Beatriz Elena Inzunza-Acedo1 y Tuur Ghys2
Palabras clave: migración; Centroamérica; imaginarios; entrevistas
El fenómeno de la migración centroamericana en México ha sido estudiada desde diferentes perspectivas, abordando las problemáticas que conlleva. Entre ellas se encuentran aspectos económicos tanto de sus países de origen, los países del recorrido y el destino final; crimen e inseguridad en el país de origen y en las zonas del recorrido; cuestiones en materia de política exterior; demografía, y así sucesivamente.
1 Profesora Asociada del Departamento de Ciencias de la Información, de la División de Educación y Humanidades de la Universidad de Monterrey. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel candidato. Doctora en Estudios Humanísticos por el Tecnológico de Monterrey; y PhD in Social Sciences: Media Studies por la Universidad de Amberes en Bélgica. Áreas de interés: representaciones sociales, audiencias, estudios de recepción.
2 Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel candidato. PhD in Social Sciences por la Universidad de Amberes en Bélgica. Áreas de interés: Innovación social, Pobreza y Desigualdad Social, Grupos vulnerables, Derechos humanos.
Por muchos años, el destino al que aspiraban los inmigrantes hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, beliceños y nicaragüenses, era Estados Unidos de Norteamérica. Sin embargo, ésta ha variado a raíz de la difusión de información en cuanto a lo incierta, insegura y problemática que es la frontera entre México y Estados Unidos; así como el decremento de políticas que favorecen a los inmigrantes “ilegales” en dicho país. Esto ha forzado a que México sea considerada una alternativa de destino para quienes buscan salir de su país.
Más allá de ser visto como una frontera extendida de los Estados Unidos, México tiene la función de ser uno de los obstáculos más grandes--y eficientes--para impedir que los inmigrantes centroamericanos lleguen a la frontera con Estados Unidos. Esto, debido al alto índice de abuso en materia de derechos humanos desde hace más de veinte años. Es común que los inmigrantes en tránsito sean asaltados, extorsionados, reclutados, secuestrados, violados, lastimados o asesinados por crimen organizado como los Mara Salvatruchas, o por carteles como los Zetas, o por los coyotes de diversas organizaciones; aunque también se han documentado casos donde los agentes migratorios mexicanos han cometido este tipo de abusos a los mismos (Kron, 2016).
Los inmigrantes centroamericanos buscan con mayor frecuencia nuevas rutas que pudieran garantizar su seguridad y estancia en México, ya que ha incrementado el número de mujeres y familias con niños que hacen este viaje. Esto se debe a su situación económica, debido a que no ven posibilidades de movilidad social en sus países de origen. Los niveles de pobreza en países como los anteriormente mencionados han incrementado por diversos motivos, y ven en Estados Unidos la posibilidad de mejorar o bien, de apoyar a sus familias a distancia (International Crisis Group, 2016). Esta situación ha sido estudiada no sólo en el caso de Centroamérica hacia Estados Unidos, sino de África hacia Europa. Los elementos entre ellos son similares en el sentido que los inmigrantes ven una mejora por tan sólo mudarse a un país de primer mundo. Es decir, es preferible una pobreza en país de primer mundo que una pobreza en un país subdesarrollado.
Otra de las razones por las cuales dejan sus países de origen es porque se sienten forzados tras amenazas del crimen organizado, principalmente el grupo de Maras Salvatruchas quienes controlan la región. Se reportan con frecuencia amenazas a muerte, extorsiones, secuestros, entre otros crímenes a los que se sienten vulnerables y expuestos. Hay una desconfianza clara hacia las autoridades locales, por lo que no ven como opción quedarse a resolver problemas en su país de origen (International Crisis Group, 2016).
Y finalmente, otra razón que ha sido documentada es el poder reunirse con familiares que ya se encuentran establecidos en Estados Unidos tras haber hecho el mismo viaje al que se emprenden los inmigrantes (International Crisis Group, 2016). Ellos además motivan el viaje puesto que evidencian cómo es posible hacer este viaje, y conforman una de las fuentes de información más importantes para el viaje de los inmigrantes.
