Teresa Franziska Böttcher1
Palabras clave: pobreza; educación; acción afirmativa.
La Región Altos Tsotsil Tseltal en Chiapas concentra una parte importante de la población indígena del país, y San Cristóbal de Las Casas, como ciudad más grande de la región, atrae a muchos migrantes de las comunidades indígenas alrededor. Muchos de estos migrantes se enfrentan a una condición de marginación en el ambiente urbano, trabajan en el ámbito informal, carecen de protección social y son expuestos a diversos tipos de discriminación. En estas circunstancias, a veces, los ingresos de los adultos no alcanzan para sustentar el hogar, lo que
lleva a la participación laboral de las generaciones jóvenes, llevando al abandono escolar precoz, a fin de integrarse plenamente al ámbito laboral. Por estas razones, el rezago educativo es especialmente elevado en este grupo de población.
En el Municipio de San Cristóbal de Las Casas, cerca del 40 por ciento de la población de 15 años y más tenía la educación básica incompleta y cerca del 7 por ciento de la población entre 6 y 14 años no asistía a la escuela en el año 2015 (SEDESOL, 2017). La deserción escolar es un fenómeno que afecta sobre todo a la población de origen indígena de la región y a los afectados les dificulta el acceso al trabajo formalizado (Pérez López, 2012). En general, la marginación, tanto en el ámbito educativo como en otros ámbitos, es un fenómeno que afecta sobre todo a la población de origen indígena (Stavenhagen, 2002).
Estas desigualdades presentan un obstáculo a un desarrollo local integral de la región, al excluir a ciertos sectores de la población. En el marco de esta desigualdad, han surgido medidas de acción afirmativa dirigidas a las poblaciones en desventaja. Gran parte de estas acciones afirmativas se concentra en el ámbito educativo, debido a su supuesto potencial de interferir en la transmisión intergeneracional de la pobreza (González de la Rocha, 2008), y de esta manera fomentar la movilidad social.
La teoría de la posibilidad de movilidad social a partir del fomento de la educación se ve desafiada por las teorías acerca de la reproducción de la pobreza, debido a la pertenencia a ciertos estratos sociales, independientemente del nivel educativo (Bonfiglio et al., 2008; Bourdieu y Passeron, 1979). En este contexto, los análisis de las influencias de las acciones afirmativas dirigidas a incidir en el nivel educativo de las poblaciones de estratos bajos ganan en importancia.
La presente investigación se enfoca en indagar en el papel de las acciones afirmativas en el ámbito de la educación, proporcionadas por el Centro de Apoyo Escolar La Chozita en la incidencia de la reproducción y transmisión de la pobreza de sus participantes. El estudio tiene como objetivo analizar los diferentes factores que influyeron en las trayectorias de vida de los actores, determinando su condición actual de la reproducción o cambio de sus condiciones de pobreza.
Partiendo de este análisis, se relaciona las situaciones concretas de estos jóvenes con la teoría acerca de la acción afirmativa, analizando hasta qué grado ésta se considera útil en sus contextos específicos y de qué manera su asistencia a La Chozita y el hecho de recibir apoyos
para su educación influyeron en sus trayectorias de vida y la reproducción o el cambio de su condición de pobreza. Más que un análisis objetivo que se enfoque en ciertos indicadores, se tratará de aportar un análisis que toma en cuenta la perspectiva de los actores, es decir cómo ellos perciben su situación y reprodujeron o cambiaron su condición de pobreza.
La justificación del presente trabajo de investigación se deriva de las diferencias persistentes en el nivel de vida y el nivel educativo de la población indígena frente a otros grupos, en el contexto mexicano, y específicamente en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
En el contexto académico actual se han realizado varias investigaciones respecto de la reproducción de la pobreza, sin embargo, gran parte de ellas son de naturaleza cuantitativa. Si bien estos análisis aportan información valiosa acerca de los factores que determinan la reproducción de la pobreza, carecen de la perspectiva de los actores, los componentes culturales y un entendimiento más profundo de su situación de vida, perspectivas que sólo un análisis cualitativo puede aportar (Ragin, 2007; Arzate, 2011). En este marco se ubica la presente investigación, la cual aborda la cuestión de los elementos que inciden en la reproducción de la pobreza de manera cualitativa.
En las circunstancias de marginación y discriminación anteriormente descritas, que gran parte de la población migrante de origen indígena vive en el ámbito urbano en San Cristóbal de Las Casas, muchas veces, los ingresos de los adultos no alcanzan para sustentar el hogar, lo que lleva a la participación laboral de las generaciones jóvenes, causando el abandono escolar precoz, a fin de integrarse plenamente al ámbito laboral. Lo que es una estrategia de supervivencia en el corto plazo (Martínez Gallardo, 2016), a largo plazo puede llevar a un círculo vicioso de transmisión intergeneracional de pobreza.
De acuerdo a Mercedes González de la Rocha (2008), la transmisión intergeneracional de la pobreza se caracteriza por la deserción escolar temprana y el trabajo precoz en actividades de subsistencia o en trabajos de salarios bajos. Estas condiciones de vida comúnmente se pasan de generación a generación, ya que los padres por los bajos salarios dependen de la aportación de sus hijos al ingreso del hogar, lo que les dificulta la asistencia a la escuela a estos últimos. Por lo
tanto, esta condición se reproduce en la generación de los hijos, por lo que se requiere de una acción exógena para interrumpir este círculo vicioso.
En la teoría económica, el trabajo infantil comúnmente es visto como la causa de la deserción escolar, ya que el trabajo dificulta y a veces impide la asistencia escolar de los niños y jóvenes. Cabe destacar, sin embargo, que en la situación actual de muchos países latinoamericanos, como también es el caso en México, específicamente en la Región de Los Altos de Chiapas, el trabajo o la participación infantil representa una estrategia de supervivencia de muchas familias, sobre todo en tiempos de crisis (Martínez Gallardo, 2016). Este comportamiento corresponde a la hipótesis de lujo de Basu y Van (1998), la cual dice que los padres en general son altruistas e involucran a sus hijos en el mercado laboral, sólo cuando no hay posibilidades de que el dinero ganado por los adultos de la familia alcance para sustentar el hogar.
