María del Rosario Hernández Ramírez1
Palabras clave: Frontera Sur mexicana; pasos fronterizos; legalidad e ilegalidad
El 26 de julio de 2017 iniciamos el viaje de recorrido a la frontera, participamos diversos investigadores:
La dirigente del proyecto fue Dolores Camacho Velázquez, y los investigadores de CIMSUR que participaron fueron: Enriqueta Lerma Rodríguez, Celia Ruíz de Oña, Antonio Castellanos Navarrete, Sandra Cañas Cuevas, Úrsula Torres Freyermuth. Íbamos también diversos
1 Estudiante de Doctorado en Antropología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), línea de investigación en temas de ecología política, vulnerabilidad y socioambiente. Parte del proyecto PAPIIT-IN303217 CIMSUR-UNAM titulado: La frontera Chiapas-Guatemala: territorio, problemáticas y dinámicas sociales. Correo electrónico: Alfa050989@gmail.com
invitados académicos y no-académicos: Arturo Lomelí, Paulo (esposo de Celia), Adriela Pérez, Felix Lerma y yo, Rosario Hernández.
Todo comenzó con la reunión de los investigadores en un Oxxo en la gasolinera que se ubica en la intersección entre periférico y la salida a San Juan Chamula. Ahí Enriqueta Lerma le dio una barrida a los vehículos. Dijo que era para que nos fuera bien en todo el camino y que no nos pasara ningún imprevisto.
Salimos rumbo a Tapachula por la carretera que atraviesa los municipio de Tuxtla, Ocozocoautla, Cintalapa, Puerto Arista, Arriaga, Huixtla y finalmente, Tapachula. En el trayecto de ese recorrido pasamos por las reservas de la biosfera La Sepultura y El triunfo, desde la carretera se podían apreciar los paisajes con vegetación abundante y en buen estado de conservación, se veía que hacia las partes más densas y arboladas estaba nublado y en algunas partes, lloviendo. Nosotros sólo veíamos el cielo muy oscuro y aunque sí llovió, fue por aproximadamente media hora solamente. Observamos gran cantidad de ríos y arroyos en ese recorrido, según Arturo Lomelí, hay aproximadamente 17 ríos en territorio tapachulteco y mencionó que muchos de los puentes de estos ríos habían sido reconstruidos después del paso del huracán Stan que dejó incomunicadas a distintas partes de ese territorio. En esta carretera nos encontramos con poco flujo vehicular y en general, esta vía de acceso se encontraba en muy buen estado, hasta que pasamos por el municipio de Huixtla donde se parecía reducirse en ancho de la carretera, ésta se encontraba tapizada por múltiples baches y parecía tener poco mantenimiento, pues la vegetación de las orillas invadía el trecho cerretero. Por un momento pensamos que nos habíamos equivocado de carretera y habíamos tomado por error algún otro camino, pero fueron nuestros compañeros quienes nos indicaron que no nos habíamos desviado, sino que ése era el estado de esa carretera en lo que correspondía al municipio de Huixtla, Dolores Camacho comentó que con razón, pobladores de ese municipio habían organizado recientemente acciones de protesta en las que acusaban al presidente municipal en turno de vaciar las arcas de la presidencia municipal y de la falta de inversiones en obras públicas. Mencionó que quizá por eso, sólo el tramo que correspondía a ese municipio fue el que vimos en peor estado y con ningún tipo de mantenimiento.
Cuando llegamos a Tapachula nos instalamos en un hotel y salimos a cenar. Todo parecía tranquilo, aunque hacía mucho calor y la mayoría de nosotros teníamos hambre. No recuerdo que la plaza pública de ese lugar estuviera tan tranquila y desde ése momento me pasé los tres siguientes
días comparando este viaje a la frontera con un recorrido previo que había realizado en 2012 como parte de mis estudios de maestría en CIESAS Sureste.
De mis recuerdos anteriores, tengo presente la concurrencia en esta plaza pública de gente muy diversa, personas locales, pero también gente con rasgos asiáticos, gente morena que parecía provenir de África o de algún país centroamericano con presencia de población negra. Era un lugar donde nos recomendaron trasladarnos con precaución y donde se sentía que uno debía estar muy alerta. En el viaje de esta ocasión, yo sentí más relajado el ambiente, sólo hasta el sábado observé algo concurrida esa plaza central de Tapachula, lo más impresionante que llegué a ver fue a varias personas de distintas edades, pidiendo dinero. Había quienes sólo se veían con aspecto de vagabundos hasta aquellos que tenían muñones o malformaciones en algunas partes de sus cuerpos. Fue en los lugares fuera de Tapachula donde sentí que la inseguridad estaba presente.
El primer lugar que visitamos durante nuestro recorrido fue Puerto Madero-ahora conocido como “Puerto Chiapas”. Este lugar parece haber experimentado muchos cambios, hicieron un gran muelle o malecón que no estaba cuando había ido en 2012. Esto evidencia inversiones de fuertes sumas de dinero pues el malecón es ancho y parece estar ahí para fungir como promotor turístico. Segundo, observamos que había poca afluencia turística pero estaban abiertos muchos locales donde se ofrecía venta de comida hecha principalmente a base de mariscos. No quisimos detenernos a comer en alguno de estos locales porque los profesores de Chiapas aseguran que este puerto es donde más desechos se tiran al mar y las zonas de pesca para abastecer a estos negocios son de las más sucias del estado. Lo que era muy evidente al llegar y salir de Puerto Madero es que había grandes construcciones que se alquilaban y funcionaban como bodegas. Había espacios para todo tipo de mercancías y productos. Era notoria la afluencia constante de mercancías.