Precisamente en este tema, algunos estudios han investigado la información con la que cuentan los migrantes. Por lo general, conocen los peligros de utilizar el tren (coloquialmente conocido como ‘la bestia’); el riesgo que implica el uso de coyotes (puesto que no garantizan la seguridad de quienes contratan sus servicios); y los secuestros, trata de blancas y reclutamiento de Zetas en México (Quiroz, 2014). De acuerdo con el reporte de International Crisis Group (2016), 20% han sufrido de crímenes por autoridades: principalmente violencia, extorsión y robos.
Aún así, pese a ser deportados desde México o Estados Unidos, una gran cantidad de migrantes vuelven a intentar este viaje (International Crisis Group, 2016).
Pese a varios esfuerzos de Estados Unidos por hacer campañas de información sobre los peligros de migración (‘Dangers Awareness’, 2014; ‘Know the Facts’, 2015), esto no ha tenido un impacto esperado entre los migrantes. Sus estudios han demostrado que aún conociendo los riesgos que implica el viaje de Centroamérica a Estados Unidos, los migrantes prefieren intentar llegar a sus destinos y no quedarse en su país de origen (Hiskey, Cordova, Orces y Malone, 2016). Sin embargo, este estudio es cuestionable puesto que no se especifica con detalle qué información ni con cuánta profundidad tienen los inmigrantes sobre el viaje. Nuestra experiencia ha demostrado que en realidad los participantes desconocían el nivel o cantidad de peligro al que se exponen al hacer este recorrido; y eso se debe a que muchos de ellos no cuentan con el tiempo necesario para averiguar, o bien, no tienen acceso a muchas fuentes de información. Aún así, es importante considerar que independientemente de que sepan poco o mucho de la situación, la cantidad de inmigrantes centroamericanos en México sigue aumentando año con año.
Las investigaciones que se han hecho en otros contextos de migración, tales como África a Europa, son consistentes en el sentido que los migrantes descartan la información de peligro y aún así se embarcan en los viajes a los destinos de países de primer mundo. Vigh (2009) indica que esto se debe a que basan su decisión en dos imaginarios sociales: 1) las capacidades que tienen los países destino para una sociedad prometedora, y la posición que tiene el país destino vs el país de
origen; y 2) las opciones sociales que tendrían dentro de esa sociedad en el país destino. Esto implica que subestiman la posibilidad de fracasar dentro del país destino. De cualquier modo, sus imaginarios plantean un escalamiento social sólo por el hecho de vivir en un país de primer mundo, aún en el escenario de vivir en absoluta pobreza.
Belloni (2016) por otro lado, habla también del papel que tiene la fe religiosa en los migrantes. Sería igualmente consistente con la situación de inmigrantes centroamericanos en México puesto que una cantidad importante son fervorosos creyentes de alguna línea del cristianismo. Esto influye en sus imaginarios puesto que les da un optimismo exacerbado, en el sentido que los migrantes sobreestiman sus posibilidades de éxito o crecimiento en el país destino.
El optimismo es además motivado o alimentado por los migrantes que ya están establecidos en el país destino, y que se ha incrementado gracias al acceso de redes sociales que facilitan la comunicación entre ellos. El hecho de ver casos de éxito, paisanos que han logrado cruzar y establecerse en Estados Unidos, ha alimentado la expectativa positiva sobre sus propias aspiraciones en el proceso de migración.
Este trabajo pretende exponer los resultados preliminares de la primera etapa de recolección de datos en el proyecto “Última parada: Imaginarios de los inmigrantes centroamericanos”. El objetivo de este proyecto consiste en conocer los imaginarios y las fuentes de información de los inmigrantes centroamericanos en su viaje y destino final. Esto, con el fin de reconocer las motivaciones, imágenes, actitudes, expectativas e ideas que conforman sus imaginarios, así como su evolución a lo largo de su recorrido; y también identificar qué papel juegan las distintas fuentes de información a las que se exponen.
Las fuentes de información que se indagan en este sentido son de tres tipos: individual, interpersonal y masiva (Inzunza, 2017). Las individuales tienen que ver con información que obtuvo de primera mano, es decir, al ser testigo o víctima de algo en específico. Las interpersonales se refieren a conversaciones o interacciones con familiares, amigos, paisanos, instituciones, entre otras. Mientras que las masivas son los medios de comunicación tales como prensa, radio, televisión, cine, internet y videojuegos. En este sentido, todos los tipos de fuentes de información contribuyen en alguna forma a sus imaginarios o decisiones. Un interés específico de este proyecto consiste en saber en qué contribuyen cada una de estas fuentes a los inmigrantes centroamericanos.
