Manuel Ramírez Mercado1
Palabras clave: ciudadanía; cultura política; prácticas sociales; jóvenes.
La exploración de las fuentes micro-sociales del desafecto político en el entorno académico de los jóvenes, indagando en las prácticas sociales para evaluar las expresiones cívicas y políticas de éstos mismos, ha sido una de las motivaciones que estimulan el desarrollo de la presente investigación. La primera fase de la investigación orientada a realizar la revisión de la bibliografía especializada sobre cultura política en México arroja como resultado la existencia del desafecto político como una práctica generalizada en la sociedad mexicana, la cual también tienden a reproducir los jóvenes universitarios. La idea primaria de esta ponencia considera que la desconfianza y la apatía que configuran el desafecto tiene que ver con una estrategia errada del
sistema político que estimula una representación abstracta de las prácticas socio-políticas como poco vínculo con las actividades cotidianas, más significativas, donde se refuerzan las relaciones de confianza, solidaridad y participación, que sí encuentran una base de estimulación en el ámbito escolar. Para el desarrollo de este argumento se diseñó y aplicó una encuesta donde las variables elegidas han llevado a considerar tanto la ciudadanía y la cultura política como producto de procesos de relaciones sociales, con un elevado nivel de significación en el plano micro-social, donde los valores socio-culturales afloran como un elemento central en su constitución, cuyos resultados se presentarán en las siguientes páginas.
Los estudios sobre la cultura política, a pesar de su diversidad y la exploración de métodos cuantitativos y cualitativos, se han visto ampliamente influenciados por la investigación de Gabriel Almond y Sidney Verba sobre la Cultura Cívica (1970), cuyo eje principal se centró en explorar la relación de las condicionantes sociales de la participación política de los ciudadanos en cinco naciones, entre ellas México. El estudio definió a la cultura política como las “orientaciones específicamente políticas, posturas relativas al sistema político y sus diferentes elementos, así como actitudes con relación al rol de uno mismo dentro de dicho sistema” (Almond y Verba, 1970: 30). De esa manera, el concepto abarca las orientaciones tanto estructurales como individuales mediante las cuales el sujeto se relaciona con el sistema político, trazando las directrices generales que, a partir de ese momento, las investigaciones sobre cultura política han retomado.
En ese sentido, la caracterización del sistema político mexicano, como portador de un matiz de carácter autoritario, determinó los procesos de socialización política que fueron recuperados en distintas investigaciones, destacando por los aportes y el diseño metodológico el trabajo de Rafael Segovia (1970), quien se aventuró a conocer más sobre la forma cómo se generaba la transmisión y asimilación de los valores socio-políticos del Estado mexicano por los niños con estudios realizados en escuelas públicas. El proceso de domesticación a edad temprana fue uno de los aspectos que incidieron en la estabilidad del régimen mientras la ideología del nacionalismo revolucionario fue una prioridad en el sistema educativo nacional. Por otra parte, la sociedad en transición democrática también incidió en las vertientes de investigación sobre la
cultura política de los estudiantes en México, de ahí que destaquen los trabajos de Víctor Manuel Durand Ponte (1998, 2004, 2005, 2006; Ramos y Durand, 1997), en los cuales exploró las características de la cultura política de los estudiantes de la UNAM, a fin de contrastar los postulados de reproducción de los valores autoritarios que la investigación de Rafael Segovia había demostrado en el sistema de educación pública. En las investigaciones de Víctor Manuel Durand Ponte se comprobó que:
Los estudiantes mayoritariamente promueven una cultura política democrática y crítica.
Cuentan con un conocimiento abstracto de la política, con propensión a la participación, pero con una considerable crítica hacia el régimen y al gobierno.
La cultura política, en general, cambia más lentamente que el régimen político, haciendo más lento ese proceso de modificación de los ámbitos básicos de la cultura: creencia, formas de evaluación y la participación.
Los ciudadanos muestran mayor interés e información por los temas que son de su interés o que afectan sus vidas.
