El 2020 fue un año de profunda recesión mundial, variables como empleo y bienestar cayeron estrepitosamente. Hoy, todos los países del mundo están padeciendo los efectos de la pandemia y, lo complicado es que aún no se perciben posibilidades de crecimiento mundial real a corto plazo, más aún, tenemos otro problema delicado, porque el SARS-CoV-2 está mutando, hoy vivimos la cuarta ola con la variante Ómicron. Las políticas públicas y las medidas de control de la pandemia muestran marcada diferencia entre los países de oriente y occidente. Observamos una fuerte fragilidad en los países de Europa, de América Latina y de América del Norte. Los países de oriente implementaron políticas públicas más autoritarias, ello en el marco de una cultura de solidaridad social inculcada a lo largo de miles de años en los ciudadanos de esas naciones, lo anterior fue acompañado de medidas de concientización para mantener el resguardo social y con ello, evitar aún más la propagación del virus.
Una vez más la realidad muestra la vulnerabilidad del sistema económico capitalista y de libre mercado. Más allá de las crisis financieras, hoy tenemos una crisis de salud que tiene en jaque a las economías del mundo, con crecimientos paupérrimos y, con una inflación más allá de lo lógicamente permisible. La economía de la incertidumbre está presente, Carl Marx está más vivo que nunca.
La sociedad debe reflexionar en la debilidad del ser y en la vulnerabilidad frente a un virus milimétrico que pone en jaque la vida humana. En algún momento se pensó que la ciencia permitiría que el hombre fuera indestructible frente a un virus como el que hoy está presente, ello ha quedado atrás. La arrogancia del ser humano por el poder económico o político está más presente que nunca, ricos y pobres, fuertes y débiles, viejos y niños mueren frente a la pandemia.
La libertad, la elección racional, el individualismo, el dominio de una clase sobre otra y, el racismo, son palabras que hoy no tienen razón de ser, la sociedad se ve así misma vulnerable, anacrónica, limitada y sometida. La realidad se convierte en ficción, la ficción en realidad, el control se sale de las manos.
La sociedad está presente frente a la incertidumbre, frente a lo desconocido. La modernidad y el progreso que se nos vendió, hoy está cuestionado. La sociedad muere frente a una pandemia en el marco de una revolución científica. El daño es colateral y los egos hoy se ponen en entredicho. Es la lógica del “daño colateral”, que se carga miles de vidas al día, con tal que nuestro ego de auto-suficiencia siga funcionando como una trampa sintomática (Panotto, N. 2020)
Los científicos en sus laboratorios intentan dar soluciones y, cuando creen que lo han logrado, llega una cuarta y posiblemente quinta ola que pone a prueba sus conocimientos, sus tecnologías y sus experiencias.
Pareciera ser que el quédate en casa salva vidas, pero un pequeño descuido puede llevarnos a perder la existencia, la ruleta rusa está presente. La Economía de la incertidumbre hoy pone en jaque el futuro previsible. La prosperidad está en entredicho. Debemos repensar los conceptos: ahorro, inversión, alimentación, prevención, cuidado, solidaridad, salud, protección, vulnerabilidad, creencia, etc. Debemos comprender la inexistencia del ser humano supremo, debemos entender la debilidad del ser humano temporal y preguntarnos, cómo repensar la acción social frente a la pandemia. Aprender a levantarnos de las cenizas, igual que lo hace el Ave Fénix, reconocernos débiles y vulnerables y, poner en acción la creatividad y la solidaridad social para reconstruir este mundo que, pareciera estar sin un destino viable y confiable.
Por el Virus Sars-CoV-2, más de 5 millones de personas han perdido la vida y, más de 266 millones de personas en el mundo han sido contagiadas. Hasta el momento México acumula más de 400 mil fallecidos y 4 millones de casos confirmados.
Esta investigación realiza una reflexión de la pandemia y de su impacto en la economía mexicana; analiza los niveles y la evolución temporal de las más importantes variables macroeconómicas: Producto Interno Bruto, Pobreza, Desempleo, Inflación, etc.
Desde el origen de la pandemia, el gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador, minimizó la misma y, los efectos que ésta traería a la economía mexicana (La Opinión, 2020). Afortunadamente los gobiernos estatales tomaron medidas para contrarrestar los contagios, los resultados en muchos casos resultaron favorables.
Con la pandemia millones de personas en México y el mundo se están sumando a los indicadores de pobreza y pobreza extrema, el impacto está siendo devastador en las economías pobres, pero también en las economías del primer mundo. Estados Unidos, quien traía un proceso de crecimiento económico constante, se encuentra en recesión y, con ello, está arrastrando a la economía mexicana, la cual, durante el 2020, presentó una caída del PIB del 8.5%, una de las más fuertes que los mexicanos han sufrido desde la gran depresión de 1929.