Georgina María Arredondo Ayala1 y José Luis Arriaga Ornelas2
Palabras clave: fiesta patronal; mazahua; mujeres indígenas
Las fiestas patronales en México representan una muestra de la tradición nacional en donde los habitantes de las diferentes comunidades conjugan aspectos religiosos enfocados a enriquecer su vida espiritual con actividades lúdicas y recreativas. Son manifestaciones culturales que conjugan elementos occidentales con los de origen mesoamericano y que a través de los años se arraigan y adquieren un sentido insustituible en la vida de la comunidad.
La fiesta es un tiempo de gozo que sigue una misteriosa órbita que lo acerca y lo aleja
1 Profesora investigadora de Tiempo completo de la Facultad de Antropología
2 Profesor investigador de la Facultad de Antropología de la Universidad Autónoma del Estado de México
sucesivamente de dos polos que se revelan como lo sagrado y lo profano. El tiempo sagrado, es ocupado por la hierofonía, la cratofonía o la teofanía y se reproduce en un ciclo de eterno retorno por medio de un ritual: este constituye la raíz y tronco del árbol de la fiesta religiosa. El calendario prehispánico y el calendario cristiano, por el que ha transcurrido la vida en México, se articula con estos eslabones de las fiestas (Carrillo, 1998:105).
Dos grandes preocupaciones han guiado la investigación antropológica acerca de las fiestas patronales; la más antigua ha consistido en entender el sincretismo, el resultado de la fusión de tradiciones, es decir, cómo las fiestas integraban, aunque fuera de manera conflictiva, elementos de la cultura impuesta por los españoles con los de las culturas originales; estos estudios buscaban entender la diversidad que había asumido la fiesta en distintos contextos (Cardaillac, 2002; Warman, 1972). Por otra parte —y ésta ha sido una preocupación constante—, se ha buscado interpretar los sentidos, las relaciones y los significados sociales que se movilizan y plasman en la fiesta; estos esfuerzos llevaron a la identificación y comprensión de los sistemas de cargos vinculados a los santos patronos de los pueblos y su función como reguladores de la riqueza de los miembros de las comunidades (Arguedas, 1968; Cancian, 1976; Medina, 1995) en Patricia Arias (2011)
Cada fiesta patronal cuenta con sus características y particularidades. En este caso, se implementó una investigación que si bien el punto medular era el análisis de la indumentaria mazahua de las mujeres de Santa Rosa de Lima, encontramos que un vínculo directo con esto, era su fiesta patronal, en la cual la imagen de las mujeres ataviadas con su traje indígena conforman la imagen más representativa.
Las fiestas patronales son parte fundamental para la cohesión de las sociedades, también en las relaciones que se tienen dentro de las comunidades, es importante describir y rescatar la fiesta de la Virgen de Santa Rosa para analizar este tipo de organizaciones, observar cómo se llevan a cabo este tipo de organismos formales e informales que hacen posible que se realice la fiesta y que estos perduren a lo largo del tiempo.
No se puede pensar en la festividad sin asociarla con las mujeres de los 11 barrios que conforman el pueblo ataviadas con su traje tradicional. A partir de esto, el estudio lo ampliamos
al análisis antropológico de la fiesta y a través de 20 años hemos tenido la oportunidad de observar y registrar la importante participación de las mujeres del pueblo. Es por esto que en esta ocasión queremos compartir la experiencia de convivir directamente con estas mujeres.
La fiesta patronal representa la oportunidad cíclica de congregarse y unirse a través de su compromiso religioso.
La fiesta es un espacio de manifestación y comunicación de cotidianidad histórica, por lo tanto festejar no es una ruptura de la cotidianidad de los hombres y de los pueblos sino una forma metafórica de vivir dicha cotidianidad con mayor intensidad y darle sentido; lo que permite la comunicación cultural entre los pueblos y los hombres, pues celebrar no solo tiene dimensiones festivas, sino también implicaciones ideológicas y sociales que se manifiestan en el comportamiento de los miembros de una comunidad como elementos esenciales de sus representaciones sociales.(Sobrino,2015:16-17).