La desafección por la política no es más que una muestra de una creencia en la que la política en abstracto no logra verse concretada en la vida cotidiana.
Es por ello que Durand Ponte, más que señalar los déficits sobre la socialización política de los individuos, reconoce la multiplicidad de públicos y competencias que integran la ciudadanía, de ahí la importancia de las categorías de confianza y de eficacia ciudadana.
En ese sentido, la relación entre la cultura política y la transformación democrática en México en el contexto de la alternancia, propició que Armado Duarte y Martha Jaramillo (2009), plantearan una investigación resaltando dos aspectos: el comportamiento social mediado por la cultura y el medio social, y el proceso de socialización política y aplicación práctica de esos conocimientos. Llegando a las siguientes reflexiones:
La internalización de los factores culturales durante la época del régimen autoritario determina una cultura política muy endeble del mexicano.
Los valores y normas democráticas no han sido plenamente internalizados por los mexicanos.
La débil cultura política pone en riesgo el desarrollo democrático y genera insatisfacción con el sistema político.
La socialización de los valores democráticos es una tarea que corresponde tanto a las instituciones públicas y privadas, así como a las organizaciones políticas y ciudadanas (Duarte y Jaramillo, 2009: 168-170).
La cultura política, en palabras de Salvador Martí I Puig (2012), ayuda a entender el impacto de las instituciones más allá de las reglas del juego político, hace evidente los avances y los retrocesos en el proceso de democratización y la tendencia de los ciudadanos a participar en el sistema político. El problema central en México radica en la marcada desconfianza hacia las instituciones políticas, la insatisfacción con la democracia y la orientación casi exclusiva hacia el voto de la participación política (Martí, 2012: 880).
Ligado a estas discusiones, a partir de las reflexiones de Víctor Manuel Durand Ponte, se ha abierto un panorama interesante de reflexión sobre la cultura política en los jóvenes y universitarios, a través de la exploración en las manifestaciones de interacción social y la configuración de la socialización política. En estas ideas prevalece la tendencia a identificar dos formas particulares que moldean la cultura política “el eje de las estructuras que canalizan las funciones sociales integradoras y el eje de las culturas y sus correspondientes significados legitimadores de las estructuras” (López Jiménez, 2009: 19). La cuestión de fondo radica en identificar los procesos de integración social frente a las conductas anómicas, considerando que la construcción de ciudadanía también conduce a observar cómo es que las condiciones de desigualdad estructural permean las relaciones concretas de los individuos y propician una percepción sobre las condiciones generadoras de igualdad de oportunidades que el régimen democrático procura como eje ordenador de las relaciones entre política y sociedad. De esa manera, la condición social del individuo, en este caso el joven, hace patente los valores y normas de conducta que dimensionan las relaciones de confianza, la información, el interés y la participación, frente a la desconfianza, la desinformación, el desafecto y la abstención, como conductas que denotan tanto una evaluación de las condiciones estructurales como de las formas culturales que moldean la percepción de la política.
En ese sentido, los estudios sobre los jóvenes y la cultura política resaltan la interacción del ciudadano ante el sistema político, que proyecta una percepción generalmente negativa de
éstos hacia las instituciones y actores del ámbito político. Aun así, el interés por realizar este tipo de estudios con este sector de la población sigue siendo actual, más aún cuando se cruzan estos ejercicios con las percepciones políticas de los jóvenes universitarios que contribuyen a evaluar el avance democrático y la consistencia de las instituciones políticas hacia el fortalecimiento democrático.
En ese plano, esta investigación se suma a esta tendencia analítica, buscando identificar los marcos referenciales de la construcción de ciudadanía y la manifestación de cultura política en los jóvenes universitarios de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Mediante la realización de un estudio longitudinal basado en una encuesta aplicada a lo largo de tres años entre la comunidad estudiantil de dicho campus universitario, que permite identificar una clara tendencia en las actitudes y valores democráticos de los jóvenes estudiantes.
