Azalia Cota Murrieta1 y Virginia Romero Plana2
Palabras clave: migrante; emoción; sentimiento; trayecto
Desde el Trabajo Social la migración está siendo un tema que gana mayor influencia y consistencia para su estudio y posterior intervención social. Las migraciones como tales no se enmarcan como un problema; éste viene considerándose a partir de la desigualdad que las ocasiona masivamente, de los riesgos en el proceso migratorio, tanto nacional como internacionalmente, y del desarrollo
1 Licenciada en Trabajo Social por la Universidad de Sonora; líneas de investigación: migración y educación. Correo electrónico: aza_cota_mu@hotmail.com.
2 Doctora en Estudios Mexicanos (especialidad: Antropología de la pobreza) y PTC del Departamento de Trabajo Social de la Universidad de Sonora; líneas de investigación: Antropología de la pobreza, migración y género, con especialidad en masculinidades. Correo electrónico: virginia.romero@unison.mx.
de personas desarraigadas de sus lugares de origen sin una oportunidad de vida con condiciones dignas.
Para esta investigación se retoma la definición que Carlos Giménez aporta a través de su estudio sobre si la migración se considera un problema o una oportunidad. En este sentido la define como “el desplazamiento de una persona o conjunto de personas desde su lugar habitual de residencia a otro, para permanecer en él más o menos tiempo, con la intención de satisfacer alguna necesidad o conseguir una determinada mejora” (Giménez, 2003, en Micolta, 2005: 61).
El estudio que se presenta bajo estas líneas de análisis se realizó bajo la premisa de esculcar no sólo en las condiciones de vida que tienen los hombres migrantes estancados en las fronteras- norte, particularmente en Hermosillo (Sonora, México), sino también en indagar sobre las emociones que desarrollan a través de este viaje que realizan. El objetivo principal de este proyecto de investigación, y que se entronca con lo presentado a continuación, es perfilar las expectativas personales que sostienen los migrantes hombres en las situaciones de pobreza vividas. Y uno de los objetivos específicos, del cual se desprende esta ponencia, es entender cuáles son las ideas generadas a través de sus emociones con �respecto a su posicionamiento social como migrantes.
La puesta en marcha del trabajo de campo se calendarizó entre los meses de febrero y octubre del año 2017, habiendo registrado seis visitas al Desayunador San Luis Gonzaga, ubicado en La Victoria, antiguo ejido de Hermosillo. Este centro es una de las dos instancias que la capital sonorense tiene para la atención al migrante. Uno de ellos es un albergue donde pasan la noche en el centro de la ciudad, el cual no sólo alberga a migrantes, sino a toda aquella persona que no tiene hogar y se ve en la necesidad de pernoctar allí. El otro es al que nos hemos referido en las primeras líneas de este párrafo, y en el cual se ha realizado este trabajo de campo1.
El desayunador San Luis Gonzaga surge hace no más de una década por la necesidad de proveer a la población migrante con una comida y algo de abrigo en su paso hacia la frontera norte, camino directo en tren hacia Mexicali (Baja California) o Caborca (Sonora). Se crea con trabajo voluntario de personas que van diariamente a ofrecer una comida caliente; actualmente y gracias a donaciones privadas el centro se ha equipado, ofreciendo aseos públicos, atención sanitaria una vez a la semana y una llamada telefónica de tres minutos.
La aplicación de cuestionarios estaba marcada entre las 11 y las 12 horas del mediodía, justo el horario en el que la población migrante entra al centro (previo registro en la puerta), toma asiento y espera a que se le sirva la comida del día. La selección de la muestra fue aleatoria; el total de los hombres entrevistados fue de 27. La muestra no es significativa en cuanto a representación poblacional, pero se consideró oportuno esta cantidad para darle un sustento a la información recogida. El análisis que se ha realizado ha partido de un enfoque mixto, por lo que los datos se han considerado para un análisis cuantitativo y cualitativo.