La organización de implica una estructura y la definición de tareas donde es común que las funciones y tipos de participación se encuentren claramente definidos tradicionalmente por situaciones de género y donde no es de sorprender que en dicha división pueda visualizarse cierta exclusión de actividades hacia el sexo femenino. Sin embargo, en una localidad como Santa Rosa de Lima, donde el proceso migratorio desde hace varias décadas ha mermado la presencia masculina, las mujeres han tenido que hacer frente a las distintas actividades, ya sea abiertamente retomando la responsabilidad o en representación del esposo. En entrevista una señora decía “Desde que se fue mi esposo a trabajar al D.F. se me ha aumentado mucho el trabajo, porque aunque manda dinero, a mí ya no me alcanza el tiempo, porque aparte de cuidar a los niños, hacer la comida y cuidar mis animales, tengo que hacer lo que él hacía en el campo y hasta ir a las reuniones para organizar la fiesta, porque ya no puede acudir
Para explicar esta situación, dividimos el texto en tres principales apartados, el primero que permite la ubicación de la comunidad y sus características principales, en segundo, los antecedentes y la descripción general de la fiesta patronal y por último los puntos centrales de participación de la mujer.
Es una comunidad pertenece a la región mazahua, que se extiende de Ixtlahuaca hasta los límites con los estados de Michoacán, Hidalgo y Querétaro.
Fuente: google maps
De acuerdo con el cronista municipal, dicha región fue conquistada por Axayácatl en 1480, al ser una población dominada, no pudieron desarrollarse como los grandes señoríos de aquella época.
Las personas de mayor edad, cuentan que la comunidad surgió como un casería al lado de Santiago Oxtempan (poblado perteneciente al mismo municipio) y que inclusive pertenecía a él; sin embargo, los habitantes de Santa Rosa nunca lo aceptaron, porque se consideraban un pueblo independiente; por eso, cuando en 1645 se apareció la virgen en el “Cerro Llorón” (se ubica entre los dos poblados y nunca se ha podido determinar a cual de los dos pertenece), se inició el conflicto por tener a la virgen en su territorio. (Ver fotografía 1)
Fotografía 1. Entrada al poblado de Santa Rosa. Trabajo de campo 2016
Se depositó en Santiago Oxtempan porque contaba con el templo católico y permaneció por 295 años y solo la bajaban en el mes de agosto cuando se celebraba su fiesta. A principios del siglo XX se construyó una capilla en Santa Rosa, pero fue hasta el 2 de agosto de1940, cuando un grupo de 20 jóvenes organizaron al pueblo para que ya no dejaran salir a la virgen de la comunidad.
Las autoridades del estado y de Bienes Nacionales se pusieron en contra y quisieron regresar la virgen a Santiago, pero no lo consiguieron; cuentan que se debió en gran medida a que en ese periodo, el presidente del municipio era Don Porfirio Ramírez Figueroa, quien era originario de la comunidad y los apoyó, logrando que desde esa fecha la viren permaneciera en Santa Rosa.
Toda fiesta, aunque puramente laica en sus orígenes, tiene ciertos caracteres de la ceremonia religiosa, porque, en todos los casos, tiene por efecto relacionar a los individuos, poner en movimiento las masas y suscitar un estado de efervescencia, a veces incluso de delirio, que no carece de parentesco con el estado religioso.(Durkheim en sobrino,2015:17).
El sistema religioso tiene por función principal la construcción de la identidad étnica. Las imágenes de los santos patronos se hallan insertas en el corazón de los pueblos, presidiendo desde ahí su destino. Son además inseparables de las peripecias de su historia, de la memoria de sus antepasados y de sus orígenes en el tiempo. A consecuencia de ello, otorgan literalmente identidad a los pueblos, permitiéndoles articular una conciencia de sí. (Giménez en Sámano, 2005:246).