Una vez que estuvimos en el malecón, no pudimos dejar de notar que había gente observándonos, apenas nos habíamos estacionado, se acercaron jóvenes con el pretexto de vendernos aguas frescas, se pararon cerca de donde estábamos y parecían escuchar atentamente de lo que estábamos hablando. Nosotros nos dedicamos a tomar fotos y entonces pasaron otros muchachos que se dedican a la pesca, unas compañeras del equipo quisieron ir a platicar con ellos
y se fueron hacia unas rocas donde parecían estar pescando. Unas señoras que se encontraban cerca alertaron a otra de las investigadoras para que les fuera a hablar porque los muchachos pescadores tenían fama de ser “rateros”, decían que casi siempre hacían lo mismo, llevaban a la chicas a la parte de las rocas y una vez ahí las amenazaban para que les entregaran sus pertenencias, luego corrían y se daban a la fuga en motos con otros cómplices que llegan después.
Afortunadamente, no pasó nada en ese momento, las investigadoras regresaron bien y no pasó nada desagradable. Después de ahí, fuimos hacia el muelle turístico pero no pudimos llegar, sólo observamos las instalaciones de desembarco a donde llegan los yates turísticos con personas de distintas partes del mundo. Por un momento, pensamos que por eso había tantos puestos de mariscos en el muelle, pero Arturo Lomelí dijo que no, que esos turistas sólo llegan al puerto, son recibidos por personas disfrazadas de parachicos o chiapanecas, les tocan la marimba e inmediatamente se suben a las urbans que los transportarán hacia los lugares turísticos que forman la “Ruta del Café”. Dijo que al parecer no hay derrama económica de este tipo de turismo para la gente del puerto madero porque el recorrido ya está planeado y este lugar sólo funciona para el desembarco.
Antes de salir del puerto, nos desviamos hacia otro lugar, intentando ver el lugar a donde llegan los barcos turísticos, pero nos dirigimos hacia los muelles donde se ubica la carga y descarga de barcos dedicados a la pesca de atún y camarón. Ahí platicamos con Ulises Rodríguez que trabaja desde hace 9 años en API, en la sección de Seguridad. Nos dejó tomarle fotos a los barcos y nos dijo que muchos de los barcos que llegan a este muelle son propiedad de las empresas Herdez y NAVI, en ese momento había un barco atunero estacionado que tenía una capacidad de 120 toneladas. Dice que para que opere ese barco, emplea a 23 personas y que para que se llene su capacidad completa salen a pescar durante 3 o 4 meses, desde esta fecha de julio y hasta que llega el periodo de veda que inicia en noviembre de cada año. Dijo don Ulises que lamentablemente al parecer cada vez hay menos producto, porque hay mucha competencia y porque ha cambiado el tiempo. Por ejemplo, dice que hay un barco español que tiene una capacidad de carga de 600 toneladas, salió al mar y tuvo que regresar porque en un periodo extenso sólo pudo recolectar 100 toneladas de producto y los gastos para mantenerse en el mar usando combustible, empleando a trabajadores y gastando para darle mantenimiento en el mar, no era redituable si se comparaba con el producto que estaba logrando capturar.
Don Ulises también nos comentó que en este puerto llegan barcos que se dedican a la pesca de camarón, son barcos más pequeños, con capacidad para cargar 5 toneladas y que dan trabajo para 6 personas solamente. Son embarcaciones más sencillas. En el momento de nuestra visita, había dos barcos de este tipo, nos dijo don Ulises que los dos provenían de Mazatlán porque allá están los dueños que pueden darle mantenimiento a los barcos. Nos dijo que en Tapachula pocas personas pueden sostener un barco camaronero, en el muelle se hundieron dos porque los dueños no les dieron una capa de pintura y eso provocó que entrara el agua y se hundieran. Don Ulises nos dijo que la pesca de camarón que realizan los barcos de Mazatlán tiene que ser capturada en estas costas de Chiapas, acá mismo la congelan, la sellan, la empaquetan y ya luego la distribuyen. Don Ulises asegura que esto está bien porque los trabajadores encargados de realizar estos procedimientos son tapachultecos y mientras lleguen esos barcos van a tener empleo, dice que en las temporadas del año que no hay presencia de los barcos de atún y camarón, los hombres se dedican a otras actividades como: conducir tuc-tucs, pesca local y a diversos tipos de servicios).
Según don Ulises en esta zona ha disminuido la pesca de atún, ahora también pescan barrilete, pez dorado y tiburón. Él piensa que estos cambios obedecen a que en el océano cada vez hay más barcos de distintas marcas que buscan el mismo producto y a que el cambio climático les ha afectado. Dice que a lo mejor por eso ahora batallan para reunir el producto necesario para ocupar toda la capacidad de carga de los barcos.
Según don Ulises el mes con más movimiento, es diciembre, en ese mes hay semanas que no puede dormir por estar vigilando la constante entrada y salida de barcos camaroneros.
Después de visitar este puerto, nos dirigimos alrededor del mediodía hacia Ciudad Hidalgo, municipio de Suchiate, Chiapas. Para llegar ahí recorrimos varios kilómetros de carreteras y algo que llamó mucho mi atención fue el constante desplazamiento de camiones de carga, transporte y distribución de productos. Eran incontables camiones y tráileres que se desplazaban por las carreteras que enlazaban Guatemala con Tapachula.