Este estudio se aborda desde una aproximación cualitativa, mediante la técnica de entrevistas semi- estructuradas individuales. Si bien se diseñó una guía de entrevista amplia, detallada y estructurada, las variaciones de circunstancias y contextos entre cada migrante entrevistado nos ha forzado a tener un alto grado de flexibilidad.
La dinámica de la entrevista consta de tres momentos principales: construcción inicial del imaginario, actualizaciones o modificaciones en el camino, e imaginario al momento de estar en Monterrey. En la primera etapa, se busca identificar cuál fue el primer momento en el que escuchó hablar de su destino final, sea la ciudad específica (en caso de conocerla) o sea el país en general. El país destino más popular es Estados Unidos, aunque no siempre tienen decidida la ciudad o región destino. Seguido se encuentran casos donde buscan quedarse en México, y en dos ocasiones (hasta el momento de escribir este texto) se encontró un caso que buscaba llegar a Canadá.
La segunda etapa busca identificar las fuentes de información en las cuales se basan para tomar decisiones a lo largo del camino, así como de qué manera contribuyeron a su imaginario. Esta etapa es especialmente problemática porque depende en gran medida de su memoria, o bien, de las experiencias que tuvieron a lo largo del camino. En ocasiones hay quienes evitan hablar o recordar sobre estos momentos debido a que son víctimas de abusos de distintos tipos, y por lo mismo la respuesta es limitada.
La tercera etapa es más detallada en preguntas porque se parte del supuesto que es el momento en el que tienen más actualizado y reflexionado su imaginario. Se hacen preguntas en las cuales se pide al entrevistado que se describa a sí mismo en cuestión de apariencia, personalidad, aspiraciones profesionales o personales, sociabilidad, entre otros. También se busca identificar cuáles son sus fuentes de información en las cuales se basaron para saber que este imaginario es posible en sus destinos finales.
Dado que este es un proyecto de investigación en curso, este texto pretende discutir resultados preliminares en un primer corte donde se han logrado 26 entrevistas a lo largo de ocho meses durante el 2017. Todas las entrevistas fueron grabadas con audio, y se les pidió a los participantes que dieran un pseudónimo para proteger su identidad. Posteriormente fueron transcritas para su análisis.
En el equipo de investigación han participado un total de cinco entrevistadores que acuden
periódicamente a un refugio de migrantes en la ciudad de Monterrey, Nuevo León. Los participantes se eligen con base en la disposición del migrante en ser entrevistado, o bien, con el apoyo de la coordinación del refugio. El apoyo se solicita con el fin de evitar entrevistar a personas con inestabilidad emocional o psicológica, puesto que los entrevistadores tienen entrenamiento en el área de ciencias sociales, mas no psicológica ni de trabajadores sociales.
Se presentan casos de hombres y de mujeres, edades desde 17 hasta 55 años de edad. La duración de las entrevistas también es variante, puesto que la menor es de 18 minutos aproximadamente, mientras que la de mayor duración fue de 98 minutos. El promedio de duración de las entrevistas es de 41 minutos.
Entre las principales limitaciones está el papel de la educación. De ella ha dependido mucho su desenvolvimiento en las entrevistas, puesto que se refleja constantemente el impedimento de expresar (cuando no se trata de la falta de disposición, como se ha mencionado anteriormente) algunas ideas, o de ser breves al momento de responder. Otra limitación que nos ha llevado a tener entrevistas incompletas, ha sido la necesidad que han tenido algunos de contar sus experiencias como víctimas, lo que ha provocado un desvío del tema y una inestabilidad emocional que impide profundizar sobre temas de imaginarios o fuentes de información. En el caso de las entrevistas incompletas, se utiliza la información que se alcanzó a obtener antes de que se tuviera que acortar o detener.
Los imaginarios han empezado construyéndose por fuentes variadas, provenientes de los tres tipos indicados anteriormente. En todos los casos, se habla de sus destinos finales desde la primera vez que lo imaginaron como un lugar idealizado. Evidentemente, este es el origen de su motivación, puesto que también reconocen que sus imaginarios sobre el trayecto nunca fueron positivos.
En quienes imaginan Estados Unidos, hablan de un lugar de progreso, de empleos, de aprendizaje, de paz, de control sobre el crimen, y de dinero. Frecuentemente no saben exactamente a qué ciudad dirigirse, pero sus imágenes están asociadas con ciudades grandes y edificios altos. En ocasiones han descrito o hablado de Nueva York, basándose en contenidos cinematográficos o televisivos que han visto anteriormente.