Por lo tanto, al discutir posibles políticas relacionadas con la temática del trabajo infantil, es muy importante tomar en cuenta que muchas familias en Los Altos de Chiapas dependen de la aportación económica de sus hijos para su supervivencia. Por lo tanto, es importante buscar soluciones realistas que tomen en cuenta esta realidad sin criminalizar aquellos niños que se encuentran en la necesidad de trabajar para ayudar al sustento de su hogar o para financiar sus estudios. La mera prohibición del trabajo infantil a nivel legal puede llevar incluso a condiciones peores para los niños y jóvenes afectados, ya que los criminaliza y los desplaza definitivamente al ámbito informal (Padrón y González, 2012).
En este sentido cabe destacar la importancia de distinguir entre trabajo infantil, explotación de niños y jóvenes y participación política de la infancia trabajadora (Algarín, 2016). Mientras que la explotación de niños y jóvenes presenta una violación de sus derechos humanos y debe ser impedida, la participación laboral en un ambiente respetuoso de sus derechos, es su derecho y en algunos casos puede ser la única forma de la que niños y jóvenes provenientes de un contexto de escasos recursos económicos puedan financiar su educación (entrevista con Magaly Domíngez de la organización Melel Xojobal en San Cristóbal de Las Casas, 2016).
Otro aspecto a tomar en consideración cuando se trata el tema del trabajo infantil es que, en muchas culturas no occidentales, como también es el caso para la mayoría de las culturas indígenas de origen maya en Chiapas, la participación infantil y juvenil tiene un origen cultural y
no siempre se debe únicamente a la falta de recursos. Además, muchos de los niños y jóvenes trabajadores se muestran orgullosos de aportar al sustento de su familia (Pérez López, 2012). Por lo tanto, estos aspectos culturales deben de respetarse y tomarse en cuenta a la hora de buscar soluciones para combatir la transmisión intergeneracional de pobreza.
La acción afirmativa o las políticas afirmativas se dirigen a compensar desigualdades de oportunidades existentes en la población. En este sentido, Juan Ansión habla de una “discriminación positiva” (2007: 56), haciendo referencia a que son políticas selectivas que sólo se dirigen a ciertos grupos, que están en alguna condición de desventaja frente a la mayoría hegemónica. El autor define la acción afirmativa como “políticas compensatorias que favorezcan a quienes están en posición desventajosa en la sociedad actual, en razón de su pertenencia étnica, cultural, de género o de cualquier otra naturaleza” (Ansión, 2007: 56). En el caso de la presente investigación, estas acciones afirmativas fueron implementadas por el Centro de Apoyo Escolar La Chozita, y se dirigían a niños y jóvenes de origen indígena de escasos recursos.
Perspectiva funcionalista
Desde un enfoque liberal-funcionalista, las acciones afirmativas son consideradas una posibilidad de equilibrar las desigualdades existentes. Este enfoque se concentra en la utilidad de estas políticas para ciertos individuos afectados. Para ellos, la acción afirmativa proporciona la posibilidad de mejorar su situación, en este caso de pobreza. Los funcionalistas defienden la acción afirmativa, enfatizando su potencial de equilibrar las desigualdades, apoyando a las poblaciones más vulnerables.
Por lo tanto, desde la posición funcionalista, la acción afirmativa educativa incide en la educación de la población de bajos recursos, a fin de que obtengan un mayor nivel de educación formal, suponiendo que de esta manera los jóvenes tendrán mejores posibilidades de obtener un trabajo bien pagado en el futuro, lo que a su vez les permite mantener a su familia, sin la necesidad de que sus hijos trabajen. De esta manera, el círculo de la transmisión intergeneracional de la pobreza se interrumpiría, y las perspectivas futuras de las siguientes generaciones serían mejores (Sandoval, 2007).
Ejemplos de análisis funcionalistas de acción afirmativa son los análisis cuantitativos que se realizan de los programas gubernamentales, en el caso de México por ejemplo del programa Prospera y sus antecesores Oportunidades y Progresa (Skoufias y Parker, 2001; González de La Rocha, 2008). Estos análisis se enfocan a medir el impacto de dichos programas a partir de ciertos indicadores, en los cuales los programas tratan de incidir. La idea de estos programas es funcionalista, ya que parten de la idea de incidir en la realidad de algunos individuos a partir de ciertas acciones puntuales, sin tomar en cuenta el contexto histórico y estructural.
Gozález de La Rocha (2008) encontró acerca del programa Oportunidades, que éste sí aumentó la movilidad escolar entre los beneficiados, quienes provenían de condiciones de vulnerabilidad, lo que presenta una posible justificación de esta acción afirmativa. Sin embargo, falta averiguar, hasta qué grado este aumento en la movilidad escolar también se refleje en la calidad de vida, ya que la escolarización en general está aumentando a través de las generaciones, sin que esto siempre garantice una mejora de la calidad de vida (Vial, 1998; Bourdieu y Passeron, 1979). La misma autora también encuentra una movilidad ocupacional entre la población indígena, la cual en su análisis es más alta entre la población indígena expuesta al programa Oportunidades que entre la no expuesta. Aunque este resultado está a favor de la acción afirmativa, el impacto fue menor de lo que se esperaba, lo que en gran parte se debía a las escasas oportunidades de empleo. Este asunto es de importancia, ya que demuestra que la utilidad de la incidencia en sólo la educación es limitada por componentes estructurales, como el mercado de trabajo, que también determina la pobreza de ciertos grupos.
Claudia Vial Peñailillo (1998) distingue la Transmisión Intergeneracional de la Pobreza (TIP) de la Reproducción Intergeneracional de la Pobreza (RIP), cuando la TIP se refiere a las condiciones individuales y dentro de la familia, por lo que la acción afirmativa sí puede incidir en la TIP. La RIP, sin embargo, se refiere a componentes estructurales, exógenos a la influencia del individuo, por lo que la acción afirmativa no puede incidir en la RIP. Vial (1998), por lo tanto, destaca la importancia de trabajar en el combate estructural de la RIP al mismo tiempo que se implementen acciones afirmativas que incidan en la TIP.
Teoría crítica
La posición crítica acerca de la acción afirmativa se basa más en la reproducción de la pobreza
que en la transmisión. Los autores pertenecientes a esta línea critican que la acción afirmativa no cambia las estructuras de dominación que producen la desigualdad, sino que refuerza estas estructuras de poder y dominación.
En este sentido, Jorge Arzate Salgado (2011) hace una crítica radical al procedimiento funcionalista de la acción afirmativa y la cosificación de la pobreza a través de los indicadores estadísticos. Él acusa el programa Oportunidades en concreto de estar más orientado en trabajar para mejorar ciertos indicadores que en cambiar la situación de reproducción de la pobreza. Incluso considera el propio programa reproductor de las desigualdades existentes, debido a que no incide en la estructura de poder y dominación causada por condiciones estructurales e históricas, legitimando así estas mismas estructuras e impidiendo un verdadero cambio.
