Karina Aidee Martínez García1, Maribel Pérez Pérez2 y Miguel
Angel Osorio Hernández3
Palabras clave: Habitabilidad; Sustentabilidad; Ciudades; Oaxaca; Red Urbana
1 Maestra en Ciencias en Desarrollo Regional y Tecnológico - Estudiante del Doctorado en Ciencias en Desarrollo Regional y Tecnológico en el Instituto Tecnológico de Oaxaca, México; en el área de Desarrollo Regional Sustentable.
Correo-e: aidee1005@hotmail.com
2 Maestra en Ciencias de la Educación- Estudiante del Doctorado en Ciencias en Desarrollo Regional y Tecnológico en el Instituto Tecnológico de Oaxaca, México; en el área de Desarrollo Regional Sustentable. Correo-e:
3 Licenciado en Comercio Internacional de Productos Agropecuarios - Estudiante de la Maestría en Ciencias en Desarrollo Regional y Tecnológico en el Instituto Tecnológico de Oaxaca, México; en el área de Desarrollo Regional
Sustentable. Correo-e: miguelosorio.28@hotmail.com
En sus inicios la problemática analizada por la Ciencia Regional se delimitó a la especialización, al crecimiento económico, a la obtención de ganancias y a la localización de empresas e inversiones a nivel espacial (caso del “paradigma de la localización”). Posteriormente incluyó el análisis teórico-metodológico, el cual explica el crecimiento y el desarrollo económico, dando origen al “paradigma del desarrollo” (Miguel, 2011). Actualmente, la problemática de las regiones impulsa los estudios regionales hacia “el bienestar objetivo y subjetivo basado en la complejidad”. El análisis de las redes territoriales “urbanas y rurales” cae en esta consideración, manifestando el comportamiento social, que proporcionan herramientas teórico-metodológicas para el análisis de las ciudades.
En los lugares centrales la importancia económica para el bienestar social y familiar de la vivienda es innegable, ya que según CEDRUS (2016), en México el 75% del uso del suelo corresponde a la misma; un principal activo en el patrimonio de las familias, considerado como un ahorro e inversión. En este sentido, una “vivienda adecuada” es más que un techo bajo el cual protegerse. Para la ONU significa disponer de un lugar con comodidades básicas espaciales, estructurales y servicios apropiados de calidad, sin perjudicar al medioambiente y la salud, todo ello a un costo razonable. En este contexto, se analiza el nivel de influencia de la vivienda en el desarrollo sustentable y la centralidad de las pequeñas, medianas y grandes ciudades de Oaxaca con población mayor a 15 mil habitantes. (Miguel A., 2017a)
Ciudades, vivienda y desarrollo sustentable
Hablar del desarrollo urbano, remite a conocer principalmente sobre una “ciudad”, mismo que se define como el centro territorial de la acumulación de capital, un centro espacial de la distribución e intercambio de mercancías (Casado, 2010), espacio que se ocupa de manera eficiente, buscando la producción económica y el bienestar de la población en las diversas regiones. Existe el supuesto que la creación de viviendas en su territorio, puede propiciar el “desarrollo sustentable” de las propias ciudades, buscando la armonía entre el bienestar económico, social y ambiental. Según Lamy (2006), la red de urbanización se basa en los diferentes cambios que se generan en el planeta,
con gran variedad morfológica y cultural. Lefebvre y los neomarxistas definen la ciudad y lo urbano desde un enfoque social y espacial: “el corazón de las sociedades actuales, el espacio (social) es un producto (social)”.