También algo que llamó mi atención fue el paisaje de la carretera desde Puerto Madero hasta el municipio de Suchiate, recorrimos gran cantidad de kilómetros donde se realizaba el cultivo de plátano a gran escala. Eran kilómetros y kilómetros que estaban ocupados con sembradíos de estas plantas en distintas etapas de desarrollo, desde plantas pequeñas en crecimiento, hasta aquellas donde ya estaban poniendo los agroquímicos. Hasta entonces no
conocía cómo era que hacían este procedimiento y fue algo desagradable enterarme que para hacer crecer y madurar la planta, colocan alrededor del fruto unas bolsas de plástico donde continuamente depositan agroquímicos y otros líquidos para provocar el crecimiento de los frutos y para evitar que las plagas los afecten. Según dicen, les colocan la bolsa para evitar que la lluvia se lleve estos químicos y así no se retrase el momento de la corta de los frutos. Según nos comentaban Arturo Lomelí y Dolores Camacho estas plantaciones de plátano forman parte de un distrito de riego creado por la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH) y la producción es con base a un sistema de tierra y riego que es arrendado a la empresa productora de los plátanos, pues los agricultores comprometen desde antes la producción de sus tierras.
Aparte de estos sembradíos de plátanos vimos un nuevo cultivo que estaba en crecimiento en extensas parcelas que se ubicaban en ambos lados de la carretera, por ser una planta de tamaño pequeño, no alcanzamos a distinguir de qué se trataba, pero Arturo Lomelí comentó que podría ser soya o cacahuate. Habría que ver esto con posterioridad para verificarlo.
Bueno, finalmente llegamos a Ciudad Hidalgo, era un pueblo caótico, su mercado se encontraba con pocos productos y en lugares oscuros. La gente de diversas edades se nos quedaba viendo constantemente. Había constante flujo de vehículos y motocicletas. No sé si llamábamos mucho la atención con nuestros sombreros, camisas, lentes y cámaras fotográficas sofisticadas, pero todas las personas se acercaban para preguntarnos trivialidades. Al esposo de Celia, Paulo continuamente lo abordaban para preguntarle si vendría droga, al principio, le preguntaron por marihuana, luego le empezaron a preguntar por cocaína y otros opiáceos. En este lugar el cansancio ya era notorio, era alrededor de las tres de la tarde y el bochorno por el intenso calor era insoportable, fuimos al parque a sentarnos a ver si teníamos la suerte de platicar con alguien. Compramos una bolsa de rambután y un señor se acercó para pedirnos dinero, en ese momento, estábamos hablando sobre donde podríamos conseguir una cerveza Gallo (la cerveza guatemalteca) y el señor intervino para decirnos que más cerca del paso fronterizo informal era fácil adquirirlas. Luego se quedó ahí para contarnos que él pasa hacia Guatemala por lo menos una vez al año para ir a brigadas médicas, porque allá atienden sin que las personas tengan afiliación a alguna institución médica. Pero dice que el paso es constante para uno u otro lado, nos recomendó ir a buscar nuestras cervezas y nos despedimos de él.
Luego nos dirigimos al puesto fronterizo, ahí nos pidieron que cruzáramos a pie porque
para pasar con los vehículos el trámite iba a ser más largo, como nuestro objetivo era sólo ir a Tecún Umán, no lo consideramos necesario y nos encaminamos cruzando a pie. Nos pidieron solamente que mostráramos una identificación oficial y que no portáramos lentes o sombrero, nos pidieron que miráramos fijamente por unos segundos a lo que parecía ser una cámara y luego, sin más, nos dejaban pasar. Dolores Camacho nos comentaba que no nos habían preguntado nada, ni pedido requisitos porque ya nos habían escaneado con sólo poner nuestra mirada en el aparato con cámara de inmigración. Nos dijo que esos equipos tan sofisticados eran parte de las adquisiciones más costosas que había hecho el gobierno federal mexicano en años recientes para asegurar el control de la frontera sur. Los compañeros de equipo suponían que al mirar fijamente el aparato, nos habían escaneado a todos y habían obtenido toda la información que posee el Estado mexicano sobre nosotros. Todo coincidimos en que era muy fácil cruzar el límite de ambos países. Antes de salir de México nos pidieron que depositáramos dos pesos por persona en un volante que servía para contar el número de entradas y salidas. Posteriormente cruzamos el puente fronterizo que atraviesa el río Suchiate. Desde el lugar donde íbamos caminando podíamos ver que se desplazaban balsas improvisadas que servían para llevar y traer personas y mercancías entre México y Guatemala. Las balsas estaban construidas con unas cámaras de llantas de camión de carga pesada infladas de aire que permitían que éstas flotaran, sobre ellas pusieron palos o tablas encima y en ellas, la gente se sentaba y ponían mercancías diversas que transportaban “ilegalmente” entre los dos países. Cada balsa era conducida por un hombre que utilizaba un palo largo para “remar” y conducir la lancha. En esta época del año, el nivel del río estaba muy bajo, había algunas personas que incluso pasaban caminando y los conductores de las balsas usaban los palos para empujar la balsa y evitar que ésta se atorara con el fango que se encontraba casi pegado a la cámara inflada. Las mercancías que más transportaban en este cruce fronterizo eran cervezas, ropa, artesanías, mercadería china y abarrotes en general. El transporte era de llevar y traer constante entre los dos países. Hay personas en ambos países que demandan productos del país vecino y eso produce que exista en cruce constante de productos hacia ambos lados del río.
