Jorge Santos Valencia1
Palabras clave: Unidad doméstica migrante; migración interna pendular; jornaleros agrícolas; estrategia de sobrevivencia; roles de género; política social
El municipio de Santa María Xadani es una población indígena zapoteca. Se encuentra ubicado en la Región del Istmo de Tehuantepec, el cual según los datos del año 2010 proporcionados por el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal, la comunidad contaba con una población de aproximadamente 7 mil 781 personas, de las cuales 3 mil 852 son mujeres y 3 mil
1 Licenciado en Economía por el Instituto Politécnico Nacional. Estudiante de la Maestría en Sociologìa del Instituto de Investigaciones Sociològicas de la UABJO.
Linea de Investigación: Ruralidad y Migración. E-Mail: dixhazaa79@hotmail.com
929 son hombres, cuya Población Económicamente Activa, ascendía a 3 mil 214, donde el índice de marginación es considerado medio, según el censo de población del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), y registrando un movimiento migratorio de mil personas anualmente, representando el 31.11 % de la PEA en dicha comunidad.
Lo anterior, nos revela que a pesar de que en este municipio es considerado como nivel de marginación medio por las instituciones de medición de los índices de desarrollo humano, genera en los últimos tiempos un desplazamiento y movilidad de un importante número de ciudadanos cada año, que se estima puede llegar a ascender a mil cuatrocientos jornaleros agrícolas.
Otro aspecto que considero de vital trascendencia en el análisis fenomenológico es la puntual observación del implemento de las estrategias de sobrevivencia de los integrantes de la unidad doméstica migratoria, derivado que ello le permite en la vida cotidiana a sus integrantes desempeñar actividades productivas diversas en el ciclo migratorio, considerando el espacio- tiempo de estancia en el lugar de origen y en el lugar destino. En ese sentido, cabe resaltar que dichas actividades se ubican en el sector económico primario y terciario principalmente, vinculado a la agricultura de temporal y en mayor medida a la pesca rivereña de subsistencia que está condicionada por los tiempos climáticos, así como al comercio de productos alimenticios procesados artesanalmente, como el totopo de maíz, así como en la proliferación de pequeños negocios que ofrecen y venden alimentos derivados de la actividad pesquera.
Sin embargo, esto no es suficiente para poder asegurar la reproducción material y cultural de los integrantes de la unidad doméstica jornalera, por lo que se ven en la imperiosa necesidad de migrar como una de sus estrategias de sobrevivencia, en la búsqueda constante de mejorar las condiciones de vida, como lo expresó en entrevista la familia Guerra Castillo con la experiencia de más de cuarenta años como migrante jornalero agrícola, y como consecuencia de la falta de empleos por los fallidos proyectos desarrollistas gubernamentales principalmente los establecidos a mediados de la década de los años 70’s en la Región del Istmo de Tehuantepec, a través del cierre de la empresa paraestatal Planta Beneficiadora de Arroz “Benito Juárez”, ubicado en el municipio de Juchitán de Zaragoza, que traía consigo una central de maquinaria permitiendo contratar y emplear a personas que no poseían terrenos, de igual manera quienes si tenían terrenos establecían un contrato, como mecanismos de compromiso mercantil para entregar el producto una vez que culminara el periodo de cosecha, todo esto en el marco del polígono que se encontraba establecido
en el distrito de riego que administraba operativamente las oficinas centrales de la presa “Benito Juárez”, ubicado en el Municipio de Jalapa del Marqués; otro aspecto que impacto de manera negativa la empleabilidad de mano de obra de los pueblos vecinos de la región, fue el cierre de la empresa paraestatal Ingenio Azucarero “José López Portillo” ubicado en el municipio del Espinal. En ese sentido, es importante destacar que existió empresas que cerraron operaciones comerciales; tales como: la Planta Impregnadora tras la privatización de la paraestatal ferrocarriles nacionales y la empresa privada de Calidra “La Tehuana”, ubicado en el Barrio Lieza del Municipio vecino de Santo Domingo Tehuantepec que de igual manera empleaban mano de obra de municipios del Istmo de Tehuantepec, principalmente de los más cercanos geográficamente, entre ellos Santa María Xadani. Derivado de lo anterior, cabe destacar dos factores que influyeron para el cierre de las empresas; destacando en primera instancia la circunstancia de escasez de agua por parte de la presa; y como segundo factor, las presiones políticos-sindicales que generaban los trabajadores, a través de la Coalición Obrera Estudiantil del Istmo (COCEI). De tal manera, que dicha situación económica imperante en la región fue impactando en la sociedad, provocando que la migración interna pendular representará una opción concreta y tangible de sobrevivencia contra
la pobreza.