Otro punto de crítica de parte de Arzate consiste en la verticalidad del programa que no toma en cuenta aspectos culturales de la población receptora, como lo son las estructuras comunitarias de organización de muchas comunidades indígenas. Esta crítica de Arzate que se refiere al programa Oportunidades se puede transferir a gran parte de las acciones afirmativas, sobre todos las implementadas a gran escala por los gobiernos de los diferentes países latinoamericanos.
Bonfiglio et al. (2008) encontraron en el contexto argentino que, a los jóvenes de un bajo estrato social, un alto nivel de escolaridad no les ayudaba de la misma manera, como a los jóvenes de los estratos altos, a encontrar un trabajo de alta calidad, lo que indica la existencia de una reproducción estructural de condiciones desfavorables, más allá del nivel de escolarización.
Otro aspecto de la posición crítica es el papel de la educación para la superación de las desigualdades. Desde la perspectiva económica, la educación lleva a la movilidad social, y de esta manera combate la pobreza y favorece el desarrollo. Sin embargo, desde la teoría crítica, la enseñanza escolar es considerada reproductora de las estructuras hegemónicas de dominación y del racismo (Bourdieu y Passeron, 1979; Giroux, 1985; Velasco, 2015). Es decir, que todo el sistema de enseñanza escolar se basa en la cultura, los valores y las creencias hegemónicas y de esta forma siempre favorece a la clase alta que de por si tiene esta cultura, estos valores y estas creencias. Las minorías, sin embargo, siempre se encontrarán desfavorecidas y discriminadas dentro de este sistema de enseñanza (Bourdieu y Passeron, 1979). Además, de acuerdo a Bourdieu y Passeron (1979) y Giroux (1985), el mismo sistema de enseñanza formal le sirve a la
clase alta para mantener y reproducir su poder, basado en la importancia de la educación hegemónica.
Esta posición crítica de Bourdieu y Passeron y Giroux cuestiona todo el sistema escolar hegemónico y niega el fomento y la reproducción de este sistema como estrategia para superar la desigualdad. De acuerdo a estos autores críticos, más bien es necesario cambiar las estructuras de dominación, las cuales tienen su origen en los tiempos de la colonización y en el orden mundial neoliberal actual. Delval (1983:8) incluso está convencido que la transmisión del “currículum oculto”, es decir la reproducción de las estructuras sociales y el fomento de la obediencia a la autoridad, es el objetivo principal de la escuela, mientras que la enseñanza de conocimientos representa un objetivo secundario.
Medina y Da Costa (2016) atribuyen las estructuras desiguales de dominación a los tiempos de colonización, por lo que de acuerdo a ellos se basa en la raza. Por lo tanto, los autores proponen una “interculturalidad crítica” (Medina y Da Costa, 2016:306), desde la cual se deben de-construir las estructuras de dominación, a fin de que todos los actores tengan oportunidades igualitarias de vivir su vida, según sus propios criterios. Es decir, que desde esa perspectiva, las oportunidades igualitarias no consisten en la asimilación de todas las culturas a la occidental, como lo promueve la acción afirmativa en forma de la discriminación positiva, sino en una convivencia en la que todas las culturas valgan lo mismo.
El Centro de Apoyo Escolar La Chozita
Las acciones afirmativas educativas concretas, a las que tuvieron acceso los actores en la presente investigación fueron implementadas por el Centro de Apoyo Escolar La Chozita, el cual existió entre los años 1999 y 2013 en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Su objetivo consistía en romper el círculo de la transmisión intergeneracional de la pobreza existente en muchas de las familias indígenas migrantes de escasos recursos en la ciudad, a través del apoyo académico a niños y jóvenes indígenas para que ellos siguieran estudiando en vez de estar trabajando en las calles de la ciudad.
La Chozita les proporcionaba a los niños y jóvenes participantes un espacio para realizar sus tareas, apoyo académico, una beca compensatoria, un refrigerio diario y se impartían clases y actividades creativas. Además, el proyecto buscaba ayudarles a desarrollar su potencial, fomentar
la confianza en ellos mismos, acrecentar sus aspiraciones y ampliar sus perspectivas, proporcionando asesoría, acompañamiento, provisión, protección, cuidados, atención y guianza.
Frente a la disputa entre la posición funcionalista y la posición crítica acerca de la acción afirmativa, descrita en el apartado anterior, es central tomar en cuenta a los actores en el análisis y la evaluación de dichas acciones. Ellos son quienes pueden proporcionar una visión más allá de los indicadores estadísticos, tanto acerca de los elementos que influyen en su propia vida, como sobre el papel que tiene la acción afirmativa en ésta. Por lo tanto, conviene utilizar la metodología cualitativa, a fin de estudiar a profundidad la voz de los actores que forman parte de la investigación, para entender bien el contexto en el que crecieron y tomaron sus decisiones. Se realizaron entrevistas a profundidad con los actores, a fin de conocer su trayectoria de vida y analizar los factores que influyeron en la reproducción o el cambio de su condición de pobreza y el papel que la acción afirmativa tuvo en las trayectorias de vida.
Si bien el método cualitativo no permite la realización de generalizaciones acerca de las acciones afirmativas educativas en general, sí permite un análisis profundo de las vidas de los actores. A partir de las experiencias concretas, se regresará a la teoría acerca de la acción afirmativa en el ámbito educativo, presentada en el capítulo anterior, para dar a conocer, cuáles de los aspectos teóricos presentados en el marco teórico aplican para quienes de los actores. De esta manera, se realiza un aporte a la teoría acerca de la acción afirmativa en el ámbito educativo en contextos parecidos al que se observa en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
En la Tabla 1, se presentan las categorías de análisis y sus respectivas dimensiones a conocer en la presente investigación. Por categorías, se entienden clasificaciones de los actores según ciertas características. En este sentido, estas categorías son definidas por los conceptos que guían la investigación, y los actores que entran en una categoría, son relativamente homogéneos respecto de los conceptos que ejemplifican (Ragin, 2007). De acuerdo a Díaz (2011:229), las categorías son importantes para “poner en relación el material empírico con las ideas teóricas”. Por lo tanto, las categorías deben construirse en base a los conceptos teóricos, de tal manera que expliquen los datos encontrados en campo (Díaz, 2011).