Las nacionalidades de los hombres entrevistados son variadas; los países de donde son originarios son México, Honduras, Belice, Nicaragua y El Salvador. Las edades de los mismos van entre los 18 y 55 años, siendo el rango de edad más extenso el de 30 a 39 años. Cabe destacar que el grupo de migrantes con edades comprendidas entre 20 y 29 años está compuesto solamente por hondureños.1
Relaciones en el trayecto
Mayoritariamente los migrantes, en particular los nacionales mexicanos, viajan solos. Salen de su lugar de origen con la ilusión como única compañera. Sin embargo, a lo largo del viaje, por la gran cantidad de población flotante que transciende por México buscando una oportunidad de mejorar las condiciones de su vida, y por las ya establecidas y conocidas vías de acceso a la frontera norte, es usual el encuentro con personas con la misma misión en ese viaje. Se establecen distintas relaciones: de amistad, de ayuda mutua, de compañerismo, sentimentales, de acompañamiento, etcétera. Incluso se podría optar por la idea de que las relaciones mantenidas, si bien algunas pudieran catalogarse dentro de un marco socialmente aceptado, otras no entran dentro de los límites conceptuales de éstas, por los que tienen su propio sentido según los criterios y el espacio donde se crean y se desenvuelven; todo ello según el tiempo, según las conveniencias, según la forma de ser de la persona, según la meta de cada quien, según los espacios de acercamiento al resto de migrantes, etcétera.
La primera pregunta de este apartado de estudio que se les hizo, para desencadenar una línea de recuerdo y reflexión sobre su proceso migratorio era que si habían encontrado a alguien
relevante en su proceso migratorio. El 56% de los hombres migrantes dice haber encontrado o conocido a alguien relevante en su trayecto migratorio, mientras que el 44% dijo no considerar a alguien lo suficientemente relevante en este tiempo que llevan migrando.
En las respuestas afirmativas, se encontraron distintas alusiones a quienes habían sido en algún momento del viaje importantes para estos hombres. Algunos migrantes hacen mención de la gran relevancia que han tenido algunas personas que se han encontrado en este proceso migratorio como lo son trabajadores y trabajadoras sociales, voluntariado de la cruz roja, pastores de alguna congregación religiosa; otros han encontrado una mujer, como compañera sentimental, con quienes han formado sus familias y tenido hijos en los Estados Unidos de América (EUA) como es el caso de los señores Roberto2 y Macario, originarios de México y Belice, respectivamente. Los dos fueron deportados por falta de documentos que acreditasen su residencia o ciudadanía norteamericana.
Podría decirse que las condiciones de este proceso migratorio no son las más adecuadas para entablar relaciones personales entre los mismos migrantes, ya que existe la desconfianza entre ellos mismos durante el viaje. Hay quienes no conversan ni cuentan sus experiencias a otros compañeros, a excepción de aquellos migrantes que viajan con algún familiar, amigo o en grupos originarios del mismo país.
La edad de los migrantes podría ser un factor importante entre los que han conocido y no a una persona relevante en su trayecto migratorio, puesto que los que han conocido a personas importantes son los que se encuentran en un rango de 20 a 29 años y los de 50 a 59 años de edad. Podría decirse que el primer grupo (20 a 29 años) son adultos jóvenes que tienen poca experiencia en este proceso; suelen ser, por su edad, más abiertos y comunicativos con los compañeros de viaje, lo que les permite crear lazos de amistad y camaradería. No sólo son significativas estas relaciones de compañerismos creadas en el trayecto, y que bien podrían ser las más duraderas por el tiempo, sino que en las respuestas expresaron haber conocido a personas relevantes en los albergues y comedores a los que llegan por uno o varios días y que de alguna manera impactan en sus vidas, ya sea por un consejo, una atención, una buena palabra o un favor. Los del segundo grupo (50 a 59 años) son personas que por su experiencia de vida y, sobre todo, de este proceso migratorio tienen mayor facilidad de entablar charlas amenas, e incluso de ser consejeros de los más jóvenes, volviéndose unos y otros personas importantes, de las cuales guardarán buenos recuerdos.
Las significaciones relacionales se han considerado como un punto clave para el entendimiento de los sentimientos y emociones que desarrollan los hombres migrantes fuera de su contexto de confort. A continuación se presenta una tabla en la que se especifican las respuestas en base a si han conocido a alguien relevante en este proceso migratorio, haciendo una distinción por edad.
Tabla 1. Personas significativas en el proceso migratorio
Edades de la población migrante | Personas relevantes |
De 20 a 29 años | *Un pastor evangelista *Todas las personas son importantes *La gente del pueblo *Las personas mayores que me aconsejan “no a las drogas” |
De 30 a 39 años | *Trabajadora social del DIF *Patrón del taller mecánico donde trabajaba en Mexicali |
De 40 a 49 años | *Una muchacha que me dio dinero para comer un día |
De 50 años y en adelante | *Algunas personas *La mamá de mi hijo (estadounidense) *Dos personas de la Cruz Roja (donde se le facilitó la prótesis para su pierna derecha) |
Fuente: elaboración propia.