En ese contexto, existen diversas publicaciones importantes de investigadores sociales sobre el estudio de las transformaciones que se genera en las unidades domésticas, a través de los roles de género y las estrategias de sobrevivencia, pero resulta insuficiente para lograr entender en su complejidad y particularidad el entramado de significados y significaciones, así como los efectos de éste fenómeno social representa para los integrantes de las mismas, en el municipio de Santa María Xadani, en especial la de los jornaleros agrícolas que por ser de origen indígena zapoteca y vivir en un contexto de ruralidad, posee características propias que van acompañados de sus usos y costumbres.
En el desarrollo del presente trabajo de investigación será fundamental considerar que la familia es una institución social fundamental de la sociedad y en el caso de Santa María Xadani no es la excepción, por lo que deberemos considerar lo expresado por (Román, 2013), en el sentido que (la familia) “ha resistido los embates e impactos de las enormes transformaciones sociales manteniendo como célula básica de la sociedad y, para hacerlo, se ha transformado, diversificando su composición y estructura y cambiando los roles y modelos de género y generaciones en su
interior”.
Sin embargo, derivado de la idiosincrasia cultural en la concepción del mundo de la vida, existen peculiaridades que habrá que ser resaltados en el proceso del desarrollo de las interacciones intersubjetivas, considerando como espacio de organización básica del individuo: la unidad doméstica migrante en esta comunidad.
Como lo hemos expresado anteriormente, que las investigaciones y publicaciones realizadas poco abordan y desarrollan a profundidad el conjunto de características, vínculos y relaciones sociales entre los integrantes de la unidad doméstica migrante de origen indígena desde la orientación, acompañamiento y autoridad de los padres – abuelos, como el caso de la familia Guerra Castillo, en donde el papel decisivo de autoridad moral de Gabino y Reyna es fundamental para que se mantenga entre las distintas familias nucleares que han formado sus hijos, un cierto nivel de cohesión, equilibrio, convivencia y solidaridad, en su particularidad y en la interacción entre ellas. A través de lo que denominaremos un sistema intersubjetivo de consejos.
En ese sentido, para Torrealba (1989), “la relación migración-familia es muy compleja; su definición, funcionamiento, varía mucho según las sociedades y hasta dentro de un mismo país (…) da lugar a procesos de fragmentación y/o reintegración en la estructura familiar, que afectará su funcionamiento. Incluso puede dar lugar a una nueva unidad familiar. Estos ajustes se harán tomando en cuenta las características de los integrantes de la familia (…)”.
Es preciso señalar que en la conformación de la familia nuclear dentro de la familia extensa de jornaleros, representa una forma de alimentar y proveer de integrantes a la unidad doméstica migrante, en el cual se presenta la transmisión de conocimientos y oficios de manera intergeneracional, por lo que los hijos manifiestan comportamientos importantes en los ámbitos de cambio de rol, en sus distintas etapas de proceso de vida. Por tal motivo, en esta comunidad a partir de los 14 años empiezan a trabajar como jornaleros agrícolas y aportar ingresos monetarios a la familia.
Bajo ésta circunstancia los hijos desempeñan un papel importante no solo en el aspecto productivo, sino también en el aspecto reproductivo ya que a temprana edad en promedio 15 años inician la conformación de parejas y matrimonios, como lo explicó la familia entrevistada, donde expresan que en ocasiones las esposas de los hijos son originarias de la comunidad que han ido como jornaleros agrícolas, así como la posibilidad que las parejas sean de igual manera del lugar
de origen, y que al paso del tiempo el proceso se observa en la unidad doméstica migrante una integración en ocasiones multicultural, con la incorporación de nuevos integrantes como lo son: los nietos, sobrinos, yernos y nueras.
Por lo tanto, los lazos de parentesco se integran y se fortalecen, la unidad doméstica migrante se amplía y se establece a nivel externo una red entre la comunidad origen y la comunidad destino de donde es originaria la esposa, nuera o yerno, así como a nivel interno un proceso de práctica cotidiana cada vez más puntual para cada integrante de la unidad de sus derechos y obligaciones. Dicho proceso sirve como preámbulo para que en la medida de la coincidencia en el lugar destino de los próximos traslados, se genere un mecanismo de apoyo y acompañamiento de los jornaleros agrícolas.