Quienes sí saben a qué ciudad se dirigen, suelen estar inspirados en personas conocidas que
ya habitan ahí. Generalmente, se tratan de familiares o amistades con quienes mantienen contacto, y quienes les informan sobre cuál ruta tomar para llegar a donde están. Si al momento de estar en Monterrey continúan en contacto (a veces lo pierden porque su teléfono celular fue robado o porque los contactos en Estados Unidos dejan de responder), a veces esos mismos contactos ofrecen apoyo económico para poder cruzar la frontera, o bien, hacen el arreglo con coyotes desde San Antonio, Austin o Houston para recogerlos en alguna ciudad fronteriza como Piedras Negras, Laredo o Matamoros.
Cuando tienen contactos, imaginan su vida al lado de sus familiares y amistades, y generalmente planean quedarse permanentemente como residentes en Estados Unidos. Sin embargo, cuando no tienen contactos, la mayoría buscan estar sólo de manera temporal para reunir suficiente dinero y poder regresar a sus países a construir su casa o instalar un negocio anhelado.
Hay dos razones que han mencionado como necesidad para salirse. La primera consiste en la presión, extorsión o amenazas de crimen organizado (normalmente las Maras Salvatruchas). Las anécdotas suelen estar relacionadas a prácticas como cobranzas por seguridad o por identificación de ciertos negocios, al punto en que ya el precio que ponen es demasiado alto para las familias o individuos. Al no poder pagar, les amenazan con tener 24 horas para salir del país. Dado que su imaginario es más positivo al norte que al sur, optan por viajar hacia el norte. Este imaginario más positivo puede ser también basado en la cantidad de información que obtienen, puesto que están atentos a canales de televisión mexicanos y nortamericanos, y rara vez hablan de sus países vecinos al sur. Sólo en una ocasión se mencionó Panamá como un país “mejor” que Honduras, pero aún así no se consideró como una opción para esa entrevistada.
La segunda razón consiste en condiciones de pobreza. En general, se expresa mucha desesperanza en función de economía de los países de Honduras, El Salvador y Guatemala. Conocen la conversión de sus monedas locales con el dólar americano, y consideran que al trabajar la misma cantidad de horas en Estados Unidos podrán ganar más por el simple hecho de que la moneda vale más. En consistencia con Vigh (2009), prefieren ser pobres en Estados Unidos que pobres en sus países de origen, y ya eso implica cierto prestigio en sus imaginarios. Constantemente se habla de cómo quieren demostrarle a sus familiares y amigos de sus países cómo lograron llegar a Estados Unidos, independientemente de si obtuvieron un trabajo estable o no.
Dadas estas dos razones, no sorprende entonces reconocer que sus imaginarios están
asociados con paz y control de crimen, a la par de empleos, dinero y progreso económico. Al momento de salir de sus países, más allá de lo que han escuchado entre conocidos y medios de comunicación, no hacen más búsqueda de información. La mayoría tienen educación trunca, por lo que prácticamente nadie habla inglés, y tienen conocimiento deficiente de geografía o de políticas internacionales.
Tampoco investigan a profundidad sobre el nivel de vida ni las condiciones actuales para los inmigrantes centroamericanos sin visa americana. La mayoría de sus imaginarios están basados en supuestos, o bien, en lo que se habla con quienes viven allá. Algunos utilizan el término del “sueño americano”, basándose en lo que ven en contenidos de ficción. Sin embargo, también conocen las problemáticas políticas a raíz de los discursos anti-latinos del Presidente Donald Trump. Esto, evidentemente, ha influido muy poco en su decisión de intentar cruzar a Estados Unidos, puesto que no toman con seriedad las noticias relacionadas a esta figura política.
Las dos personas que tienen como meta llegar a Canadá tienen conocidos que los han motivado a moverse (tanto canadienses como centroamericanos que habitan allá). Mantienen su contacto a través de redes sociales y están convencidos de que esas personas los apoyarán económicamente en su proceso de migración. Quienes prefieren quedarse en México, usualmente vienen motivados desde sus países de origen a tener este país como meta. Sólo una persona cambió de opinión en el camino con el fin de no querer seguir avanzando en su ruta. Estas personas construyeron su imaginario sobre México a raíz de telenovelas mexicanas, o de noticieros. En ellos vieron las grandes ciudades y vieron una posibilidad de desarrollo económico, a la par de no distanciarse tanto culturalmente, y poder hablar el mismo idioma original.