Para empezar, la descripción general del grupo al que pertenecen todos los actores es
jóvenes indígenas que tuvieron acceso a las acciones afirmativas educativas implementadas por La Chozita. En este sentido, todos los actores tienen ciertas cosas en común: provienen de un contexto relativamente homogéneo, es decir de condiciones de bajos recursos económicos, de un contexto cultural indígena y todos presentaron (supuestamente) una elevada motivación de seguir estudiando. Estas características en común eran requisitos para que los niños y jóvenes fueran aceptados como participantes de La Chozita. Se entiende que puede haber excepciones a estas características, sin embargo, deberían haber aplicado para la mayoría de los jóvenes en ese entonces.
Tabla 1: Categorías y dimensiones de la investigación
Categorías | Dimensiones |
Desigualdad | Pobreza, educación |
Pobreza (cambio vs reproducción) | Percepción propia (en comparación con la situación de sus papás), percepción de la investigadora en base a la información proporcionada |
Material: Condición de vida | |
Simbólica: Prestigio del trabajo | Ingreso, percepción si este ingreso alcanza, casa, PROSPERA, cambios de trabajo y razones |
Educación | Calificación necesaria, ingreso, poder, beneficios asociados, gusto por el trabajo |
Trayectoria educativa | Grado escolar alcanzado |
Formación, posibles contratiempos, carrera, razones, interés, motivación, elementos externos a la educación que influyeron | |
Agencia | |
Situación familiar | |
Familia de procedencia | Con quienes crecieron, hermanos, lugar de |
procedencia, vida diaria en la infancia | |
Familia propia (donde aplique) | Hijos, edad a la que se tuvieron, pareja, |
vivienda (propia vs con los padres), influencia |
Trabajo en la infancia y juventud Capacidad de autodeterminación de su curso de vida (aspiraciones) | en la trayectoria de vida Sí/No, actividades, condiciones, razones, usos del ingreso, influencia en la trayectoria de vida/educativa/asistencia a La Chozita/condición de pobreza Comparación entre aspiraciones pasadas y situación actual, elementos que influyeron en su toma de decisiones, sueños y aspiraciones actuales, valores |
Acción afirmativa La Chozita Papel en la trayectoria de vida | Qué les gustó, qué más requerían, por qué participaron Percepción propia, percepción de la investigadora, percepción de colaboradores de La Chozita acerca de la influencia que tuvo La Chozita en cada trayectoria, percepción de los participantes acerca de lo que sería diferente en su vida si no hubieran asistido a La Chozita |
Fuente: elaboración propia
En las Tablas 2 y 3 están representados los diez actores entrevistados. Ellos son Elena, Antonio, Julián, Francisco, Matías, Daniela, María, Andrea, Laura y Alberto1. Elena fue participante de la segunda, Antonio de la tercera, Julián y Francisco de la cuarta generación2 de La Chozita, mientras que los otros seis actores formaron parte de la última generación. En la Tabla 2, se ve la generación a la que pertenecieron los participantes, en qué grados asistieron a La Chozita, cuántos años estuvieron en La Chozita, a cuál edad entraron a La Chozita, y su edad actual.
Tabla 2: Participación de los actores en La Chozita
Nombre | Generación | Asistencia | Años | Edad ingreso Chozita | Edad actual |
Elena | 2 [2000-2009] | 4° Prim – 2° Prepa | 8 | 10 | 27 |
Antonio | 3 [2002-2011] | 4° Prim – 3° Prepa | 9 | 9 | 24 |
Julián | 4 [2006-2010] | 6°Prim – 3° Sec | 4 | 12 | 23 |
Francisco | 4 [2006-2011] | 5°Prim – 2° Prepa | 6 | 10 | 23 |
Matías | 6 [2010-2013] | 1° Sec – 3° Sec | 2 | 12 | 19 |
Daniela | 6 [2010-2013] | 6° Prim – 2° Sec | 2.5 | 11 | 18 |
María | 6 [2011-2013] | 6° Prim – 1°Sec | 1.5 | 11 | 17 |
Andrea | 6 [2011-2013] | 6° Prim – 1° Sec | 1.5 | 12 | 18 |
Laura | 6 [2011-2013] | 4° Prim – 5° Prim | 1.5 | 9 | 15 |
Alberto | 6 [2010-2013] | 6° Prim – 2° Sec | 2.5 | 11 | 18 |
Fuente: elaboración propia
Cabe destacar que el tiempo de asistencia a La Chozita, representado en la columna años de la tabla anterior, varía mucho entre los diferentes participantes, sobre todo entre los de la última, es decir sexta, generación y los demás. Esto se debe principalmente a que La Chozita fue cerrada a principios del año 2013, por lo que los participantes de la última generación ya no podían seguir atendiendo. Otra cuestión a considerar consiste en que Elena, Antonio, Francisco y Julián ya son mayores que los actores de la última generación, por lo que ya se encuentran en otro momento de su vida. En este sentido, Elena, Julián y Francisco están casados, y los últimos dos además ya tienen hijos.