Para el caso de las familias de jornaleros agrícolas de Santa María Xadani, no solo es importante compartir una experiencia de vida en común y cotidiana, también lo es compartir ingresos y fondos económicos - materiales para satisfacer necesidades básicas (calzado, vestimenta, alimentación, vivienda, entre otros.) para ello, la constitución del jefe de familia, se establece a partir del significado que se sitúa y prolifera en el imaginario individual, colectivo y social, en donde el padre- abuelo y la madre-abuela se convierten en figura de autoridad consejera que coadyuva en la operación de las estrategias de sobrevivencia y los roles de los integrantes de la familia, de las cuales destacan:
-Las hijas tienden a apoyar a la madre en las actividades propias del hogar, como el cuidado de los menores de edad y en caso de existir adultos mayores, en la elaboración de alimentos, artesanía doméstica de autoconsumo y comercio local a partir del bordado, así como la producción y comercialización del totopo de maíz. Cabe resaltar que se observa que a la edad de 14 años son proclives a formar matrimonio e iniciar su vida reproductiva.
-Los hijos apoyan al padre en actividades agrícolas y pesca rivereña de subsistencia, llegada la edad de 12 años se suma a la anterior el desempeño de la labor como jornalero agrícola.
Por lo tanto, enfocamos el objetivo central en el proyecto de investigación, como el proceso de observar y expresar si efectivamente existe una transformación en las características de la unidad doméstica migrante de un municipio rural-indígena, diferenciarla del tipo, funcionamiento y característica de la unidad en relación a otras formas de organización en contexto de migración que existen en diversas regiones del país y el mundo, y que no corresponden a las mismas realidades
sociales, económicas, culturales y políticas.
Un primer acercamiento y pista de disertación teórica lo proporciona David Robichaux (s.f.) que expresa las diferencias encontradas entre hogares indígenas y no indígenas. “En los primeros la responsabilidad económica no es exclusiva del hombre, y que la mujer trabaje no representa un motivo de conflicto (…) en cambio entre los no indígena, la relación entre una cosa y otra suele ser muy estrecha”.
En ese sentido, los efectos en la unidad doméstica migrante, sus conflictos y características la veremos reflejada en la distinción de los roles de género, las estrategias de sobrevivencia y las políticas sociales gubernamentales que viven y experimentan en la vida cotidiana una comunidad indígena.
El presente trabajo de investigación busca desarrollar un estudio sobre la transformación de la unidad doméstica migrante, considerando la implementación de diversas estrategias de sobrevivencia y los distintos roles de género que se asumen por parte de los jornaleros agrícolas que componen la unidad, en el municipio de Santa María Xadani, Oaxaca.
Es importante resaltar que este municipio se caracteriza por ser una comunidad rural; en donde, las actividades primarias principales de la mayoría de sus habitantes son: la pesca rivereña, la producción de diversos cultivos agrícolas, tales como el maíz, sorgo y ajonjolí, además de la comercialización local de productos alimenticios, entre otros.
En ese sentido, De Grammont (2008) describe que:
“La vida rural, tradicionalmente asociada a la actividad agropecuaria, abriga ahora una diversidad de actividades y relaciones sociales que vinculan estrechamente las aldeas campesinas con los centros urbanos y la actividad industrial. Ahora el campo no puede pensarse sectorialmente, solo en función de la actividad agropecuaria, (pesca) y forestal, sino que debe tomar en cuenta las demás actividades desarrolladas por su población… la población rural no agrícola adquiere mayor importancia y conforma unidades familiares plurifuncionales que se reproducen a partir de la combinación de las diferentes actividades económicas de sus miembros. Así mismo, en las unidades de producción campesina e
incluso en las empresas agrícolas familiares los ingresos no agrícolas adquieren mayor relevancia. En muchas regiones la migración para buscar un ingreso complementario ya no es un fenómeno secundario, sino que es un mecanismo fundamental en las estrategias económicas del hogar” (P.25)
De igual manera, es importante contextualizar que bajo el estudio y la discusión generada en torno a los dos enfoques sobre la idea de la nueva ruralidad que se vive en América Latina, en donde existe una nueva relación campo-ciudad y los límites entre ambos ámbitos de la sociedad se desdibujan y sus interconexiones se multiplican, son desarrolladas entre otros por autores como Hubert C. De Grammont. En ese sentido, la comunidad indígena zapoteca de Santa María Xadani no está distante y lejana a las grandes tendencias de la nueva ruralidad, destacando las siguientes consideraciones (P.25):
La desaparición de los dos grandes campos geográficos económicos y sociales que dominaron el mundo capitalista desde sus orígenes hasta la actual globalización, el campo y la ciudad, como dos mundos diferenciados, aunque complementarios.