En los inicios se acostumbraba cada año hacer un recorrido por la región durante el mes de agosto, empezando el 1 y 2 en Santa Rosa, el día 3 se trasladaban a San Felipe del Progreso, después se pasaban a San Onofre, San Juan Mayorazgo, San Pablo, Santa María Canchesdá, Santa Rita, Pueblo Nuevo, Magdalena y Tapaxco, regresando el 27 a Santa Rosa.
Festejaban con danzas, mañanitas, bandas de viento, mariachi, juegos pirotécnicos, comida y toda la gente se vestía con sus trajes tradicionales; sin embargo, los habitantes de
Santiago no siempre respetaban esto, ya que llevaban a la virgen solo cuando querían, situación que molestaba a los pobladores de Santa Rosa.
Aún cuando la aparición de la virgen fue en el mes de mayo de 1645, la festividad se efectúa del 19 al 30 de agosto, porque fue en la fecha en que se le recuperó de Santiago Oxtempan.
El sistema religioso tiene por función principal la construcción de la identidad étnica. Las imágenes de los santos patronos se hallan insertas en el corazón de los pueblos, presidiendo desde ahí su destino. Son además inseparables de las peripecias de su historia, de la memoria de sus antepasados y de sus orígenes en el tiempo. A consecuencia de ello, otorgan literalmente identidad a los pueblos, permitiéndoles articular una conciencia de sí. (Giménez en Sámano, 2005:246).
En la actualidad desde la entrada del pueblo, por el barrio de Guadalupe, hay arcos cubiertos con flores de campo, pericón, alcatraces. Ocojales y gladiolas, a parte de que a lo largo del camino colocan de estas mismas en los magueyes y en lazos que van de poste a poste de luz. Estos adornos son elaborados por las mujeres y colocados por los hombres del pueblo.
Es conveniente mencionar que las personas de la comunidad creen, porque aseguran que ya ha sucedido, que cuando no van a la fiesta o no cooperan les puede suceder algo “malo” a ellos o a sus animales se los puede llevar el coyote de monte, que anda por todos lados, incluso en el día cuando hay maíz.
En el transcurso de la fiesta, todos los días, a partir del 19, se van turnando las jóvenes solteras (principalmente entre 12 y 20 años) de los 11 barrios del pueblo para llevarle mañanitas a la virgen (un barrio cada día) vestidas con el traje tradicional mazahua, el cual en muchas ocasiones es prestado porque es difícil que las mujeres lo tengan debido a que no cuentan con el material para elaborarlo. Como una de ellas decía “ cuando chica, mi mamá me tenía todo mi traje, pero ya crecí y ya se lo guardé a una de mis hijas, pero para las otras dos ya no tenía y ni como hacérselos, ya no había cochinilla para teñir, a otra se lo consigo con una de sus tías pero a la más grande y a mí cada año sufrimos a ver quién nos lo presta, a veces yo solo me pongo el quechquémetl” (Trabajo de campo agosto 2017).
Se observan trajes que han tenido que ser parchados debido a su uso, lías hechas con telas de cambaya o quesquetmetls bordados con estambre, porque según respondieron diferentes mujeres, han tenido que hacer esas adaptaciones para no dejar de utilizar el traje en la fiesta, ya que lo consideran “muy importante”. (Ver fotografías 2 y 3)
Fotografía 2. Jóvenes ataviadas con su traje. Trabajo de campo 2017
Fotografía 3. Jóvenes al interior del templo. Trabajo de campo 2017
El día más importante es el 29 cuando se reúnen todos los barrios para llevar las mañanitas, se celebra la misa en el templo a las 9:00 am y ahí empiezan a llegar las muchachas de cada barrio vestidas con el traje mazahua. Van en fila de dos, con una de ellas al frente sosteniendo un letrero que indica el barrio al que pertenecen. (Fotografía 4)
Fotografía 4. Llegada al templo. Trabajo de campo 2016
También se encuentran en el interior los santiagueros que portan sus machetes, se visten de morado y rosa y usan una pañoleta con la imagen de la virgen apretada en la cabeza con una liga, y las pastoras que visten con atuendo blanco, un quesquemetl y un sombrero de palma, con cascabeles colgando alrededor.