Tabla 3: Escolaridad, ocupación y escolaridad de los padres de los actores
Nombre | Edad actual | Escolaridad | Ocupación actual | Escolaridad Padre | Escolaridad Madre |
Elena | 27 | Preparatoria | Trabaja con su madre en su negocio de estambres; aplica exámenes del ICHEJA3, toma cursos de corte y confección | 2° Prim | Primaria completa |
Antonio | 24 | Preparatoria | Trabaja en el negocio de carpintería de su | 2° Prim | Primaria completa |
padre | |||||
Julián | 23 | Preparatoria | Despachador en una panadería | Ninguna (lee y escribe) | Ninguna (lee y escribe) |
Francisco | 23 | Preparatoria | Tiene un puesto en Merposur; antes tenía diferentes trabajos de chofer | Ninguna (no sabe leer/escribir) | 3 ° Primaria |
Matías | 19 | Preparatoria | Está estudiando una carrera en Derecho en Michoacán | Lic. Educación Primaria | Primaria completa + escuela sastrería |
Daniela | 18 | Preparatoria | Está estudiando la escuela normal; trabaja fines de semana en el hotel donde hizo sus prácticas de la preparatoria | 5° Prim | Ninguna; aprendió tareas de la casa en un albergue |
María | 17 | Secundaria | Está trabajando o buscando trabajo (ha trabajado de vendedora en una tienda de ropa) | 5° Prim4 | ninguna |
Andrea | 18 | 2° semestre de Preparatoria | Está trabajando en el puesto de su madre; se quiere volver a inscribir a la preparatoria | - | Primaria completa |
Laura | 15 | Secundaria | Está trabajando en el puesto de su madre/su casa; se quiere inscribir a la prepa | - | Primaria completa |
Alberto | 18 | Preparatoria | Quiere estudiar la normal, está buscando trabajo mientras | Lic. en matemáticas, Mtro. en pedagogía (UPN), es maestro de primaria | Secundaria completa |
Fuente: elaboración propia
En la Tabla 3, se pueden observar el nivel de escolaridad alcanzado por los actores, su ocupación actual y la escolaridad de sus padres. Como se puede observar en la columna
Escolaridad, la mayoría de los actores tiene la preparatoria completa. Matías y Daniela destacan en el sentido de que actualmente se encuentran estudiando una carrera. Además, Alberto tiene el objetivo de estudiar una carrera en una escuela normal, sólo que aún no la inició porque no fue aceptado este año en la escuela done quiere estudiar. María es la única de los actores quien tiene la secundaria como último nivel de escolarización y no mencionó la intención concreta de seguir estudiando, ella presentó y pasó el examen para entrar a la preparatoria, pero al final decidió no inscribirse. En su caso fue una decisión consciente de salir de la escuela para dedicarse a un trabajo y aportar ingresos a su casa. Andrea, en cambio, dejó la escuela después de 2° semestre de preparatoria, en el momento que se unió. Sin embargo, ella dice que le gustaría retomar sus estudios. Laura, en el momento de la entrevista, recién había terminado la secundaria, y aún no se encontraba inscrita en la preparatoria, pero igual que su hermana Andrea mencionó el interés en inscribirse y seguir estudiando.
Las actividades laborales que realizan los actores entrevistados son mayoritariamente en trabajos poco calificados, que se pueden realizar con escolaridad de secundaria o preparatoria, o en negocios propios. Elena apoya a su madre en su negocio de estambres, y además de vez en cuando aplica exámenes de primaria para adultos en diferentes comunidades de la región, como parte del Instituto Chiapaneco de Educación para Jóvenes y Adultos. Además, ella mencionó el sueño de abrir su propio negocio de ropa en algún momento, por lo que está tomando cursos de corte y confección de ropa en su tiempo libre. Antonio trabaja como carpintero en el negocio de su padre. Julián trabaja de despachador en una panadería, donde es el empleado de confianza del jefe. Francisco anteriormente realizaba trabajos de chofer para diferentes empresas, y ahora tiene un puesto de abarrotes en Merposur, junto con su esposa. Las hermanas Andrea y Laura trabajan en el puesto de su madre, el cual ella puso cuando el hotel en donde trabajaba antes cambió de dueño. A María siempre le habían interesado el diseño y la moda, por lo que estuvo dos años trabajando en una tienda de ropa; se salió porque se enfermó y ahora está buscando un trabajo en algún restaurante o cocina. Daniela trabaja los fines de semana en el hotel donde realizaba sus prácticas durante la preparatoria, la cual ella estudió en el área de gastronomía.
La escolaridad de los padres varía bastante entre los actores entrevistados. En este sentido, resaltan los casos de Alberto y Matías, porque los padres de ambos tienen una carrera. De hecho, aparte de estas dos familias, el nivel escolar más alto de los padres que se encuentra es la primaria
completa, en el caso de la madre5 de Andrea y Laura. Los padres de los otros actores tienen la primaria incompleta o no fueron nunca a la escuela. El nivel de escolaridad de los padres es de importancia, porque hijos de padres con un mayor nivel de escolaridad suelen tener mayores probabilidades de obtener también un mayor nivel de escolaridad (Dar et al, 2002).
El nivel educativo de los padres de los participantes de las primeras generaciones tiende a ser menor que el de los padres de los participantes de la última generación, lo que indica que los participantes de la última generación generalmente se encontraron con condiciones más favorables para alcanzar un nivel alto de escolarización.
Un elemento muy importante en la determinación de las trayectorias de vida y educativas que surgió a lo largo de la investigación son los valores de los actores. En este sentido, la familia surgió como un valor muy importante en la gran mayoría de los actores, sin embargo, sobre todo en los casos de los actores cuyas familias se enfrentaban a algún tipo de carencia. En este sentido, Julián repetidamente menciona a su madre como lo más importante de su vida, y las decisiones de no seguir estudiando, o trabajar en un lugar peligroso durante toda la preparatoria se debían a que quería apoyar a su familia económicamente:
¿Por qué se desvanecieron [mis sueños]? Por mi familia. Le di la espalda a mi futuro por mi familia. […] [Estudiando] habría tenido que verme por mí mismo, dejar de estar metiendo ingresos a mi casa y ver a mí mismo, cuidarme a mí mismo, más que nada a mí mismo, y no quería ser egoísta. Quería dar lo que yo tenía a la casa, a mi mamá, a mis hermanos, a los que vivían dentro de la casa, más que nada. (Entrevista con Julián, 21.08.2017)
También en el caso de Daniela y María, quienes también son hermanas, la familia como uno de los valores más importantes es muy claro. En este sentido, ellas entregan sus sueldos a sus padres para apoyar económicamente a la casa. Además, Daniela menciona como su sueño construirles una casa a sus papás, y María menciona el hecho de apoyar a su familia económicamente como razón por la cual ya no estudió la preparatoria. El caso de Andrea y Laura
es parecido. También ellas dos aportan sus ganancias al hogar y apoyan a su mamá en su puesto y con las labores de la casa y el cuidado de su hermana menor.
En este sentido, queda claro que para la mayoría de los actores el valor que se le da al bienestar de la familia es mucho más importante que la propia trayectoria educativa y sus posibles posibilidades futuras de movilidad social relacionadas con ésta. Esto lo demuestra tanto el caso de Julián, como el de María. En la mayoría de los casos, los padres de los actores están interesados en que sus hijos obtengan una carrera profesional, pero son los hijos mismos que deciden no seguir estudiando para apoyar económicamente a sus casas.
Los dos factores que más fuertemente influyeron en las trayectorias educativas son la propia motivación de estudiar y la falta de recursos, mientras que la cuestión de los valores de los actores es algo que permea los procesos de toma de decisiones, ya sea consciente o inconsciente, en todos los ámbitos. En este sentido, la motivación de seguir estudiando propia del actor también puede ser considerada un valor. Además, también influyen condiciones personales, como en el caso de Andrea, quien al juntarse desertó de la preparatoria.