El proceso de urbanización del campo porque se incrementaron las ocupaciones no agrícolas en el campo, los medios de comunicación masiva (radio, televisión, teléfono o radio de ondas cortas) llegan hasta regiones apartadas, las migraciones permitieron el establecimiento de redes sociales y la reconstrucción de comunidades en el lugar destino. De igual manera, se habla de la ruralización de la ciudad derivado de la falta de desarrollo urbano, principalmente en la periferia en donde se establecen los migrantes, experimentando un proceso de hibridación en los cuales la cultura indígena se urbaniza a la vez que la cultura urbana se indianiza.
Las tecnologías revolucionan la vida en el campo y en la ciudad, en particular las telecomunicaciones, la informática, la biotecnología, entre otras.
La desigualdad social la pobreza y la marginación son fenómenos que sustituyen la idea del desarrollo y de la integración nacional.
El problema de género atraviesa por todos los problemas mencionados y la conservación del medio ambiente es una exigencia más apremiante, para buscar nuevas metodologías
para la definición de las políticas públicas.
Bajo ese contexto, es importante observar los cambios que a lo largo de su proceso histórico las unidades domésticas como forma organizativa de los jornaleros agrícolas de la comunidad de Santa María Xadani han experimentado en el marco de su vida cotidiana, en la construcción de las estrategias de acción, en las actividades productivas y reproductivas. Para ello, consideramos pertinente realizar una aproximación teórica del concepto de unidad doméstica, considerando esta nueva ruralidad, así como los aspectos centrales de la teoría desarrollada por Chayanov (1974), con relación a la unidad económica campesina, partiendo del supuesto:
“que la economía campesina no es típicamente capitalista, en tanto que no se pueden determinar objetivamente los costos de producción por ausencia de la categoría salarios… finalizado el año económico no puede ser conceptualizado como parte de algo que los empresarios capitalistas llaman ganancia. El campesino, en tanto utiliza la fuerza de trabajo de su familia y la de él mismo, percibe ese excedente como una retribución a su propio trabajo y no como ganancia. Esta retribución aparece corporizada en el consumo familiar de bienes y servicios… si queremos tener un simple concepto organizativo de la unidad de explotación doméstica campesina independientemente del sistema económico en el cual está insertada, inevitablemente deberemos basar la comprensión de su esencia organizativa en el trabajo familiar” (Pp. 8,9)
Sin embargo, para Harris (s.f.) está claro que en muchos contextos los términos familia y unidad domestica se utilizan como equivalentes, pero también se refieren a distintos conjuntos de significados. (P. 201). En ese sentido, refiere a la necesidad de tratar estos conceptos de manera separada, pero como una unidad de organización que expresa una realidad social concreta. La autora, parte del hecho que en la mayor parte del mundo el reclutamiento de los grupos domésticos se hace, idealmente a través de las relaciones de parentesco y matrimonio. El matrimonio puede proveer al reclutamiento de nuevos miembros para unidades ya existentes, o puede constituir la base para la creación de una unidad nueva, pero también proporciona un medio por el cual las familias se reproducen de una generación a otra.
Otra característica de la complejidad de esta unidad de explotación doméstica es como lo manifiesta Chayanov:
“el problema es determinar qué mecanismos están por detrás del trabajo del trabajo familiar de una unidad de producción fundamentalmente doméstica. De un lado de la ecuación están el tamaño y la relación existente en el seno de la familia entre los que trabajan y los que no trabajan, expresada en la intensidad del trabajo (así como) … el grado de auto explotación de la fuerza de trabajo de la familia” (P. 10).
En ese sentido, el trabajo del campesino, pescador o jornalero agrícola persigue como fin central y primario, la satisfacción de sus necesidades de subsistencia en dos sentidos: en la parte reproductiva y en la productiva. Para el caso de los integrantes de las familias jornaleras podemos expresar que existe una forma organizativa que ha trascendido tanto históricas, por la trasmisión generacional; y social, por la expresión de interacción entre los integrantes de una misma unidad, así como en la interacción con otras unidades de la misma comunidad de origen o en las comunidades destino, sin dejar de considerar el contexto en que está situada por las necesidades de consumo de la unidad doméstica migrante. Derivado que el integrante de las unidades domésticas de la comunidad se desarrolla en un contexto rural, podemos expresar que predominantemente estas unidades tienen la fuente central de su composición y organización a la familia nuclear y al sistema de parentesco, que pasa a convertirse en esta interacción en una familia de carácter extensa.