Estos dos grupos efectúan danzas antes de entrar al templo y durante la procesión. En México, las procesiones y los desfiles son un componente esencial dentro del cumulo de prácticas que crean cohesión social.
Es seguro que en la Mesoamérica originaria formaban parte de los rituales en torno a las escenificaciones políticas y religiosas. La rapidez con que surgieron las capillas posas en los atrios de las iglesias-al parecer algo exclusivo de México- hace pensar en una profusión de procesiones religiosas del muy intenso calendario ritual de fiestas, por ejemplo, en Tenochtitlan, que los frailes católicos rápidamente quisieron incorporar a los territorios eclesiásticos(Arizpe,2009:168).
Una vez que se termina la misa, desalojan el espacio por barrios y se colocan en los jardines de enfrente formando una valla para que salga la virgen de Santa Rosa que va ataviada con el traje mazahua usado en la comunidad. (Ver fotografías 5 y 6)
Fotografía 5. Virgen de Santa Rosa. Trabajo de campo 2016
Fotografía 6. Inicio de la procesión. Trabajo de campo 2016
Después sale la virgen visitante de Santana Ixtlahuaca, que es comúnmente conocida como “el bulto”, por la forma que tiene el pedestal en que la colocan y de la cual las personas se refieren como la hermana de la virgen.
A las 10:45 inicia la procesión hacia la capilla de “La Mesa”, que se encuentra en el barrio de Guadalupe; sale la virgen de Santa Ana, luego la virgen de Santa Rosa. Las muchachas de
todos los barrios salen por ambos lados de la carretera, en hileras conformando la valla, después salen los santiagueros y las pastoras y atrás los capitadores, que son las personas que se encargan de dar el dinero a los mayordomos para los gastos de la fiesta tales como los juegos pirotécnicos y las misas. Se identifican al portar un asta con varias banderas y listones (mascadas).
Las banderas y listones son regaladas al capitador por varias personas que se les llama padrinos, terminada la fiesta del pueblo, el capitador se lleva la bandera a su casa y tiene que hacer una comida para invitar a todos los padrinos que cooperaron con una mascada. Cuentan que llegaban a ser hasta 150 “decapitadores”, es como se les conocía anteriormente ya que eran quienes efectuaban carreras de caballos en las que enterraban un pollo y cabalgaban de dos extremos hacia él y ganaba el que le arrancaba la cabeza.
Siguiendo con la procesión, en el transcurso del recorrido se entonan cantos religiosos y se rezan oraciones dirigidas por el sacerdote y el fiscal por medio de un micrófono. Se efectúan seis paradas, en cada una se pone una mesa para colocar a la virgen, se le bendice con un sahumerio que contiene copal, se le reza una oración y es el momento en que la gente puede dar la limosna. En el caso de que alguien no alcance a dar su donación se tienen que esperar hasta la próxima mesa para depositar el dinero; estas mesas son organizadas por el fiscal y un grupo de 5 o 6 personas se hace cargo de cada una de éstas. (Ver fotografía 7)
Fotografía 7. Primera parada durante la procesión. Trabajo de campo 2017
Alrededor de las 12:30 se llega a la capilla, que para entonces ya se encuentra adornada con flores como el resto del pueblo.