Tanto Antonio como Elena, quienes también son hermanos, durante la preparatoria tenían la idea de estudiar una carrera más adelante. Ambos mencionaron el hecho de que sus padres ya no los podían apoyar con los gastos de una carrera como razón para no estudiar, no obstante, queda claro que es una mezcla entre la falta de recursos y limitantes en su propia motivación, ya que ambos dijeron que si realmente hubieran querido estudiar una carrera, lo podían haber hecho, trabajando al mismo tiempo para pagar los gastos de esta carrera.
Matías, quien nunca mencionó una falta de recursos, está estudiando fuera, una carrera en Derecho, la cual eligió entre otras cosas, por sus buenas posibilidades de conseguir trabajo. Él dijo en la entrevista que sus padres lo están apoyando económicamente, y es de asumir que el hecho de que su padre tiene un trabajo fijo como maestro de primaria facilite esta condición, además de que sus padres probablemente tienen y transmiten el valor de la educación también.
En el caso de Daniela, ella está estudiando la escuela normal. Sin embargo, constata no estar estudiando una de las carreras que más le interesarían, criminología o gastronomía, por el hecho de que son más caras, ya sea porque se tendría que mudar a Tuxtla o estudiar en una escuela particular. En este sentido, aunque Daniela no lo denomina pobreza, la falta de recursos influyó en su trayectoria educativa, de manera que no está estudiando la carrera que más le
interesaría, sino una que se ofrece en una escuela pública en San Cristóbal. Otro factor que influyó en la decisión de Daniela son las buenas posibilidades de trabajo en el futuro, ya que saldrá de la carrera con una plaza de maestra.
El caso de Daniela y su hermana María es de especial interés, porque dado que provienen de la misma familia, se supone que sus posibilidades económicas deberían ser semejantes. A pesar de eso, su situación educativa es muy distinta: María estudió hasta terminar la secundaria, mientras que Daniela actualmente está estudiando una carrera. Parece que el factor decisivo diferente en este caso es la motivación de seguir estudiando, la cual era mucho mayor en el caso de Daniela. Esto se vuelve evidente al comparar la manera en la que ambas cuentan su experiencia en la escuela. Mientras que María se enfoca más en que le gustaba ir para ver a sus amigos y se describe como “rebelde” a sí misma, Daniela cuenta de los diferentes concursos en los que ha participado durante sus años en la escuela y la pasión con la que habla de las diferentes materias que le han gustado es muy diferente a cómo lo cuenta María.
En este sentido, es evidente que las condiciones que influyen en las trayectorias de vida y educativas son múltiples. Por un lado está la falta de recursos, ya sea explícita, es decir que los padres no tienen el dinero para financiar una carrera, o el aporte económico de los actores a la familia es tan importante para el sustento del hogar, que no les permite estudiar, o implícita, es decir que los padres ofrecen el apoyo económico o asumen el costo de oportunidades que implica el hecho de que sus hijos estudien una carrera, pero los mismos hijos, al ver la situación económica familiar deciden no estudiar para apoyar a su familia. Cabe destacar que en muchos casos no sólo los costos de la universidad tienen un peso importante, sino también lo que los actores ganan trabajando y de esta manera aportan al ingreso familiar.
Además, lo que parece tener un papel clave en las decisiones tomadas por los actores es la motivación, el gusto por y el interés en seguir estudiando. En este sentido, cabe destacar que, aunque el objetivo de La Chozita haya sido que todos los participantes terminaran la preparatoria, y varios fueran a la universidad, es importante considerar que éstos no necesariamente tienen que ser los intereses de los propios jóvenes, ya que no todos tenían una motivación tan grande por estudiar una carrera.
Acerca de la condición de pobreza, en general se puede decir que los actores que se vieron enfrentados a alguna situación de pobreza en el transcurso de su vida, son los que se enfrentaban
a alguna situación complicada, como por ejemplo el hecho de que el padre deja la familia y deja de aportar ingresos al hogar, ya sea por cuestiones como el alcoholismo, o porque dejó a la familia. Otra condición que agrava la situación es tener algún hermano o hermana con necesidades especiales, es decir con alguna discapacidad. El caso de Julián fue el más grave en cuanto a pobreza vivida en la infancia y juventud, lo que entre otras cosas se debe a que en su caso se juntaron las dos condiciones: su padre dejó a la familia y tiene una hermana que requiere de cuidados especiales, por lo que su apoyo a la economía del hogar era imprescindible durante prácticamente toda su infancia y juventud.
Acerca del cambio o la reproducción de la condición de pobreza de los actores cabe destacar que en general hubo mejoras en la situación de vida, tanto entre la generación de los actores y la de sus padres, como dentro de la misma generación de los actores. De los actores, sobre todo aquellos que en algún momento se han visto enfrentados a carencias fuertes, han mencionado mejoras en su condición de vida. Además, llama la atención que los actores que constataron los cambios positivos más fuertes en su situación de vida, son precisamente los que empezaron a trabajar a una edad temprana, y de esta manera ayudaron a aportar a los ingresos de su familia.
En este sentido, tanto Elena y Antonio, como Julián, Andrea, Laura y María mencionaron estar mucho mejor hoy en día que hace unos años. En el caso de Julián, considero que sí hay una mejora significativa en su situación de vida, de manera que su hijo probablemente tendrá una infancia más fácil de la que tuvo él. Esta mejora en gran parte se debe a los aportes de Julián a la economía familiar. Sin embargo, considero que Julián aún no supera la condición de pobreza por completo porque sigue viviendo en condiciones precarias y sus condiciones de trabajo no son muy buenas, porque no es un trabajo fijo y diario trabaja 14 horas por 200 pesos, a veces sin un día de descanso a la semana.
Los casos de Andrea, Laura y María se parecen, y, a pesar de que estén mejor que hace unos años, no han superado su condición de pobreza, porque al no haber terminado la preparatoria sus posibilidades de empleo son limitadas. María menciona el sueño de tener su propio negocio, lo que sí presentaría una posible salida de la pobreza, si lo alcanza a tener.