En ese sentido, Marshall (1965) expresa:
“Las unidades domésticas de una comunidad son a veces morfológica- mente heterogéneas: además de las familias, incluyen otras clases de unidades domésticas compuestas, por ejemplo, de personas que, por su edad, pertenecen a una clase determinada. Además, aunque no es muy frecuente, las familias pueden estar totalmente sumergidas dentro de grupos domésticos con dimensiones y estructuras de linaje. Cuando la unidad doméstica es un sistema familiar, las formas pueden variar desde nucleares a extendidas, y dentro de esta última categoría puede haberlas poligámicas, matrilocales, patrilocales y una gran variedad de otros tipos.” (P.93).
Esto da pauta a entender que en el modelo de unidad económica campesina de Chayanov existen dos aspectos importantes, primero la configuración de una visión subjetiva económica del trabajo de un campesino o artesano, en donde lo que persigue como fin es la satisfacción de sus necesidades, en tanto que pondera la subsistencia y no la obtención de ganancia, a través de la apropiación integra del producto que ha producido u obtenido por el esfuerzo o intensidad del trabajo. Otro aspecto importante que considera el autor es el tamaño o número de integrantes de la unidad económica, que configuran en su conjunto una economía campesina básicamente mercantil, en donde el campesino vende para comprar y tiene como fin la satisfacción de las necesidades de los integrantes de la unidad doméstica.
En ese sentido, Chayanov observa a la unidad económica campesina como una empresa en la cual el jefe se contrata a sí mismo como obrero solamente es concebible en un sistema capitalista…vista como una de las formas de organización de las empresas económicas privadas (Pp. 34,35).
Bajo ese contexto y en esa línea de disertación, Liendo (2013) refiere que el modelo de Chayanov:
“descarta la dinámica en la que las unidades económicas campesinas se encuentran inevitablemente inmersas… apela a una serie de abstracciones sucesivas, que colocan a las unidades económicas campesinas actuando en el vacío. La elección metodológica responde al deseo de observar rasgos internos de la organización de la empresa económicamente campesina incontaminados del contacto con la sociedad más amplia de la que forma parte… si bien reconoce que el mercado afecta las decisiones productivas de la familia campesina no teoriza sobre este aspecto de la realidad… renuncia a la historicidad como punto de partida… al construir a partir de ella un tipo ideal, el autor inmoviliza su objeto de estudio, alejándose de las practicas campesinas concretas por medio de la aplicación mecánica del modelo. Esto le permite probar la capacidad de supervivencia de un campesinado homogéneo, aunque aún precio excesivo: la imposibilidad de explicar el cambio”. (s.p.)
De igual manera, en el análisis del modelo de Chayanov la autora Harris (1986) destaca la
siguiente reflexión:
“un aspecto común a muchas teorías de la unidad doméstica es tratar esa forma de empresa como una unidad aislada cuyo funcionamiento se puede analizar sin referencia a estructuras sociales y económicas mayores ni a la naturaleza de las relaciones dentro de la unidad. Se basa en premisas que se vuelven aún más significativas por el hecho de que casi nunca se hacen explícitas. En particular, la supuesta o ideal autosuficiencia de la casa individual sugiere una separación fundamental entre esa unidad y el resto de la sociedad… o bien se imagina la sociedad como una serie de unidades idénticas, que se mantienen juntas de alguna manera que no se define o bien la sociedad es vista como de alguna manera exterior a la unidad doméstica o en oposición con ella… su teoría depende del mercado”. (P. 204).
Sin embargo, considero que la aportación teórica de Chayanov se encuentra expresado en su interés principal de comprender a la unidad económica campesina como forma organizativa, como equilibrio orgánico, además de desarrollar sus métodos que permiten tener una aproximación cuantitativa y la limitada conceptualización cualitativa, en la determinación del grado de satisfacción y de bienestar de los integrantes de la unidad doméstica, así como la reacción ante las influencias de los factores externos, naturales y económicos que aceptan como establecidos y dados.
El cuál como ya se ha manifestado, no existe la categoría económica del trabajo asalariado, salarios y ganancias, su esencia es el trabajo familiar. Una familia que no contrata fuerza de trabajo exterior, que tiene una cierta extensión de tierra disponible o en su defecto como es el caso de Santa María Xadani poseen como recurso natural la laguna superior del Golfo de Tehuantepec, permitiéndoles desempeñar el oficio de pescador rivereño de generación en generación, usando su fuerza e intensidad de trabajo, y que es acompañado de igual manera, por del factor número de integrantes de la unidad doméstica, a través del uso de sus propios instrumentos de trabajo, que en la mayoría de las ocasiones se ve obligada a emplear parte de su fuerza de trabajo en oficios rurales no agrícolas, como el caso de la actividad laboral de la construcción.
