Hacia la consolidación y desarrollo de políticas públicas en CTI
El documento Hacia la consolidación y desarrollo de políticas públicas en ciencia, tecnología e innovación. Objetivo estratégico para una política de Estado 2018-2024, fue entregado al Presidente Electo el 22 de agosto en el Palacio de Minería, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Este documento fue elaborado en respuesta a una convocatoria del Rector de la UNAM, Dr. Enrique Graue, y contó con la participación de una variedad de instituciones de educación superior, públicas y privadas, de centros e institutos públicos de investigación, de la red de consejos y organismos estatales de ciencia y tecnología, de consultorías, empresas, fundaciones, institutos nacionales de salud, organismos empresariales y agrupaciones académicas, entre ellas el Consejo Mexicano de Ciencias Sociales.
RESUMEN EJECUTIVO
La historia de la ciencia y la tecnología nos ha enseñado repetidamente que los avances en el conocimiento fundamental, a través de la ciencia, tarde o temprano llevan a aplicaciones técnicas e industriales que han revolucionado nuestras vidas.
Me parece improbable que el esfuerzo que nos ocupa ahora, en aras de comprender la estructura de la materia, debiera ser una excepción a esta regla.
Enrico Fermi
Vivimos hoy en un mundo donde la generación del conocimiento, el uso y aplicaciones de éste, son cada vez más importantes para el desarrollo y bienestar de una sociedad. En primer lugar, la búsqueda y producción de nuevos conocimientos, como actividad humana primaria, necesariamente implica también el desarrollo y consolidación de una sociedad más educada, más crítica, con mayor equidad y justicia, y más adaptable y capaz de reaccionar ante los cambios de su entorno. En este sentido, el desarrollo científico, como tarea intelectual creativa y original, no puede dirigirse con base en líneas preestablecidas de manera rígida, sino que tiene que darse libremente en todas las disciplinas para aprovechar cabalmente su potencial. Aunado a que es imposible predecir cuál será el próximo descubrimiento que pueda tener una aplicación directa y revolucionaria, lo anterior resulta ser la estrategia óptima para la innovación.
Por otro lado, si bien el acceso a los recursos naturales ha proporcionado durante largos periodos la posibilidad de contar con ingresos que en principio podrían mantener niveles de vida aceptables para ciertos países, incluido el nuestro, y la adquisición de tecnologías a terceros permite un cierto bienestar, los problemas y retos a los que nos enfrentamos hoy como sociedad a nivel regional, nacional y global, hacen imprescindible que el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI) sea un eje crítico en el avance de un país para estar en condiciones de enfrentar de raíz estos problemas. Este enfoque permite, además, dado que la generación de riqueza puede originarse a partir de un esquema meritocrático de mayor justicia, que se pueda dar, también, mayor equidad en lo social a largo plazo.
El desarrollo científico, tecnológico y de innovación permite, asimismo, que el Estado y la sociedad puedan tomar libremente las decisiones que satisfacen mejor a sus intereses. Es decir, la apropiación del conocimiento y de sus aplicaciones es un factor de soberanía nacional y de libertad en esta toma de decisiones, que de otro modo están sujetas a condiciones externas que pueden ser limitantes, o en el peor de los casos incluso contrarias a los objetivos de desarrollo. La ciencia, por su naturaleza, es un factor de intercambio, movilidad y discusión crítica que ayuda a una mejor relación interna en lo nacional, por su distribución en el territorio —que sin duda debe ser fomentada— y en lo internacional por las colaboraciones y proyectos con juntos que se llevan a cabo en todas las disciplinas.
En última instancia, la generación de conocimiento lleva a un mayor desarrollo económico y social que mejora el bienestar de la población, y con una adecuada política de difusión y divulgación, y con el fomento a la ciencia abierta, es un factor de orgullo y cohesión nacional que no debe menospreciarse. Los ejemplos son ya numerosos en nuestro país y merecen ser reconocidos, consolidados y fomentados, así como tomados en cuenta para el futuro.
Para llevar a cabo la actividad científica de manera libre y fructífera, son indispensables los siguientes ingredientes: recursos humanos calificados que puedan proponer y desarrollar iniciativas y proyectos sujetos a la evaluación de pares calificados—formando en el proceso a las generaciones siguientes en investigación e innovación y extendiendo las fronteras del conocimiento—; recursos financieros suficientes, confiables y programables en plazos adecuados al quehacer de generación del conocimiento, de la creación de infraestructura científica y de la formación de recursos humanos; infraestructura física en donde llevar a cabo las actividades sustantivas de manera eficiente y segura; y un marco normativo adecuado y flexible que permita la ejecución ágil de proyectos, desde las iniciativas individuales o de grupo, hasta los proyectos de gran envergadura con infraestructuras compartidas, ya sea a nivel nacional y/o internacional. La articulación adecuada de estos ingredientes por parte del gobierno, aunada al ejercicio de responsabilidad del Estado —de ser garante de la ejecución de las directrices generales en el largo plazo— llevará, sin duda, a cumplir los objetivos trazados para beneficio de la sociedad.