En el caso de Daniela, en cambio, sí hay un cambio importante, porque al haber optado por estudiar la escuela normal, ella tendrá un trabajo seguro con un buen salario, terminando la
carrera. En este sentido, Daniela ya no se verá enfrentada a una pobreza material. Sin embargo, es posible que se vea enfrentada a un tipo de pobreza simbólica, ya que ella dijo en la entrevista que en realidad no está interesada en dar clases y que está estudiando la carrera en magisterio por la seguridad laboral. Ella tiene el plan de luego estudiar otra carrera, como gastronomía, para hacer algo que le guste más, sin embargo, corre el riesgo de quedarse con la opción segura, aunque tal vez no le haga feliz.
La condición de vida de Elena y Antonio ha mejorado mucho en el transcurso de su vida. En este sentido, ambos mencionaron carencias durante su infancia y dicen estar mucho mejor ahora. Elena menciona el alcoholismo de su padre como una razón por la que no estuvieron bien económicamente durante un tiempo, y dice que sus condiciones mejoraron bastante desde que superó este problema. Antonio además de la situación de su padre mencionó el hecho de que el negocio de éste, el cual tiene desde hace unos años, está funcionando bastante bien como razón principal por la que la familia ahora está mejor. Cabe destacar que la familia de Elena y Antonio es la única que actualmente no recibe apoyo de Prospera6, a pesar de que tienen una hermanita que va a la primaria, porque los ingresos de la familia superaron el límite permitido por el programa, lo que en combinación con lo que cuentan es un claro indicador de que la familia ha superado la pobreza.
En los casos de Francisco, Matías y Alberto, se considera que desde un principio no estuvieron en una condición de pobreza, y probablemente tampoco lo estén más adelante. Tanto Matías como Alberto están estudiando o planeando estudiar una carrera, y Francisco, aunque no tenga una carrera universitaria tiene un don por sus propios negocios y ya tiene bastante experiencia en ese ámbito.
La influencia de las acciones afirmativas implementadas por La Chozita en las vidas de los actores varía mucho, tanto desde su propia perspectiva, como desde la perspectiva de la investigadora. El caso en el que hubo más influencia por parte de La Chozita, es el caso de Julián. Esto se debe, entre otras cosas, a que proviene de un contexto de extrema pobreza. Él mismo dice que probablemente no habría terminado la primaria, si no hubiera sido por La Chozita. Además, dice que La Chozita cambió su forma de pensar y de ver la vida, que lo convirtió en una persona
más honesta, y le dio los ánimos de seguir adelante:
Me ayudó en el aspecto de que dejabas la calle, ya no te enfocabas en cosas que les perjudicaban a otros y que te perjudicaran a ti. Sino que te enfocabas más en […] lo que te enseñaban, o cómo se dice, en la ideología que ellos [La Chozita] tenían. Tratar de conseguir ser una gente mejor de lo que tú eres. (Entrevista con Julián, 21.08.2017)
En los casos de Elena y Antonio, su participación en La Chozita y los apoyos que recibían allí también fueron determinantes en su trayectoria educativa. En este sentido, ambos dicen que probablemente sólo habrían estudiado la primaria si no fuera por La Chozita, ya que en ese entonces dependían mucho de los apoyos que daba. Antonio además dice que el hecho de haber terminado la preparatoria fue determinante en su trayectoria de vida porque adquirió conocimientos que puede utilizar para ampliar o mejorar el negocio de su padre, quien no dispone de los mismos conocimientos, porque no terminó la primaria, por lo que la experiencia de su padre y los conocimientos que él adquirió en la escuela se complementan.
En el caso de Francisco, el impacto de La Chozita no es tan claro como en el caso de Julián, Elena y Antonio. Por un lado, probablemente tenga que ver que Francisco nunca había experimentado condiciones tan extremas como, por ejemplo, Julián, es decir que su posibilidad de seguir estudiando en ningún momento dependía del apoyo de La Chozita. Además, la motivación de seguir estudiando, en el caso de Francisco nunca fue tan grande, como por ejemplo en el caso de Julián. A diferencia de Julián, Francisco mismo no considera que La Chozita cambió su trayectoria educativa, en el sentido de que cree que igual habría terminado la preparatoria si nunca hubiera ido a La Chozita. Sin embargo, sí valora los contactos que hizo en La Chozita.
Desde la perspectiva del último coordinador de La Chozita y tutor de Francisco en asuntos escolares, la asistencia de Francisco a La Chozita, aunque no haya incidido en su trayectoria educativa, tal como dice él mismo, sí incidió en su personalidad, en el sentido de que le ayudó a abrir su mente, pensar más allá de lo que se enseñaba en la escuela y poder convertirse en ese joven autónomo con mucha iniciativa que es hoy en día.
También otros de los actores, quienes estuvieron en La Chozita durante un tiempo más
corto, manifestaron influencias de La Chozita en su vida, aunque no sean de una magnitud que hayan cambiado el curso de su vida. Estas influencias incluyen a la gente que conocieron en La Chozita. Alberto, por ejemplo, menciona que a través de La Chozita se volvió menos tímido y comparte más con otras personas.
Andrea dijo que aparte del apoyo académico, es decir con las materias de la escuela, que le dio La Chozita, y sin el cual le habría costado más la escuela, le ayudó porque “como que al ir allí, me dieron esos ánimos más de seguir estudiando. […] Sí, porque también este de [nombre del coordinador] siempre nos decía cosas como para echarle ganas al estudio” (entrevista con Andrea y Laura, 27.08.2017).
Sin duda, esa es una influencia de La Chozita: fortalece en los asistentes la creencia en la importancia de los estudios, el deseo de estudiar y también la autoconfianza de que lo pueden hacer. Y aunque sólo pocos de los participantes están estudiando una carrera, en La Chozita, se fortalecieron las ambiciones de estudiar en los participantes, y la capacidad de pensar más allá de lo predeterminado y tener ideas y sueños propios, y lograrlos hasta donde se pueda.
Además, se puede observar que casi todos los actores terminaron la preparatoria, y de los actores que asistieron mucho tiempo, en las épocas tempranas de la existencia de La Chozita, todos terminaron la preparatoria. También se puede observar que en este sentido los actores participantes de las generaciones dos a cuatro y de larga duración, son un grupo más homogéneo, mientras que entre los actores participantes de la última generación hay más variedad en la escolaridad. Este hecho podría indicar que, en el caso de la última generación, la escolaridad de los actores depende más de su propia motivación, ya que asistieron menos tiempo a La Chozita y en una época, en la cual ya faltaban recursos, por lo que no se les podían proporcionar los mismos apoyos como a los participantes de las primeras generaciones, por lo que el impacto de La Chozita en esta última generación también fue menor.