Este aspecto mencionado, condiciona la noción del desarrollo del ciclo familiar estableciendo la importancia de observar en la composición e integración de una unidad doméstica,
aspectos tales como: la residencia, el matrimonio, el divorcio, la herencia, la muerte de los padres y abuelos, así como otros aspectos del sistema de parentesco, por lo que la dinámica del cambio de vida de la unidad doméstica migrante afecta el modo en que se distribuyen y definen las diversas estrategias de sobrevivencia para asegurar la producción y reproducción de la unidad a la que pertenecen.
En ese sentido Chayanov manifiesta que:
“La concepción de cooperación compleja en el trabajo se vincula de manera gradual la fuerza de trabajo y el consumo, la familia se hace cargo de los hijos que no están en edad de trabajar, generándose un aumento en el nivel de consumo en proporción a los trabajadores, en el caso de las nueras que ingresan a la familia y tienen hijos aportara un aumento en la relación consumidor-trabajador en la familia compleja que se forma. “Los cambios que se registran en la composición de la familia en relación con su crecimiento, debemos notar en su madurez el aumento de manos que trabajan… cada familia, entonces, según su edad, constituye en sus diferentes fases un aparato de trabajo completamente distinto de acuerdo con su fuerza de trabajo, la intensidad de la demanda de sus necesidades, la relación consumidor - trabajador, y la posibilidad de aplicar los principios de la cooperación compleja”. (Pp. 55-56).
Por lo tanto, entenderemos que el volumen de la actividad económica de la familia se encuentra expresada en todas las formas de actividad económica de la unidad doméstica migrante, tanto en la agricultura como en la totalidad de las actividades artesanales y comerciales. En ese sentido, nos interesa conocer el resultado de la actividad económica total de la familia, del cual dependerá en gran medida la determinación de las estrategias de sobrevivencia.
En ese sentido, la importancia de comprender estas estrategias de sobrevivencia va acompañado de diversos factores, entre ellos podemos distinguir: un sistema de comportamientos y actitudes que se traducen en compromisos, acuerdos y convenciones entre los integrantes de la unidad doméstica. A su vez, estos factores se traducen en prácticas productivas y sociales, tendientes a asegurar aquellas condiciones de existencia y que permiten no sólo la reproducción simple de una unidad domestica como tal, sino también la de sus características particulares que
constituyen los elementos de integración y cohesión social, lo que contribuye a reforzar la dinámica de sus estrategias. Por lo tanto, está determinado dentro de cada comunidad y grupo social concreto, considerando a su dinámica interna de cada unidad doméstica, una multiplicidad de actividades productivas, artesanales y comerciales.
Al respecto Torrado (1980), hace referencia y remite a las estrategias de sobrevivencia a:
“las unidades familiares pertenecientes a cada clase o estrato social, en base a las condiciones de vida que se derivan de dicha pertenencia, desarrollan, deliberadamente o no, determinados comportamientos encaminados a asegurar la reproducción material o biológica del grupo. A la reproducción material - o sea a la reproducción cotidiana de la energía gastada por los integrantes del grupo en la producción económica y/o las tareas domésticas requeridas por el consumo familiar- se asocian comportamientos conducentes a la adopción de determinadas pautas de participación en la actividad económica por sexo y edad, así como conductas migratorias tendientes a posibilitar el acceso de oportunidades de empleo que proporcionen medios de subsistencias. A la reproducción biológica – o sea a la creación, supervivencia y desgaste de individuos miembros de la unidad familiar-, por su parte, se asocian comportamientos demográficos tales como la formación y disolución de uniones, la constitución de la descendencia y la mortalidad”. (P. 205)
En ese sentido, en la unidad domestica migrante desempeñan actividades pesqueras, agrícolas, artesanal, servicios y comercio de alimentos principalmente, constituyen las más importantes dentro de las estrategias de sobrevivencia rural en la comunidad de Santa María Xadani, la cual se constituye en un sistema social articulado de relaciones e interacciones entre sujetos o grupos de la misma población o poblaciones aledañas, como se observa al generar una división de tareas en ésta comunidad en donde comparten intereses personales y organizacionales comunes, pues el trabajo familiar en la pesca pasa por varias etapas, consiste en que el padre y los hijos se trasladan a la laguna superior a conseguir el pescado, que será procesado por la madre y comercializado por las hijas en los espacios mercantiles de las poblaciones, a su vez al no poseer terreno de siembra para producir el maíz, utilizan parte de los recursos obtenidos en sus actividades complementarias, para adquirir maíz y producir el totopo que será comercializado de la misma
manera.
