Indagaciones en torno a la construcción teórica de Pierre Bourdieu: conceptos, métodos, desarrollos


Inquiries on Pierre Bourdieu's theoretical construction: concepts, methods, developments


Sergio Lorenzo Sandoval Aragón1


Resumen: Se presentan los resultados y reflexiones derivadas de un pequeño programa de investigación desarrollado de 2014 a 2017 que consistió en la revisión, reconstrucción y revalorización de la obra de Pierre Bourdieu (1930- 2002) a través de tres abordajes complementarios: el análisis teórico-bibliográfico, el trabajo de campo (entrevista) y la aplicación a casos prácticos (históricos). Se concluye que, si bien las revisiones recientes del trabajo de Pierre Bourdieu ponen de manifiesto algunos de sus límites, por otro lado también refuerzan su vigencia, ya que la estructura general de su teoría permanece incólume y sus potencialidades aun siguen explorándose.


Abstract: This paper presents the results and reflections derived from a small research program from 2014 to 2017 that consisted in the revision, reconstruction and revaluation of the work of the sociologist Pierre Bourdieu (1930- 2002) through three complementary approaches: the theoretical analysis, the bibliographical revision, the interview and the application to practical cases of historical nature. The conclusion is that, although the attempts of revision of Bourdieu's work reveal some of their limits, on the other hand they reinforce their validity as an explanatory model, since the general structure of his theory remains intact and its posibilities continue to be explored.


Palabras clave: Pierre Bourdieu; teoría; métodos; desarrollos


Introducción

Pierre Bourdieu (1930-2002) es considerado por gran parte de la comunidad científica internacional uno de los más importantes sociólogos de la segunda mitad del siglo XX. A más de15 años de su muerte en 2002, su obra ha ido adquiriendo creciente interés, proliferando los estudios que profundizan en ella o que buscan innumerables aplicaciones en campos diferentes al de la disciplina sociológica, tales como la arquitectura, la economía o las ciencias de la


1 Doctor en Ciencias Sociales con especialidad en Sociología, Profesor Investigador en la Universidad de Guadalajara. Líneas de investigación: Procesos formativos y estructuración social del trabajo y la economía, Estudios sobre teoría y métodos en ciencias sociales. E-mail: sergio.sandoval@cuci.udg.mx.

cognición, por mencionar algunas de las más relevantes. Dicho interés además obedece a la publicación póstuma de textos que, al consistir básicamente en transcripciones de los cursos que dictara en el Collège de France, permiten conocer los procesos de elaboración de su pensamiento desde una perspectiva inédita.

No obstante su relevancia, el estricto espíritu científico exige la crítica y revisión permanente de los recursos teóricos y metodológicos con los que el investigador puede contar, sin importar cuán amplia sea la aceptación de los mismos por la comunidad científica. En virtud de lo anterior, en esta ponencia se presentan los resultados y reflexiones derivadas de un pequeño programa de investigación desarrollado de 2014 a 2017, ideado y realizado por el autor, paralelo al desarrollo de las investigaciones de carácter más empírico desarrolladas durante ese mismo periodo, algunas de las cuales aún continúan desarrollándose. Dicho programa consistió en la revisión, reconstrucción y revalorización de la obra del sociólogo francés a través de tres abordajes complementarios: el análisis teórico-bibliográfico, el trabajo de campo (entrevista) y la aplicación a casos prácticos (históricos) y se concretó en 5 publicaciones (1 artículo, un opúsculo y tres capítulos de libros) y una ponencia.

A partir de estos análisis se arriba a la conclusión de que, si bien los intentos por llevar a cabo una revisión de los teorías, conceptos y métodos desarrollados por Pierre Bourdieu ponen de manifiesto algunos de sus límites, por otro lado no hacen sino reforzar su vigencia en tanto modelo explicativo, ya que la estructura general de su teoría permanece incólume y sus posibilidades aun siguen explorándose.

Pero además, tomando como referencia central las recientes investigaciones de historia de la sociología realizadas por el historiador francés Marc Joly, se trata de explicar a qué se debe que la sociología de Pierre Bourdieu ofrezca semejante potencial, por lo que se plantea la hipótesis de que ello se debe a que esa sociología en realidad lleva a su expresión más pura el régimen conceptualque nació en la segunda mitad del siglo XIX y que dio origen a las ciencias sociales y humanas que, junto las ciencias naturales modernas, relevaron de su papel explicativo a los dos grandes regímenes que le antecedieron: el religioso y el filosófico, así como a muchas formas híbridas de éstos y a diversas pseudociencias.