En la segunda etapa de la entrevista, nos enfocamos en hablar sobre las fuentes de información a lo largo de su trayecto. Las fuentes de tipo masivo no juegan un papel importante en esta etapa de construcción de sus imaginarios, dado que hay una exposición baja a ellas. Con frecuencia llegan a casas de migrante o refugios que no cuentan con televisión o internet, y ellos no tienen la iniciativa de adquirir periódicos o de buscar otro medio de información masiva. Quienes traen su teléfono celular, siguen utilizándolo como su fuente de información a través de redes sociales tales como Facebook o WhatsApp. En ocasiones hay quienes tienen aplicaciones de noticias locales de su país de origen.
Sin embargo, Facebook y WhatsApp lo utilizan para fines de tener acceso a fuentes de tipo
interpersonal. Es decir, a través de sus teléfonos celulares mantienen contacto con sus familiares y amigos tanto de su país de origen como de Estados Unidos o de su ciudad destino. Pocas veces han mencionado el uso de aplicaciones tales como GPS para conocer su ubicación o camino, pero sus rutas están más bien definidas por los consejos de quienes ya están en la ciudad destino o de otros inmigrantes que conocen en el camino.
Sin duda, los inmigrantes con quienes comparten el camino son la fuente de información más influyente en esta etapa de su construcción del imaginario. Constantemente, hemos visto que inclusive cambian de opinión o destino conforme van interactuando con otros inmigrantes que tienen sueños o preocupaciones similares a ellos. Si bien al momento de la entrevista expresan que difícilmente pueden confiar en alguien que conocen en su camino, es notorio que al momento de encontrarse con otro inmigrante buscan la manera de mantenerse juntos la mayoría de las veces con el fin de no sentirse solos o desprotegidos. Generan un cierto grado de comunidad o complicidad, y comparten el dinero o recursos que tienen para un bien común (generalmente para financiar comida para todos).
Sin embargo, al momento en que alguno es detenido por oficinas de migración o por crimen organizado, pierden comunicación y no suelen intentar recuperarla. Inclusive entre miembros de familia se han separado a causa de enfermedades o de empleos.
Otra fuente de información de tipo interpersonal que ha jugado un papel importante para algunos participantes son las organizaciones. Dado que la mayoría practican una religión (primordialmente evangélica), buscan primero la ayuda de la Iglesia local (generalmente la católica). Tienen una percepción positiva sobre el apoyo que les brindan en parroquias o casas del migrante que están operadas por las arquidiócesis de cada región.
Frecuentemente expresan mantenerse alejados del Instituto Nacional de Migración por temor a ser deportados. La mayoría hablan de personas que fueron detenidos por Migración y las experiencias que escuchan son generalmente negativas. Sin embargo, la mayoría desconoce sus derechos como turista o como transmigrante. Por otro lado, las pocas personas que han buscado apoyo de dicho instituto, tienen una percepción negativa, salvo que se encuentren en trámite de estar en calidad de refugiado.
Varios cuentan con documentos que evidencian las amenazas en su país de origen, ya sea para buscar la residencia en México o en Estados Unidos. Consideran que esto les generará apoyo
para tramitar su estado legal en otro país, aunque pocos realmente han tenido un apoyo legal profesional para llevar a cabo este proceso.
Ninguno de los participantes ha mencionado otros institutos como la Comisión Nacional de Derechos Humanos, las embajadas propias de cada país, hospitales u otras secretarías que pudieran ser soporte a sus necesidades.
Finalmente, la última etapa es respecto a sus imaginarios al momento de la entrevista. Esta etapa genera un cambio claro en el humor del entrevistado debido a que se basa en una imagen idealizada de la vida que tendrán al momento de llegar a su destino. Tal y como empezó la construcción en el inicio de la entrevista, en gran medida esta idealización es alimentada por medios de comunicación masiva, redes sociales y sus creencias religiosas.