Continuando, como parte de la célula que forma a las ciudades se define a la vivienda desde diferentes perspectivas; según Rugiero (2000), ha sido analizada desde un contexto histórico-social por autores como Ball, Cortés, Villavicencio, Haramoto y Connolly, quiénes la relacionan con el hábitat. La interacción del desarrollo con la vivienda surge de la concentración territorial de éstas en las ciudades, que de alguna forma influyen al medioambiente, dificultando en ocasiones la sustentabilidad de las ciudades. Desde una visión “economicista”, Solís (1994), argumentan que la vivienda es un objeto de ganancia para una serie de agentes inmobiliarios y constructores, y objeto de políticas públicas que buscan facilitar el acceso de la misma a sectores menos favorecidos. (Miguel A., 2017a:4)
Por lo tanto, de acuerdo a estos fundamentos se sostiene que el acceso a un bien como la vivienda, amplía las capacidades de las personas. El acceso a ese bien le dota de un conjunto de capacidades: socializar, trabajar, disfrutar de momentos de recreación familiar, quizás participar en eventos políticos que, de otra manera, no le serían asequibles, mejorar su reputación social y, en consecuencia, su autoestima y su relación con la comunidad (López y Vélez, 2013:7). Por ejemplo, el hecho de contar con una vivienda propia y contar con servicios básicos como agua potable, impacta de forma positiva en la vida de las personas, ya que al no tener estos gastos extras (en renta de vivienda o compra de agua) tendrán más ingreso disponible para aspectos como educación, salud y/o entretenimiento. En resumen, el acceso a bienes y servicios abre un conjunto de capacidades mismas que impactan directamente en el nivel de bienestar. (Martínez, 2018)
Para definir la clasificación de la vivienda Hurtado (2011), inicialmente la define como “una edificación cuya principal función es ofrecer refugio y habitación a las personas, protegiéndoles de las inclemencias climáticas y de otras amenazas naturales”. Desde un enfoque antropológico y sociológica de la vivencia como los conceptos casa, morada, residencia, hogar y alojamiento, a diferencia de la construcción de vivienda que abarca las características técnicas y estructurales, la distribución del espacio físico, así como la disponibilidad de servicios (García, 2010). Con base a los programas de gobierno la vivienda es clasificada como adecuada, digna y decorosa, de interés social o sustentable (Cuadro 1).
Adjetivos de la vivienda | |
Nombre | RESUMEN |
Vivienda adecuada | Organizaciones como la ONU la definen como un lugar con privacidad, accesibilidad, seguridad, estabilidad y durabilidad estructurales, iluminación, infraestructura básica; factores apropiados de calidad del medioambiente y salud, todo ello a un costo razonable”. |
Vivienda digna y decorosa | Se enfoca al cumplimiento de los requisitos de construcción como: seguridad estructural, dimensiones mínimas, instalaciones de agua, luz, drenaje y certeza jurídica sobre la propiedad, tema estudiado por el autor Connolly. |
Vivienda de interés social | Se determina como la vivienda para los sectores vulnerables de la población, destinada al mejoramiento de la situación habitacional, siendo accesible por medio de créditos institucionales, un experto en la materia es el autor Haramoto. |
Fuente: Elaboración propia.
Existen instituciones que se han enfocado en la evaluación de la calidad de la vivienda en cuestión de las necesidades y expectativas humanas; la más sobresaliente ha sido la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) por sus indicadores de necesidades básicas insatisfechas (NBI), otra institución enfocado a las carencias, es el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), considerando los avances de una sociedad más allá de su sostenibilidad económica; cabe señalar que el estudio de las necesidades es más allá de lo que el sujeto requiere como lo indica Maslow (1991) en el contexto de la vivienda y el hábitat.
Sin embargo, conviene aclarar que resulta un proceso complejo englobar de manera general las principales características de una “vivienda adecuada” como tal, debido a que, aunque existan leyes federales y estatales en materia de vivienda, existen problemas para implementar y homogenizar una normatividad internacional sobre la vivienda y tipo de construcción. Bajo ese contexto podemos decir que en México se dan los primeros acercamientos en cuanto a la vivienda sustentable y medio ambiente con base a las deficiencias tanto cualitativas como cuantitativas en materia de vivienda, por lo que se propuso un enfoque integral y sustentable de cooperación regional en aspectos como la estructuración territorial y el desarrollo de centros de población, considerando la infraestructura, equipamiento, la vivienda y factores ambientales que permitan un desarrollo regional sostenido y homogéneo (Higuera y Rubio, 2011: 195).
