Guadalajara de noche: jóvenes y tiempo libre en tiempos difíciles Guadalajara at night: young people and free time in difficult times

Esmeralda Correa1 y Esmeralda Cervantes2


Resumen: Esta investigación tiene como objetivo principal conocer la forma en que la violencia en las calles ha influenciado en los hábitos de los jóvenes durante su tiempo libre. El trabajo que se presenta constituye avances de investigación y los resultados son un primer acercamiento al análisis. Durante el proceso se han realizado 20 entrevistas a jóvenes hombres y mujeres de 18 a 29 años de edad de la zona metropolitana de Guadalajara. La presente investigación busca conocer cuál ha sido el impacto en la vida cotidiana de este sector de la población.


Abstract: The main objective of this research is to find out how violence in the streets has influenced the habits of young people during their free time. The work that is presented constitutes research advances and the results are a first approach to the analysis. During the process, 20 interviews were conducted with young men and women between 18 and 29 years of age in the metropolitan area of Guadalajara. The present investigation seeks to know what has been the impact on the daily life of this sector of the population.


Palabras clave: jovenes; estilo de vida; derechos humanos; seguridad


Juventud, estilos de vida y violencia

Los estilos de vida son una forma de analizar eventos disposicionales, que ubican en un mayor riesgo a los jóvenes. Los estilos de vida han sido usados por algunos autores, sin embargo, no ha sido definido como tal. (Brito, 2002) Otros usan modo de vida y estilo de vida como algo similar. (Ehrenfeld, 2003) Los estudios que discuten el concepto se perciben dos perspectivas. La primera entiende el estilo de vida como una característica del sujeto, como algo que el sujeto escucha y usa: “los estilos son la huella, el sello distintivo, material e inmaterial, con que los jóvenes se construyen simbólicamente en la escena. Por su conducto se establecen identidades y diferenciaciones con



1 Doctora en Ciencias Sociales, Profesor investigador en la Universidad de Guadalajara, trabaja jóvenes comunicación y cultura, correo electrónico esme.correa@gmail.com.

2 Miembro de la mesa de niñez en la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco, Presidenta del Colectivo Juvenil Telpochcalli, estudiante de Bachillerato, sus líneas de trabajo son jóvenes y derechos humanos, niñez y migración, correo electrónico esme.aecc@gmail.com

otros jóvenes y con su sociedad”. (Guerrero, 2003) Dentro de esta perspectiva, el estilo de vida es visto como un distintivo de clase social. Guerrero (2003) afirma que “hemos hecho bien en romper con la idea del estilo como producto exclusivo de las clases dominantes, según la cual son las únicas usufructuarias del buen gusto y la distinción”. (Guerrero, 2003). Para ese autor se ha superado la relación clase social dominante- estilo de vida y reconoce en todas las clases sociales un estilo de vida.

La otra perspectiva sostiene que el estilo de vida es más que una característica del sujeto. Lo entienden como “un grupo de prácticas más o menos integradas que un individuo abraza, no sólo porque tales prácticas satisfacen necesidades utilitarias, sino porque dan forma material a una narrativa particular de la identidad personal, cuyo sentido sólo se encuentra en la interacción de las prácticas entre sí”.(Gleizer Salzman, 1997) Para esta autora el estilo de vida no define un rasgo, ni indica un proceso; es el resultado de una elección individual entre varias opciones que tiene un individuo para definir sus prácticas. Para la autora el estilo de vida es una forma de expresar lo que se es o lo que se quiere ser.

En esta misma línea de análisis Giddens (2000) sugiere analizar el estilo de vida desde las prácticas o acciones de los sujetos, entendiendo por prácticas o acciones las formas cotidianas de pensar, hacer y planear la vida. (Giddens, 2000) Las acciones de los sujetos requieren de una elección entre varios estilos de vida: comer o no determinado alimento; las cualidades que debe tener un amigo o una pareja sentimental; las cosas que debo comprar y el lugar donde hacerlo. Las decisiones expresan la identidad individual o social. Si estas provienen del exterior -la familia, la iglesia, la comunidad, los amigos, el trabajo- expresan la identidad social. Si provienen del interior del sujeto -como un deseo de definirse- expresan la identidad individual. Estos elementos no implican un listado de acciones independientes sino la manera en que un individuo decide llevar su vida.

