Como sobrevivir al home office y no deprimirte en el encierro
Fabiola Méndez /Damián Mendoza
Ante la actual pandemia, una de las estrategias que han implementado el gobierno y la iniciativa privada para continuar con las actividades laborales y, al mismo tiempo, evitar el contagio de la enfermedad apelando al aislamiento de las personas, es el teletrabajo o home office.
Para Erika Villavicencio Ayub, coordinadora de Psicología Organizacional de la Facultad de Psicología de la UNAM, es un momento crucial para poner en práctica esta modalidad de forma fija en las empresas, ya que la estrategia ha sido implementada en algunas antes de la crisis sanitaria y saben de los múltiples beneficios que otorga.
La investigadora y asesora de organizaciones explicó que aún hay centros de trabajo que no podrán lograrlo por la inversión en tecnología que requiere, la buena conexión a internet y un espacio para llevar a cabo las funciones de la mejor manera. “Tan sólo dos de cada 10 empresas podrán hacer frente a esta contingencia provocada por el COVID 19 debido al rezago tecnológico y la poca inversión en formación tecnológica y de equipos de trabajo”, refirió.
La formación de los colaboradores es un rubro a tomar en cuenta para que esta modalidad se incorpore a la vida laboral y se saque el mejor provecho, “que las nuevas generaciones ya traigan el chip del manejo tecnológico es muy positivo porque esta incorporación es mucho más sencilla, mientras que otros necesitarán capacitación”.
Sin embargo, los beneficios del home office son amplios, por un lado, para las organizaciones se encuentra el ahorro en servicios como luz, renta de espacios, aumento de productividad, mejor ambiente, tiene un impacto en la retención del talento ya que valoran ser parte de una organización, son más responsables y su sentido de permanencia aumenta.
Por parte de los trabajadores mejora su calidad vida y logran el tan anhelado balance entre su trabajo y su responsabilidad con la familia, aprovechan el tiempo de mejor manera y hay ahorro económico en gastos de traslados y comidas fuera.
También tiene un impacto ambiental porque se reduce el uso del combustible, el tráfico y la contaminación.
Sobreviviendo al Home Office
Con toda la información que está al alcance en los medios de comunicación, la población tiene trastornos de ansiedad y/o estrés, derivados de la alta exposición de noticias, la incertidumbre y miedo a lo que pueda pasar. Algunas conductas de desesperación incluyen las compras de pánico, automedicación y una gran distracción de sus labores porque la misma persona no puede concentrarse y ser productiva, ante un estímulo tan intenso como lo es el coronavirus.
En ese contexto, Erika Villavicencio da algunas recomendaciones para un Home Office exitoso, “hoy más que nunca se tiene que repensar en el diseño de los puestos de trabajo, en la gran mayoría (casi el 70 por ciento del trabajo) ya puede realizarse vía remota. Recordemos que desde junio del año pasado hubo una reforma que incluye el teletrabajo (home office) como uno de los derechos de los trabajadores”.
En ese sentido, es vital que se siga con los horarios y la rutina que se tiene, levantarse y desayunar a la misma hora, preparar el área de trabajo cómodo, con buen aire e iluminación. Si tienen hijos les deben delegar actividades tanto de apoyo al hogar, como académicas y didácticas.
Es importante dedicar un tiempo a recesos, hay que estirarse, cambiar de posición, “es importante empezar con periodos cortos, veinte minutos de trabajo por cinco de descanso e ir alargando estos periodos paulatinamente”. Hay que respetar el tiempo de la jornada y no involucrar actividades del hogar que terminen afectando el desempeño.
Preparar las condiciones para que el espacio posibilite la buena ejecución, esto incluye no usar televisión o música que distraiga y que usualmente no utilice en la oficina, tener a la mano agua para beber, botana saludable y cualquier cosa que evite distraerse. “Es una modalidad que puede funcionar pero que requiere una amplia responsabilidad de los líderes y los empleados para entregar en tiempo. Yo creo que debe de ir creciendo y posicionando para el futuro”.
Hay que informarse en fuentes oficiales para evitar caer en información engañosa, asimismo, refirió Erika Villavicencio, las empresas deben implementar un protocolo para atender y entender la protección emocional que pueda favorecer a sus trabajadores ya que diversas personas, entran en pánico ante el aislamiento.
Ante esto, consideró que México debe poner en práctica lo ya aprendido en el 2009 ante las afectaciones del H1N1 y del lamentable 19S del 2017. “Con el avance de los días la gente se desesperará por ir a trabajar y sentirse expuesto, o por aislarse y sentirse vulnerable de perder su trabajo, de no estar bien comunicados, tendrá ataques de pánico y desesperación que deberá que canalizar, evitar ideas irracionales, acercarse al área de recursos humanos y a sus jefes para evitar la angustia”.
Las emociones que presente cada persona dependerán de los rasgos de personalidad y las condiciones en las que se encuentre (salud mental, salud física, contexto familiar, laboral, económico, etc). “Es normal sentir ansiedad ante lo desconocido, ante lo saturado que estamos de información, pero es recomendable cuidar la salud mental para no tener otras afectaciones”, recomendó.
Para ello, es indispensable explicarle a las personas que cuando se sientan rebasados es necesario que hagan un ayuno de noticias, sí seguir al pie de la letra las medidas higiénicas y de protección, aprovechar el tiempo en tareas de meditación, ejercicio y hacer algún pasatiempo en el hogar que siempre haya anhelado en el tiempo libre que nunca llegaba.
Por otro lado, los trabajadores pueden sufrir un “síndrome de abstinencia” ante el cambio abrupto del acelere en la rutina a la que han estado expuestos los últimos años, “de repente dejar de “correr” traerá una desesperación de que algo hace falta”.
Para que eso no suceda, recomendó hacer una lista de actividades y tareas, incluir la lectura de libros, ordenar los espacios del hogar como closets, realizar limpieza profunda en áreas necesarias, pero también asignar un espacio del día a no hacer nada, que pueda dar un poco de tranquilidad a la mente, para continuar en el aislamiento que pocos pueden gestionar productivamente.
Finalmente, señaló que lo más importante es preservar la salud de cada uno de los integrantes de nuestros equipos de trabajo, de nuestras familias y de nuestro país.
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