Existen problemas con la vinculación entre la política habitacional y la política de desarrollo urbano, como resultado existen deficiencias en el ordenamiento territorial, sumándose a ello las complicaciones en la regulación del mercado de suelo, provocando una oferta de vivienda inadecuada, con altos costos económicos, sociales y ambientales (de infraestructura, equipamiento y movilidad). Por tal motivo, la Organización de la Naciones Unidas ha propuesto la “Estrategia Global de Vivienda 2025”, propone rediseñar la política de vivienda en un entorno urbano sustentable en coordinación a la política de vivienda con la política de desarrollo urbano y el ordenamiento territorial, mediante el fortalecimiento de la coordinación entre los tres ámbitos de gobierno, con el fin de no generar un rezago en el suministro de servicios básicos frente a un mercado habitacional creciente (PUEC, 2012).
Si bien anteriormente el desarrollo se medía desde un enfoque economicista teniendo como punto de referencia el PIB per cápita, actualmente se ha demostrado que no es suficiente, sosteniendo que, si bien el crecimiento económico de una nación es necesario, no es condición suficiente para poder explicar su grado de avance. Ante esto se han recurrido a nuevos fundamentos que traten de medir el desarrollo de una manera más completa, uno de estos es el “índice de desarrollo humano” (IDH) propuesto por el PNUD y lo define como el proceso de ampliación de las posibilidades de elegir de los individuos que tiene como objetivo expandir la gama de oportunidades abiertas a las personas para vivir una vida saludable, creativa y con los medios adecuados para desenvolverse en su entorno social (López y Vélez, 2013: 8). Por su parte el CONAPO lo define como un proceso continuo de ampliación de las capacidades y de las opciones de las personas para que puedan llevar a cabo el proyecto de vida que, por distintas razones, valoran. Esta propuesta del IDH se deriva del enfoque de “bienes y capacidades” y hace énfasis en el carácter instrumental del acceso a bienes y servicios, concibiéndolos únicamente como un medio para poder alcanzar un plan de vida o una realización individual plena (López y Vélez, 2013: 5).
Finalmente, el análisis de las interacciones de las ciudades se lleva a cabo a través de las “redes” que estas conforman. Serrano (2000), basado en el autor Cori, define red urbana como “la jerarquía general de las ciudades que organizan la vida social de una región”. En términos parecidos Bruyelle la establece como entidades reales que, situadas en el territorio, nos sirven de punto de referencia, determinan como “subsistemas y sistemas urbanos”.
El modelo metodológico establece la relación entre la vivienda y el desarrollo sustentable en las ciudades durante el periodo 2000-2015. En la figura 1 se especifica este modelo en sus dimensiones económica, social y ambiental. Planteando que un aumento de los indicadores de la vivienda se refleja en el aumento del desarrollo sustentable, y también en la centralidad de las ciudades. Cabe aclarar que en este modelo no se considera la calidad de las viviendas, el material con el que están construidas, el grado de hacinamiento ni los riesgos por los lugares donde se construyen, el énfasis es en su construcción.
Fuente: Elaboración de los autores con base al modelo de la vivienda digna de (SIDESCA, 2016; Miguel, A., 2017b)
El modelo propone que un aumento de los indicadores de la vivienda, como la infraestructura y los servicios, se refleja en el aumento del desarrollo de las ciudades.
Instrumentos de la información
Se seleccionaron indicadores demográficos y de vivienda de los Censos y Conteos de la Población del INEGI (2000, 2005, 2010 & 2015); sobre el desarrollo, tomando el índice de desarrollo humano y el PIB de (PNUD, 2014); y sobre el aspecto ambiental, el consumo de agua y generación de residuos sólidos del INEGI (2000-2010); de ciudades con población mayor de 15 mil habitantes. La valoración de los índices de desarrollo humano y vivienda se consideraron bajo la escala de: 0.00 a 0.20 (muy baja), 0.21 a 0.40 (baja), 0.41 a 0.60 (media), 0.61 a 0.80 (alta); y 0.81 a 1.00 (muy alta).
El análisis de la información determinado por el autor Miguel A. (2017b) se basa en un enfoque cuantitativo derivado de la aplicación de la “técnica estadística de regresión”, para la asociación existente entre las variables, Y: “desarrollo sustentable” (IDS) y Xi: “vivienda” (IV).