Para entrar a Tecún Humán no tuvimos restricciones de ningún tipo, salvo los compañeros que fueron a sellar pasaporte, pero dijeron que el trámite había sido muy sencillo. Del otro lado, en Tecún Umán se sentía un ambiente más relajado, el parquecito con sus grandes y frondosas ceibas nos llenaba de frescura después de experimentar el calor abrumador durante nuestro cruce por el
puente oficial que atraviesa el río Suchiate. Una vez allá, fuimos a comer y a tomar la cerveza gallo que tanto anduvimos buscando. Varios de mis compañeros comentaban que imaginaban a Tecún Umán como un lugar más peligroso y caótico pero que ellos se quedaban con la imagen de un pueblito tranquilo y pintoresco. Comentaron que de hecho se habían sentido más inseguros y observados del lado de México. Pensamos que quizá eso tiene que ver con la hora y el día en que lo visitamos. Era un lugar muy comercial. Había transporte y venta de mercancías diversas de tipo artesanal.
De regreso quisimos cruzar utilizando las llantas que se utilizan para el paso informal, pero no pudimos hacerlo porque una falsa amenaza de lluvia nos hizo apresurar el regreso por el puente de paso oficial, una vez que estuvimos en México nuevamente, fuimos todos a observar el “paso del coyote” (donde pasan las balsas de cámaras de llantas) en el río Suchite, donde nuevamente nos volvimos a sentir observados por todas las personas. Sólo Celia y su pareja, Paulo se animaron a subirse a la llanta. La mayoría permanecimos observando el transporte de mercancías (abarrotes y cerveza principalmente) que existía en ese cruce. Como ya era tarde la afluencia de lanchas había disminuido, cobraban 25 pesos por persona para cruzar y 25 pesos por el regreso. El nivel del agua en el río era tan bajo que vimos a personas jalando las llantas con mecates mientras caminaban en el cauce del río. La abundancia de fango y escasez de agua parecía dificultar su trabajo.
En esta parte del paso del coyote, vimos que en las viviendas que colindaban con el río había murales pintados por ACNUR y dependencias encargadas de brindar atención al migrante en el municipio de Suchiate. Todas ellas brindaban números telefónicos y ofrecían ayuda a población que deseara adquirir su estatus de refugiado en México.
Luego de esta visita al paso del coyote, decidimos regresar a Tapachula. Por la noche nos vimos con el señor Artemio Alvarado, amigo de Dolores Camacho y Arturo Lomelí, él nos dijo a grandes rasgos que sí estaba muy peligrosa la zona de Tapachula, que se escuchaban muchas cosas sobre la presencia de grupos del narcotráfico. Unos afirman que el territorio de Tapachula está dominado por el cártel de Sinaloa, pero a nadie le consta. Que seguramente eso de sentirnos observados tiene que ver con el control que tienen estos grupos delictivos en la zona, que seguramente nosotros ya estábamos ubicados porque nos desplazábamos en caravana, pero que si nos habíamos presentado como personas de la Universidad seguro no íbamos a tener problemas Dijo que para que alguien no levante sospechas en esa zona, si se desea hacer una investigación
social, debe permanecer por lo menos dos años en la localidad, de lo contrario, todos lo van a mirar con extrañeza.
El señor Artemio también mencionó que sigue una tendencia en la baja productividad del café, que la frontera Chiapas-Guatemala es una frontera porosa porque siempre se ha distinguido por ser un paso de migrantes constante. Hay una especie de hermandad entre Tapachula y los países de Centroamérica, sobre todo con Guatemala. Mucha gente de Tapachula tiene parientes o amigos cercanos que son guatemaltecos. Y dijo que sí es una zona que mueve muchos productos comerciales, es una zona muy productiva, dijo que con certeza la que mayor produce en Chiapas, pues diariamente entran y salen entre 400 y 500 tráileres con mercancías y productos diversos.
Visita a la iglesia Luz del Mundo
La iglesia Luz del mundo tiene una sede muy importante en la ciudad de Tapachula, Chiapas. Esta iglesia tiene presencia en casi todo México y se continúa expandiendo por Centroamérica y Latinoamérica. En Tapachula tiene una sede llamada “hermosa provincia” que cuenta con un majestuoso templo réplica del Taj Mahal y una colonia que se encuentra conformada solamente con feligreses que pertenecen a esa iglesia. En dicha colonia se congregan aproximadamente 60 familias que reúnen entre 500 y 600 personas. El número de feligreses congregados crece diariamente porque los miembros más jóvenes contraen nupcias y sus parejas deben asumir dicha religión, pero también porque hay un constante trabajo de evangelización de todos los miembros de la iglesia. Esta institución tiene su sede principal en Guadalajara, Jalisco, México pero se ha ido expandiendo hacia el sur del país aprovechando la diversificación religiosa que impera en esos lugares. El control que esta institución tiene es generalizado entre las familias. La administración de la iglesia tiene un censo que registra los datos personales de todos los miembros de las familias, el empleo que tienen y la cantidad exacta de ingresos que percibe cada familia. Las familias de esta congregación religiosa deben aportar obligatoriamente y sin esxcusas mensualmente un 10% de sus ingresos salariales. Las familias de la iglesia ven esto como una norma escrita en el libro sagrado que rige su culto, al que ellos llaman biblia. El control de las mujeres que pertenecen a esta religión es estricto pues deben vestir con faldas largas, zapatos bajos, un velo que cubre su cara,
así como acudir a orar y limpiar el templo principal en horarios estrictos varias veces al día.