Ambas posturas tienen tres coincidencias: una, consideran los estilos de vida como el resultado de una elección individual sobre cómo llevar la vida. El “estilo en la mayoría de los jóvenes, es una elección sujeta a cambios” (Guerrero, 2003). El “estilo de vida se refiere también a las decisiones tomadas y a las líneas de acción seguidas”.(Giddens, 2000) La segunda coincidencia se refiere a la importancia que otorgan al estilo como elemento de la identidad tanto individual como social: “en la elaboración de su personal estilo de vida, cada individuo define

aquello que lo caracteriza como una personalidad única y, al mismo tiempo, le permite reconocerse socialmente”.(Gleizer Salzman, 1997) Una tercera coincidencia es que los autores hacen una enumeración de lo que constituye el estilo de vida: el lenguaje, la música, las marcas de las prendas, los tatuajes, el grafiti, los murales, los bailes, los deportes, el vestido, la elección matrimonial, la elección de amistades, los lugares que visitan, el uso del tiempo libre.

Retomar los estilos de vida de jóvenes permitirá conocer la forma en que las prácticas de vida cotidiana de los jóvenes, y el grupo de amigos constituyen un elemento disposicional que aumenta el riesgo de ser víctima de la violencia o del Estado. Los estilos de vida son el resultado de una elección de la diversidad cultural y constituyen una herramienta para construir la identidad. Si bien los estilos de vida implican procesos identitarios amplios estos son objetivados por los sujetos desde diversas maneras, entre ellas los discursos que estructuran los jóvenes para dar cuenta de sus prácticas. La presente investigación propone una propuesta de análisis donde articule dos componentes importantes en el comportamiento de los jóvenes, los estilos de vida y los riesgos que corren como producto de dicho comportamiento. Para explicar los estilos de vida de los jóvenes se parte de la idea de los jóvenes como sujetos activos en el desarrollo y elección de sus actividades y prácticas. En este estudio se retoma los estilos de vida en uno de sus componentes, para él se considera que los estilos de vida deben ser analizados desde tres áreas, la primera abarca los aspectos materiales como la vivienda, el alimento y el vestido. El área cognitiva, afectiva e ideológica como los valores y las creencias que guían los comportamientos de los individuos y por último, el área social vista desde aquellas estructuras sociales como la familia, grupos de amigos e instituciones y asociaciones a las que pertenecen.

El área social es determinante para comprender el grupo de amigos y los lugares de esparcimiento y de la misma medida comprender las formas en que estos influyen en las conductas de riesgo.

Ahora bien, el concepto de jóvenes al igual que el de estilos de vida es igual de complejo, comúnmente los jóvenes han sido definidos desde la edad e identificados desde la concepción biológica del crecimiento y desarrollo del ser humano. El crecimiento físico era identificado como terminación de la niñez e inicio de la juventud. Con todo, aún cuando biológicamente se intentaba definir y agrupar a todos los seres humanos a partir de un hecho biológico, no se logró delimitar a este grupo social; en determinadas sociedades la categoría de joven se otorgaba en diferentes

edades cronológicas, de este modo, la delimitación biológica dio paso a la etaria y se institucionalizó y legisló en torno al joven desde la edad.