Desarrollando un modelo matemático que expresa la ecuación 1, siendo la formula general de regresión lineal: Ecuación 1. Y’= a + bXi
donde Y’: valor predictivo de la variable; a: intersección de la línea recta; b: pendiente de la línea recta; Xi: valor de variable independiente; a y b coeficientes de regresión.
Por otra parte, si las ciudades se consideran nodos de una red, siendo la centralidad, una medida que corresponde al número de enlaces que posee un nodo con respecto a los demás. Entonces la “centralidad de grado” de cada nodo j se define en la ecuación 2:
ij
Ecuación 2. C( j ) = Irij = I{Corr (IDS-IV)ij /d 2}
donde dij es la distancia entre los nodos (ciudades); C( j ) medidas de centralidad correspondientes al grado de entrada o salida. Interpretándose como una medida de flujos de ingreso (mercancías, personas, vehículos, etc.).
Contexto de la red de ciudades de Oaxaca
Como parte de la información que cobija a Oaxaca es importante resaltar su culturalidad y de ello su gran parte de lenguas originarias del Estado; según el “Catálogo de Localidades Indígenas”, cuenta con 1,719,464 hablantes indígenas, mismo que corresponde a un 45% del total de su población, resaltando las 12 ciudades y las 2 Zonas Metropolitanas analizadas, influidas por áreas conformadas por asentamientos de pueblos originarios.
En el cuadro 2, se describe cada una de las ciudades indicando el nombre oficial y el nombre cotidiano; éste último es el que se utilizará a lo largo del texto, con excepción de la Zona Metropolitana de Tehuantepec y la Zona Metropolitana de Oaxaca que se denominarán con las abreviaturas ZMT y ZMO.
Nombre Oficial | Nombre cotidiano | Abreviatura | Población 2000 | Región en Oaxaca |
Ciudad Ixtepec | Ixtepec | Ix | 22,675 | Istmo |
Loma Bonita | Loma Bonita | LB | 40,877 | Papaloapan |
Matías Romero Avendaño | Matías Romero | MR | 40,709 | Istmo |
Miahuatlán de Porfirio Díaz | Miahuatlán | Mh | 32,555 | Sierra Sur |
Ocotlán de Morelos | Ocotlán | Oc | 18,183 | Valles Centrales |
Puerto Escondido | Puerto Escondido | PE | 32,471 | Costa |
Heroica Ciudad de Tlaxiaco | Tlaxiaco | Tl | 29,026 | Mixteca |
Santa María Huatulco | Huatulco | Ht | 28,327 | Costa |
Santiago Pinotepa Nacional | Pinotepa Nacional | Pn | 44,193 | Costa |
Heroica Ciudad de Huajuapan de León | Huajuapan | Hj | 53,219 | Mixteca |
Heroica Ciudad de Juchitán de Zaragoza | Juchitán | Jc | 78,512 | Istmo |
San Juan Bautista Tuxtepec | Tuxtepec | Tx | 133,913 | Papaloapan |
Zona Metropolitana de Oaxaca | ZMO | ZMO | 501,283 | Valles Centrales |
Zona Metropolitana de Tehuantepec | ZMT | ZMT | 145,567 | Istmo |
Fuente: Elaboración propia con base al Sistema de Información Municipal del (CIEDD, 2014)
Fuente: Elaboración de los autores con apoyo del Software Mapa Digital versión 6.1, con datos de Geografía Económica de Oaxaca, citado en (Barbosa, 2017; Martínez, 2018)
En el SCOAX una proporción alta de población se concentra en localidades urbanas, ya que el 55.7% de sus habitantes vive en alguna ciudad y la tendencia es incrementar los espacios
urbanos. Demográficamente el SCOAX es muy desigual, debido a los 14 centros urbanos mayores a 15 mil habitantes considerados ciudades, predominan las pequeñas localidades. De estas ciudades solo destaca la ZMO a nivel nacional con una jerarquía intermedia. A continuación, se describen cada uno de los aspectos del desarrollo y la vivienda analizados en las ciudades seleccionadas.