La recepción de la obra de Pierre Bourdieu en América Latina. Un análisis desde la sociología del trabajo1

Para empezar, es justo decir que el “programa” de investigación del que se trata de dar cuenta en esta comunicación, quizá no lo haya sido en el sentido habitual de la palabra. Es decir, los análisis y los productos a que dieron lugar, no fueron en realidad “planeados” en el sentido en que suele hablarse de un “proyecto de investigación”, sino que me fueron impuestos, por así decirlo, por el mismo desarrollo de los proyectos (esos sí en sentido habitual, pues incluso gozaban de financiamiento) sobre objetos muy concretos de estudio, particularmente la estructuración social de los mercados de trabajo y, por ende, del campo económico. Es decir, se puede decir que fue el resultado de la necesaria investigación de orden estrictamente teórica que todo investigación requiere y que le es inevitablemente complementaria.

El antecedente más importante de este programa teórico paralelo y complementario, lo constituyó un estudio que consideré importante realizar en 2010 sobre un millar de ponencias presentadas en los congresos internacionales de la Asociación Latinoamericana de Sociología del Trabajo (ALAST), de 1996, 2000 y 2007 (Sandoval, 2011). El propósito era disponer de una apreciación lo más completa y precisa posible del estado que guardaba la recepción de la obra de Bourdieu en ese campo. Ésta era citada principalmente por investigadores de Brasil, Argentina y España y en menor medida por otros países (Colombia, Bolivia y Uruguay). Sólo se detectó un caso de México en 2007. En 1996 aparecía sólo una cita en una ponencia sobre relaciones de género y trabajo en Brasil, con enfoque sociolingüístico, lo cual indica que hasta mediados de los noventa este autor no parecía importante para los estudios sociológicos del trabajo latinoamericanos. En ese entonces se observó que el libro La distinción era el texto más citado en los trabajos de sociología del trabajo latinoamericanos, lo cual coincidía, y coincide aún hoy, con la tendencia general: La distinción sigue siendo el libro de Bourdieu más citado (Sapiro, 2014). Otro texto que ha tenido una circulación importante en América Latina es Respuestas por una antropología reflexiva, escrito al alimón con Loïc Wacquant y publicado por primera vez en español en 1995, mismo que es reeditado en 2005 con el título Una invitación a la sociología reflexiva y que incluye una “nota al lector latinoamericano” , en la que es evidente el conocimiento que llegó a tener Bourdieu de las modas sociológicas imperantes en América Latina y la preocupación del autor por advertirnos de sus peligros:

En cuanto a la reflexividad, que es la razón de ser y el núcleo del libro, se impone más que nunca como un imperativo absoluto a todos los que quieren resistir eficazmente a esos conceptos de pacotilla –“globalización” y “flexibilidad”, “multiculturalismo” y “comunidad”, “identidad”, “hibridación”, “fragmentación”, etc.-, cuya difusión, en el campo universitario y fuera de él, acompaña en el mundo entero la puesta en marcha de la política neoliberal de destrucción del Estado social y de sus experiencias históricas, entre ellas la autonomía de la ciencia social; es decir, su existencia misma. (Bourdieu y Wacquant, 2005: 8)


Sin embargo, el análisis del contenido de las ponencias de estos congresos de ALAST, mostraba que en la mayoría la obra de Bourdieu es citada en relación con las nociones de identidad, de género, de culturay como referencia teórica para analizar las relaciones entre la educación y diversos aspectos del trabajo o también para suscribir su crítica al neoliberalismo. En escasas ocasiones se aplicaban sistemáticamente los conceptos claves de campo, habitus, o capital(es) como recursos para analizar un objeto, sino que esos conceptos eran usados sólo de manera discursiva. En muchas ocasiones, parecía ser citado como parte obligada en el estado de la cuestióncomparándolo e incluso asimilándolo con otros autores, por ejemplo con Anthony Giddens, llegando incluso a confundirlos, como resultado de un análisis muy superficial de ambos. En descargo de todo esto se pudo apreciar, empero, que la teoría de la dominación simbólica en general era lo que más y mejor se habían apropiado los científicos sociales latinoamericanos.