El migrar de un país a otro en condiciones inciertas no es una opción fácil que se tome de manera prematura; sin embargo, para muchos migrantes es la única opción que ven para ir en busca de mejores oportunidades de vida. En el trayecto de este proceso migratorio los hombres migrantes se encuentran con obstáculos que pueden generar cambios en los planes. Uno de esos obstáculos es la discriminación.
Según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) la discriminación es una práctica cotidiana que consiste en dar un trato desfavorable o de desprecio inmerecido a determinada persona o grupo. El origen étnico o nacional, sexo, la edad, la discapacidad, la condición social o económica, la condición de salud, el embarazo, la lengua, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil y otras diferencias pueden ser motivo de distinción, exclusión o restricción de derechos.
En la percepción sobre la discriminación sufrida, se les cuestionó sobre si consideraban que habían la habían enfrentado en México. En este sentido, hay un equilibrio entre los que sienten que hay cierto rechazo hacia su persona en calidad de migrantes (el 52% de las 27 personas), mientras que casi la otra mitad dijeron no sentirse discriminados (el 48%).
Este rechazo o discriminación no es exclusivo hacia los migrantes extranjeros, sino que también los connacionales han sufrido un tipo de rechazo tanto por la sociedad como por las autoridades, ya que manifiestan los propios migrantes que en ocasiones han sido víctimas del abuso de poder de policías durante su largo trayecto, como lo manifestó Tomás, originario de México, durante la entrevista: “porque sin estar faltando o alterando el orden lo paran a uno y cuando lo registran y trae uno algunos pesos se los quitan y amenazan con “te llevo o te vas”
Según lo recogido por Ruiz, “desde el año de 1971 existen casos de abusos contra migrantes centroamericanos en la frontera sur, resultando responsables personas particulares y las autoridades de los abusos que incluyen el robo, el cohecho y las detenciones injustificadas, en un marco de abusos de sus derechos humanos al ser encerrados en lugares antihigiénicos, sin agua potable y comida, expuestos a abusos verbales y físicos; entre los delitos de los particulares están la estafa, el asalto, la violación sexual y el secuestro” (Ruiz, 2007: 87, en Morales, 2010: 235).
En lo que a la sociedad se refiere, ésta tiende a discriminar o rechazar a estas personas sólo por su apariencia física o por su vestimenta, ya que muchos de ellos no disponen de ropa limpia o de un lugar en donde asearse. Algunos de los entrevistados manifestaron que “todos somos iguales” y que nunca han sentido el rechazo de las personas. El resto sí manifestaron que por ser de diferentes países, por su color de piel o raza han sido discriminados algunas veces durante su recorrido por México.
Las respuestas aquí expresadas hacen referencia a la desconfianza que la gente con quien se cruzan o comunican tiene respecto a ellos. La justificación es su aspecto físico y sus rasgos,
siendo primordial resaltar la importancia de conocer las necesidades que tiene esta población para conformar una red de ayuda significativa a nivel integral desde el Trabajo Social.
En relación directa a la pregunta anterior, se expuso el interrogante sobre si consideran que su nacionalidad influye en la suerte que puedan tener en el viaje. En este sentido, las respuestas estuvieron muy equilibradas también: el 48% dijeron que sí creían que la suerte era un factor que jugaba a través de su nacionalidad y rasgos; el 45% creen que no les influye para tal efecto; y el 7% dijo no saber ni estar seguro de ello.
De aquellos migrantes entrevistados que dijeron que “NO” influye su nacionalidad en su suerte, algunos de ellos al momento de responder se mostraron optimistas como Octavio, de origen salvadoreño, quien dijo que siempre ha tenido suerte y que no ha sido por su nacionalidad, sino por su manera de tratar a las demás personas de las cuales se ha ganado el cariño y confianza.
Otros expresaron que por ser extranjeros se les ha tratado diferente; algunos más creen que su nacionalidad repercute de una manera negativa, puesto que los ven como personas que pueden robar o hacer daño al momento de pedir comida en las casas de las ciudades o comunidades que les ha tocado llegar.