Visita a cruce fronterizo El Talismán, Municipio de Huixtla Chico, Chiapas-El Carmen, Malacatán, Guatemala
En este cruce fronterizo hay un puesto de migración con un control estricto de vigilancia. No dejan tomar fotos, ni acercarse a la línea fronteriza a menos que las personas tengan intención de pasar para el otro lado. Nosotros no cruzamos porque nos dijeron que no era seguro dejar los vehículos solos. Así que descendimos de los medios de transporte y nos quedamos observando lo que sucedía. Había una aduana a la que se pasaba para declarar importaciones y exportaciones. Era un flujo de tipo comercial y mucho menor al que habíamos visto en Ciudad Hidalgo-Tecún Uman. En este cruce fronterizo había una gran casona majestuosa cerca de la aduana que servía de oficinas administrativas para recaudar impuestos. No vimos que entrara mucha gente hacia México, pero sí era evidente que había una salida constante de vehículos de segundo uso hacia Guatemala. Muchos de estos vehículos de segundo uso jalaban a otros vehículos descompuestos con mecates y cadenas, esos vehículos a su vez iban llenos con estufas, lavadoras, televisiones, microondas, herramientas diversas y otros enseres domésticos que también se veían viejos y de segundo uso. Eran filas largas de estas caravanas, algunas personas se ayudaban entre ellas para transportar lo que parecían ser montones de chatarra. Algunas personas de allí nos decían que la mayor parte de esa chatarra iba a ir a parar a Guatemala porque allá había mucha demanda de refacciones usadas. Casi todo lo que iba entrando para ese país va a ser desarmado para usarse como repuesto de otros vehículos, los automóviles y electrodomésticos en mejor estado iban a ser reparados y a revenderse a compradores de aquel país. Nos dijeron que algunas mercancías incluso iban a llegar a otros países como Honduras y El Salvador para venderse como fierro viejo para el reciclaje.
En este cruce fronterizo hay comercio a menor escala, sólo se observaban algunas tiendas pequeñas con ropa, frutas, verduras, telas y pan. Algunas mujeres guatemaltecas cruzaban la frontera para venir a vender de esta lado en México algunas botanas como elotes hervidos, palomitas, frituras y frutas picadas y ordenes de comida para algunos burócratas del puesto fronterizo. Como la gente seguía muy atenta a nuestra presencia y no podíamos movernos sin que tuviéramos la vista sobre nosotros de varias personas, decidimos volver a nuestros vehículos y movernos hacia el siguiente punto de observación.
El siguiente lugar que visitamos fue el municipio de Unión Juárez que es frontera de la zona de amortiguamiento de la Reserva de la Biosfera del Volcán Tacaná. Este municipio de Unión Juárez se localiza a una altura cercana a los 1600 metros sobre el nivel del mar, en sus inmediaciones se siente el frío más intenso y el día que estuvimos se presentó una lluvia intensa. A este lugar también se le conoce como La Suiza Chiapaneca por la semejanza que tienen algunas viviendas con la arquitectura de estilo europeo (varias cabañas de madera de acabados refinados, con techos a dos aguas, iluminadas con faroles y grandes ventanales). Este lugar es frecuentado por turistas nacionales y extranjeros que buscan escalar el volcán Tacaná y acuden a este pueblo para pernoctar y buscar personas que trabajan como guías de turistas en estos recorridos.
Alrededor de la carretera que transitamos para llegar a este lugar, se podía observar el monocultivo de extensas plantaciones de café y la presencia de múltiples árboles llamados “shalum” que sirven para brindar sombra a esas plantaciones. En esta área el cultivo de café sigue siendo muy importante y aunque existen fincas especializadas en el cultivo orgánico de café y en brindar el servicio de ecoturismo para turistas interesados en conocer esta producción como la finca Argovia, hay también productores de menor escala que continúan cultivando el café como producto comercial del que esperan obtener ingresos anualmente. Ese es el caso de Unión Juárez que tiene producción menor de café y se ha decantado por ofrecer servicios de hospedaje, alimentación y guía de turistas los fines de semana principalmente.
Este día cerramos con la visita al ejido Santo Domingo donde se localiza una finca construida por alemanes que posteriormente fue expropiada y convertida en cooperativa ejidal turística para formar un punto importante en la denominada “Ruta del café”. La administradora actual de esta finca es admiradora fiel de los alemanes a quienes ella conoció cuando era pequeña. Los testimonios de esta mujer reflejan la importancia que tuvo la presencia de los alemanes en esta zona pues el que construyó la finca que visitamos arribó a México en el siglo XIX con el apoyo de Porfirio Díaz, se dedicó al cultivo y comercio de café aprovechando las facilidades que el Estado mexicano le otorgó y la presencia abundante de mano de obra indígena en la zona. La mujer con la que hablamos asegura que los alemanes eran personas de buen gusto, con extraordinaria capacidad para administrar y organizar el trabajo en la finca, también nos dijo que e expropietario de la finca era hermano de Eva Braun, la esposa de Hitler y eso propició que en esta zona de México llegaran alemanes nazis que visitaban la finca y estaban interesados en los negocios relacionados con el
cultivo de café. La mujer con la que hablamos nos explicó que esta finca fue expropiada luego del periodo posrevolucionario, durante el régimen de Lázaro Cárdenas en 1944 y fue declarada propiedad ejidal para los habitantes de Santo Domingo. Según los testimonios de esta mujer, la propiedad comunal que correspondió a 100 socios no fue lo mejor que le sucedió a la finca, pues al ser declarada propiedad comunitaria, fue más difícil establecer acuerdos y dirigir la producción de café. Fue hasta que se logró acordar en asamblea comunitaria que se contratarían administradores y contadores privados para ofrecer servicios de turismo en el proyecto turístico de la ruta del café que esta finca obtuvo más auge y un poco más de prosperidad. La ruta del café es un recorrido turístico que fue implementado desde los últimos siete años en Chiapas y que ha tenido gran auge derivado de la promoción nacional e internacional de este tipo de actividades.
