Informe sobre la pandemia de COVID-19 en México

Informe
Comisión Independiente de Investigación sobre la pandemia de COVID-19 en México.
Aprender para no morir

Comisión

Jaime Sepúlveda (coordinador)
Claudia Agostoni
Sergio Aguayo
Mariana Campos
Julia Carabias
Enrique Cárdenas
José Ramón Cossío
Carlos del Río
Julio Frenk
Eduardo González-Pier
Tonatiuh Guillén
Antonio Lazcano
Helena Legido-Quigley
Carlos Mancera
María Elena Medina-Mora
Carol Perelman
Sylvia Schmelkes

Equipo de investigación

Mariano Sánchez Talanquer (coordinador)
Ricardo Becerra Laguna
Itzel Ortiz Zaragoza
Ana Pascoe Rodríguez
Lucía Abascal Miguel

Prólogo

Desde finales del año 2023, un grupo de académicos e investigadores en diversas disciplinas, preocupados por el impacto de la pandemia de COVID-19 en México e interesados en derivar lecciones para evitar futuras catástrofes, acordamos conformar una Comisión Independiente con el propósito de entender qué fue lo que pasó y por qué. Es decir, aprender para no repetir.

De entrada, es importante aclarar que los miembros de la Comisión Independiente dedicamos nuestro tiempo y esfuerzo de manera voluntaria y totalmente gratuita, pro bono. El trabajo de la Comisión es un esfuerzo profesional e interdisciplinario. Es, también, independiente de cualquier fuerza política o partidista. Su propósito no es descalificar ni exaltar, sino buscar la verdad, comprender y explicar con la mayor objetividad e imparcialidad.

Nuestra motivación es múltiple. Primero, el devastador costo humano resulta razón suficiente para buscar –si no es que exigir– respuestas. Segundo, en línea con los principios sustantivos de cualquier orden democrático, consideramos que es importante la rendición de cuentas. Éste es el primer paso no sólo para curar heridas, sino para reconocer el duelo y el desconsuelo que la pandemia ocasionó a tantas y tantos mexicanos. Tercero, analizar y explicar con detalle el manejo de una crisis como ésta es el punto de partida para remediar y mejorar. México puede y merece estar mejor preparado para responder a futuras crisis sanitarias. La sociedad mexicana merece un Estado capaz de actuar con responsabilidad y de protegerla, con mucha mayor eficacia, ante riesgos y amenazas. La forma en la que el país sufrió la crisis, como sus consecuencias presentes y futuras, son asuntos eminentemente públicos, colectivos y compartidos, que tocan a la razón de ser del Estado: proteger la vida de su población.

Algunos de nosotros hemos elaborado otros estudios, artículos científicos o de divulgación durante estos años, que se integran a la presente investigación, pero es la primera vez que en México se hace una investigación a fondo del conjunto de la pandemia, desde su inicio en el cruce de los años 2019 y 2020 hasta la declaratoria de fin de la emergencia, en mayo de 2023.

En ese arco de tiempo, entre confinamientos y aperturas, se instrumentaron una multitud de medidas, decisiones y acciones que en este Informe se ponen a la vista y de conjunto. El balance no es bueno. Se proyecta la sombra de una catástrofe humanitaria, sanitaria, social, educativa, económica. Por ello, resulta obligada una evaluación de todos los factores y procesos que formaron parte de un episodio de mas de tres años de duración, y en el que perdieron la vida cientos de miles de mexicanos: el episodio más mortal de la historia de México en un siglo.

Nuestra investigación arranca con una descripción cuantitativa y cualitativa de las seis oleadas con las que se presentó la pandemia en México. Es la historia de la propagación real, contagios y letalidad ahora reconocida desde su inicio hasta su conclusión y desmenuzada en múltiples indicadores importantes. Muestra, entre otras cosas, el abismo entre las expectativas ingenuas de la autoridad y los hechos que la rebasaron muy tempranamente.

Continúa con la comparación de México frente a otros países a través de los indicadores utilizados a escala universal (contagios, mortalidad por 100 000 habitantes, exceso de mortalidad, etcétera). Se ofrece un panorama que contrasta la realidad mexicana con la de países similares por su tamaño poblacional, por su densidad, por su nivel económico, por su cercanía regional, entre otros parámetros.