La forma cómo se investiga a los jóvenes considera aspectos que van del plano de la construcción de la subjetividad, al de las relaciones sociales, generando elementos de representaciones sociales que hacen palpable las expresiones socio-culturales que los acompañan. Al mismo tiempo, los vínculos afectivos denotan valores y normas de conducta que ejemplifican los procesos de socialización en los que están inmersos y que caracterizan, de igual manera, a la sociedad ubicada en un momento histórico determinado.
La estructura biográfica de los jóvenes, al tiempo de realizar investigación con ellos, también contempla las prácticas sociales que les son propias en el plano de la vida privada y en el espacio público. Los estudios orientados a identificar el proceso de construcción de ciudadanía resaltan aspectos que denotan la constitución de sujetos conscientes de la responsabilidad de la conducción en el espacio público, la información y la participación que promueve derechos y obligaciones que le son propias y que refuerzan las posibilidades de la construcción de una sociedad democrática. Las expresiones de lo cotidiano también denotan un alto compromiso participativo en instituciones como la familia, en las relaciones afectivas y las representaciones sociales que moldean las creencias y la confianza intersubjetiva.
Por otra parte, la construcción de expectativas enmarcadas en las grandes metarrelatos
ahora no representa demasiado para los jóvenes, el trazado general que en la etapa de industrialización se dirigió a señalar la directriz que vinculaba la trayectoria escolar con la posibilidad de un empleo estable paulatinamente se ha diluido. En un momento donde los procesos de reestructuración de la base industrial han desembocado en la tercerización de la economía, y cuyo efecto directo es la flexibilidad laboral, que invita a los jóvenes a poner en práctica la creatividad, el emprendimiento, pero también genera situaciones de exclusión, de desigualdad y olvido social (García, Cruces y Urteaga, 2012; Castro, 2009).
No obstante, esta situación, en los últimos años las prácticas sociales de los jóvenes han cambiado de manera considerable, dado los avances de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) que han facilitado el uso masificado de dispositivos móviles y una comunicación mediada por las redes sociales. Estas formas de comunicación comienzan a configurar identidades juveniles con una capacidad de información y comunicación en tiempo real, que engloban prácticamente todas las actividades de la vida cotidiana. La significación del espacio público está trazada por una visión virtual de la realidad, en la cual se le puede asignar un alto grado de valor a la información mediada por las TIC aún y cuando éstas combinen información certera con rumores que propician la desconfianza y, en ciertas circunstancias, el miedo (Fernández, 2012; Gutiérrez, 2007).
En este proceso de construcción de identidades juveniles mediadas por el uso de dispositivos móviles y redes sociales ha venido a reforzar el desafecto y desconfianza hacia las instituciones políticas, mostrando que los jóvenes desarrollan un sentido de apropiación distinto del espacio público, de las interacciones intersubjetivas y de la construcción de ciudadanía y cultura política. Es en ese plano que las investigaciones sobre identidades juveniles al momento de explorar lo cívico y lo político lo realizan desde enfoques de investigación diversos que muestran el matiz cambiante y complejo de este grupo de la población.
En ese mismo sentido, las representaciones sociales hacia la política se presentan como una oportunidad que vincula de manera más clara el aspecto socio-cultural con el político. La forma cómo interpretamos el mundo, del sentido de la vida, de cómo nos pensamos a nosotros mismos, cómo somos y la forma de vincularnos con los otros constituyen los marcos de referencia de las representaciones sociales, entendida como:
[…] imágenes que condensan un conjunto de significados; sistemas de referencia que nos permiten interpretar lo que nos sucede, e incluso, dar un sentido a lo inesperado; categorías que sirven para clasificar las circunstancias, los fenómenos y a los individuos con quienes tenemos algo que ver; teorías que permiten establecer hechos sobre ellos. Y a menudo, cuando se les comprende dentro de la realidad concreta de nuestra vida social, las representaciones sociales son todo ello en conjunto. (Jodelet, 1985: 472)
Para Denise Jodelet, las representaciones sociales están enmarcadas en situaciones “de la vida cotidiana que se desarrolla en contextos de interacción e inscripción” (2008: 50); es decir, la participación en una red de interacciones sociales y la pertenencia social, que denotan formas de comportamiento y de comunicación entre los individuos, y que están mediadas por la estructura social, los rasgos culturales, el contexto de las interacciones y del espacios social y político. Esto nos lleva a considerar que las representaciones sociales se constituyen a partir de cómo aprehendemos el mundo social, de cómo le otorgamos sentido a las experiencias, informaciones, conocimientos y formas de pensamiento. De igual manera, también ayuda a identificar la forma cómo los procesos de socialización originados en la familia y la escuela generan representaciones de algo y de alguien y cómo deriva en una relación entre el sujeto y el objeto, y del sujeto con el sujeto.