Entonces me llamó mucho la atención que, tratándose de congresos sobre sociología del trabajo, las obras de Bourdieu más directamente relacionadas con ese tema eran referidas en poquísimos casos y sólo en trabajos del 2007, debido con todo seguridad a la publicación del libro Las estructuras sociales de la economía, en 2000 en francés, en 2001 en portugués y en 2003 en español. Esta obra fue citada en 4 ponencias, mientras que el escrito La doble verdad del trabajofue citado en 3 ponencias en 2000 y en una sola en 2007, lo cual pudo deberse también a la aparición del libro Meditaciones pascalianas (publicado en francés en 1997 y en español en 1999), donde ese texto aparece incluido como un caso práctico. El libro Argelia 60: Estructuras económicas y estructuras temporales (publicado por primera vez en español en 2006,

pero cuya versión original data de 1963), clave en este autor para el análisis del trabajo, no era citado, aunque este libro fue retomado, como antecedente empírico, en la introducción de Las estructuras sociales de la economía. Asimismo, el texto, de particular importancia para analizar la cultura sindical y los mercados de trabajo, "La huelga y la acción política", incluido en Sociología y cultura es citado una sola vez.

Ese análisis permitió afirmar que la teoría sociológica creada por Pierre Bourdieu había ido ganando terreno en los estudios sobre el trabajo, primero en términos cuantitativos (cada vez era más citada), y luego en lo cualitativo, pues se comenzaba a utilizar obras más adecuadas al tema específico del trabajo. Desde entonces, paulatinamente se comienza a valorar la pertinencia de esta escuela sociológica en los estudios sobre el trabajo y no sólo en los que atañen a la llamada sociología cultural, pues la primera recepción de Bourdieu en América Latina fue en el campo de la antropología (fundamentalmente con la versión inglesa de Esquema de una teoría de la práctica) y en sociología en los estudios sobre educación (con Los herederos y La reproducción) y, posteriormente (en los ochenta), sobre cultura (por influencia de La distinción). La relevancia de este autor en otras disciplinas fue menor o muy restringida, como puede ser el caso de la recepción de ¿Qué significa hablar? (1981) en la lingüística. En todo este proceso, resulta claro que la publicación de las obras de Bourdieu en español o portugués, incluso en inglés, ha sido clave, como puede verse en la siguiente gráfica de citación de Google obtenida recientemente que muestra la tendencia, sostenida, desde ese entonces a la fecha actual:



El “descubrimiento” de la sociología económica

Así pues, ese primer análisis me dejó bien claro que, si bien el uso de la obra de Bourdieu, al menos en lo tocante a los estudios sobre el trabajo, sí existía, en realidad era aún muy escaso y además limitado a aspectos ciertamente muy importantes, como mencioné antes. Y lo más importante era que su sociología económica (o más precisamente, su antropología económica) era prácticamente desconocida. Y aquí debo confesar que yo mismo me incluía entre quienes ignoraban o no eran conscientes de esa dimensión, fundamental, de la obra de Bourdieu.

Así, los libros antes mencionados: Las estructuras sociales de la economía y Argelia 60: Estructuras económicas y estructuras temporales, súbitamente adquirieron un sentido nuevo y una centralidad para mis trabajos de la que nunca antes me había percatado, a pesar de que siempre estuve frente a mis ojos (y frente a los de muchos de mis colegas latinoamericanos).

En ese momento se impuso a mi espíritu la necesidad de esclarecer(me) la naturaleza de las relaciones entre la economía y el resto de las ciencias sociales, particularmente la sociología. Lo cual me exigió iniciar una larga y profunda incursión en la ciencia económica y su historia, pues era evidente que no era posible un abordaje realmente objetivo de los mercados de trabajo y sus relaciones con la educación (particularmente la profesional superior) mientras no contara con una teoría sociológica sobre los fenómenos económicos. Incursión que dió como resultado un artículo clave en el desarrollo de todas mis investigaciones posteriores (Sandoval, 2012).

Sin pretender llevar a cabo una minuciosa reconstrucción histórica de la génesis y

evolución de la economía y la sociología, se buscó solamente destacar algunos puntos clave de esa historia (con el auxilio de algunos autores) que permitiera llegar a algunos planteamientos útiles. Se trató de una reflexión acerca de la tesis de la (re)unificación de las ciencias sociales, particularmente de la sociología y la economía, así como de las razones por las que presumiblemente se ha dado el distanciamiento entre éstas. Según esto, en algún momento del proceso histórico de institucionalización y autonomización de estas ciencias, se habría experimentado también una divergencia entre ambas respecto de la forma en que conciben sus respectivos objetos y que acabaría no sólo por oponerlas, sino también por limitar su potencial explicativo. También advertía que se ha argumentado que semejante distanciamiento tiene su origen y explicación en sus respectivas bases ontológicas y antropológicas, esto es, en la forma como la economía y la sociología conciben a los seres humanos: una esencialmente individualista, la otra de naturaleza relacional.