En relación a esta pregunta realizada a los 27 migrantes de los cuales 13 son centroamericanos, 6 de éstos últimos respondieron que “NO” influye su nacionalidad en la suerte, mientras otros 5 migrantes de este mismo grupo manifestaron que “SÍ” influye su nacionalidad; uno más dijo que “TAL VEZ SÍ”, dejando abierta una reflexión necesaria no sólo para ellos, sino para el resto de la Sociedad, particularmente para los que vivimos en estados fronterizos y en localidades vías de tránsito de la población migrante.
Pasado y presente: reflexión a través de los sentimientos
Con el fin de indagar más sobre cuáles son las emociones y su relación con el hogar de cada quien, se hizo la pregunta siguiente: ¿Qué extraña de su hogar? Se consideró apropiado sacar directamente el tema de la nostalgia y extrañamiento, ya que es una constante en la literatura que trata los desarraigos, desplazamientos y migraciones. Las respuestas no siempre fueron argumentando nostalgia, por lo que este proceso emocional queda sólo punteado, sin analizar en profundidad, por la falta de datos para ello.
Hay trabajos realizados en torno a la significación de los sentimientos de los migrantes,
particularmente en dos vías: la nostalgia creada desde “el otro lado” sobre su lugar de origen y los sentimientos desarrollados en el espacio del retorno. En este estudio se pretendía poner sobre la mesa una nueva vía de análisis referida a las emociones vividas durante el proceso, ámbito que pudiera ubicarse en la mitad de las dos anteriormente mencionadas. Hay un espacio donde aún no se han desarraigado de su lugar de origen, ni siquiera en tiempo, y tampoco se han asentado en otro lugar; se torna desde este punto de vista interesante, ya que el viaje es una de las partes difíciles que hay que trabajar desde el aspecto psico-social del acompañamiento desde la atención de la disciplina del Trabajo Social.
La información desglosada que se obtuvo se presenta a continuación:
Gráfica 1. ¿Qué extraña de su hogar?
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
Menor de 20 años De 20 a 29 años De 30 a 39 años De 40 a 49 años De 50 en adelante
Nada Regresar Familia Condiciones de vida del hogar
Fuente: Elaboración propia.
Dentro de la categoría de “familia” se desprenden distintos conceptos que se quieren resaltar por ser propiamente enunciados por ellos. Se distinguen por rangos de edad para poder analizar de manera más delicada la utilización de ciertas palabras para armar su discurso sobre lo extrañado. Nueve de los hombres dijeron que extrañaban a su familia, sin especificar; la respuesta sólo fue “la familia”. Sin embargo, dentro de los otro diez que respondieron el rubro de familia sí concretaron a quien de ésta extrañaban, siendo sus respuestas por orden de mayor a menor: los hijos, los hermanos y la mamá (estos dos últimos en el mismo rango).
En la categoría creada de condiciones de su hogar de origen, en el afán de hacerla más
amplia y relacionada con las cosas materiales o vivencias en ese espacio, se hace referencia directa al entorno de la vivienda familiar: “comer”, “su cama”, “convivencia”, “vivir bajo un techo”, entre otras; esto asienta la idea de la construcción de un imaginario en el que la familia no sólo se conforma como una estructura consanguínea y personal, sino como un resguardo donde cubrir las necesidades de alimento, de seguridad, de comunicación y emocionales.
¿Qué le ayuda a sobrellevar lo duro de este proceso migratorio? Esta cuestión se construyó de tal manera que en la misma pregunta aparece una suposición clásica acerca del proceso migratorio: lo difícil que es y que se ha convertido ser migrante. Se plasmó la inquietud de que los entrevistados reflexionaran breve y puntualmente sobre si el proceso migratorio realmente es asumido como duro, difícil y largo. Efectivamente nadie hizo alusión a que la percepción que ellos tienen en relación a su traslado sea distinta a la dada en la pregunta de forma indirecta. Se recibe el interrogante asumiendo lo difícil del viaje y enfocando la atención hacia lo que ellos tienen para superar los obstáculos. En la gráfica se ilustra la categorización de las respuestas y su distribución.
Gráfica 2. ¿Qué le ayuda a sobrellevar el viaje?
12
10
8
6
4
2
0
Superación y progreso
Familia Dios Otros Nada No contesta
Fuente: elaboración propia.