En ese sentido, ¿cómo se generan las representaciones sociales de la política? El proceso lento de construcción de democracia en México manifiesta también las dificultades para modificar los referentes de la construcción de ciudadanía. En el caso de los jóvenes esta situación es particularmente complicada pues más allá del cambio biológico de la niñez a la adultez, lo importante es observar la forma como llevan a cabo el proceso de aprehensión y comprensión de los procesos sociales y culturales fundamentales para incentivar la confianza y la participación social y política. El elemento contextual más relevante es la distancia entre las prácticas sociales de los individuos y la estructura procedimental de la política institucional, en ese plano los investigadores han llegado a distintas conclusiones. Por ejemplo, hay quienes señalan que la representación de la democracia tiene “referentes ocultos y referentes manifiestos”; como lo son, la libertad y la igualdad vs la mentira y el fraude (Rodríguez, Buendía, Aguilera y Romero, 2002: 153), la función de éstos es la comunicación asequible que parte del sentido común.
En el caso de los universitarios las experiencias y saberes de la democracia construidos a través de las interacciones sociales, les lleva a darle mayor calidad a las normas de vida interactiva que a las normas de vida política, ponderando la libertad, igualdad, tolerancia y pluralidad como un proceso interactivo, frente al fraude, demagogia y autoritarismo como norma de vida política (Rodríguez et al., 2002: 168). Conclusiones similares a las que llegan Daniela Bruno, Alicia Barreiro y Miriam Kriger, casi una década después, para quienes los jóvenes asocian la política con mecanismos institucionales y procedimentales formales, pero también con connotaciones negativas como: corrupción, mentira e injusticia como referentes característicos de ésta (2011: 11). Por otra parte, estas investigaciones dejan ver que la representación política en los jóvenes les lleva a distanciarse de ésta y al repliegue en sus relaciones interpersonales para resignificar el diálogo y los acuerdos entre pares como forma de participar y tomar decisiones (Cárdenas, Parra, Picón, Pineda y Rojas, 2007).
Los jóvenes, y dentro de éstos los universitarios, construyen y le dan significado a la ciudadanía desde múltiples marcos de referencia, como lo son sus oportunidades de desarrollo social, de bienestar económico, de acceso a la educación y de ser escuchados en la esfera de la toma de decisiones políticas. Es por ello que los investigadores desarrollan modelos explicativos que clasifican los grados de ciudadanía alcanzados en cada comunidad política: ciudadanos imaginarios (Escalante Gonzalbo, 2009), ciudadanía ficticia (Guerra, 1988), ciudadanos excluidos (Bello y Cariño, 2016). En relación a los jóvenes de manera más precisa John Durston (1999) refiere a cinco tipos de ciudadanía juvenil: 1) ciudadanía denegada, característica de los sectores pobres; 2) ciudadanía de segunda clase, sectores de población que se les limita sutilmente el ejercicio ciudadano; 3) ciudadanía despreciada, más limitada que las condiciones reales de construcción por parte de los jóvenes; 4) ciudadanía latente, falta motivación en los jóvenes, pero tienen disposición para participar; 5) ciudadanía construida, configurada por estímulos de la sociedad y el Estado para hacer efectiva la ciudadanía.