En efecto, la ciencia de la economía ha sido erróneamente identificada tout court con una perspectiva individualista, mientras que la sociología ha sido identificada frecuentemente con una perspectiva relacional, pero ciertamente no se debe olvidar que ni toda la economía ha sido individualista, ni toda la sociología relacional. Sería más adecuado representarse el campo de las ciencias sociales de manera análoga a un continuum entre las perspectivas individualista y relacional, y en el que se pueden fijar posiciones más o menos tendientes a una u otra perspectiva, de manera relativamente independiente de asociaciones previas entre nombres propios de científicos, escuelas, teorías e, incluso (o quizá principalmente) disciplinas enteras (como son los casos de la economía y la sociología). De manera sorprendente, suele obviarse el hecho de que, lógicamente, lo que representaría la antítesis del individualismo no es la perspectiva relacional, sino el colectivismo, particularmente bajo la forma de una teoría de sistemas; visto así, el problema no se dirime sólo entre individualismo y colectivismo, sino entre una perspectiva substancialista y una relacional. Esta forma de ver las cosas puede explicar porqué algunas teorías pueden pasar por relacionales cuando en último análisis no lo son. El distanciamiento teorético de la sociología y la economía se debería, pues a un complejo error categorial (Sandoval, 2014a). Ahora bien, semejante error categorial se debe en parte a la deficiente práctica de una actitud reflexiva.

En efecto, quizás la propiedad más relevante del pensamiento relacional de Pierre

Bourdieu es su reflexividad, la cual puede ser definida como la necesidad de orientar continuamente los instrumentos de las ciencias sociales hacia el investigador, en un esfuerzo por controlar mejor las distorsiones introducidas en la construcción del objeto. Esto significa que una parte importante de la tarea de las ciencias sociales consiste en tomarse a sí mismas como objeto. El ejercicio de la reflexividad puede adoptar innumerables formas, pero sin lugar a dudas una de las más dramáticas es cuando su aplicación permite al mismo razonamiento relacional demostrar su ventaja explicativa frente a otras perspectivas teóricas.

Empero, por útil que parezca ese esquema, no explicaba por sí solo por qué la sociología y la economía llegaron a estar tan polarizadas y por qué eventualmente algunos teóricos, en ambas disciplinas, se han acercado más que otros a una u otra perspectiva. Semejante explicación tendría que provenir necesariamente del análisis histórico de las ciencias, aunque bajo una perspectiva determinada, esto es, una perspectiva relacional y reflexiva que tomara en cuenta, no la influencia per se entre ideas o pensadores, sino el conjunto de posiciones y trayectorias de los productores de ideas en el campo intelectual o científico, así como sus luchas (simbólicas) por imponer unas determinadas ideas, y la inmersión del campo intelectual o científico en una sociedad y una cultura dadas, además del grado de autonomía de dicho campo en relación con otros ámbitos, particularmente el del poder político. De ese modo, se pudo señalar, si no el único, sí el más importante factor no científico de polarización en las ciencias sociales. Se concluyó entonces que al primer continuum individualista-relacionalhabría que combinarlo con otro definido por su mayor o menor autonomía en relación con la política. Partía de dos supuestos. El primer supuesto, era que dicho factor no científico es de naturaleza estrictamente política, es decir: la adopción de una perspectiva más individualista o una perspectiva más relacional ha sido, al mismo tiempo, una opción epistemológica y política. Sólo de esta manera se podían explicar las divergencias teóricas en las ciencias sociales, particularmente en la sociología y la economía, no obstante que desde hace mucho los historiadores han advertido que el poder político ha representado una fuerza heterónoma frente a la cual estas ciencias han tenido que ir construyéndose trabajosamente su autonomía.

El segundo supuesto era mucho más polémico que el primero, ya que consistía en la idea de que la perspectiva relacional no sólo es epistemológicamente más útil que la individualista, sino que también lo es políticamente. De hecho, no deberían sorprender las ventajas explicativas,

e incluso políticas, de dicha perspectiva relacional por dos simples razones, ambas de orden histórico y epistemológico: primero, porque la noción misma de ciencia social, sobre todo cuando pensamos en sociología, implica lógicamente no sólo a los individuos sino a las estructuras de las relaciones entre ellos, por lo tanto tiende a una visión más comprehensiva de toda la sociedad y, por ende, más afín a una concepción de lo político. Segundo, porque ya desde inicios del siglo XX al menos los historiadores y filósofos de la ciencia habían advertido que, en su evolución histórica, las ciencias en general progresivamente y en lo fundamental tienden a superar una fase substancialista y esencialista para adoptar formas relacionales.