Del mismo modo, cada país o comunidad define jurídicamente la edad en que este sector social será beneficiario de derechos y obligaciones civiles. Dichas posturas, definen al joven como entidad inmóvil, permanente y homogénea. Sin embargo, socialmente las significaciones que se elaboran alrededor de los jóvenes van más allá de lo biológico o cronológico y las sociedades se encuentran inmersas en la dinámica de lo jurídico y lo social. Por un lado, la sociedad asigna el estatus de joven en función de determinados caracteres; y por otro, aun cuando los jóvenes no cumplan con dichos caracteres, legalmente son vistos y tratados como jóvenes. De esta forma, como bien argumenta Margulis (2001: 41) la significación de «juventud» se revela como sumamente compleja, proclive a las ambigüedades y simplificaciones. «Juventud» convoca a un marco de significaciones superpuestas, elaboradas históricamente, que refleja en el proceso social de construcción de su sentido la complicada trama de situaciones sociales, actores y escenarios que dan cuenta de un sujeto difícil de aprehender. La noción de juventud, en la medida en que remite a un colectivo extremadamente susceptible a los cambios históricos, a sectores siempre nuevos, siempre cambiantes, a una condición que atraviesa géneros, etnias y capas sociales, no puede ser definida con un enfoque positivista, como si fuera una entidad acabada y preparada para ser considerada foco objetivo de una relación de conocimiento. Por lo contrario, «juventud» como concepto útil, debe contener entre sus capas de sentido las condiciones históricas que determinan su especificidad en cuanto objeto de estudio.

De esta manera y siguiendo a Margulis, los jóvenes forman parte de un sistema de significaciones sociales, caracterizados y pensados institucional y socialmente desde diversos códigos culturales; lo biológico y lo etario no constituyen más que algunas de las condiciones que una sociedad le otorga a los jóvenes.

Cada grupo en una sociedad participa de diferentes códigos culturales. Del mismo modo, los jóvenes son definidos de múltiples maneras, ya que las formas de vivir la juventud también son diversas en cada grupo social y las prácticas de este sector están mediadas por la religión, la clase social y el género, constituyendo un sector heterogéneo.

Desde otra perspectiva, al joven se le comienza a definir por los procesos de transición desde su niñez y hasta la edad adulta. Los roles sociales de los jóvenes marcaban la pauta, o no,

para considerársele de tal manera; sin embargo, Balardini (2000:15) sostiene que «los jóvenes actuales con suerte desarrollan alguna de las transiciones mientras están haciendo permanencias en las demás esferas. Hay quienes hablan de juventud forzada, incluso porque muchos jóvenes no pueden salir de estos espacios que antes eran de transición.» En gran medida, las crisis económicas y la falta de espacios de preparación académica han contribuido para que los jóvenes vivan de múltiples formas sus procesos de transición; por ejemplo, un joven que tiene la necesidad de migrar porque en su lugar de origen no encontró oportunidades educativas, sigue dependiendo económicamente de sus padres aun cuando ya logró cierta autonomía, o la joven que siendo madre soltera debe vivir con sus padres por falta de un empleo para independizarse. Entonces, los espacios de transición no constituyen ya un elemento para identificar a los jóvenes.

En síntesis, consideramos que no hay una forma de ser joven, sino múltiples formas que son influenciadas desigualmente en este grupo social por circunstancias familiares, económicas y sociales que interactúan en su vida formando subgrupos en función de su percepción de identidad; de la misma manera, las interacciones entre estos subgrupos presentan formas diversas.

En México, el concepto de joven y juventud han sido recientes entre los estudiosos de las ciencias sociales; abstracto y complejo ha sido también el papel del Estado en este proceso. Así, antes que nada debemos admitir que la condición de lo juvenil se estructura a través de contextos culturales, sociales y políticos que dan sentido a los discursos de los jóvenes sobre sí mismos y sobre su participación social o sus interacciones familiares.

De acuerdo con Nateras (2004), los estudios de jóvenes en México se pueden situar en la década de los sesenta del siglo pasado. El análisis teórico que diversos investigadores realizan en torno a este «nuevo» grupo social tiene que ver, con la capacidad de los jóvenes para delimitar sus fronteras como grupo, respecto de los niños y adultos y, de algún modo, volverse visibles socialmente. Así, los significados fueron estructurados en relación a la época que les tocó vivir.