Sin embargo, el último coordinador de la organización opina que la asistencia a La Chozita tuvo influencias en todos los participantes que llegaban con regularidad y asistieron durante al menos un año, debido a que lo que se enseñaba en La Chozita eran contenidos muy diferentes a lo que los niños y jóvenes conocían de la escuela. Además, se fortalecía en ellos el espíritu de la autodeterminación, es decir que pensaran más abiertamente y consideraran opciones que no eran las predeterminadas desde su casa o la escuela. Además, en La Chozita, entraron en
contacto con personas de contextos diferentes, como por ejemplo maestros y voluntarios extranjeros, además de que tuvieron maestros que les enseñaron cosas que no aprendían en la escuela, como por ejemplo clases de guitarra.
A pesar de que está claro que La Chozita como organización no tuvo ninguna incidencia en las estructuras de desigualdad y dominación, al menos desde la perspectiva de Julián, sí tiene una influencia positiva en las vidas de los participantes: “Y eso es lo que La Chozita te enseña, de que tú también tienes valor, y vales algo en la vida. Y no porque alguien tenga más dinero que tú signifique que sea más vivo” (entrevista a Julián, 21.08.2017) e incluso puede llegar a personas que no hayan sido participantes: “aunque no son todos, tú puedes llevar este mensaje que en algún tiempo conociste” (entrevista a Julián, 21.08.2017). En ese aspecto, al menos desde la perspectiva de Julián, La Chozita pudo, aunque no cambiar las estructuras, sí hacer un valioso aporte a las vidas de sus participantes, y en algunos casos, tal vez incluso un poco más allá de ellos.
La alta ocurrencia de trabajo infantil entre la población indígena es uno de los indicadores que consta de su marginación e imposibilidad de liberarse de un círculo de reproducción de pobreza que tiene sus orígenes en el sistema económico actual y unas estructuras de dominación enraizadas en la época de la colonización que siguen reproduciendo condiciones de dominación en base a criterios raciales, poniendo a la población indígena en una posición de desventaja y discriminación. (Arzate, 2011).
Respecto de esta problemática surgen las acciones afirmativas como un intento de generar condiciones de mayor igualdad entre los diferentes grupos de población. Los funcionalistas las defienden como una posibilidad de al menos cambiar las situaciones de vida de los desfavorecidos puntualmente. Los críticos, sin embargo, las consideran inútiles e incluso dañinas, diciendo que reproducen las mismas desigualdades que deben combatir.
Cabe destacar que, teniendo en mente la discusión teórica anterior, las acciones afirmativas del tipo como las implementa La Chozita, no están diseñadas como para combatir las desigualdades estructurales. Al contrario, hay quienes argumentan que, al integrar a un pequeño
grupo de discriminados a las estructuras más altas del sistema capitalista, como es el caso a través de la educación, los que siguen excluidos son aún más afectados.
En el contexto de la presente investigación, se puede decir que La Chozita tuvo influencias positivas en las vidas de los actores entrevistados, en algunos casos estas influencias fueron más fuertes que en otros. Qué tanto impacto tuvo la influencia de la asistencia a La Chozita en las trayectorias de los actores depende, como es de esperar, del tiempo de asistencia, por un lado, pero por el otro lado, y de manera aún más importante, como muestran los casos de Julián, Elena, Antonio y Francisco, depende de la situación económica y familiar de los participantes. En este sentido, las acciones afirmativas implementadas por La Chozita tienen mayores impactos en participantes que provienen de un contexto de pobreza extrema, el cual no les permite continuar su educación sin este apoyo, siempre que el respectivo actor está interesado en continuar su educación. En un contexto menos extremo, sin embargo, la determinante más importante de la trayectoria educativa es la propia motivación de los actores de seguir estudiando, ya que no dependen económicamente del aporte de la acción afirmativa. Además, el impacto de La Chozita en las trayectorias de los actores también depende de la época en la cual asistieron, ya que, hacia su final, debido a la falta de recursos, el potencial de La Chozita, y por lo tanto también su impacto se veían limitados.
Cabe destacar que en la presente investigación no fue posible averiguar hasta qué punto La Chozita fortaleció la reproducción de las estructuras de dominación, ya que al atribuirle esa importancia a la educación formal y fomentarla, puede que haya una influencia de ese tipo. Sin embargo, al mismo tiempo, La Chozita fortalece la autoestima en sus participantes y amplía sus perspectivas, a fin de que ellos sepan el valor que tienen como personas y que todas las personas valen lo mismo, y también que ellos puedan lograr lo que se proponen. Claro que una acción afirmativa de este tipo no alcanza a todas las personas, sin embargo, desde la perspectiva de Julián, el mensaje de La Chozita incluso tiene el potencial de ser distribuido por los propios participantes entre otras personas. Por lo tanto, este ejemplo de acciones afirmativas sí se considera como útil en el contexto de las trayectorias de vida de los actores entrevistados.
En conclusión, las acciones afirmativas seguirán siendo un tema debatido y en el marco de la presente investigación no es posible dar una respuesta unívoca acerca de su utilidad. Por un lado, en la mayoría de los casos concretos de los actores de la presente investigación, las acciones
afirmativas, como vistas desde la perspectiva funcionalista-liberal, fueron útiles ya que los apoyaren en su educación y en la mejora de su condición de vida. Por el otro lado, a nivel estructural, las acciones afirmativas no inciden a favor de los grupos desfavorecidos, sino que legitiman las desigualdades existentes. Por lo tanto, será necesario considerar y evaluar cada caso en concreto, para analizar la utilidad de la acción, sin perder de vista los efectos estructurales de reproducción que ésta podría causar.
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Notas
1 Se han cambiado los nombres de todos los actores para proteger su privacidad.
2 Las generaciones son aproximaciones y se refieren al ingreso de los participantes a La Chozita. Dentro de La Chozita convivían varias generaciones de participantes al mismo tiempo.
3 Instituto Chiapaneco de Educación para Jóvenes y Adultos
4 Hubo contradicciones entre la información dada por Daniela y María acerca de la escolarización de sus padres. Se utilizó la información proporcionada por Daniela, ya que ella se escuchaba más segura al contestar la pregunta.
5 En el caso de Andrea y Laura, sólo se registró la escolaridad de su mamá, porque ellas crecieron con su mamá.
6 Aparte de la familia de Andrea y Laura, cuya madre no estaba recibiendo apoyos de Prospera en el momento de la entrevista, porque ninguna de las dos hijas estaba inscrita en la escuela.