Una anamnesis histórica

Pero esas indagaciones, inevitablemente epistemológicas y vinculadas a la historia de la ciencias sociales, se vio complementada por otra investigación de una naturaleza relativamente distinta, a pesar de las apariencias. No puedo dejar de mencionar que la profundización en la obra de Pierre Bourdieu me llevó en un momento dado a tomarme muy en serio su máxima de que “todo socioanálisis es al mismo tiempo un psicoanálisis” y por ello a intentar un ejercicio de “autoanálisis”, más riguroso y sistemático que los que había intentado hasta ese momento. Autoanálisis que se me imponía como condición necesaria para lograr una auténtica práctica sociológica. Así pues, inspirado en los trabajos etnológicos y sociológicos desarrollados por Bourdieu a lo largo de toda su carrera sobre su terruño natal, me puse a elaborar nada menos ni nada menos que un ensayo de sociología histórica sobre la génesis del empresariado, tomando como caso de estudio la historia de vida de mi propio padre (Sandoval, 2015).

En ese trabajo argumenté que, a diferencia de los estudios clásicos, que parten de una concepción del empresario como agente ya constituido, por ende deshistorizado, quería hacer una contribución a la comprensión de su génesis social y proponer el estudio de agentes que participaron de manera marginal en las actividades de competencia empresarial impulsadas por la economía de mercado, para analizar las fases de transición hacia el tipo de agente a posteriori identificado como empresario. Partiendo de la premisa de que esa participación exigiría la conversión al menos parcial de un habitus todavía vinculado a una sociedad y una economía tradicionales (generalmente agraria y artesanal), analicé un caso (el de mi padre) relacionado con la industria farmacéutica en la región centro-occidental de México a partir de la década de 1940.

A pesar de tan desproporcionadas pretensiones, el estudio logró analizar los diferentes rasgos de ese habitus tradicional, tratando de establecer cómo y en qué medida pudieron contribuir diferenciadamente a aquella conversión y reflexionar sobre su papel en el cambio económico. Se pudo demostrar que los esquemas comerciales y económicos que debió poner en práctica el agente estudiado, consistieron básicamente en una conversión de esquemas propios de una economía tradicional (rural) en esquemas adecuados a la lógica y exigencias del capitalismo de la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, ese habitus presentaba características específicas que lo hacían proclive a semejante conversión y que no tenían un carácter espontáneo, sino que fueron generadas por las condiciones de vida objetivas del agente contenidas en su biografía antes de iniciar propiamente su actividad en una economía de mercado.m De esta forma, la investigación contribuyó a una mejor comprensión de la génesis social del empresariado. Por lo que me puedo jactar de haber logrado sublimar mis disposiciones y mis adhesiones más subjetivas, a través de un verdadero proceso de objetivación, llegando también a una objetivación del mismo sujeto objetivante.

Es importante destacar que ese ingente trabajo de anamnesis histórica (ingente al menos para mí…) me ha permitido lograr grandes avances en mis investigaciones sobre las relaciones entre la educación y el mundo del trabajo (Sandoval, 2017a). Me permitió, por ejemplo, explicar cómo la interacción de la educación y el trabajo, que había sido un objeto de estudio complejo abordado tanto por la sociología como por la economía, en la segunda mitad del siglo xx dió lugar a un nueva espacio de investigación sobre el tema, adquiriendo el nombre genérico de estudios sobre educación y trabajo o empleo. La herramientas teóricas obtenidas con todo aquel trabajo previo, me permitió explicar cómo fue que los estudios sobre educación y trabajo o empleosurgieron más por la influencia de un interés político que uno solamente científico, lo cual hasta el momento no había sido advertido por nadie.

Además, la incursión en la sociología y la antropología económicas me permitió explicar que, en parte debido a sus causas de origen, estos estudios sobre educación y trabajo suelen obedecer a un paradigma económico ortodoxo, por lo que sus aportes no dejan de ser limitados y artificiales. Finalmente, todo ello permitió proponer la adopción de la perspectiva de la sociología económica, así como enfoques económicos heterodoxos, para buscar una mejor comprensión de ese tipo de objetos.

Otro trabajo que no hubiera sido posible sin ese aparato teórico, es uno sobre el vínculo entre la sociología y la profesión de Trabajo Social (Sandoval, 2017d). Según este último trabajo, el estudio de la historia de la profesión de Trabajo Social no puede llevarse a cabo sin tomar en cuenta el sistema de fuerzas entre instituciones, grupos sociales e incluso individuos, que le dieron origen y en relación al cual ha ido ganando su relativa autonomía. El análisis de un caso práctico hizo surgir, aunque sea someramente, la trabazón existente entre las ciencias sociales, un orden estatal y social, y el Trabajo Social. El caso elegido para este trabajo fue el de Cuba. Las fuentes utilizadas fueron fundamentalmente de naturaleza histórico-sociológica.