La ciudadanía en jóvenes universitarios, centrada en los hábitos y costumbres en su relación con otros ciudadanos y con la esfera pública; implica que sea vista como una construcción social, que emana de la convivencia social de la vida cotidiana y hace posible que el individuo transite a actor social. Para Silvia Gutiérrez Vidrio (2011), esta forma de realizar investigación permite identificar cómo piensan las jóvenes y por qué lo piensan así, considerando
que de esa forma se construye y se socializa el conocimiento y la comprensión de procesos sociales vinculados al ámbito político, pero sin olvidar algo muy importante, no se puede hablar de jóvenes como una categoría única, pues se estaría dejando de lado el carácter diverso y complejo que los lleva a manifestar proyectos de vida muy distintos entre sí.
Para José Castillo García, la ciudadanía, como expresión de las relaciones culturales, parte de la idea de que ésta “es el resultado de los procesos de institución, constitución y construcción de las relaciones sociales, a partir de los cuales el sujeto ejerce su socialidad” (2007: 766). En este caso la comprensión del sentido y significado de las relaciones de la vida cotidiana están relacionadas a los imaginarios colectivos y las representaciones sociales. Los primeros son expresiones basadas en la imaginación y permiten identificar el significado colectivo de algo y, también se pueden interpretar como resultado de una cultura “que contextualiza a los sujetos y aparecen como un universo simbólico que funge como una matriz en donde están los significados” (2007: 770), en el cual los procesos comunicativos juegan un papel determinante en los procesos de socialización e interacción social. Por su parte, las representaciones sociales, se fundamentan en hechos reales con una base cognoscitiva del sentido común, además condensan experiencias personales y sociales que configuran formas de pensamiento social que recrean el espacio de la vida cotidiana y posibilitan la acción social (2007: 772).
Para esta investigación, se estructuraron una serie de preguntas que abrieran la perspectiva para identificar las representaciones sociales de la ciudadanía y el desafecto político, considerando las relaciones interpersonales, las actitudes manifestadas hacia situaciones de interacción con las personas, así como las representaciones adquiridas sobre las instituciones, los actores y procesos políticos en general. De esta manera se contempló la posibilidad de identificar tanto los aspectos que configuran las prácticas ciudadanas y el desafecto político en el plano de las relaciones cotidianas del entorno escolar y, a partir de ello, el vínculo y evaluación del sistema político.
Los referentes de confianza y el efecto sobre la valoración de la política
En los resultados de esta encuesta se ha identificado que los estudiantes universitarios construyen relaciones sociales a partir de un principio de desconfianza hacia las personas, toda vez que se
muestran cautelosos para establecer relaciones interpersonales. Pero también es preciso anotar que en el desarrollo subjetivo de la confianza varía de acuerdo a la vinculación con el entorno material y simbólico. Así, para los estudiantes de la FES Aragón resulta muy importante confiar en los familiares cercanos, también es importante confiar en compañeros y profesores en el ámbito escolar, mientras que resulta más o menos importante confiar en los vecinos. Estas respuestas requieren ser tratadas con mayor detenimiento, considerando que integran a dos instituciones pilares de los procesos de socialización: la familia y la escuela.
En las relaciones intersubjetivas la comunicación verbal juega un papel importante, no sólo en el intercambio de información, también en los acuerdos, interpretación y creación de significados entre todos los involucrados en el proceso de interacción social. Para ello la encuesta aportó algunos elementos que apoyan la interpretación de las representaciones a partir de la interacción.
Las relaciones primarias de confianza en el ámbito familiar son el primer elemento que contribuye a realizar dicho ejercicio, toda vez que identifica el valor de la interacción a partir del diálogo con los familiares para atender situaciones problemáticas, lo cual se ve más reforzado cuando se trata de procesos de interacción en el ámbito escolar. De esta manera, al igual que en el ámbito subjetivo, la institución familiar y la escolar estimulan la construcción de confianza intersubjetiva a partir del significado y la representación social que conllevan las relaciones afectivas ante la amenaza de situaciones problemáticas que implican, ya sea la solidaridad o la indiferencia.