Una vez que llega la procesión, viendo de frente a la capilla, se coloca del lado derecho a la virgen de Santa Ana sobre una mesa y al extremo opuesto a la virgen de Santa Rosa de Lima, también sobre su mesa. Las mujeres de la procesión se colocan enfrenta organizadas por barrios, se acercan todos los asistentes e inicia la misa. Cuando termina, las personas permanecen en el lugar conviviendo y comiendo en los puestos que se colocan ex profeso para ese día, en seguida nuevamente forman la procesión para regresar a la virgen al templo. Los mayordomos y el fiscal se encargan de colocar a la virgen en su sitio y la gente se va a sus casas a comer.
Por la tarde se divierten en los juegos mecánicos, presencian la quema del castillo y acuden al baile que se organiza por el cierre de la fiesta. (Ver fotografía 8)
Fotografía 8. La fiesta al término de la procesión. Trabajo de campo 2016
La descripción de esta festividad, pero sobre todo el hecho de estar presente en ella, permite, por un lado, percibir la importancia que tiene para los miembros de la comunidad, y en especial para las mujeres, puesto que se trata de una cohesión interna producto de la fe religiosa que le tienen a la santa patrona
La organización de la fiesta patronal de Santa Rosa de Lima, se inicia desde el mes de mayo,
donde la comunidad se reúne después de la misa del domingo, para ponerse de acuerdo con los preparativos de la festividad, cada año se cambia de Fiscales, los cuales pueden pedir cuantos años quieren estar a cargo de la organización de la fiesta, los Fiscales pueden ser hombres o mujeres que sean pertenecientes de la comunidad, no existe un orden establecido de la Fiscalía, ya que la primera persona que se postule, será la encargada de la organización, a lo largo de la historia ha habido tres mujeres que se han encargado de la organización de la fiesta (tres mujeres Fiscales).
Dentro de las actividades de los Fiscales se encuentra, la recolección del dinero que tiene que dar cada familia para la fiesta que son $300.00, los cuales deben ser administrados y entregar las cuentas correspondientes al final. La organización de las niñas que bailan durante la fiesta patronal, la organización de la quema de los castillos; elegir la comisión de mujeres encargadas de vestir a la virgen y de organizar a los peregrinos durante la fiesta, también busca a un encargado por cada barrio, el cual le pueda ayudar a recabar el dinero por casa. Hasta aquí podemos ver que independientemente de quienes sean los fiscales, en todas las actividades que les competen, las mujeres siempre forman parte de la realización de éstas, es decir, la parte operativa corre a cargo del sector femenino de la comunidad.
La comisión para elaboración del traje para la virgen también es responsabilidad de las mujeres, así como la elaboración del que ellas y sus hijas van a portar esos días. Es precisamente en este último rubro donde se vincula el proyecto de investigación realizado, puesto que la problemática que viven de no contar con el material necesario para teñir, específicamente la cochinilla y el añil, así como la lana pura cardada e hilada para el tejido, es afrontada por las mujeres, ellas han tenido que gestionar dichos materiales y sufrir al no obtenerlos, el prolema de conseguir prestados los trajes, surcir los viejos que tengan o bien sustituir con prendas similares cuando no las consiguen.
La preparación de los alimentos, tanto para las actividades del templo como para las comidas que ofrecen las familias y varios de los platillos a la venta también es responsabilidad de las mujeres, independientemente que el hombre aporte el recurso económico (aunque en ocasiones ellas también obtienen el dinero) ellas deben encargarse de planear lo que se va a preparar, calcular la cantidad de materiales, comprarlos y prepararlos.
El arreglo de las flores es una función de las señoras también, es común observar días
antes de la fiesta, que se reúnan en el atrio del templo para escoger y colocar las flores en los lazos que los los hombres deben colocar. (Ver fotografía 9)
Fotografía 9. Adornos del templo. Trabajo de campo 2017
La organización en cada uno de los barrios para la participación de las mujeres que lo integran y que se presentarán a cantar las mañanitas.
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20 (artículo 07)
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