Reunificando la economía y la sociología…

Fue ese derrotero el que me llevó a la obra de Robert Boyer, el célebre economista de la escuela regulacionista, quien había publicado años antes un profundo análisis de la antropología económica de Bourdieu y sus coincidencias con esa escuela económica (Boyer, 2003). Artículo que creí importante traducir al español y publicar de manera libre para contribuir a la difusión de esa dimensión desconocida del autor. No se trató sólo de la traducción más de una obra de Pierre Bourdieu, sino de la divulgación de la obra de un economista, Robert Boyer, sobre la obra del sociólogo. Es decir, una táctica para romper con las condiciones de recepción existentes en nuestros medios académicos y científicos y que impiden apreciar en toda su magnitud los aportes que la sociología de Pierre Bourdieu puede hacer a la ciencia de la economía. El objetivo es doble: lograr que los científicos sociales comprendan los formidables aportes del pensamiento de Pierre Bourdieu a todas las ciencias sociales, particularmente a la ciencia económica y contribuir a su unificación. En alguna ocasión, Robert Boyer había afirmado que:


[le] resulta[ba] evidente que la voluntad de construir una economía totalmente separada de las demás ciencias sociales —con excepción de la exportación de sus herramientas de análisis o de sus métodos— erosionó la pertinencia del análisis de los investigadores contemporáneos. (Boyer, 2012: 12)


Una postura equivalente, pero referida a la sociología, es la de Pierre Bourdieu, como se puede apreciar en el artículo de Boyer (2015). Traducir este texto, en el que un renombrado

economista argumenta acerca de la pertinencia y originalidad de la obra de un renombrado sociólogo, implicó mucho más que traducir de una lengua a otra. La verdadera dificultad, y el mérito, radicó en otro nivel de la traducción: el de hacer inteligible y asequible el texto original a las comunidades científicas y académicas de economistas, historiadores, sociólogos y antropólogos latinoamericanos.

Cabe mencionar que la relevancia de ese texto, y de su autor, recientemente fue ratificada por la última de las publicaciones póstumas de Pierre Bourdieu, que lleva por titulo precisamente Anthropologie économique (Bourdieu, 2017) y que incluye un texto de Robert Boyer en el que se retoma, en gran medida, el que decidí traducir y publicar en 2015. No obstante, en este último texto, Boyer hace particular énfasis en la enorme importancia que tiene en la actualidad la sociología de Bourdieu para una mejor comprensión de los fenómenos económicos.


… sin olvidar la importancia de la sociología de la cultura

En diciembre de 2013, de regreso a México después de haber asistido a una Conferencia en Friburgo, Alemania, y estando de paso en París, adquirí un libro recientemente , en el que un grupo internacional de científicos argumentaba en torno a la vigencia del modelo teórico expuesto en el libro de Pierre Bourdieu La distinción, publicada hacía ya más de treinta años (Coulangeon y Duval, 2013). Los editores de ese libro ubicaron en primer lugar un texto escrito por la socióloga Monique de Saint-Martin, y con justa razón, pues en 1964 ella comenzó una estrecha colaboración con Pierre Bourdieu que duraría muchos años hasta que, a partir de 1990, comenzara a darse un distanciamiento, según narra ella misma en un texto escrito a propósito de la desaparición del sociólogo. Durante los muchos años que duró esa colaboración, compartió con Bourdieu la autoría de varios trabajos, entre ellos “Anatomía del gusto”, publicado en 1976, artículo que reviste particular importancia dado que, retomado por Bourdieu en La distinción, ocupa un lugar clave en su construcción teórica. Por ello, De Saint-Martin advierte, en una discreta nota a pie de página, que no deja de ser desconcertante que no exista en la célebre obra ninguna referencia a ese artículo.

Debo confesar, también, desde que leí esa nota a pie de página, me obsesionó tremendamente. Así que, unos meses después, decidí simplemente preguntarle a su autora acerca de lo que se encontraba, de alguna forma, detrás de su nota a pie de página. Fue así que la tarde

del viernes 25 de julio de 2014, en París, sostuve con Monique de Saint-Martin una de las conversaciones más apasionantes que hay tenido en mi vida.

Si bien las nociones de espacio y campos sociales, entre muchas otras (particularmente la de habitus), fueron concebidas por Bourdieu, sus concreciones sucesivas a través de numerosas publicaciones deben mucho a una inteligente división del trabajo de investigación en el seno del Centro de Sociología Europea. Trabajo orquestado por el mismo Bourdieu, pero al fin y al cabo colectivo, como él mismo lo afirmaba. Por eso, conversar con Monique de Saint-Martin significó adentrarse en la propia génesis de uno de los trabajos sociológicos más relevantes en la historia de las ciencias sociales y no se redujo a recoger un simple testimonio, sino que implicó conocer el punto de vista de una de sus co-creadoras.