Oaxaca ocupa el segundo lugar en México con mayor población rural. De acuerdo a los datos censales de 2010 el 44.3% de la población vive en localidades rurales. En la entidad se tienen registradas más de 10 mil localidades rurales (menores a 2,500 habitantes) y 156 localidades mixtas (rurales-urbanas de 2,500 a 14,999 habitantes). La dispersión de las localidades es influida por la accidentada orografía, la difícil accesibilidad y los patrones históricos de ocupación territorial por parte de la población.
Actualmente presenta un nivel de urbanización en el que más del 80% de sus 570 municipios se ubican en un rango de urbanización muy bajo, y menos del 15% entre alto y muy alto. Esto produce marginación y aislamiento, y refleja un nivel desarrollo por debajo de la media nacional, con niveles no adecuados de productividad exigidos por la actividad económica actual, y con una orografía que hace costosa la cobertura de infraestructura económica y social hacia las poblaciones más aisladas y con reducido número de habitantes.
En lo que respecta al incremento de la población, cuatro ciudades (MIAHUATLÁN, PUERTO ESCONDIDO, TLAXIACO y HUAJUAPAN) poseen tasas superiores al 2%. MATÍAS ROMERO es la única que manifestó una tasa de crecimiento poblacional negativa (-0.53%) durante el periodo 2000-2010. Tres ciudades poseen un PIB per cápita por arriba de los $15,000 dólares anuales (en orden descendente HUAJUAPAN, TLAXIACO e IXTEPEC). Habitantes de siete ciudades ganan menos de esta cantidad, pero más de $10,000 (ZMO, TUXTEPEC, HUATULCO, LOMA BONITA, OCOTLÁN, MATÍAS ROMERO y la ZMT). El resto de las cuatro ciudades, posee un ingreso menor.
Oaxaca, con respecto de las 32 entidades, ocupó el tercer lugar en porcentaje de población en pobreza y en porcentaje de población en pobreza extrema. Por lo tanto, se ubica dentro de las cinco entidades con mayor pobreza en el país. En 2010, había 537 municipios de un total de 570 (94.2 %) donde más de la mitad de la población se encontraba en situación de pobreza. Asociado con lo señalado, con un alto grado de marginación destacan las ciudades de MIAHUATLÁN y OCOTLÁN. En la ZMO el 9.72 % de su población presenta grado de marginación alto, mientras
que para la ZMT corresponde al 20 % de su población. Las ciudades con grado de marginación medio son JUCHITÁN, LOMA BONITA, MATÍAS ROMERO, TLAXIACO y HUATULCO. El
22.37 % de la población de la ZMO y el 26.00 % para la ZMT presentan “grado medio” de marginación.
Por estrato urbano se observa mayor crecimiento para las ciudades entre 50 a 100 mil habitantes, la ZMO aparece con un crecimiento de 0.61%. Comparando la tasa de la población con el crecimiento del desarrollo, solo LOMA BONITA poseía una expansión de su desarrollo (con un valor de 0.60% superior al de la población). En todas las ciudades el nivel general del índice presenta estabilidad, pero en 13 ciudades su desarrollo mantenía un crecimiento pobre, por esta razón urge detectar factores que puedan contribuir en realidad a acelerar el mismo, como se supone contribuye la vivienda en el caso analizado.
El Índice de Desarrollo Humano (IDH) de las ciudades se integra por los subíndices salud, educación e ingreso. Todas las ciudades del SCOAX poseen un nivel de desarrollo alto, con valores por encima de 0.80. Específicamente, para 2010 el IDH en las ciudades de Oaxaca fue superior a
0.80 excepto para MIAHUATLÁN (0.79) y PINOTEPA NACIONAL (0.80). La ZMO cuenta con un valor de IDH de 0.90 correspondiente al mayor valor de este indicador. Para el 2015 los valores del IDH en el SCOAX indican un crecimiento ascendente, a excepción de la ciudad de IXTEPEC cuyos registros fueron de 0.84, como se visualiza en la figura 3; desde un análisis regional ha sido la Cañada, con el mayor desarrollo a comparación de las otras regiones que se mantuvieron estancadas debido al mínimo crecimiento.