En los años sesenta en el mundo se gestaban movimientos sociales que se identificaban con la participación de los jóvenes en éstos, como es el caso de los hippie, la ideología socialista y la exigencia de paz mundial. Estos acontecimientos marcaron definitivamente el rumbo que los jóvenes decidieran vivir como institucionalistas o contestatarios, estos últimos organizados en grupos anticapitalistas. Los movimientos sociales de jóvenes que cuestionaba al Estado en que vivían y el funcionamiento de los agentes socializadores como la familia, la escuela y la iglesia,

que hicieron cada vez más evidentes en todas partes del mundo; jóvenes que abogaban por la no discriminación racial, por la igualdad de género fuera y dentro de las familias fueron cada vez mayores. En algunas ocasiones, sus signos de descontento se expresaban en su imagen: cabello largo en los hombres y el uso del pantalón en las mujeres fueron ejemplo de ello.

Si coincidimos con Nateras (2004) en el sentido de que los jóvenes responden en alguna medida a lo que la sociedad espera de ellos y reconocemos que la significación es relacional en el tiempo y en el espacio, podemos decir que los jóvenes de los años sesenta y los de hoy día estructuran diferentes formas de representarse. Es común escuchar decir a gente, y en algunos casos a colegas docentes, que los jóvenes de los sesenta fueron combativos, participativos, que tuvieron una ideología definida y una identidad que correspondía a su estrato económico y a su condición social y cultural; y que por el contrario, los jóvenes de hoy son apolíticos, no tienen ideología y que en general no participan en la vida social, cuando más bien vale decir que los jóvenes de hoy actúan en el sentido de la sociedad; el desinterés y alejamiento por los problemas sociales y políticos no es un fenómeno exclusivo de los jóvenes. Hace veinte o treinta años, las amas de casa dieron forma a los comités de base o vecinales del Partido Revolucionario Institucional; hoy esta figura ha desaparecido en la mayoría de los distritos en Guadalajara. Tampoco podemos decir que los jóvenes no participan de movimiento sociales, más bien lo correcto es decir que participan de forma selectiva en temas de relevancia para ellos. Los jóvenes de hoy se organizan y comunican en el chat, con el celular y crean verdaderos movimientos mundiales en torno a temas específicos.

¿De qué manera intentar buscar en su identidad un hilo ideológico sobre la economía mundial o sobre el rumbo del mundo si el mundo mismo carece de un rumbo claro y prácticamente prevalece la economía capitalista en casi todo el hemisferio? Los jóvenes de hoy tienen problemas serios que enfrentan y que no tienen que ver con la estructura global, sino con su vida cotidiana, como conseguir un empleo para pagar el desayuno, competir contra cientos más por un lugar en la universidad, cuidar el agua del planeta porque amenaza con dejarlos a la mitad de sus vidas. Los jóvenes de hoy son sabedores de los desórdenes creados por las generaciones que les anteceden, pero tampoco les cuestionan el poder; resuelven su vida desde sus espacios privados, donde el mundo es más confiable, manejable y estructurado.

Del mismo modo que los problemas de la juventud mexicana son muy variados, las respuestas que el Estado está obligado a dar deben dirigirse en el mismo sentido. En México

pareciera que los enfoques que prevalecen son el reactivo y el tradicional; por un lado, el reactivo se aplica en todos los proyectos de seguridad pública donde se visualiza al joven enclavado en una crisis individual y social, como un sujeto en crisis y fuera de los valores y normas sociales, de esta manera los proyectos de seguridad pública tienden a limitar los derechos y libertades de los jóvenes en México.

Por otro lado, la política educativa reconoce a nuestra juventud como una gran masa a la que es necesario preparar para su llegada a la vida adulta y resaltan la importancia del enfoque tradicional en sus políticas institucionales, los jóvenes en transición a la vida adulta y con ello la necesidad de facilitarles las herramientas necesarias para dicha transición. En síntesis, los problemas de juventud se resumen en la exclusión y desigualdad social.