Los medios de comunicación masiva, principalmente contenidos de ficción, generan imágenes del “sueño americano”, en el cual se promueven diversos discursos. El más importante con base en qué tan mencionado es es el que indica que “aquél que trabaje más, se escalará eventualmente en nivel socioeconómico.” El cálculo lo hacen con base en la conversión de monedas, aunque no agregan en la ecuación el costo de vida en la ciudad donde vivirán. La mayoría consideran que es más fácil adquirir cosas en Estados Unidos, e imaginan una casa más grande de la que tenían, con jardines y muebles de calidad, así como electrónicos a su disposición.
Pocos aspiran a una carrera profesional. Más bien, buscan continuar trabajando en lo que ya hacían en su país de origen, tal como agricultura, maquiladora, belleza, cocina, contratistas de diversos tipos. Están conscientes que este labor se paga “mejor” en Estados Unidos y no requieren de un visado especial para ejercer a espaldas del registro norteamericano.
En este sentido, hay dos tipos de inmigrantes: los que desean quedarse permanentemente en Estados Unidos, y los que sólo van de forma temporal para ahorrar y poder volver a su país de origen. Los que desean quedarse permanentemente en Estados Unidos hablan en sus imaginarios de cómo establecerse, montar su propio negocio, tener familia y no necesitar volver a su país, o bien, traerse al resto de su familia a la ciudad donde se establezcan.
Los que desean quedarse de forma temporal, calculan entre meses y un máximo de cinco años para poder regresar a su país. Consideran que trabajando arduamente lograrán reunir lo que posiblemente tardarían una vida en su país de origen. El ahorro lo piensan en función de regresar y poder adquirir una propiedad, o bien, instalar un negocio propio. Igualmente, hablan de enviar
dinero a sus familias. Muchos de los que planean estar temporalmente han dejado a su familia directa (hijos, pareja, padres de familia) en su país de origen y sienten la obligación o responsabilidad de proveerles de sus ganancias.
Otro discurso importante tiene que ver con la seguridad. Inclusive para quienes optan como destino final México, consideran que la distancia que toman de las Maras Salvatruchas es suficiente como para vivir en paz. En el caso de Estados Unidos, consideran que las leyes son rigurosas lo cual les garantiza la seguridad que necesitan en su residencia.
Sin embargo, esto implica también que tengan temor de los oficiales de migración en Estados Unidos. Están conscientes que necesitan buscar una forma de mantenerse escondidos o bien, legalizar papelería para poder salir sin miedo. En repetidas ocasiones hablan de cómo su rutina diaria en Estados Unidos la imaginan trabajando y estando en casa, con el fin de exponerse sólo lo necesario en el exterior. De esa manera no son tan visibles para quienes puedan identificar que se encuentran “ilegalmente” en el país.
Todos conocen al Presidente Donald Trump, pero nadie lo toma con seriedad puesto que dicen que sus propuestas o discursos son ridículos. Varios creen firmemente que el muro no se llevará a cabo, y quienes creen que sí se está haciendo, no lo consideran un obstáculo para que ellos puedan cruzar eventualmente. Definitivamente ven con inferioridad el discurso anti-migratorio para los centroamericanos y no los desmotiva de sus metas.
Otra fuente que juega un papel importante son las redes sociales. A través de ellas, ven imágenes o publicaciones de parte de sus contactos que los motivan a querer tener la vida que ellos muestran. Varios de sus imaginarios están basados en lo que ven: ciudades, parques, casas, felicidad, estabilidad, marcas, lugares y ubicaciones, entre otros.
Y finalmente, una fuente de tipo interpersonal, es la religión. Muchas de las preguntas abordan la forma en que han tomado las decisiones desde el inicio de su trayecto, y si bien se expresa un motivo claro de inicio, la conversación se torna hacia el tema de su fe. Inclusive quienes han sido víctimas de torturas, violaciones y secuestros, indican que este viaje es su destino y que es gracias a Dios que siguen vivos con el fin de lograr sus sueños.
Si bien en ningún momento se menciona como fuente a algún párroco o religioso, la religión es definitivamente un actor importante como institución que los motiva a seguir adelante con sus planes. Hasta cierto punto, se detecta un grado de irracionalidad, puesto que se exponen a peligros
que prefieren ignorar antes de que evitarlos.
Por ejemplo, la mayoría saben que el tren es una amenaza para su salud y seguridad en muchos sentidos: crimen organizado, frío, posibles mutilaciones, entre otros. Aún así, prefieren intentarlo argumentando que esos peligros no se comparan con la situación a la que estaban expuestos en su país de origen, y que rezando o haciendo encomiendas a su fe podrán lograr sus metas.
