos me decían que era una muy opción porque me iba a beneficiar mucho económicamente” (Alejandro, 21 años, ISEM)
“Si, con palabras de aliento ya que como te había dicho a mí me decían muchas veces personas cercanas a las que yo quería mucho que no me convenía una ingeniería, que no creían que me fuera bien en ella y pues ellos (refiriéndose a su familia) me convencieron y me dijeron que si a mí me gusta no tiene porqué importarme lo que los demás piensen” (Itzel, 23 años, IM)
“Simplemente me decían que tenía que seguir estudiando, tener una mejor vida en el aspecto de tener mejores ingresos y no estar en el mercado y no ser igual que ellos sin embargo, es algo que me recalcaban mucho el tener que seguir estudiando (Jesús, 22 años, CF)
La forma en que se involucran, las palabras y el tono en que lo dicen es parte de la reflexión que queda después del dialogo entre los jóvenes y la familia, ese el momento de la retroalimentación de saberes que se comparten, experiencias de los más grandes haciendo énfasis en esta parte, el motivo es porque es aquí en donde depositan en los más chicos sueños, esperanzas e ilusiones de lo que ellos alguna vez quisieron y lo lograron esto ayuda al reforzamiento de la toma de decisión. Las expectativas que esperan de los jóvenes es el reconocimiento social y una mejora en la calidad de vida y económica, que no solo beneficiara a quien estudia sino a su entorno familiar.
Desde esta posición, y tomando como referencia la idea de que los familiares quieren que los más jóvenes estudien una carrera universitaria, al respecto Aráos y Pinto comentan; que la obtención de una licenciatura universitaria deviene en un imperativo difícil de juzgar dentro de las familias pues, no sólo una persona obtiene su título universitario, sino es la familia la que ha cumplido con los hijos. (Aráos y Pinto: 2017: 42) Como se ha mencionado anteriormente hay dos tipos de influencia familiar en l elección de carrera: una de manera directa y la segunda de manera indirecta (ver pág. 6)
“Pues ellos insistían en que yo estudiara una ingeniería porque veían que yo era bueno para las matemáticas pero al final respetaron mi decisión y aceptaron el que yo estudiara ciencias de la familia. Finalmente quien si se involucró más fue mi mamá porque ella me apoyo en el proceso de admisión.” (Federico, 21 años, CF)
“Fíjate que al principio todos me decían que yo no la iba a hacer en ingeniería, decían que contabilidad o administración iba mejor conmigo, que no me veían como ingeniero, pero ya después se convencieron y me dieron su apoyo para estudiar mecánica” (Fernando, 23 años, IM)
“La verdad no mucho (refiriéndose a que la familia no se involucró en el proceso de elección de carrera) pero me decían que lo que yo escogiera estaba bien” (Itzel, 23 años, IM)
Retomando la postura de Crespo, los jóvenes entrevistados mencionan que las familias solo respondían con un: “estudia lo que quieras, nosotros te apoyamos”. Esto quiere decir que hasta el momento se presenta una influencia indirecta, ya que hubo poca o nula participación en la elección de carrera.
Los significados controlan la conducta de los significantes en el acto transaccional; ayudan a entender las señales comunicativas que son elaboraciones culturales que llevan la información de cómo interpretar los mensajes de cada persona y la naturaleza de sus relaciones” (Gallego, 2006: 115)
Las relaciones familiares son tan complejas como la comunicación entre sus integrantes, se han moldeado ante ciertas actitudes y significados que no parece ser tan importante, en este caso, el poco involucramiento de los padres ante la elección de carrera, pues los estudiantes mencionan que es una responsabilidad propia y que los padres o la familia no es tan importante en su elección, solo esperan su aprobación.
En cuanto a la familia, el lograr que el hijo salga profesional se ha convertido en un “indicador” de ser buen padre o madre; sobran las historias de madres solas, viudas o de escasos recursos que “han sacado” profesionales a sus hijos, cuando los hijos provienen de un origen no profesional, el nuevo licenciado adquiere mayor estatus. (Aráoz y Pinto, 2017: 50)
A pesar de que la familia tiene poca participación, a través de las expectativas profesionales de los jóvenes es cómo influyen, al mencionarles el área que creían conveniente para ellos o los comentarios que hacen respecto a la carrera ya elegida y una vez que los estudiantes ya están a dentro.