Fuente: Elaboración de los autores con apoyo del Software Mapa Digital versión 6.1, con datos INEGI (2000-2010)
En lo que respecta a México se han realizado diferentes estudios en función del IDH, tomando como base este indicador han agregado otros elementos teniendo una variación en los resultados. Entre ellos cabe destacar el de Ramírez-Magaña (Cit. en López y Vélez, 2013), quien realiza el cálculo del IDH para los estados de la república, pero a diferencia del PNUD él no incluye PIB per cápita ni la tasa de matriculación escolar, pero incluye la variable vivienda, tomando en cuenta indicadores como el porcentaje de viviendas con drenaje, electricidad y agua potable. Los resultados mostraron que en particular el estado de Oaxaca, en el año 1990, tenía el IDH más bajo. Si bien en los demás estudios se muestra al estado de Oaxaca como uno de los Estados con menor IDH, la metodología empleada por Ramírez-Magaña lo muestra como el Estado con menor IDH de toda la República, lo que manifiesta la gran debilidad que tiene el Estado con respecto a esta variable (vivienda). (Martínez, 2018)
Durante el periodo 2000-2015 en cuestión a los servicios de la vivienda, las viviendas con energía eléctrica, HUATULCO tuvo el mayor crecimiento anual (4.93%) y con el menor MATÍAS ROMERO (1.44%). Para viviendas con agua entubada HUATULCO tuvo (11.08%), mientras que PINOTEPA NACIONAL solo un (2.89%). Para las viviendas con drenaje MIAHUATLÁN con el mayor crecimiento (5.14%) y con el menor IXTEPEC (1.07%), finalmente para viviendas que cuentan con todos los servicios, PUERTO ESCONDIDO con un (7.45%) y con el menor resultó IXTEPEC (2.49%). La construcción de vivienda ha ido en aumento anualmente en Oaxaca, de un total de 1,518,989 viviendas (INEGI, 2015), el 65.25% son viviendas con electricidad, 58.74% viviendas con agua entubada; 51.03% viviendas con drenaje; y solo el 33.20% viviendas que cuentan con todos los servicios a la vez.
Comportamiento de entre la vivienda y el desarrollo sustentable
Las ciudades que sobresales para el índice de la Vivienda son: TUXTEPEC, ZMT, JUCHITAN y HUATULCO; para el Desarrollo Sustentable son las ciudades de TUXTEPEC, ZMT, MATÍAS ROMERO, TLAXIACO, PUERTO ESCONDIDO y HUATULCO; y finalmente para el Desarrollo Sustentable en la Vivienda resaltaron las ciudades de TUXTEPEC, ZMT y HUATULCO. Aspectos reflejados en la estructura interna del desarrollo de las ciudades analizadas (Figura 4).
Fuente: Elaboración de los autores con apoyo del Software Mapa Digital versión 6.1 (2013)
En cuestión al comportamiento del desarrollo sustentable con respecto al incremento de la vivienda se visualiza en la gráfica 1 que, en esta interacción existe una tendencia divergente entre ambos indicadores, es decir a mayor crecimiento de la construcción de vivienda, menor desarrollo sustentable tendrán las ciudades analizadas; y como ejemplo se muestra que en el año 2012 se obtuvo el valor más alto en el índice de vivienda, en tanto que el índice de desarrollo sustentable presentaba una tendencia a la baja.
Gráfica 1.- Comportamiento del desarrollo sustentable y la vivienda en la SCOAX, 2000-2015
Fuente: Elaboración de los autores con datos de los censales (2000-2015, INEGI)
En este análisis, se evaluó el grado de asociación de la creación de viviendas y el desarrollo sustentable en la SCOAX resultando un (coeficiente de correlación de -0.92 y una significancia de 0.001). Basado bajo la propuesta que la construcción de vivienda estimula el desarrollo sustentable,
siendo rechaza debido a que existe una asociación alta significativa pero negativa, es decir, la vivienda construida no contribuye con la sustentabilidad de la SCOAX. La ecuación resultante es IDS=0.847+0.01145 IV.