La pandemia vino a subrayar el carácter corrosivo de las fracturas sociales en nuestro país, por condición socioeconómica, por género, por región y por instituciones que debían atender a las personas. Ofrecemos el paisaje de la desigualdad que vino a ensañarse especialmente y, como siempre, con los más pobres. La investigación revisa la política, es decir, las decisiones y las concepciones que había detrás de ellas. Es un recuento de lo que nuestro gobierno efectivamente hizo e infortunadamente dejó de hacer en materia sanitaria y la manera en que tales eventos iban moldeando la expansión del contagio del coronavirus entre la población.

Un capítulo especial corresponde a la comunicación de esas decisiones y al tipo de orientación que el gobierno federal estaba obligado a difundir. Como se sabe, los mensajes de la autoridad son un asunto absolutamente crítico para el manejo de la crisis, para inducir la disciplina social necesaria y para proveer información relevante en el cuidado y autocuidado de la población. Es un relato en sí mismo y constituye una reconstrucción –una línea de tiempo– de la historia de la pandemia.

Otro capítulo revisa lo que los especialistas llaman factores estructurales, es decir, las condiciones materiales y financieras con las que contaba el país para prevenir contagios, atender enfermos y salvar vidas. Es un tema de la mayor relevancia y se ubica como uno de los vértices fundamentales que discute esta investigación, a saber: ¿los malos resultados se explican solamente por esas condiciones estructurales preexistentes o también por las decisiones de política, liderazgo, rigor y seriedad de quienes conducen la respuesta a la crisis? Todo lo cual tiene consecuencias entre la población, tanto la que sobrevivió directamente a la enfermedad, como la que se quedó sin atención médica por otras enfermedades graves o crónicas.

Un apartado central de este Informe se refiere al proceso de vacunación contra COVID-19, desde la adquisición hasta la aplicación de las dosis de refuerzo. Se trata del ciclo con el que, idealmente, los países cierran el periodo de emergencia; por eso su eficacia, orden y velocidad son cruciales. Aquí se ofrece un diagnóstico puntual de lo ocurrido en México en los últimos tres años.

Una dimensión que se ha discutido poco es la del marco jurídico existente y su modificación durante la pandemia. México ha vivido otros episodios pandémicos para los que el instrumental jurídico –constitucional, legal, reglamentario– fue suficiente y bien utilizado. ¿Qué pasó entonces durante la crisis del COVID-19? ¿Por qué vivimos tantos episodios en los que las normas fueron omitidas o mal formuladas?

El tema de economía y política económica se tratan en otra sección, así como el cúmulo de decisiones asociadas que acompañaron a la crisis sanitaria. Nuestra visión es que la política económica no correspondió a las directrices sanitarias y, sobre todo, que la austeridad aplicada sin matiz alguno se convirtió en un factor que determinó la insuficiencia y debilidad de la respuesta a la pandemia en México. Asimismo, nuestra investigación atiende el ejercicio del presupuesto en salud en los años 2020, 2021, 2022 e incluso 2023 y 2024. El panorama no sólo es el de un país que dispuso de muy pocos recursos para enfrentar una problemática enorme, sino de un gobierno que los subejerció en plena crisis y que, además, acabó devolviendo recursos a la Tesorería –con destino no aclarado– en el momento que más personas necesitaban ayuda y atención, en el momento de mayor presión para los servicios de salud. Asimismo, dado que el gobierno decidió prolongar el cierre de las escuelas durante casi dos ciclos consecutivos, el sistema educativo presenta un doble y enorme daño pues, al mismo tiempo que perdió en capacidad de aprendizaje de sus estudiantes, perdió muchos alumnos, que ya no regresaron a la escuela. Una merma en cobertura y en calidad de la que no hemos cobrado conciencia ni está en la discusión pública.

En las últimas páginas de este informe presentamos, a manera de resumen, un apartado de conclusiones y recomendaciones que pueden ayudar a sintetizar una experiencia insólita en la historia y a delinear una agenda de reconstrucción en todas aquellas áreas en las que más perdió nuestro país.

Estamos convencidos que México necesita este ejercicio de memoria y una evaluación rigurosa, con plena conciencia de lo que se hizo bien y de lo que se hizo mal para no repetirlo nunca más.

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