En esta encuesta, se recuperaron algunas preguntas que refieren al contexto mediante el cual se construyen las nociones de confianza y valoración de las instituciones. En principio, llegar a reconocer que las personas tienen predisposición a la indiferencia respecto a los problemas de alguien más y que la desconfianza propicia que los problemas no se platiquen, nos habla de las dificultades para establecer redes de confianza intersubjetiva, que a nivel nacional llegan a alcanzar el 72 por ciento de la población que no confían en otras personas (INE, 2015, p. 125).
Pregunta | Opción de respuesta | Promedio, 2014-2016 (%) |
¿Crees que se puede confiar en las personas? | “Sí, pero con reservas” | 79.0 |
¿Qué tan importante para ti es confiar en tus familiares cercanos...? | “Muy importante” | 53.3 |
¿Qué tan importante para ti es confiar en tus compañeros y profesores...? | “Importante” | 49.9 |
¿Qué tan importante es confiar en tus vecinos...? | “Importante y Muy importante” | 32.6 |
¿Cuándo algún familiar o conocido tiene algún problema qué prefieres hacer? | “Analizar la situación y buscar alguna solución” (2014) “Platicar con él y escucharlo” (2015-2016) | 48.7 |
¿Cuándo algún compañero de la escuela tiene algún problema qué prefieres hacer? | “Platicar con él y escucharlo” | 63.2 |
¿Cuál es tu opinión acerca de la siguiente frase? “En México, las personas son indiferentes a los problemas de los demás” | “De acuerdo” | 35.0 |
¿Cuál es tu opinión acerca de la siguiente frase” “En México, las personas son desconfiadas y prefieren guardarse sus problemas para sí mismos” | “De acuerdo” | 37.2 |
Fuente: Elaboración propia con información de las encuestas aplicadas en 2014, 2015 y 2016.
Entorno académico
Continuando con la exploración del nivel subjetivo se identificaron las actitudes de los estudiantes ante situaciones problemáticas que potencialmente les suceden o que les podrían suceder. Los resultados obtenidos indican que prevalece un reforzamiento de las relaciones familiares y afectivas con los amigos ante problemas familiares y escolares, lo cual denota que las relaciones de solidaridad se mantienen latente a pesar de la existencia de una percepción de desconfianza hacia las personas. Estas respuestas también nos dejan ver que los estudiantes de la FES Aragón son propensos a desarrollar actitudes de confianza, caracterizada por el apoyo y el
diálogo, con personas con las que interactúan cotidianamente, como preludio de las relaciones intersubjetivas que se analizarán más adelante.
Pregunta | Opción de respuesta | Promedio, 2014-2016 (%) |
¿Cuándo tienes problemas personales qué prefieres hacer? | “Buscar apoyo en mi familia” | 37.9 |
“Platicarlo con algún amigo(a)” | 35.0 | |
¿Cuándo tienes problemas escolares qué prefieres hacer? | “Buscar apoyo en mi familia” | 35.8 |
“Platicarlo con algún amigo(a)” | 31.1 | |
Cuando enfrentas un problema en la FES Aragón ¿Qué prefieres hacer? | “Comentarlo con profesores y compañeros” | 52.2 |
¿Cuándo algún familiar o conocido tiene algún problema qué prefieres hacer? | “Analizar la situación y buscar alguna solución” (2014) “Platicar con él y escucharlo” (2015-2016) | 48.7 |
En tu opinión ¿informarte de temas políticos es…? | “Importante y Muy importante” | 80.6 |
Si como universitario alguien te pregunta sobre un tema de política, ¿Qué haces…? | “Doy mi opinión” | 89.4 |
Fuente: Elaboración propia con información de las encuestas aplicadas en 2014, 2015 y 2016.
Considerando que el paso por la universidad, además de dotarles de conocimiento especializado en las distintas disciplinas estudiadas, también les provee de una serie de valores cívicos que les acompañarán por el resto de la vida. Es por ello que además del acercamiento subjetivo de la confianza, se consideró que el entorno académico aporta elementos cognitivos y emocionales que los estudiantes le otorgan significado para el desarrollo de las representaciones sociales de la ciudadanía. De esa manera, se identifica un reforzamiento del valor simbólico de las figuras de los profesores y compañeros de aula como recurso dialógico para los estudiantes de la FES Aragón, lo cual mantiene estrecha concordancia con la confianza indicada hacia estos
actores al cuestionarles sobre en quién confían en el ámbito escolar.