Así pues, la curiosidad que alentó originalmente el proyecto de esta entrevista se convirtió pronto en un interés de orden epistemológico, por momentos ciertamente técnico, sobre diversos cabos sueltos en torno a la construcción teórica contenida en La distinción, muchos de ellos suscitados por las reflexiones y críticas de la propia socióloga, otros por mi intento de reconstruir, a partir de la lectura activa de diversas obras y autores, la génesis de esa misma teoría. En este sentido, al final lo que obtuve fue en realidad un acercamiento a un ejercicio de sociología de la sociología: porque esta ciencia, como cualquiera otra, nunca es el resultado del trabajo de un sólo individuo. Por otra parte, al publicar la entrevista, se quiso también reconocer la innegable contribución de Monique de Saint-Martin a una obra sociológica formidable y, al mismo tiempo, incitar a la lectura de sus propios trabajos. (Sandoval, 2017b).

Esa entrevista esclarece en qué medida y de qué manera La distinción se debe al trabajo colaborativo previo, al entramado institucional y al ambiente intelectual de la época, y no sólo a la imaginación sociológica de Pierre Bourdieu. Este acercamiento permitió identificar, a posteriori, aquellos aspectos que pudieron o pueden aún desarrollarse a partir de esa obra y reconocer, con la claridad que proporciona el distanciamento, en qué consistieron sus aportes más novedosos y menos destacados, incluso aquellos que no llegaron a ser sino intuiciones o acercamientos. También señaló las fallas, los excesos y los retornos. En resumen, ayudó a entender, desde una perspectiva inédita, por qué La distinción continúa siendo un referente clave para los científicos sociales.

Debo confesar que esa conversación durmió el sueño de los justosdurante casi tres años, porque yo mismo no atinaba a desentrañar en qué podría consistir mi contribución a las sociología si era publicada. Una vez transcrita y traducida, me di cuenta de que la enseñanza más fundamental que se puede extraer de esa entrevista, es que, más allá incluso de La distinción en tanto investigación situada y fechada, lo que prevalecía en la época en que fue publicada (y que prevalece todavía hoy) era un verdadero espíritu científico. Es decir que, no obstante los desacuerdos que pueda haber en torno a la forma como se gestó esa obra y sus resultados, además de sus innegables aportes, hay un acuerdo fundamental entre los científicos en que vale la pena discutir sobre tales desacuerdos, puesto que se comparte un interés central en hacer avanzar el conocimiento del mundo social.


Descubriendo “el otro Bourdieu”

Después de la muerte de Bourdieu en 2002, sus editores iniciaron la publicación de una serie de obras que, al consistir básicamente en transcripciones de sus cursos en el Collège de France, nos permiten acceder a su pensamiento de una manera radicalmente distinta a la que nos habituaron la mayoría de las obras que publicó en vida. En realidad, esta serie de publicaciones constituyen la continuación de una empresa iniciada por el propio autor en los últimos años de su vida y que parece haber planeado para ser continuada después de su desaparición. Cuando leí la primera de esas publicaciones póstumas, Sur l’État (Bourdieu, 2012), me quedó claro que estaba frente a una nueva forma de abordar el pensamiento de Pierre Bourdieu.

En junio de 2014 finalmente apareció publicada una reseña de Sur l’État, que había escrito casi un año antes. En esa reseña crítica, yo afirmaba que al leer ese libro el lector sencillamente tendrá la impresión de estar frente a otro Bourdieuen virtud de los esfuerzos que él hacía para comunicar sus aportes a la vez que los construía (Sandoval, 2014b). Como es lógico esa impresión será más fuerte en la medida que el lector conozca su obra. En efecto, al tratarse de la transcripción de los cursos que dictara, estamos frente a un discurso muy diferente al que Bourdieu adoptaba en la mayoría de sus publicaciones. El discurso ahí recogido resulta radicalmente diferente al que sus lectores estamos habituados, y eso se debe a que nos hace partícipes del proceso mismo de exploración y construcción teórica. Por eso ofrece un acercamiento privilegiado al pensamiento de su autor, particularmente a la noción de reflexividad

y a la forma como la ponía en práctica, en el mismo momento de la exposición oral, ya a posteriori al revisar lo dicho o las preguntas que su público le planteaba.