Los testimonios de la mujer con la que hablamos, eran contradictorios y ambivalentes, pues ella concebía a los alemanes como agentes modernizadores en una zona dominada por la presencia de población indígena ignorante. Según ella, fueron los alemanes los que enseñaron el cultivo de café a los indígenas mames de esta zona, ellos impusieron horarios, fechas y procesos productivos. Además planeaban, diseñaban y realizaban la exportación de sus productos hacia Europa. La mujer decía que ella se concebía a sí misma como una mujer producto de una mezcla de sangre alemana y mame, porque decía admiraba la fortaleza de los indígenas guatemaltecos y chiapanecos poseedores de secretos ancestrales, sin embargo, en comparación con la admiración que decía sentir hacia los Alemanes, no había punto de comparación, pues aseguraba que sólo ellos podían ser inteligentes, organizados y de buen gusto.
Por la mañana visitamos a la zona cañera de Huixtla, fuimos a Villa Comatitlán al Ingenio inaugurado en 1980 por José López Portillo. De acuerdo con lo que nos contó el investigador Antonio Castellanos Navarrete, experto en esta zona, este ingenio fue privatizado a finales de 1980 para ser entregado a empresarios de origen español. El cultivo cañero ha estado presente en este municipio desde finales del siglo XIX. El cultivo de caña fue tecnificado con riego. Varios de los campesinos empleados en el ingenio trabajan en acuerdo y bajo protección de la CNC (Confederación Nacional Campesina) y de la CNPR (Confederación Nacional de Pequeños Propietarios) que han generado algunos tipos de relaciones clientelares entre los campesinos y los
partidos políticos, principalmente el PRI.
Los dueños del ingenio pagan por la producción de caña a pequeños propietarios de tierra pero usa estrategias para pagarles menos por la caña, por ejemplo, no la cortan cuando está bien verde, sino que dejan que se seque la hoja y así vale menos y les pagan menos El Ingenio controla todo el proceso de la caña de azúcar. En esta área también ha comenzado a expandirse el monocultivo de palma africana ysu cultivo está siendo más aceptado entre los pequeños productores porque ésta da mejores opciones de rendimiento, vale 10 veces más la producción de frutos de palma que la de caña. Esto ha contribuido al decaimiento del cultivo de caña de azúcar.
Para el cultivo de palma se utilizan grandes cantidades de fertilizantes y agroquímicos. También existen prácticas de fumigación aérea para secar la caña y así molerla. Se han organizado varias protestas por la fumigación aérea de las cosechas en varias comunidades. Existe la creencia de que la palma africana es menos agresiva como cultivo porque en ella se usa menos fertilizante y no hay aviones fumigando las plantaciones todavía. El uso de DDT para la fumigación es constante, hay estudios que aseguran que éste permanece en el ambiente por más de 30 años. Hay por tanto, un riesgo sanitario grave para la población por la constante contaminación de los cultivos y el agua. Todos los desechos de esta parte del Estado se van hacia la reserva “La Encrucijada”.
En esta área de Huixtla hubo modernización de fincas porque la producción agrícola a gran escala se expandió hacia la costa de Chiapas, se sembraba café, cacao y se instalaron zonas ganaderas. A partir de 1950 se instalaron plantaciones de plátano, caña cacao y mango más extensas.
En la zona de Huixtla y Motozintla, se dice que tuvo origen el “comunismo en Chiapas” porque la presencia del ingenio azucarero como industria permitió la formación de proletariado. Los trabajadores de este ingenio no eran campesinos sino población asalariada con prestaciones. En esta área, las empresas se encargan de todo el proceso de producción de la zona cañera y los campesinos arriendan la tierra. La empresa contrata mucha mano de obra de trabajadores guatemaltecos. El salario que pagan oscila entre los 100 y 150 pesos por día de trabajo (para los trabajadores mexicanos la jornada laboral es de 6 horas y para los trabajadores guatemaltecos de 10 horas). Las relaciones salariales han generado el establecimiento constante de “puteros” en el área.