Cabe señalar que las estrategias mencionadas pueden ser impactadas, no sólo por los fenómenos meteorológicos (huracanes y sequías), sino también por las presiones derivadas de la eliminación de los apoyos institucionales y los bajos o altos precios del maíz o el pescado en el mercado.
Otro aspecto de acción concreta que se empieza a manifestar con mayor fuerza en estas unidades domésticas migrantes ante tales adversidades, es la multiplicación y diversificación de las actividades económicas en las que se ocupan los integrantes principalmente jóvenes, particularmente en empleos no agrícolas, es la contratación de su fuerza de trabajo asalariada temporal en el ramo de la construcción, ya sea en poblaciones aledañas o en ciudades, tales como Monterrey y Guadalajara, ocasionando nuevamente el ciclo de la migración interna ya sea pendular o permanente, pero resaltando el cambio de giro de la actividad agrícola a la industrial.
En ese sentido, para Orozco y López (2007) es fundamental hacer referencia que:
“La estrategia racional de diversificar las actividades económicas responde a la imbricación de lógicas distintas, una determinada por la necesidad de mantener la reproducción de la mano de obra y la supervivencia familiar, y otra determinada por la lógica del mercado. Entre ambos polos se encuentra un abanico de formas de vida campesina cuyas respuestas ante la adversidad serán el resultado de su propia lógica y del contexto local y regional en el que se desarrollan”. (P.253)
En ella, la participación dentro de estas lógicas señaladas predominan las unidades domésticas con hijos pequeños, dentro de la familia extensa la existencia de las familias nucleares con hijos que trabajan y no están casados.
La estructura de la población por sexo establece un equilibrio entre hombres y mujeres, es preciso observar que las integrantes mujeres se dedican básicamente a las labores del hogar y participación en la economía familiar a través del ingreso obtenido en el comercio de la producción de alimentos. En ese sentido, las mujeres son parte activa de la unidad doméstica porque los beneficios económicos obtenidos por ellas repercuten directamente en sus familias. Estableciendo
con ello, procesos de reconfiguración de los roles de género, considerando que Santa María Xadani es una comunidad indígena zapoteca este proceso posee ciertas peculiaridades. Como lo refiere Reyes (2012):
“Dentro de las comunidades indígenas, las actividades de mujeres y hombres cobran relevancia, tradicionalmente la mujer se dedica a las actividades relacionadas con el hogar y los hombres a las actividades económicas. Había una separación que, dentro de la perspectiva de género, sería lo público respectivo a los hombres y lo privado concerniente a las mujeres. Las primeras se relacionarían con actividades de tipo económico, político y social para las segundas con actividades reproductivas, como son la crianza de hijos, atención a las labores del hogar, entre otros.
Actualmente, se puede señalar que los roles de mujeres y hombres se encuentran en proceso de reconfiguración. Todo esto motivado por la migración, los proyectos productivos, las escuelas y otras acciones que las mujeres y los hombres en el desarrollo de sus trayectorias de vida han ido reinterpretando y modificando en su forma de actuar” (P.94).
Esto se puede observar en la unidad doméstica migrante de Xadani, el espíritu de compartir ciertas actividades ya sea en las cuestiones domésticas del hogar o en las tareas de carácter productiva y reproductiva enmarca una forma distinta de relacionarse entre ambos géneros que integran la unidad doméstica. En voz de ellos manifiestan que todos se ayudan y apoyan, de tal manera que permita desarrollarse en lo individual y en lo colectivo. En ese sentido, prevalece esa corresponsabilidad al interior de sus integrantes. Sin embargo, existe y prevalecen ciertos rasgos que vislumbra estereotipos culturales que relega en un plano secundario el papel de la mujer.
Esto sucede cuando la madre-abuela de la unidad domestica migrante fallece, el fenómeno que se presenta al quedar viudo el padre-abuelo, las mujeres ya sea hijas, nueras e hijos menores de edad dejan de viajar en los próximos procesos migratorios de jornaleros, por disposición del varón se quedan en casa del lugar origen y únicamente generan la movilidad laboral los hombres (padre, hijos, nieto, sobrinos).
Un momento de equilibrio doméstico lo genera la presencia de la madre – abuela, en ese sentido Bastos (2001) expresa que:
“Entre los indígenas, la responsabilidad económica no es concebida como exclusiva de los hombres, con lo que el hecho de que la mujer jefa trabaje y aporte recursos a la economía doméstica no supone mayor problema. La expresión nos ayudamos, utilizada por estos varones, así lo demuestra…ello dentro de la más absoluta normalidad doméstica… esto refuerza a la larga la estabilidad doméstica, elemento fundamental para mantener la subsistencia del grupo” (P. 117).