En el agrupamiento de respuestas cabe mencionar algunas ideas, término y expresiones que los hombres usaron para referirse a la contestación a dicha pregunta. En el rubro de superación y progreso, las respuestas contuvieron referencias claras como “la meta que tiene en la vida”, “saber que puede progresar”, “salir adelante”, “por orgullo”, “echarle ganas”, entre otras. En el rubro de la familia, todas iban enfocadas a cuidar a su familia y a proveer a sus hijos de oportunidades que ellos nunca tuvieron, como el aliciente siempre presente para continuar en la lucha. En el tercer
rubro, se hace mención a Dios (fe católica) a través de las siguientes respuestas: “la bendición de Dios”, “su fe en Dios” o “saber que Dios es grande y siempre estará presente”. En el rubro “otros” aparecieron tres respuestas: “buscar comida en los centros comerciales porque se siente hambre” (Julio, 30 años), “caminar” (Alonso, 52 años) y “el dinero que gana en los campos cuando trabaja por goteo” (Ignacio, 55 años). En este sentido estas expresiones resignifican la necesidad de hacer material lo espiritual; organizan en acciones muy concretos lo único que consideran ellos que les ayuda a seguir adelante, como una opción muy presente de cubrir sus necesidades básicas.
Gráfica 3. ¿Cuál ha sido su estado de ánimo a lo largo del viaje?
7
6
5
4
3
2
1
0
Hasta 29 años Hasta 39 años Hasta 49 años Más de 50 años
Varían Positivos Negativos
Fuente: Elaboración propia.
En este proceso migratorio, los migrantes se encuentran con distintos estresores que los lleva a desarrollar los sentimientos antes mencionados, ocasionándoles distintos estados de ánimo (Hirai, 2014). A la hora de responder esta cuestión, los sentimientos negativos citados fueron la nostalgia, tristeza, soledad, desesperación, odio, desánimo, impotencia y presión, siendo las más reiteradas las tres primeras de esta lista. Por ejemplo, Francisco (50 años), alude a que él siente nostalgia, porque se acuerda mucho de su mamá; Pedro (34 años), de Sinaloa, expresa sentir odio, imposibilidad, impotencia, presión; Roberto (38 años) comenta que él siente desánimo e incertidumbre, pero que anhela ver a su hija de nuevo, lo que le hace sobrellevar los días; Julio (30 años) dice estar triste y su estrategia para combatirla es cantar; Indalecio (33 años) comparte que se siente triste por la vida que ha llevado y por no haber tenido una pareja sentimentalmente; Tomás dice ser invadido por la tristeza cuando está solo en las vías del tren y llega la hora de dormir.
La soledad, a pesar de que algunos hombres van en grupo (la mayoría de las personas centroamericanas), es un sentimiento recurrente entre ellos, pues la nostalgia hace mella en el pensamiento de cada quien para su familia. Echar de menos a los familiares, al entorno, a las acciones cotidianas en contextos cercanos genera un halo de tristeza, que ligado a las condiciones en las que viven y pasan en este trayecto y a los obstáculos con los que se encuentranhacen que el desánimo aparezca en cada uno de sus corazones, reflejado en su rostro serio.
En el lado contrario están los sentimientos positivos, entre los que destacan estar “positivo, feliz y alegre”, tal como comenta Octavio (38 años), ser “positivo” mientras Dios le dé vida para seguir adelante, según Macario (51 años), estar “de buenas, en armonía”, como dice sentirse Guillermo (51 años), o “estar bien, teniendo salud”, expresado por Ignacio (55 años).
La última pregunta planteada en este apartado del cuestionario tuvo dos metas: por una parte, pretendía recoger información sobre el interés planteado y, por otra parte, quería despertar una breve reflexión en los migrantes sobre las expectativas y el camino que les queda por recorrer, con un afán más positivo en recobrar la fortaleza muchas veces perdida por los obstáculos continuos que enfrentan. El último cuestionamiento fue acerca de lo que cambiarían de su vida.
Gráfica 4. ¿Qué cambiaría ahora mismo de su vida?
7
6
5
4
3
2
1
0
Hasta 29 años Hasta 39 años Hasta 49 años Más de 50 años
Todo Nada No sé Vicios Oportunidades Otras cosas
Fuente: Elaboración propia.