Varios meses después salió a la luz la traducción al español de esa obra, en cuya contraportada se lee que el libro proporciona también la lectura de «otro Bourdieu» más concreto y pedagógico(Bourdieu, 2014). Esta coincidencia, para nada casual, me llevó a escribir un nuevo ensayo, el cual finalmente apareció publicado como un capitulo de libro (Sandoval, 2017c).

En dicho texto expliqué cómo Bourdieu estaba convencido que la comunicación científica (sobre todo escrita) podía y debía elaborarse y presentarse de tal manera que, aún siendo un opus operatum, mostrara al mismo tiempo el modus operandi, es decir, asegurándose que el trabajo científico en su totalidad incorpore un principio de reflexividad. Pues la sociología de Pierre Bourdieu incorpora la reflexividad y le atribuye una función esencial, lo cual obliga a adoptar un punto de vista activo, de partícipe más que de espectador, de auctor más que de lector.

Lo más original de este texto, es que ahí argumenté que, paradójicamente, son las obras publicadas de forma póstuma las que mejor permiten apreciar ese carácter activo y reflexivo del pensamiento de Bourdieu. Así pues, en este trabajo se tratará de presentar a Pierre Bourdieu desde un ángulo que suele ser obviado casi siempre, no obstante los enormes esfuerzos por destacar dicho aspecto de su obra desplegados por él mismo o por algunos de sus comentaristas: que expresa más un proceso que un producto terminado.


Conclusión

Proponer semejante “lectura activa” era mi principal intención. Pero al final del capítulo sucumbí a la tentación de preguntar: ¿es revolucionario el pensamiento de Pierre Bourdieu? Es decir, ¿qué chance tiene la teoría de Pierre Bourdieu de erigirse como el nomos de las ciencias sociales? Esto, a pesar de que estudiosos de gran talla (como el alguna vez colaborador de Bourdieu, Jean- Claude Passeron) llevan años tratando de convencernos de que tal chance no es más que una ilusión. En ese momento, no me atreví a dar una respuesta definitiva a semejante pregunta, aunque algo, que se decantaba de todo el proceso que acabo de resumir, me decía que la respuesta debía ser positiva. En cambio, me concreté a decir que si la teoría de Bourdieu puede llegar a

ofrecer o no ese nomos, eso era algo que no se resolvería sino con el avance real del trabajo y la discusión científica. Y concluía afirmando, más como una intuición que como una certeza, que ese era un asunto histórico, no especulativo.

Casi al mismo tiempo que salía a la luz ese capítulo, iniciaba yo la lectura del libro La dynamique sociale de la conscience (Elias, 2016), que reúne varios textos del célebre sociólogo alemán sobre el tema de sociología del conocimiento y de las ciencias, y en cuya edición y traducción jugó un papel central el joven historiador de la ciencia Marc Joly. Eso me llevó a buscar libro de su autoría, y fue así como dí con su libro La revolution sociologique (Joly, 2017).

No hay ya el espacio suficiente en esta comunicación para desarrollar con detalle la manera como la obra de Joly viene a confirmar aquella intuiciónque no me atreví, en su momento, a expresar como una convicción. En gran medida, debido a que no disponía en esos momentos de los elementos suficientes para atreverme a hacerlo. Sin embargo, puedo decir que mi afirmación de que aclarar si la obra de Pierre Bourdieu representa o no el nomos (o paradigma) de la sociología es un asunto histórico, no especulativo, se ha visto plenamente confirmada por obra de Joly.

En efecto, en su La revolution sociologique, Joly demuestra que, en efecto, en la segunda mitad del siglo XIX se gestó un nuevo régimen conceptualbio-psico-social que dio origen a las ciencias sociales y que, junto las ciencias naturales modernas, relevaron de su papel explicativo a los dos grandes regímenes que le antecedieron: el religioso y el filosófico, así como a muchas formas híbridas de éstos y a diversas pseudociencias. La lectura cuidadosa de la obra de Norbert Elias, junto con ésta de Marc Joly, permite ver, sin mucha dificultad, que la sociología de Pierre Bourdieu ha resultado tan exitosa por la simple razón de que lleva a su expresión más pura ese régimen conceptualen su vertiente sociológica. No por casualidad el próximo libro que está por publicar Joly se titulará Por Bourdieu.


Referencias

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Sapiro, Gisèle. 2014. “La carrière internationale de La Distinction”, en: Coulangeon, Ph. & Duval, J., “La Distinction" de Pierre Bourdieu trente ans après. París: La Découverte.


Notas


1 Por economía, en esta comunicación no se han incluido todas las referencias bibliográficas a obras que son mencionadas en la misma. Para mayor detalle, se remite al lector a los textos del autor que se han usado para su elaboración.