En lo que respecta al análisis de redes, partiendo de la propuesta de que existen ciudades que ejercen la función de “lugares centrales” derivados de la actividad de la vivienda en Oaxaca, específicamente se esperaría que las ciudades de mayor tamaño en cuanto a población y territorio como son las zonas metropolitanas ZMO y ZMT cumplieran esta función, sin embargo, en el análisis de redes se comprobó que esto no está sucediendo, (Figura 5). En cambio, existe una distribución regional de las ciudades encontrando interacciones poco consistentes, ya que existen regiones del Estado como la Mixteca, Cañada, Sierra Sur o Sierra Norte donde no se detecta ninguna ciudad de jerarquía importante. Sólo las regiones de Valles Centrales y el Istmo cuentan con un sistema de ciudades articuladas. En la región Costa sus ciudades ya presentan cierta articulación, pero básicamente con la ciudad capital, la ZMO. Como consecuencia se presenta como un sistema disperso de lugares centrales, que manifiestan una baja interacción entre ellas, existiendo la concentración del ingreso entre y al interior de las mismas.
Fuente: Datos obtenidos por UCINET, elaboración con los datos censales (2000-2015, INEGI)
A pesar de los altos valores de las correlaciones entre las ciudades a partir de los indicadores de la vivienda y el desarrollo sustentable, indicando una fuerte interacción entre las ciudades, la centralidad de las ciudades de Oaxaca muestra un promedio del 0.20%, manifestando una muy baja centralidad del conjunto (9.47%), sobresaliendo sólo las ciudades de JUCHITÁN, IXTEPEC, y la ZMT con los mayores valores, otras ciudades muestran una centralidad incipiente (OCOTLÁN, ZMO, TUXTEPEC, LOMA BONITA y MATÍAS ROMERO), y el resto una
centralidad nula; confirmando que no existe un lugar central dominante, sino con múltiples interacciones, resultando una red de ciudades aisladas, pero con una posibilidad incipiente que las ciudades de JUCHITÁN, IXTEPEC, y la ZMT pueden llegar a configurar una interacción más intensa, y generar una red futura entre ellas.
Con respecto a los servicios, y de acuerdo a su tasa de crecimiento, las viviendas en el SCOAX muestran un mayor equipamiento de electricidad y agua en HUATULCO, y la disponibilidad del servicio de drenaje en MIAHUATLÁN (Figura 6).
Fuente: Elaboración propia con datos de los censales INEGI (2000-2015) citado de (Miguel, 2017c)
En lo que corresponde al tema ambiental en el SCOAX, representado por indicadores como el consumo de agua y la generación de residuos sólidos urbanos (Figura 7), se observa que entre 2000-2010 existió un valor constante en ambos indicadores en todos los años, pero con un impacto destacado en la ZMO correspondiente a la región de Valles Centrales, sólo surgiendo un crecimiento en la generación de residuos sólidos para PUERTO ESCONDIDO, ciudad ubicada en
la región de la Costa. Por otra parte, de acuerdo a los registros de la CONAGUA (2014), TUXTEPEC resultó la ciudad con la mayor cantidad de agua extraída, y las ciudades de IXTEPEC, MATÍAS ROMERO, y PUERTO ESCONDIDO con la dotación de agua más baja para el uso en viviendas de las ciudades analizadas.
Fuente: Elaboración propia con apoyo del Software Mapa Digital versión 6.1 a partir del Marco Geoestadístico Nacional 2013 citado de (Miguel, 2017c).
En conclusión, se confirmó la importancia de la vivienda como factor del desarrollo, y por consiguiente como patrimonio familiar en el estado de Oaxaca, pero la construcción de vivienda no está contribuyendo al desarrollo sustentable de las ciudades de Oaxaca, influyendo territorialmente en la dispersión. Requiriendo una revisión de las políticas públicas para facilitar la edificación de la vivienda con la intención de mejorar la centralidad de la red de ciudades, de preferencia viviendas con diseños urbanísticos integrados territorialmente a las ciudades existentes, y que cuenten con todos los servicios, para generar un mayor impacto en el bienestar económico, social y ambiental de la misma, y de esta forma contribuir a mejorar la calidad de vida de la población de los centros urbanos en el estado de Oaxaca, México.
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