“Ah pues no se yo creo que mis papás siempre a lo que yo quisiera, mi mamá antes quería que yo estudiara enfermería o algo así pero dije ay no, pero ya después me dijeron que en lo que yo quisiera.” (Luz, 22 años, CF)
“Ellos me decían que estudiara para médico y esas cosas pero a mí no me agradaba y dijeron que pues me apoyaban en lo que yo decidiera” (Jesús, 22 años, CF)
“algo relacionado en Ciencias de la Salud, Porque creen que soy muy inteligente y paciente y que eso me ayudaría en esta área aparte de que me haría ganar más dinero” (Itzel, 23 años, IM)
“Pues mi mamá me decía que estudiara enfermería como ella para dejarme la plaza pero yo le dije que no, que yo no soy para eso, la verdad es que a mí no me gusta nada de eso” (Oscar, 20 años, IM)
El punto más importante que las familias buscan es la mejora económica, poniendo énfasis en el área de Ciencias de la Salud en la creen es ahí en donde ganaran más y tendrán mejores oportunidades en la vida laboral. Cabe destacar que al momento de responder la pregunta
¿en qué área cree tu familia que te desempeñarías mejor y por qué? Los jóvenes tardaron en responder, se quedaban pensado y hacían pausas en su respuesta, la primera frase que respondían es: ¡Ay no sé!. Esto quiere decir que la comunicación o el acercamiento de los padres durante el proceso, es muy ausente..
“Si todo el tiempo me decían que ingeniería es para niños y que mejor estudiara algo para niñas como psicología o enfermería” (Jimena, 21 años, IMSE)
“Si, mm mis papás y hermanos no, pero lo que es mi abuelita, tíos etc. si ellos todo el tiempo me decían que las ingenierías eran para hombres y las carreras para “mujercitas” era más la docencia, enfermería y alguna carrera a fin” (Itzel, 23 años, IM) “La mayoría de personas sí, pero mi papá se oponía porque el quería que estudiáramos carreras que dejaran más dinero, carreras más lucrativas en el que tuviéramos mejores beneficios” (Fernando, 21 años, CF)
Por último, añadiendo la cuestión de género se presenta de igual manera como la familia a pesar de que ya hubo una elección y ya están estudiando, los comentarios hechos por ellos hacia el estudiante marcan la insatisfacción de dicha carrera.
El género, la familia y la elección de carrera van de la mano una a la otra. Las familias influyen generalmente de manera indirecta, ya que la poca o nula participación de ellos en este proceso junto con los jóvenes genera un descontento o desaprobación cuando ya está hecha la elección. Es decir, a las mujeres se les ha impuesto por mucho tiempo que ellas pertenecen a las áreas de cuidados y asistencia social, mientras que a los hombres se les dice que ellos pertenecen a áreas que requieran un mayor esfuerzo mental y físico.
Los estudiantes de ingeniería incluso se refieren a sus compañeras como “machorras” o en otras palabras como “poco femeninas”, que son “raritas”. Esto es que incluso dentro de estas áreas también existe una discriminación que ya es algo cultural debido a lo aprendido tanto en el hogar como medios de comunicación al referir que el área de ingeniería y tecnología no son para mujeres. Sin embargo en el área de humanidades se demostró que hay poco rechazo hacia sus compañeros hombres. Ellos mencionan que no tuvieron hasta el momento dificultades o preferencias por ser hombres, solamente que al principio les era raro la convivencia en su mayoría con mujeres.
Un aspecto que yo creo necesario investigar a partir de esto que planteo es la inserción de las mujeres en el ámbito laboral del área de ingeniería y tecnología, es decir, si ellas realmente desempeñan un cargo relacionado a su educación o si sufren de segregación laboral, ya que estar insertas en un espacio que ocupan mayormente los hombres las hacen vulnerables a recibir un rechazo en el área.
La familia como base principal de las demás instituciones sociales influye por supuesto en la educación. Las carreras no tienen género pero si prejuicios que en pasos muy lentos se van descartando.
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