Sin embargo para Lagarde (1996), desde la perspectiva feminista expresa que:
“La problemática de género en que estamos inmersos mujeres y hombres forma hoy parte sustantiva en la construcción de la democracia y la redefinición de los modelos de desarrollo, así como de la resignación de la vida personal y colectiva. La propuesta va de lo macro a lo micro, de la formación social a la persona, de la casa al Estado, del Estado al mundo, del género a cada quien, de cada persona a diversas organizaciones y a la sociedad civil, y pasa por supuesto por complejos mecanismos de mediaciones… La representación del orden genérico del mundo, los estereotipos sociales y sus normas, son fundamentales en la configuración de la subjetividad de cada quien y en la cultura…Se aprenden desde el principio de la vida y no son aleatorios, son componentes del propio ser, dimensiones subjetivas arcaicas y en permanente renovación, por ello son fundantes. Están en la base de la identidad de género de cada quien y de las identidades sociales asignadas y reconocidas al resto de las personas… La vida cotidiana está estructurada sobre las normas de género y el desempeño de cada uno, depende de su comportamiento y del manejo de esa normatividad… Por eso, como la perspectiva de género está basada en otra apreciación de los mismos temas, en otros valores y en otro sentido ético, choca y se confronta con las convicciones más acendradas de las personas, con sus dogmas, sus lealtades y su sentido del deber y de lo posible” (P.6).
En función de esta visión democrática en la relación de género entre hombres y mujeres, los roles de género al interior de la unidad domestica migrante se desarrolla y expresan bajo
circunstancias distintas, derivado que existe un contexto de vida cotidiana de carácter rural e indígena.
Es importante apuntar que, en el caso de las mujeres en el marco de los roles de género que se establece en la unidad doméstica, se presenta en la actualidad otro aspecto importante que lo genera la implementación de los programas sociales de carácter asistencial de gobierno y que están enfocados a otorgar un apoyo en efectivo a la mujer y a sus hijos que asisten a las escuelas, a través del Programa PROSPERA, al respecto Ortiz (2012), expresa que
“la situación de pobreza y de marginación masiva de Oaxaca plantea el reto de definir políticas públicas encaminadas a regular o frenar los movimientos migratorios, como una opción para buscar un desarrollo propio; sin embargo, cabe reconocer que las actuales acciones de las instituciones públicas… no tienen mayor impacto en el ingreso de las personas” (P. 45).
Esto resulta paradójico, porque si bien es cierto que no logra cubrir y satisfacer las necesidades básicas de consumo este ingreso, es a través de los programas sociales de gobierno como se operan y se definen y van dirigidos a las mujeres, entre ellas a las que integran la unidad doméstica migrante en la comunidad de Santa María Xadani. En ese sentido, han expresado dichas mujeres que estos programas sociales asistencialistas contribuye mínimamente al ingreso económico, pero que les resulta significativo para poder completar satisfacer algunas necesidades básicas de la unidad doméstica migrante.
A partir del modelo de unidad económica campesina, nos ha permitido generar una aproximación analítica, teórica y conceptual del fenómeno social que representa la migración interna pendular, principalmente de los indígenas zapotecas del municipio de Santa María Xadani.
Este ha pasado por un proceso de hibridación en aproximadamente cuarenta años de generarse ciclos migratorios anuales, en los últimos tiempos migrantes jóvenes de la comunidad están cambiando la rama de participación en dichos procesos de ciclos migratorios, de lo rural a lo urbano y viceversa, de jornaleros que aún persiste en el grueso de los migrantes de la comunidad,
a ser contratados por periodos de tiempo como empleados en la rama de la construcción.
Por lo tanto, es a partir de la unidad doméstica migrante como se puede comprender con mayor claridad la organización de individuos que siendo parte de una sociedad concreta, determinan, modifican, trasforman y establecen en un tiempo y espacio, sus acciones expresadas en las estrategias de sobrevivencia, en los roles de género, en la integración de los beneficios de las políticas sociales.
Lo anterior, nos otorga la posibilidad de señalar que la composición, el número de sus integrantes y el desempeño productivo que cada uno aporta a la unidad doméstica migrante supone es determinante para asegurar la producción y reproducción social de cada uno de ellos. Esto sin dejar de considerar que existe un proceso de diversificación de actividades económicas complementarias, de tal manera que les permita acceder a los satisfactores materiales. De igual forma, es importante señalar que otro factor determinante en el funcionamiento de la unidad, es la influencia de los factores externos de carácter estructural que impactan en la vida cotidiana.
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