El presente documento elabora sobre los puntos anteriormente expuestos, recogiendo en lo académico, empresarial, educativo y de innovación el diagnóstico, análisis y recomendaciones de la comunidad nacional en CTI para la próxima administración federal, con el propósito de impulsar, fortalecer y consolidar la generación de conocimiento, la innovación y la educación superior, para que sean una palanca de desarrollo social y económico, y de bienestar social para nuestro país.
Este ejercicio de evaluación se llevó a cabo entre noviembre de 2017 y junio de 2018, a través de mesas de discusión y sesiones plenarias donde participaron más de 200 personas, representando a más de 70 instituciones del sistema de CTI que lo suscriben, y es consecuencia y seguimiento directo de una discusión similar realizada hace seis años, que fue muy relevante para el Programa de Ciencia, Tecnología e Innovación implementado por la federación. Un aspecto considerado central es dar continuidad a las acciones que en la síntesis se ven como benéficas, corrigiendo y modificando aquellas que, a la luz de su ejecución, pueden ser mejoradas, y agregando aquellas que habían sido omitidas. La lógica de aprovechar, consolidar y construir sobre los avances logrados —que son considerables—, subyace la estructura de la propuesta de manera transversal.
El primer bloque, capítulos I a III, pone el contexto del trabajo realizado tanto hace seis años como en esta ocasión, aborda la importancia de hacer ciencia por su propio valor y de la innovación y desarrollo tecnológico por sus beneficios para la sociedad, así como de la estructura del sistema de CTI actual en México, con sus capacidades y fortalezas, y también con sus debilidades y necesidades, que deben ser atendidas para detonar un verdadero crecimiento basado en el conocimiento. Se hace especial énfasis en aprovechar los avances que ha tenido el sistema de CTI en México; dar impulso a la investigación básica de manera general por su importancia intrínseca y como la única manera de tener un sistema de innovación y desarrollo tecnológico fuerte; contar con una vigorosa política de difusión y comunicación de la ciencia; aprovechar el bono demográfico para el crecimiento del sistema de CTI; y desarrollar proyectos específicos nacionales de infraestructura científica de gran envergadura en áreas estratégicas, por su valor e impacto por sí solos y también como catalizadores para el desarrollo de capacidades de manera más general.
El segundo bloque, capítulos IV a IX, desglosa en cada uno algún aspecto considerado central para una ejecución coordinada de la actividad de CTI: planeación y evaluación; generación de riqueza, fomento empresarial y desarrollo; vinculación y compromiso social; expansión y crecimiento del sistema; el papel de la CTI en la educación superior; y la descentralización y fomento regional de las actividades de CTI en el país. Resalta en este apartado una revisión de los sistemas de evaluación de pares calificados, ingrediente esencial para el buen funcionamiento de la actividad de CTI; una mayor vinculación y fomento a la actividad empresarial innovadora en colaboración con la academia, para generar una mayor inversión y aprovechamiento del conocimiento generado; el crecimiento del sistema en magnitud y distribución en el territorio nacional, para fomentar y aprovechar el desarrollo de capacidades locales de manera diferenciada; y una relación más estrecha entre la educación superior y la CTI para detectar, atraer, desarrollar y retener el talento de los jóvenes.
Finalmente, los capítulos X a XII abordan el andamiaje financiero, de gobierno y normatividad para el sistema, haciendo énfasis en la asignación y obtención de re cursos para el desarrollo de las actividades de CTI, de los mecanismos de gobierno para el sistema con el fin de contar con una articulación ágil y eficiente, y de la legislación que permita no solo la operación adecuada del sistema al día de hoy, sino a futuro y a una escala mucho mayor, que debe ser acorde al tamaño de la economía de nuestro país y a su participación en el escenario global. En este último segmento destacan propuestas para una reestructuración del sistema de CTI, que le dé a CONACYT la capacidad y autoridad de ser la cabeza del sector, incluyendo la reestructuración de los fondos sectoriales; garantizar el financiamiento público del sistema en el mediano y largo plazo de manera multianual, con aumentos progresivos que hagan cumplir la meta de dedicar 1% del PIB a la ciencia, tecnología e innovación e idealmente alcanzar el promedio de la OCDE (2.4%); y contar con un marco jurídico flexible y moderno al servicio de los objetivos sustantivos del quehacer científico.
México es hoy en día un país con grandes retos y problemas por resolver, algunos internos, y otros de corte más externo y global. Tiene también un enorme potencial por sus recursos naturales y humanos, por su desarrollo histórico y por la infraestructura y capacidades instaladas con que cuenta en su territorio, así como por las extensas relaciones que sostiene con otros países en el mundo. La libertad de decidir lo que es mejor para el país y actuar en consecuencia en el ámbito nacional, con la posibilidad también de ser ejemplo y factor de cambio a nivel internacional depende de muchos factores, pero uno de ellos, que resulta sin duda crítico e indispensable, es contar con una plataforma de generación de conocimiento, educación e innovación de primer nivel, a eso están dedicadas las propuestas aquí vertidas.
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