Luego de visitar el ingenio y recibir la plática de parte del doctor Antonio Castellanos que
es experto en esta área, nos dirigimos a la cabecera municipal de Huixtla. Este lugar fue próspero hace algunos años, pero decayó y su población fue sumergida en la pobreza principalmente por la caída y crisis del comercio de café. El café fue un cultivo importante porque fue sembrado en las áreas del municipio que tenían alturas que oscilaban entre los 900 y 1600 metros sobre el nivel del mar. Ahora muchas personas de este municipio viven de negocios ilegales. Algunos manejan puteros (trata de blancas centroamericanas), otros se dedican a rentar sus casas como bodegas para que pernocten migrantes, otros que conocen mejor los caminos y los puestos de vigilancia trabajan como polleros de migrantes centroamericanos guiándolos, transportándolos o escondiéndolos de las redadas policiacas, otros traficantes de mercancías ilegales (drogas). Algunos dentro del marco de la legalidad se dedican a vender ropa y zapatos usados, comida, agua y medicamentos para la gente migrante. La zona parece poco productiva, aunque sí hay extensos monocultivos de caña y potreros dedicados a la ganadería. Hay en esta parte también mucha presencia de pandillas de maras, existen rivalidades entre ellas y por tanto, mucha violencia constante. Varias personas se han opuesto a que se establezcan refugios para migrantes en el centro de la cabecera municipal, argumentan que la mayoría de los migrantes son delincuentes y que por su comportamiento y escasez de recursos provocan violencia, robos e inseguridad. En la cabecera municipal hay algunos edificios viejos que parecen señalar que en años pasados eran esplendorosos y en algún tiempo se movió mucho dinero en el área, ahora lucen descuidados, polvorientos y a punto de convertirse en ruinas. Las calles de la cabecera municipal también lucen descuidadas, lo único que parece tener alegría son algunos bares de mala muerte en los que suenan narcocorridos a todo volumen. En varias esquinas del centro de la cabecera de Huixtla se observan lonas grandes que anuncian salidas diarias directo a Tijuana. No permanecimos mucho tiempo en este lugar, pero sí observábamos mucha pobreza entre la población y poco flujo comercial por el aspecto precario y descuidado de los pocos negocios comerciales que observamos.
Nos dirigimos después hacia el municipio “El porvenir” rumbo a Motozintla. El Porvenir es un municipio intermedio entre Huixtla y Motozintla. Es un lugar de grandes alturas, se siente el cambio de vegetación y clima. Uno pasa del calor al frío al ascender en la sierra. En el municipio de El Porvenir se observaba lo que parecía ser todavía remanentes de bosque nublado. Motozintla en cambio era un lugar bajo y caluroso, se encontraba en lo que parecía ser un hoyo profundo. Motozintla era uno de los municipios más prósperos de la zona fronteriza pero desde que fue
afectado por el huracán Stán se vio severamente afectado y hubo migración de población hacia otras partes del estado chiapaneco y decaimiento del flujo comercial. En Motozintla sólo pasamos a comer en un restaurante de comida china. Y nos encaminamos nuevamente hacia el municipio de Frontera Comalapa. Al dirigirnos hacia ese otro municipio fronterizo observamos varios cruces informales (apenas eran veredas que ascendían en cerros y pendientes) ninguno tenía vigilancia pero en todos ellos descendían camionetas tipo estaquitas de redilas cargados con jóvenes trabajadores guatemaltecos y múltiples ánforas de gasolina que traían de Guatemala, debido a los constantes incrementos en el precio de este producto, las personas optan por traer gasolina de ese otro país para comercializar y usar en México. En todos estos pasos informales fueron señalados por los investigadores especialistas de la zona pues ellos tienen la información por la interacción constante con la gente durante sus investigaciones. En este paso fue también visible, la presencia de personas atalayas repartiendo folletos con difusión de su pensamiento y sus actividades.
A lo largo del recorrido en la demarcación fronteriza de Chiapas-Guatemala vimos que había múltiples bardas y anuncios de la organización “Luz de los pobres”. Al principio, no sabíamos si se trataba de una organización religiosa, un partido político o un grupo de autoayuda. Con ninguna de las personas que hablamos nos sabían decir de qué se trataba, fue hasta la mañana de este día que observamos a una camioneta con una calcomanía y el logotipo pegado en una de las puertas que obtuvimos información de parte de los dueños. Ellos nos dijeron que se trataba de una organización política que estaba en proceso de convertirse en un partido político independiente. Fue fundado por Jesús “Chuz” Orantes del municipio de Pujiltic porque desea agrupar personas en él para lanzarse como candidato para gobernador de Chiapas. Es una especie de terrateniente contemporáneo que está tratando de formar zonas de influencia en la región de frontera y costera de Chiapas. Por la enorme cantidad de murales, espectaculares y anuncios que tiene colocados, es visible su gran poder económico. Nos llamó la atención la fuerza que están teniendo los dirigentes de esta organización.
Al medio día nos dirigimos al municipio de Chicomuselo para realizar una entrevista con Roberto Díaz Velázquez y su esposa Francisca González Gutiérrez “Paki” dirigentes y responsables de la casa pastoral católica en defensa de la tierra y el territorio en la zona fronteriza.
Ellos nos hablaron de las acciones que están tratando de desarrollar para proteger el territorio de municipios aledaños a Chicomuselo (entre los que se encuentran varios municipios de la frontera Chiapas-Guatemala) frente a la llegada de diversos proyectos extractivos en el área. Aquí se encuentran fuertes intereses económicos alrededor de actividades ligadas a hidroeléctricas, minería y la extensión de plantaciones de palma africana. Tanto Roberto como Paki trabajan en comunicación con la parroquia católica de Chicomuselo para lograr obtener el respaldo de los feligreses y de la población en general. Intentan formar comités comunitarios en las distintas localidades donde esta parroquia tiene presencia para impulsar la defensa de la tierra y el territorio. Trabajan tres ejes: oposición a empresas mineras, apoyo a migrantes en tránsito y apoyo a mujeres violentadas. El párroco de esta iglesia les propuso capacitarse y formarse como abogados para lograr la defensa apropiada de las causas que los impulsan.