Entre lo que se comenta en relación a “otras cosas” que les gustaría cambiar en sus vidas destacan las siguientes: Macario, originario de Belice, hacía referencia a que ojalá no hubiera sufrido un grave accidente; Indalecio, de Nicaragua, con cierta nostalgia y tristeza quisiera regresar
al pasado y no haber salido nunca de su hogar; Tomás, mexicano, cambiaría su soledad por el bullicio familiar; Orlando, el más jovencito de todos, proveniente de Guanajuato, quiere ser más positivo para seguir luchando, al igual que Octavio, proveniente de El Salvador; y Santiago, de Honduras, cambiaría todo por haber llegado ya a los EUA. Se considera de especial relevancia la contestación que algunos dan sobre el haberse replanteado el salir de sus pueblos o ciudades natales, pues remite a una redireccionalidad desde los sentimientos y emociones sentidas hasta una introspección individual relacionada con el hogar, la conformación como personas y la caracterización de lo que se es como migrante.
El proceso de migración ha sido para algunos hombres migrantes entrevistados para esta investigación una oportunidad de conseguir mejores condiciones de vida para él y sus familias, pese a las condiciones de vida en las que se encuentran hasta este punto del trayecto; para otros, este proceso ha resultado ser todo lo contrario de lo que ellos pensaban o soñaban que sería el trayecto, puesto que se han enfrentado a obstáculos por parte de personas mal intencionadas que no los dejan transitar libremente, ya sea amenazándolos o robándoles sus pertenencias, motivos por los cuales se les dificulta lograr llegar hasta lo que para ellos es el fin del viaje: la frontera norte.
Dichos obstáculos, han permitido despertar en los migrantes sentimientos contrarios a los que traían cuando iniciaron este proceso como lo son los deseos de regresar a casa, arrepentimiento de haber abandonado sus familias y lugares de origen; desilusión y desesperanza. Pero, por otra parte, cabe destacar que muchos de ellos no pierden la esperanza, la fe y la ilusión por seguir intentando ese encuentro con una oportunidad en la vida; tanto es así que muchos de los hombres ya han cruzado la frontera más de una vez y lo siguen haciendo.“Los deseos, ambiciones y esperanzas de cientos y miles de migrantes se ven condicionadas y regidas por sus relaciones sociales, sus redes, contactos y vínculos pero también, en muchos de los casos, con la suerte; de esta forma, la migración y la frontera son fenómenos donde la vida humana adquiere nuevos significados y en muchos casos es puesta en juego o arriesgada” (Morales, 2010: 238-239).
Es por ello que las emociones desarrolladas de estos hombres migrantes durante este proceso migratorio, del cual son los principales actores, fueron las principales causas de su estudio, llegando a resaltar que una de las dimensiones relevantes para la intervención desde la disciplina
del Trabajo Social está dirigida a conocer sus sueños, sus temores, sus frustraciones, sus ilusiones.
Amnistía Internacional (2016) Informe 2015-2016. La situación de los Derechos Humanos en el mundo. Reino Unido: Amnistía Internacional;
Eguiluz, I. (2013) Métodos cualitativos y su aplicación empírica: por los caminos de la investigación sobre la migración internacional. Revista Migración internacional, 7 (2), pp. 255-259;
González, E. (2008) Naco, Sonora. El último brinco. Revista Culturales, IV (8), pp. 141-152; Hirai, S. (2014). La nostalgia. Emociones y significados en la migración trasnacional. Nueva
Antropología, XXVII (81), 77-94;
López, R. (2015). Pobreza y migración mexicana en Estados Unidos de América. Algunos elementos para la comprensión. Centro de estudios sociales y de opinión pública, N° 187. México: CESOP;
Micolta, A. (2005). Teorías y conceptos asociados al estudio de las migraciones internacionales.
Trabajo Social, 7, 59-76;
Morales, J. (2010). Violencia y derechos humanos de centroamericanos en México: la paradoja entre ser un país de migrantes y un país de tránsito. Boletín americanista, LX (60), 227- 246;
Slack, J. y Scott, W. (2010). Viajes violentos: la transformación de la migración clandestina hacia Sonora y Arizona. Norteamérica Revista Académica del CISAN-UNAM, 5 (2), pp. 79-107;
Notas
1 El trabajo de campo se realizó con la colaboración de un grupo de alumnas de segundo y tercer semestre de la Licenciatura de Trabajo Social de la UNISON, quienes amablemente y con afán de formarse profesionalmente en dicho ámbito apoyaron en la etapa de aplicación de cuestionarios para esta investigación. Agradezco enormemente su colaboración a Aby, Adriana, Gloria, Emilce, Karen, Katia, Gema.
2 Todos los nombres propios mencionados en esta ponencia, que hacen referencia a la población con la cual se desarrolló el trabajo de campo, son ficticios; se le dio un nombre inventado a cada uno de los entrevistados para salvaguardar su anonimato.