Enfoque metodológico

En las ciencias sociales se ha considerado la importancia de tomar en cuenta a los individuos como sujetos de estudio, interpretando la sociedad como un todo, la metodología cualitativa ha ido ganado espacios con el reconocimiento que tiene para la ciencia. “Las décadas pasadas han contemplado un creciente interés por el lado subjetivo de la vida social, es decir, por el modo en que las personas se ven a sí mismas y a su mundo. De ahí que la situación requiera de métodos descriptivos y holístico: métodos cualitativos de investigación” (Taylor & Bogdan, 1997). Considerando lo anterior, tenemos que los estudios sociológicos, desde la metodología cualitativa, se interesan en el análisis del sujeto, en su subjetividad, en los discursos que estructura y replantea a partir de situaciones vividas, en las percepciones y en las conductas que éstas generan, así nuestra metodología es desde esta perspectiva ya que el tema que nos ocupa está íntimamente ligado con la subjetividad de los agentes sociales, al tratarse de los jóvenes y su cotidianidad.


Hipótesis de trabajo

La inseguridad en la Zona Metropolitana de Guadalajara ha llevado a los jóvenes a crear diversas estrategias de apoyo para su cuidado y garantía de diversión en tiempo libre.


La entrevista exploratoria y la entrevista en profundidad

Las técnicas en la metodología cualitativa nos acercan a la subjetividad de los sujetos de estudio,

la selección de la técnica adecuada requirió un primer acercamiento a los sujetos de estudio, de esta manera diseñamos una guía de entrevista y la aplicamos a un sujeto. La entrevista exploratoria fue fundamental para determinar en un segundo momento las técnicas de estudio. De la primera lectura de la entrevista exploratoria seleccioné, clasifiqué y evalué cada una de las preguntas realizadas.

Finalmente, se decidió que la mejor técnica sería la entrevista en profundidad por lo que fue necesario trabajar, ya no, en una lista interminable de preguntas, sino más bien, en una guía que incluyera aquellas categorías analíticas que me permitieran responder a mi pregunta de investigación. Las entrevistas fueron a sujetos intencionados y se realizaron donde los entrevistados lo solicitaron comúnmente cafés o restaurantes que ellos indicaban. Las entrevistas duraron por lo regular entre hora y media y dos horas, así que, fue necesario que, en algunos casos, se realizaran en dos partes cada una de una hora, la distancia entre una y otro fue de uno o dos días.


Los sujetos de estudio

La idea de analizar jóvenes tiene dos justificantes, por un lado, es el sector demográficamente más amplio en México y, en segundo término, los jóvenes son quienes salen de noche a divertirse mayoritariamente. El siguiente marco de selección implicó seleccionar ¿qué tipo de jóvenes?, ya que la revisión teórica del concepto de joven nos indicaba que cada subgrupo tiene categorías diversas, por el tema que nos ocupa decidimos que sean jóvenes de entre 19 y 26 años de edad, finalmente, se seleccionaron 20 sujetos con las siguientes características socio demográficas.


Tabla 1. Aspectos sociodemográficos de los sujetos de estudio


Sexo

Edad

Escolaridad

Ocupación

Mujer

19

Estudiante licenciatura

Ayudante de mecánico

Mujer

20

Estudiante licenciatura


Mujer

21

Estudiante licenciatura

Empleada

Mujer

26

Licenciatura

Recepcionista

Hombre

26

Licenciatura

Corredor de bolsa

Hombre

19

Estudiante licenciatura


Hombre

22

Estudiante licenciatura


Hombre

25

Estudiante licenciatura

Vendedor de comida

Hombre

20

Estudiante licenciatura


Hombre

21

Estudiante licenciatura


Hombre

24

Licenciatura

Empleado empresa de telecomunicaciones

Hombre

27

Licenciatura

Empleado empresa de aire acondicionado

Mujer

22

Estudiante de maestría

Tiempo completo


Mujer

19

Estudiante bachillerato


Mujer

21

Bachillerato

Empleada en tienda departamental

Mujer

20

Secundaria

Obrera en empresa de zapatos

Mujer

24

Licenciatura

Empleada en despacho jurídico

Mujer

26

Licenciatura

Docente de secundaria

Mujer

28

Bachillerato

Empleada en empresa de ensamble

Mujer

22

Estudiante de licenciatura



El análisis de los datos

El análisis de los datos cualitativos implica un trabajo arduo del investigador, en primer lugar se transcribieron las ocho entrevistas en profundidad que se realizaron cara a cara, posteriormente, se leyeron y subrayaron aquellas partes que creímos importantes para la investigación. Una vez leídas se procedió a categorizar los resultados obtenidos.