Relacionado con esta misma temática también resalta la percepción subjetiva de los estudiantes respecto a que los problemas escolares se pueden atender mediante el diálogo e interlocución con las autoridades del plantel, si bien los porcentajes son bajos (21.3 por ciento para 2014; 24.7 por ciento para 2015 y 27.9 por ciento para 2016), es importante reconocer que a pesar del ambiente de desconfianza y que éstos representan el ejercicio de la autoridad, los estudiantes identifican con claridad que platicar con la autoridad es más factible para encontrar una solución a la problemática en cuestión.
Partiendo de esta situación contextual acerca de la subjetividad política, los estudiantes de la FES Aragón le asignan un elevado valor a la información sobre la política, lo cual hace suponer que la opinión sobre estos temas está acompañada de la reflexión y el conocimiento como elementos sustanciales antes de expresar alguna idea sobre este tópico. Además, resulta claro que la reivindicación del estatus de universitario juega un papel simbólico de suma relevancia que los coloca frente al “otro” como personas con un conocimiento suficientemente informado que le otorga validez y responsabilidad social a las expresiones emitidas sobre los distintos ejes temáticos que pueda englobar la política.
Instituciones políticas
Considerando estos aspectos, la calidad de la información también es importante en la construcción subjetiva de las representaciones sociales de la política. Como era de esperar en este contexto se confrontan los medios de comunicación tradicionales, como lo son la televisión, la radio, los periódicos y las revistas, frente a las TIC´s, como lo son Internet y redes sociales, como medios de información política. Si bien en ambos se observan porcentajes elevados, son estos últimos los que predominan como fuentes de información al ser herramientas de comunicación más dinámica, que promueve la interacción en tiempo real pero, al igual que los primeros, no está exenta de la información falsa o tendenciosa, o cual obliga a los jóvenes a desarrollar la habilidad para filtrar y seleccionar la información que consideren más fiable.
A pesar de estas condicionantes, lo relevante de resaltar es que la expresión de ideas políticas es algo que se asimila como normal en el rol de estudiante (libertad de expresión), aunado a la suficiente confianza de allegarse de información por los medios que le otorguen
mayor seguridad (derecho a la información). En ese plano, y para seguir profundizando en el aspecto subjetivo de la representación de la política, los estudiantes consideran que la democracia se sustenta en la participación ciudadana por encima de la organización de elecciones, que hace evidente el rol dinámico de la construcción de la ciudadanía, frente al acto pasivo del ejercicio del voto.
Pregunta | Opción de respuesta | Promedio, 2014-2016 (%) | |||||||
¿Cuál es el principal medio que empleas para informarte de las actividades políticas a nivel nacional | “TIC´s” | 54.2 | |||||||
“Medios Masivos” | 44.5 | ||||||||
¿Qué requiere democracia? | México | para | consolidar | la | “Participación ciudadana” | 40.5 | |||
“Elecciones libres” | 16.5 | ||||||||
¿Has participado en algunas de las siguientes actividades | “Asambleas estudiantiles” | 62.6 | |||||||
¿Cuál es el lugar en el que más te enteras de los temas políticos? | “Escuela” | 61.0 | |||||||
¿Cuál es tu opinión acerca de la siguiente frase? “En México, los políticos trabajan por el bienestar de la población” | “Desacuerdo desacuerdo” | y | Totalmente | en | 78.9 | ||||
¿Cuál es tu opinión acerca de la siguiente frase? "En México, los partidos políticos son lo más importante para la existencia de la democracia" | “Desacuerdo desacuerdo” | y | Totalmente | en | 73.8 | ||||
¿Cuál es tu opinión acerca de la siguiente frase? “En México, se vive una democracia plena” | “Desacuerdo desacuerdo” | y | Totalmente | en | 81.5 |
Fuente: Elaboración propia con información de las encuestas aplicadas en 2014, 2015 y 2016.