En Monterrey, la mayoría de los inmigrantes están en condición de esperar para poder continuar a la frontera, por lo que varios deciden trabajar por unos días, semanas o incluso meses. Quienes optan por pagar a un coyote requieren de más ahorros que quienes intentarán cruzar por otras vías. Frecuentemente creen que lo peor ya pasó, aunque hay algunos que imaginan con miedo el trayecto que está pendiente para cruzar.
El optimismo lo sostienen en que hay varios inmigrantes en Monterrey que están en un segundo o tercer intento de cruzar, y que se mantienen motivados a seguir intentando. Ven menos peligros en el trayecto restante que en el que ya superaron.
Muchos concluyen diciendo que no creyeron en lo que varios les habían dicho desde su casa o en el camino: que era ese nivel de sufrimiento, de dolor, de frío, o hambre. No todos creen que es una experiencia que repetirían si fuese necesario.
Al día de hoy, los resultados son consistentes con los que autores como Kron (2016) y el International Crisis Group (2016) han documentado. Es decir, los inmigrantes centroamericanos siguen buscando salir de sus países de origen debido a la situación de pobreza o de amenazas por el crimen organizado, y se enfrentan a problemas en México principalmente con otros cárteles. Constantemente son víctimas de secuestro, reclutamiento, violaciones, robos y torturas a lo largo de su recorrido, tanto por el crimen organizado en México como por agentes de policía o migración. Este proyecto además es también comparable con los estudios de migración africana a Europa que se han publicado en otros contextos. Así como en los resultados de estos proyectos, la fe juega un papel importante en la motivación que tienen los inmigrantes de exponerse a peligros con tal de llegar a sus países destino (Belloni, 2016). Además, ven en sus personas una mejora
automática desde el momento que logran migrar a esos países imaginados (Vigh, 2009).
La contribución de este proyecto hacia los estudios de migración consiste en la mirada hacia los imaginarios y las fuentes de información con las que cuentan en tres momentos de su trayecto hasta el momento de la entrevista: desde la primera vez en que escucharon o vieron algo de información sobre el país destino, las actualizaciones a lo largo de su viaje, y el momento de la entrevista (que en principio, es la versión más actualizada de su imaginario).
La importancia de esta perspectiva radica en que: 1) los imaginarios juegan el papel más influyente en la toma de sus decisiones y en la motivación de hacer un viaje con tantos peligros, y con tan poca garantía de supervivencia; y 2) comprobar con cuánta información cuentan los inmigrantes acerca de su viaje y su destino final desde el momento en que salen.
Conocer esta información nos permite identificar algunos aspectos del fenómeno de migración, como lo sería el hecho de que las campañas que se han hecho desde Estados Unidos para desmotivar a los centroamericanos en realidad, no ha sido tan eficiente o creíble como ellos creerían. Por otro lado, permite conocer de qué se alimenta la motivación que tienen los centroamericanos para llevar a cabo este viaje hacia el norte, y no considerar con mayor frecuencia la alternativa del sur u otros países que los expondría a menos peligros.
Belloni, M. (2016) Refugees as Gamblers: Eritreans seeking to migrate through Italy. Journal of Immigrant and Refugee Studies 14 (1). Pp. 104-119
International crisis group (28 de julio, 2016) Easy prey: Criminal violence and central American migrants. Reporte No. 57. Recuperado de: https://www.crisisgroup.org/latin-america- caribbean/central-america/easy-prey-criminal-violence-and-central-american-migration
Inzunza, B. (2017) Los medios de comunicación como fuente de información en la construcción de representaciones sociales de la delincuencia. Comunicación y Sociedad 29. Pp. 185-201
Kron, S. (2016) ‘Nacimos de la nada’: border struggles and maternal politics in Mexico. Citizenship
studies 20 (5). Pp. 579-594
Quiroz, Y. (2014) Transmigración de centroamericanos por México: su vulnerabilidad y sus derechos humanos. (Tesis doctoral). Recuperado de: https://www.colef.mx/posgrado/wp- content/uploads/2014/11/Tesis-Silvia-Quiroz.pdf
Vigh, H. (2009) Wayward migration: on imagined futures and technological voids. Ethnos. Journal of anthropology. 74 (1). Pp. 91-109