Posteriormente y una vez creadas las categorías codificamos los símbolos utilizados por los entrevistados específicamente conociendo el significado que los entrevistados le dieron a cada símbolo.


Resultados preliminares

Las ciudades son escenarios de relaciones y encuentros variados en todos los espacios públicos, las relaciones que surgen a partir de las interacciones de los sujetos son de toda índole, la violencia es parte de ellas, en México, a partir de la guerra contra el narco, la violencia en las calles dejó de ser un problema sólo de pandillas o de problemas mal resueltos entre las personas y se convirtió en un problema social y estructural a la vida del país. La zona metropolitana de Guadalajara no es la excepción en el 2017 en un día se registraron nueve homicidios. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía en México se registran 20 homicidios por cada 100 mil habitantes y de acuerdo a datos de diario Milenio en los últimos tres años se incrementó el homicidio 50% siendo éste la cuarta causa de muerte en jóvenes varones de entre 15 y 29 años de edad.

De frente al escenario anterior los jóvenes buscan estrategias que les permita seguir gozando de espacios públicos y disminuir el riesgo que se corre en las calles y en la nocturnidad.

La noche, la oscuridad, lo bares, cantinas y antros son un referente de lo juvenil y de lo urbano en Guadalajara zonas como el centro de la ciudad, el corredor Chapultepec o la zona Andares constituyen lugares de encuentro para diversión e interacción juvenil, la oscuridad y estos

espacios reciben a jóvenes de todos los estratos económicos y de todas las filiaciones sociales.

Con el fin de conocer si los jóvenes tienen el apoyo de sus padres se les preguntó si ellos les autorizaban salir y lo que encontramos fue que una estrategia de los padres es tomar un turno cada semana para ser un padre quien recoja a los jóvenes del bar o antro en la noche y los lleve a casa de cada uno de ellos como medida de seguridad y para garantizar que ni el estado ni los grupos violentos hagan daño al grupo de amigos.

De este modo, se observa que no solo los jóvenes, sino que además, las familias se organizan para garantizar por un lado la seguridad y por otro lado permitir que los jóvenes sigan divirtiéndose.

Si bien es común que los jóvenes lleguen después de las doce de la noche a casa, la violencia a orillado a los jóvenes a negociar y cumplir con un horario de llegada, una pregunta en la entrevista fue, si tenían o no un horario de llegada, todos los jóvenes entrevistados dijeron que sus padres establecían la hora de llegada y que si al termino de ese horario no llegaban sus padres comenzaban a llamar a amigos o conocidos en el caso que ellos no respondieran las llamadas.

Es decir, las redes de amigos son necesarias para las salidas nocturnas, el cumplimiento en la hora de llegada garantiza que los padres tengan la posibilidad de moverse a tiempo en caso de una desaparición de sus hijos, el grado de conciencia y solidaridad refleja que si bien la inseguridad genera mayor desasosiego que virtudes, el hecho de que el grupo de amigos y sus familias se encuentren unidas para monitorear la llegada e los hijos refleja la unidad que se ha generado a partir del incremento de la inseguridad en Guadalajara. Un valor que se ha desarrollado a partir de este hecho es la confianza hoy día los jóvenes y sus padres deben generar mucha más confianza entre ambos que garantice que los hijos no mienten en sus salidas ya que ambos saben que la sinceridad les permite seguridad.