¿Cómo se condensa esta percepción subjetiva de la representación social de la política en las actitudes de participación en actos concretos enmarcados en la participación socio-política? Considerando el ambiente de desconfianza que manifiestan hacia las personas que no se
circunscriben al círculo primario de la familia y la escuela, que denotan lazos de solidaridad limitados y una tendencia a fortalecer relaciones dialógicas en el entorno académico, y la reivindicación de su estatus como universitario con conocimientos y capacidad reflexiva sobre la política que derivan en el reconocimiento explícito de la libertad de expresión y del derecho a la información, resulta congruente que su principal experiencia de participación socio-política sea generada en el espacio universitario. También es evidente la resistencia a participar en las actividades que sean significativamente vinculatorias con formas tradicionales de participación política en México como lo son reuniones con dirigentes políticos, asambleas políticas y bloqueos a las vías de comunicación.
Estas relaciones intersubjetivas son más ilustrativas al considerar la construcción de significado de la interacción del individuo con las instituciones socio-políticas. La actividad de socialización política es ampliamente reforzada a partir de las relaciones dentro del ámbito escolar. Como ya se ha observado, en el proceso de las interacciones sociales, la reconocida confianza a las relaciones con compañeros y docentes, también inciden en el tipo de valoración que se realiza de la política y el bajo nivel de confianza que prevalece hacia las instituciones y actores del sistema político.
Esperando profundizar en otro momento en estos indicadores, de momento salta a la vista que los jóvenes estudiantes de la FES Aragón han construido, en su paso por la universidad, una representación social de las instituciones y actores políticos predominantemente negativa, lo cual hace patente los bajos niveles de confianza, que conlleva al desafecto hacia la política y en la que se conjugan experiencias personales, pero sobretodo el tipo de información y diálogo fomentado en el espacio universitario.
Por otra parte, la valoración de las instituciones políticas denota también las representaciones que tiene sobre la política y los actores de la misma. En principio, considerar el trabajo de los políticos con bajo o nulo impacto en el bienestar de la población, y el papel, poco relevante, de los partidos políticos en la construcción de la democracia, al tiempo que hace patente la desconfianza y el desafecto hacia la política también deja ver que la imagen negativa de los políticos, que prevalece en la sociedad mexicana, genera actitudes de incertidumbre sobre la democracia.
El desafecto político que configura las expresiones de cultura política tiene distintas aristas y se manifiesta en múltiples formas, de ahí su complejidad para ser atendido mediante la promoción de la participación ciudadana en los contextos electorales como sucede en México. En el caso de los jóvenes universitarios de la periferia de la ciudad de México, la confianza intersubjetiva está estrechamente relacionada con las representaciones materiales y simbólicas generadas por los vínculos afectivos del núcleo familiar y escolar, a mayor cercanía mayor confianza y, a la inversa, a mayor distancia mayor desconfianza, esto sitúa a las instituciones políticas en una situación de desventaja, pues ante la ausencia de vínculos cotidianos con los jóvenes predomina la desconfianza y la percepción negativa de las mismas.
Por otra parte, la socialización política del núcleo escolar, como generadora de valores cívicos representados en la participación, la información, la asociación, la pluralidad, el consenso, entre otros más, están latentes en las actividades académicas y políticas del campus universitario, pero no son suficientes para revertir la situación de desafecto predominante hacia las instituciones y actores del sistema político.
Una tarea pendiente tanto para el núcleo familiar y el escolar, es fomentar una mayor participación cívica en la mayor parte de los actos y actividades que propician la cohesión y la representación social en su interior, esto apoyará una estrategia de reforzamiento de los valores cívicos como lo son el diálogo, la pluralidad, el consenso en la toma de decisiones, que apuntalen los ya identificados derechos a la información y la libertad de expresión predominantes en los jóvenes universitarios.
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