El financiamiento para que opere la lucha por la defensa del territorio lo obtienen por medio del apoyo de los feligreses católicos y algunas donaciones de personas bien intencionadas y estos apoyan porque no quieren ver la destrucción que causan este tipo de proyectos en sus tierras. Esta población se encuentra en constante estado de alerta, pues saben que los ingenieros de las empresas pueden utilizar cualquier tipo de estrategia para entrar y hacer estudios exploratorios. Las personas desconfían de toda persona que llega a la zona y está interesada en explorar el territorio porque saben que cualquiera podría proporcionar la información a los empresarios interesados en intervenir estas zonas. La iglesia se vuelve en agente que actúa como filtro, se entrevista a las personas que intentan ingresar a la zona y no son originarios de este lugar. EL estado de alerta es constante porque aseguran que actualmente aproximadamente el 70% del territorio correspondiente a este territorio está concesionado a proyectos extractivos en el área.
Al salir de la entrevista con Paki y su esposo, nos dirigimos a visitar el Cuartel Militar “Piedra Blanca” ubicado en Frontera Comalapa, que tiene vigilancia del Estado Méxicano y del que la población local desconfía porque lo consideran una forma de intervención gubernamental a favor de intereses empresariales y no de las poblaciones locales.
La Mesilla-Ciudad Cuauhtémoc
Cruce informal El Sabinalito II (lado de México)- Dos Ceibas (Guatemala)
Lugar de contrabando Informal, se cobra por la tonelada de carga, depende de la capacidad del transporte. Hay bodegas de los dos lados de la frontera, en ellos vimos que guardan sobre todo maíz y frijol. El maíz va de Chiapas a Guatemala y de allá para acá entra mucha carne de ganado vacuno para abastecer la demanda del estado de Chiapas y otros estados mexicanos. Todos estos cruces son informales y son controlados por las personas locales, parecen ser comités comunitarios quienes ponen vigilancia en los dos lados, los camioneros que entran y salen deben pagar cuotas para los habitantes de México y de Guatemala. Esta zona parece muy insegura, al salir de uno de estos cruces nos siguió amenazadoramente un vehículo sin placas y totalmente polarizado. Nos sentimos realmente intimidados y fue hasta la tarde que nos enteramos que es un paso de tráfico de drogas y armas controlado por un grupo criminal de renombre y conocido por su sanguinariedad.
Lugar donde nos siguieron muy cerca de Chamic. Este día llegamos a Lagos de Colón y dormimos ahí.
Lagos de Colón en el área de frontera frente a Los Cuchumatanes del lado de Guatemala. Frontera poco concurrida. Lugar de paso de trabajadores de jornal originarios de Guatemala. Chamic área de riego frente a los Cuchumatanes.
Gracias a Dios (Nentón, Guatemala)- Carmen Xhan (La Trinitaria, México)
Aldea Quetzal (Guatemala)-Tziscao (La Trinitaria, México)
Observamos la turistificación masiva de esta área de la frontera. Hay inversión económica muy fuerte para gentrificar esta zona, llegan grandes cantidades de turistas diariamente para “conocer” la frontera y tomarse la foto en la franja que divide Chaiapas-Guatemala. Este punto y cruce fronterizo es el más famoso nacional e internacionalmente por los múltiples tours que se
realizan a esta zona. Hay además una fuerte intervención en los recursos madereros del territorio y en la disposición hídrica pues las persona locales utilizan los arboles madereros para construir las cabañas de lujo y simples que sirven para dar alojo a los visitantes. También se extraen y depositan diariamente cantidades exorbitantes de agua utilizada para las actividades diarias de los habitantes locales y de los turistas.
Luego nos dirigimos a Boca de Chajul, pasamos una zona de transición de la vegetación de montaña a Selva. Pasamos por Nuevo San Juan Chamula, Nuevo Huistán, y nos detuvimos en Boca de Chajul. (muchos letreros en defensa del territorio po EZLN y Pastoral de la tierra)
En Boca de Chajul nos entrevistamos con Rafa, cazador que guía biólogos interesados en realizar estudios en la reserva de Montes Azules.
Río Lacantún, Las Guacamayas. “Reserva Montes azules”, hotel turístico, vimos monos araña, reserva montes azules rodeada por potreros para la ganadería y plantaciones de palma africana. Luego nos dirigimos a Nuevo Orizaba, en la carretera se observaban extensas plantaciones de hule, de palma africana y potreros. Paso informal de camiones cargados con mercancía a la altura del ejido Nuevo Veracruz.
Paso constante entre Ingenieros (Guatemala)- Nuevo Orizaba (México) hay aduana pero no revisan, pasa gente de Guatemala que va a trabajar en el jornal del lado mexicano. Para Guatemala pasan muchos turistas. Nos dirigimos hacia “El Vertice” donde se ubica un monumento que marca los límites en medio de un río entre México y Guatemala.
Pasamos al municipio Benemérito de las Américas, vimos las instalaciones de la empresa aceitera “Aceites Sustentables”.
Por la noche llegamos a Frontera Corozal en la zona de los “Lacandones” donde el turismo masivo una vez más tiene mucha presencia.
Bethel, (Guatemala)-Frontera Corozal (México). Río Usumacinta.
Luego nos fuimos de Frontera Corozal a Chancalá (por gasolina).
Fuimos al Puerto fronterizo El Ceibo (Guatemala)-Tenosique (Tabasco, México)
Muy burocrático el paso, había menonitas de Belice cruzando hacia Guatemala. Nos dejaron pasar pero nos pidieron credencial del lado del puesto fronterizo de Tabasco. Al parecer, el paso en este puente era tardado.