Otro hecho importante se refiere a las salidas nocturnas cuando se les preguntó a los jóvenes si lo hacían solo en grupo, en su mayoría respondió que lo hacen en grupo, solo uno de ellos dijo hacerlo sólo, esta estrategia garantiza el cuidado del grupo, los jóvenes cuando salen se cuidan entre sí para conservar su seguridad, aún cuando injieren bebidas alcoholicas o drogas los jóvenes cuidan de sus compañeros dentro de los espacios de diversión y una vez que salen de ellos y se cercioran que lleguen a salvo a su casa ya sea con una llamada de celular o por mensaje de texto, así comparten su ubicación en tiempo real cuando tienen necesidad de tomar un transporte público

que garantice que hay otros ojos vigilando su ruta desde la cantina o bar y hasta su casa, de esta manera, el chofer que los lleva a su destino sabe que hay un tercero vigilando la ruta y el destino del pasajero, esta estrategia se desarrolló a partir de los hechos que se suscitaron en la Ciudad de México.

El grupo de amigos es fundamental para permitir, o no, la salida de los chicos a los antros ya que los padres prefieren que no salgan si no lo hacen en grupo.

Otra evidencia importante es el lugar que eligen para salir en su mayoría prefiere hacerlo a lugares que cuenten con seguridad pública y espacios cerrados que les aseguren el mínimo de seguridad, en Guadalajara la zona Chapultepec y Andares cuenta con patrullaje nocturno y bares abiertos hasta las dos de la mañana, así que los jóvenes pueden caminar la ciudad de noche como si fuera de día, de este modo evitan aquellos espacios que están muy alejados o fuera de estos espacios concurridos y vigilados.

Un dato importante es la renta de casas solas para fiestas de fin de semana, ante el incremento de la inseguridad los jóvenes rentan casas habitación vacías por una noche para reunirse con su grupo de amigos, este fenómeno es interesante ya que por un lado replica lo que ocurre en series de televisión norteamericana y, por otro lado, los jóvenes encuentran es estos espacios un lugar mucho más seguro de encuentros y esparcimientos ya que en estas casas habitación pueden quedarse a dormir y burlan la inseguridad nocturna de las calles, de la policía que muchas ocasiones detiene y coherciona de forma injusta a los jóvenes, de este modo, al día siguiente libres de los efectos del alcohol o la droga y con luz del día de transportan a sus casas.

Si bien las casas de amigos son una alternativa en los jóvenes de menor edad, en los de mayor edad la renta de casas habitación les garantiza la privacidad que les ofrece un bar o antro y que en una casa de uno de los miembros del grupo no podría realizarse ya que los padres o familiares estarían presentes.

Otra estrategia interesante que han venido desarrollando los jóvenes para cuidarse entre sí en el uso de su tiempo libre en las calles es el uso de las redes sociales y las aplicaciones móviles que les garantiza la comunicación permanente, páginas de Facebook, entre otros sirve para alertar sobre un posible riesgo o detención de policías, los jóvenes entran a las aplicaciones y en tiempo real comunican sobre detenciones injustas o levantones a compañeros y alertan a otros para que no transiten por esos espacios.

Si bien en otros tiempos la salida nocturna les otorgaba una sensación de libertad a los jóvenes hoy en día por el contrario, si bien los jóvenes gustan de salir de noche la sensación de liberase de la familia o de las reglas familiares no resulta tan satisfactoria frente al miedo de sufrir violencia en las salidas con los amigos. La mayoría de los entrevistados dijo sentirse agobiados en el trascurso del bar o antro a su caso y sentir que cuando ven un policía les genera mayor ansiedad y temor que seguridad.

Sin embargo, la sensación de salir de noche les seguía otorgando mayor satisfacción que salir de día aun cuando saben que su vida podría estar en riesgo.

Otro dato importante es el consumo del alcohol los jóvenes argumentaron que cuando salen a una casa de amigos o a una casa habitación en renta consumen mayor cantidad de alcohol que cuando acuden al antro, la principal razón para que esto ocurra no es el hecho del gasto económico sino de la seguridad que siente, así cuando salen a bares o antros públicos consumen menor cantidad de alcohol que les asegure no perder el control de sí mismo y de la situación para estar en un estado de alerta frente a cualquier riesgo dentro o fuera del espacio de esparcimiento.


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